miércoles, mayo 22, 2013

EL MEDIEVO EN EL PUERTO DE SANTA MARÍA


¡Hay que ver cómo está el patio de esta arrugada, descolorida y sufrida piel de toro que es España!
Hombre, yo ya había notado que algo fallaba: los seis millones de parados, el aumento de los precios y estancamiento de pensiones, las continuadas manifestaciones y huelgas en las calles, las personas rebuscando comida en los contenedores de basura...
Pero nunca imaginé que los artículos de segunda mano alcanzaran un precio tan alto. En esta época de crisis, la ropa y el calzado de temporada siguen siendo caros a pesar de las rebajas y la gente se inclina por los mercadillos y tiendas de usado, y es tal la demanda que los comerciantes del género se aprovechan y suben los precios de tal modo que algunas cosas antiguas y taradas cuestan más que los nuevos a estrenar.
Ayer me convencí de ello.


Estaba paseando por la calle más aburrido que una ostra en una catedral y veo un local abierto con el cartel "La pieza del mes. Entrada libre", y me cuelo con disimulo  y comienzo el recorrido por las salas para ver el contenido de las vitrinas y escaparates. ¡Pasmaíto me quedé! ¡¿Pero cómo tienen   valor de exponer tantos desechos?!

Yo, la verdad, había entrado con la intención de aprovecharme de la penuria que padecen la mayoría de comerciantes y comprarle por muy poquitos euros un regalito a mi Carmen del alma, una maceta o una jarra para poner flores. Y me dio vergüenza pedirla.


De un centenar de cántaros, jarras y vasos no había uno entero, y los que aparentemente lo estaban era porque estaban pegados con loctite.
Pero lo peor, el no va más, fue comprobar que el adeene de especulador está incrustado en la mente de todo el que comercia con algo en este lamentable y puto país de mierda.

Perdonen ustedes por mis exabruptos, pero es que a mí estas cosa me sacan de quicio.
¿Pues no va una señorita con una sonrisa de parte a parte de su cara bonita y me dice que el objeto que yo quiero para macetero  no tiene precio,y  que por nada del mundo me lo vende? Un jarro roto que han recuperado pegándole un trozo y que luego no han lucido ni disimulado y se le notan las fisuras.



 – ¡Pero mujer...! Si yo te hago un favor  llevándome todos estos escombros- le dije. Y ella que se quita las gafas y me lanza  una mirada HT345bis (cargada de mala leche) y me dice que ella no está para escuchar tonterías, y que haga el favor de largarme con viento fresco o llama a su primo de Zumosol.

¡Coño! Si por pedirle  una porcelana rota se pone así, ¿cómo se pondrá si le ofrezco veinte euros por este artilugio viejo y oxidado que dice que hace mil años servía para sacar agua y regar el jardín?

 O por esta especie de violín al que le faltan cuerdas.

Y lo que ya es  para pegarse contra la pared, colocar la picha sobre un yunque y darle martillazos o tirarse por la muralla de Santa Catalina es que me cuente las excelencias de este fragmento de flauta, lo que le ha costado conseguirla y su enorme valor. Vamos que es idiota si se cree que yo voy a darle algo por ella cuando yo si quiero voy al bazar de los chinos y me compro una flauta  mueva por dos o tres euros.

 Lo mismo me dijo de la pandereta: que si  ya la tocaban en el siglo X , que era en piel auténtica, que se la habían encontrado cavando en el castillo de Doña Blanca, que si...


¡Que no te enteras, chiquilla, que no te voy a pagar más de cinco euros!, y porque está bien conservada y dice la etiqueta que es genuine leahter, que si no, ni eso!
 El cañón del siglo XV no le pregunté cuánto valía porque de todas formas  pesaba mucho y no podía llevármelo para ponerlo en el césped del jardín, y tampoco era cuestión de alquilar una furgoneta para llevar ese trasto herrumbroso, pues creo que  me saldría más caro el transporte que el cañón.



















Y es que esta gente estudiosa y  bien maqueada piensa que nosotros, la gente de a pie, somos tontos.

 Porque ustedes no se imaginan el valor que le da esta señorita a esta lámpara de cuatro brazos, aunque haya perdido dos de ellos

 

 Dado que la factura de la luz no para de subir, pensé en llevarme estas lámparas de aceite para cuando  ENDESA me la corte por falta de pago (la luz, ¿hein? no vayamos a pensar otra cosa). Pero no hay manera, la chica no se baja del burro: "¡Es que son muy antiguas, tienen mil años!, decía la listilla.

 
  A saber lo que me pedirán por un cuerno de rinoceronte prehistórico de tres metros de longitud que han encontrado en unas excavaciones. Ahora lo están limpiando para mostrarlo al público este verano.
Os prometo averiguarlo.
– ¿Y ése qué hace ahí acostado?
– Es el vigilante nocturno. Tiene contrato fijo, lleva así más de mil años.
 – Ah, vale.


10 comentarios:

  1. Juanitoooooooooooooooooo, te puedo cantar ¡¡¡¡Qué no te falte el humor, ole, ole!!!!! Porque hijo con la que esta cayendo en la península Ibérica es bueno ver que tú te lo tomas con esa guasa tan buena.
    Abrazos

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  2. ¡Holaaaaaaaaaaaa, Higorca! Cuánto tiempo. Sí, es verdad, con la que está cayendo no es para tomarlo a broma; pero a veces es mejor desconectar un poco. Gracias por tu visita. Un beso para ti y abrazo para tu marido.

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  3. Mil años...
    Ese si que es un buen trabajo.

    Saludos.

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  4. Querido Juan, lo cuentas con tanto ardor y humor que no si todo es verdad...
    En fin, como creo en ti, me lo creí todo. Así van las cosas...

    Abrazos.

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  5. Sí,amigo Toro, yo también firmaría por eso. Saludos

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  6. ¡Ja,ja,ja! Querida genessis, sólo pretendía alegraros el día. Espero haberlo conseguido. Muchos besitos y feliz fin de semana

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  7. Ahora los cacharros viejos valen mas que los nuevos, disque porque son de colección o antigüedades.

    No vale la pena comprarlos porque aparte de viejos la mayoría ya no funcionan como debieran.

    a mi me quisieron vender la lampara de Aladino pero barata porque este estaba de vacaciones.

    Hasta pronto Mario

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  8. ¿Ja,ja,ja! De vacaciones el Aladino,¡ja,ja,ja!
    Feliz día, amigo Mario

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  9. ¡Gracias, simpática gaditana! Un placer

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