El libro trata de la corrupción que imperaba en Rusia en los años previos a
Es un libro que apasiona desde el comienzo.
Si este libro, cuya preparación ha llevado al autor a documentarse durante dos años en Rusia, hubiera sido publicado en los años de la guerra fría, cuando el comunismo que ellos defendían y exportaban a otros países echaba raíces en las mentes descontentas de las clases trabajadoras, otro gallo hubiera cantado.
Mientras los españoles soportaban la dictadura escuchando Radio Pirenaica, y más tarde se afiliaban a partidos y sindicatos comunistas, encandilados por la propaganda de sus ideales de igualdad, los grandes cargos del partido en
En este libro se ofrecen datos escalofriantes que muestran el poder absoluto que tenían sobre sus gobernados. Por ejemplo, que el jefe del Gobierno, Brezhnev, nombrase a cargo de un ministerio a un hombre que no tenía otro mérito que haberse casado con su hija, una mujer gorda, bigotuda, borracha y puta que se lo hacía con todos públicamente en las fiestas, y también en privado.
Al parecer, a Gorbachov le llamaban “El monedero” por ser el mayor recipiente de comisiones y sobornos del Estado. En una nación compuesta por diferentes repúblicas situadas a miles de kilómetros de Moscú, tanto, que había hasta cinco horas de diferencia horaria entre ellas, era casi imposible controlar a los jefes que las gobernaban, convertidos en grandes déspotas que se enriquecían y actuaban a su antojo sin rendir cuentas a nadie.
Otro ejemplo: Para atender a los turistas occidentales en los hoteles, se seleccionaban a jóvenes y hermosas rusas, algunas de quince años, para estudiar idiomas en la escuela del partido. Su misión era conseguir información de los clientes del hotel, prostituyéndose si fuera necesario. Para acostumbrarla a esos menesteres, las llevaban a las mansiones de los generales, ministros y secretarios del partido, donde eran violadas y sometidas a toda clase de abusos y vejaciones sexuales por parte de los asistentes. Las que no aceptaban esas lecciones prácticas se “suicidaban” con una sobredosis o arrojándose por una ventana del hotel en que trabajaban.
A los gobernadores de las lejanas repúblicas no les importaba asesinar a un grupo de soldados cuando trasladaban una lanzadera con un misil para quedarse con ella y venderla por su cuenta a Corea o Irak. En el informe posterior se explicaría que “un accidente al manipular los explosivos, provocó la explosión del misil, matando a todos los que formaban el convoy”.
Los primeros capítulos están plagados de nombres rusos difíciles de retener, por lo que a medida que va avanzando en la lectura el lector se obliga a regresar a los primeros capítulos para saber de qué o quién se está hablando, lo que hace que la lectura sea tediosa en ciertos momentos.
Tiene algunas perlas, que achaco a la inadecuada traducción, como estas: en el interior de un furgón se produce una pelea en la que uno de los ocupantes dispara y dice que “La bala salió por el tejado del vehículo”.
¿Un tejado no es la "parte superior de un edificio, cubierta comúnmente por tejas"? ¿Ahora los coches tienen tejado?
Los protagonistas "salen huyendo de madrugada por una carretera desierta tomando precauciones para no chocar con los vehículos".
¿Pero no decía que estaba desierta?
Dejando de lado esas minucias, el libro me ha gustado mucho por la actualidad de la trama, los datos históricos que aporta y la imparable acción de los protagonistas enamorados: un antiguo agente de
Un libro especial para los amantes del género.
Hola Juan, bueno aquí estiy visitandote y leyendo un poco tus escritos ...de este libro me impacto lo que cuentas ,de tanta violencia haciaesas niñas de tan solo 15 años ,será porque veo reflejada la vida de mi hija Guadalupe que tiene esa misma edad y todavía es mi niña...de lo demás no opino pues mucho la historia y política no es mi fuerte.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Hola, Carla, quizás no he explicado bien el tema. Se trata de una novela de mafiosos y agentes de policías como en cualquier película de aventuras y de acción.
ResponderEliminarLo que pasa es que está basada en datos reales. No es un libro de política, ni mucho menos. Todos vemos en los telediarios como se las gastan las mafias rusas en nuestro país; imaginate lo que harán en el suyo si además son lideradas por antiguos jefes militares y políticos.
A mí me ha gustado mucho leerlo, pues tengo toda la colección de novelas de Frederik Forshite, que son del mismo estilo: Chacal, Odesa, Alternativa del Diablo, etc.
Un beso y feliz tarde.
Hola, María. ¿Sabes que un amigo va a presentar pronto su libro en el castillo de Chipiona?
ResponderEliminarA ver si nos vemos.
Es este sábado,
Lugar Castillo de Chipiona, hora las ocho y media.
Saludos
Este tipo de leitura não é de facto o que habitualmente leio.
ResponderEliminarNo entanto obrigada por informar.
Maria
te has explicado muy bien mi amigo preferido, es una novela pero con visos de realidad, ellos dan al pueblo ideas de extrema izquierda mientras comen en opíparas mesas repletas de dinero sus billeteras, es una novela pero también es totalmente real. todos los regímenes extremos trato de alejarlos de mi, ni un extremo ni el otro. amo tanto la libertad individual que sería un pájaro encerrado en despóticos regímenes que solo embrutecen al pueblo. De un extremo y del otro. siempre en la vida existe el justo medio de las cosas. me encató leerte y e digo esa barba te da un aire intelectual de aquellos!! ajaja!"!" besos Juan!
ResponderEliminarHola, María, es bueno leer un poco de todo para enriquecerse.Limitarse a un solo autor, Saramago, por ejemplo, es como vivir siempre en una misma ciudad: te pierdes muchísimas cosas buenas.Yo leo un poco de todo, aunque obviamente, tengo mis preferidos.
ResponderEliminarSaludos y feliz día.
María Susana, ¡ya no tengo barba!Me la quité a principios de mes creyendo que iba a venir mi nietecita para no pincharle en su carita.
ResponderEliminarDices bien : ni tanto ni tan calvos, un término medio es lo mejor.Aunque las frases y proverbios populares contradicen mucho a esa del término medio: Más vale que sobre que no que falte;caballo grande, ande o no ande.
Un beso
Amigo Juan, esa corrupción de los mandatarios, de los que vendieron o robaron el país, es la clave del cambio que sembró el sistema para beneficio de unos cuantos... Rusia ha pasado de ser una idea comunista iniclamente, a una idea mafiosa definitiva. El poder corrompe. Los políticos y los pañales se han de cambiar periódicamente por las mismas causas.
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy de acuerdo en eso, Antonio, y lo he comentado en varias ocasiones en reuniones con amigos. No entendía cómo una misma persona puede permanecer veinte años al frente de la Junta de Andalucía,o al frente de los sindicatos, con el tráfico de influencias y el enriquecimiento que eso produce. Lo ideal sería como los presidentes de Francia o EE.UU: dos mandatos máximo y a la calle.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ay, los rusos, y de pensar que una vez fui comunista... Si hasta Stalin vendía petróleo a Hitler para que pudiera llevar a cabo su esquizofrénica cruzada por Europa.
ResponderEliminarBesosssss.
Yo también piqué, aniki. ¡La cantidad de octavillas que he dejado en los vestuarios de la empresa MACOSA, en Valencia año 1972, arriesgándome a pasar la vida en la cárcel!
ResponderEliminarY ahora, un aburguesado que no ha hecho nada de eso ni siquiera pegar carteles en las elecciones lleva 21 años de secretario de CC.OO cobrando como un alto ejecutivo.
¡Pa chocarse los sesos contra un autobús!