Se ha ido…
Por un resquicio en el estío del tiempo
se deslizó silenciosamente el último hilo
tímido y bruñido,
engarzado en reflejos cristalinos.
Se detuvo a mis pies, indeciso,
serpenteando ascendió a mis labios
llorosos de ayeres,
de níveos instantes, sublimes, fugaces,
y en un soplo de viento sollozante
despojado ya de su fulgor
y casi agonizando, dejó en mi frente
la postrera caricia de la tarde.
Y el crepúsculo cedió.
La hoz de la noche desplegó sus hierros,
segó de tajo el éter azul de mi alborada.
¿Qué hay más allá de la locura?
El deambular incierto
sin luz de luna que desgarre el velo
de las tinieblas de mi desventura.
Se ha ido…
En mi garganta fría se anuda la dulce hora
de la flama que ardía en el horizonte,
su sombra trémula cayó en el féretro
del último sol que penetró en mi templo.
¿Volverán los esplendores matinales
de púrpura y oro matizados?
Quizá mañana… quizá nunca.
Si vuelven será tarde.
®Thiara Montesinos
Juan, mi querido amigo, entrar en este espacio es como sentarse en una terracita a la sombra de una tarde de verano mientras la imaginación vuela a la par de tus interesantísimas lecturas.
ResponderEliminarMuchas gracias por todas tus atenciones, mi admirado escritor y poeta...
Thiara
¡Hola, Thiara, qué alegría verte por aquí!
ResponderEliminarEste espacio se honra con las aportaciones de amig@s como tú.
Gracias a ti por tus palabras tan amables y animadoras. Saludos y
¡FELIZ NAVIDAD!