lunes, abril 05, 2010

EL SÍMBOLO PERDIDO


Acabo de leer EL SÍMBOLO PERDIDO, un libro que ha supuesto para Dan Brown cinco años de trabajo.
La trama está ambientada en la ciudad de Washington, concretamente en sus cámaras, túneles y templos. Langdon abandona la vieja Europa y penetra en los secretos de la capital estadounidense, que nos muestra como es la ciudad de los masones, llena de símbolos ocultos, pasadizos secretos, edificios masónicos con sus rituales.


Quien persigue a Langdon es Mal’akh, un hombre terrorífico, masón sádico, calvo, musculoso y con el cuerpo completamente tatuado, que se disfraza con maquillaje y peluca rubia.

El Símblo perdido tiene varias similitudes con anteriores novelas del mismo autor. En Ángeles y demonios, el profesor recibe una llamada de teléfono y lo llevan en avión privado ante su amigo para realizar una investigación. En el Símbolo perdido también es llamado y trasladado en avión para dar una conferencia. En el Código también recibe una llamada intempestiva para que se presente en un lugar señalado. Y en las tres, la historia comienza de forma violenta.
En las tres novelas los protagonistas corren de un lugar a otro sin descanso para descubrir en cada sitio al que llegan algo que les pondrá los vellos de punta.
Al igual que la edición de las dos primeras novelas fomentó en las agencias de viajes una idea particular de turismo, creando círculos de visitas a los lugares señalados en las obras, en Washington también se editaron guías especiales explicativas de la simbología que ofrece el Símbolo perdido de su edificios y monumentos.
Al parecer, los fundadores de la ciudad quisieron tener los mismos tesoros artísticos y monumentales que posee Europa, pero a lo grande: Si el obelisco de la plaza de la Concordia de París mide treinta metros de altura, ellos construyen uno que alcanza 170 metros. ¿Que en Alemania hay una biblioteca enorme? Ellos construyen una con diez millones de libros con capacidad de intercambio automatizado con otras bibliotecas del entorno a través de túneles con cintas transportadoras. ¿El Vaticano tiene una cúpula que destaca sobre Roma? El Capitolio tiene una cúpula más alta y mas amplia que destaca sobre Washington, con el techo interior pintado como la capilla Sixtina pero con otros temas más modernos. ¿Que Roma posee catacumbas milenarias? Debajo del Capitolio, a decenas de metros de profundidad, se extiende una superficie de miles de metros cuadrados llena de pasillos, túneles y cámaras. Y así todo por el estilo.

Leyendo las guías editadas tras el libro, el visitante descubre que hubo catorce presidentes de Estados Unidos masones, entre ellos George Washington, Andrew Jackson y Harry Truman. También lo eran los arquitectos que diseñaron la Casa Blanca, el Capitolio y el monumento de
Washington.




MI OPINIÓN SOBRE EL LIBRO:

¿Qué puedo decir yo, humilde lector que carece de conocimientos de crítica literaria entre otros, de una obra tan esperada y de un autor tan famoso que ha logrado vender más de 80 millones de ejemplares de cada una de sus obras anteriores?

Pues esto: sin pretender dar lecciones a nadie, puedo opinar sobre lo que me ha parecido, lo que he sentido. Creo que tengo derecho a expresarme. Lo digo porque en anteriores reseñas de libros recibí correos y comentarios soeces en los que me sugerían que si no tenía titulación académica ni estudios sobre literatura me abstuviera de criticar a los buenos escritores. Algo así como si para decir que la comida de un restaurante me ha gustado o no, debo poseer un título universitario. Si para decir que me duele el pecho al toser, debo ser médico.

Pues no, yo me gasto el dinero en adquirir un libro y tengo perfecto derecho a decirles a ustedes si me ha gustado o no, y las cosas que me mueven a afirmar lo que digo.

Y lo que he percibido leyendo esta obra es lo siguiente:

El ritmo es trepidante y no deja respirar al lector, que, atrapado por la historia, se decepciona luego a medida que se acerca el final.

El libro me hace pensar en la montaña rusa de un parque de atracciones, por sus subidas y bajadas de tensión. Desde el principio atrapa la atención de lector, para luego pasar casi cien páginas llanas, de explicaciones y preparación de la trama.

No fue hasta haberme leído pausadamente un tercio del libro que comencé a sentir la necesidad imperiosa de leer sin descanso siguiendo a los protagonistas en una loca y precipitada carrera contra reloj, buscando la clave de los diferentes signos que indicaban el lugar donde se escondía el secreto de la pequeña pirámide de granito de treinta centímetros de altura que el doctor llevaba a cuestas en una bolsa de deportes durante casi doce horas. Tenía un plazo señalado para encontrarlo, si no quería que muriese su amigo.

