Recuerdos de mi residencia en París
Después del lanzamiento de la
bomba atómica sobre Japón las potencias mundiales asimilaron que la posesión de
la bomba era la garantía de la paz por disuasión. Y todas se lanzaron a
conseguirla. Francia lanzó su primera bomba atómica en el desierto argelino el
13 de febrero de 1960.
Desde ese momento, como todo militar que se
precie, el general Degaulle estaba deseando demostrar que Francia no tenía nada
que envidiar a Rusia o a los Estados Unidos. El semanario “Le Canard Enchainé”
lo escenificaba así en un número especial a mediados de los 60:
«En un bunker antinuclear construido bajo el palacio
presidencial, se hallan el general Degaulle, sus ministros y la cúpula militar. Degaulle tiene el botón
rojo en sus manos y quiere apretarlo para lanzar un misil sobre Washington. Los
ministros intentan disuadirle:
—Mi general, usted sabe que la
respuesta de los Estados Unidos tardaría cinco minutos solo, y Francia sería
destruida.
—Bah, tonterías; eso solo es propaganda. La mejor defensa es
atacar el primero.
p —Pero mi
general, no estamos en guerra, Estados Unidos es un aliado que nos liberó del nazismo...
¡—No es cierto, los americanos quieren colonizarnos!
Y la grandeza de Francia, no lo consentirá. Voy a apretar el botón rojo, y punto.
Y lo aprieta.
Todos en el bunker
cuentan los segundos dando por supuesto que en menos de cinco minutos, París será destruida.
Justamente, a
los cinco minutos y veinte segundos, se oye un golpe sordo encima del bunker.
Nada más
En el refugio se miran unos a otros sin saber
qué ha pasado fuera.
Entonces el
general Degaulle le ordena a su ministro de Defensa:
— Salga usted a
ver qué ha pasado.
—¡Pero mi general, la radioactividad me destruirá!
—Usted es militar y sabe a qué se expone. Salga, ¡es
una orden!
Y el ministro,
acojonado, sale al exterior. Ve una caja de madera en forma de dado, de un metro de lado. En su interior, aprecia la
bomba atómica francesa desmontada y envuelta en una lona atada en la parte superior
con un lazo rosa. El lazo sujeta un
sobre con la bandera de los EE.UU, que contiene una nota en su interior. El
ministro la coge y vuelve corriendo a entregársela al General quien, solemnemente
pero con las manos temblando, abre el sobre y lee:
«Deja de hacer el gilipollas,
general. Mejor, juegue a la petanca»