El lector no puede evitar sentir un gran respeto y admiración ante la enorme investigación realizada y las indicaciones que facilita el autor para la comprobación de los datos.
Pero es imposible que tantas cosas puedan sucederles a los protagonistas en una sola noche.
Es inverosímil que una pareja de cincuentones puedan pasar varias horas corriendo de un lado a otro, subiendo y bajando escaleras, tomando el metro y taxis, helicópteros, mientras son heridos, golpeados, torturados con corrientes eléctricas, incluso sumergidos en agua durante demasiados minutos y que puedan recuperarse para continuar en la investigación e impedir a tiempo que estalle la tragedia.
Cansa a veces la reiteración de tanto símbolo, repetición de sus significados para luego conducir a otros diferentes.

Me ha llamado la atención la estructura de la novela, creo que la misma no se la aceptaría ninguna editorial a otro autor que no fuese tan famoso. Me refiero a la distribución de la novela en capítulos de una o dos páginas de extensión. Incluso los hay de seis o siete líneas.

Un fallo garrafal creo ver en la página 349 cuando uno de los protagonistas, Peter, que persigue con una pistola al malo, Andros, lo acorrala en el borde de un precipicio, le dispara y Andros se despeña por el barranco. Luego dice: «Allá arriba, los ojos helados de Peter miraban más allá del cañón de la pistola de Andros...»
Veamos: Si el que tenía la pistola era Peter, que le había disparado con ella ¿cómo dice ahora que éste miraba el cañón de la pistola de Andros cuando caía? No lo entiendo.

En otro lugar el profesor, que tiene los ojos vendados para que no sepa dónde se halla, sale del ascensor y entra en una sala herméticamente cerrada, conducido del brazo por su amigo. Éste lo acerca a una barandilla y le quita el pañuelo que cubre sus ojos. Aparece entonces un pozo oscuro con una escalera de caracol que se hunde en las oscuras profundidades.Cuenta numerosos descansillos en la escalera, que se pierde difuminada en lo oscuro. El amigo masón le explica el significado de la escalera al profesor y luego lo invita a bajar por ella hasta abajo del todo. Y seguidamente leo que la escalera de caracol está construida alrededor del ascensor que los ha llevado hasta allí arriba. O sea: Si está alrededor del ascensor no hay pozo oscuro, y la descripción tenebrosa anterior no me sirve.

Una enorme nave contiene en su interior un laboratorio secreto. Para entrar es necesario pasar controles de guardias, tener la tarjeta de acceso y conocer la clave que abre la puerta de acero. Pero, además, para impedir el acceso a extraños que logren pasar los primeros controles, la nave está completamente a oscuras, y hay que caminar por una alfombra, sin salirse de ella para no perderse hasta llegar, tras más de cien metros de camino en la oscuridad, al muro del laboratorio.

Mientras leía todas estas medidas de seguridad me preguntaba: Si yo enciendo mi linterna al entrar en la nave ¿de que sirve tanta alfombra y tanta oscuridad? ¿No venden linternas en Washington?


Pero lo peor es el final: leerse 616 páginas temblando, mordiéndose las uñas imaginando a los protagonistas de noche corriendo perseguidos por el más terrorífico de los personajes que he leído, y por la CIA, por la policía urbana, el FBI con sus equipos detectores especiales de infrarrojos y térmicos y detectores de móviles, intentando todos descubrir un secreto que si se divulgase sería el fin del sistema mundial que conocemos… y cuando al fin se descubre lo que buscaban, el supuestamente tan peligroso objeto que podía desestabilizar el orden mundial, resulta que yo lo tengo en mi casa. Y quizás usted también. Es algo tan corriente y usual que el lector se siente engañado, burlado.

Me queda una sensación rara, como la del que cae en la trampa de una adivinanza fácil. Me gustaron mucho más el Código y Ángeles y demonios.
Me he saturado de Dan Brown. Con tres libros, tengo suficiente.

Respeto al autor y su inmenso trabajo de investigación. Quizás haya sido presionado para terminar una obra en un plazo de tiempo determinado (ha salido a la venta en época cercana a la Navidad y Reyes, días para regalar libros) y se haya visto obligado a escribir con prisas y esas aguas han traido estos lodos. Me ha pasado lo mismo con Pérez Reverte.

sábado, abril 03, 2010

¿A DÓNDE VAMOS?

Diario Córdoba. Edición Digital

Más noticias:
http://www.diariodecadiz.es/article/andalucia/668693/es/una/guerra/y/te/vamos/matar.html


Con los sucesos de la Mezquita de Córdoba quedan de manifiesto las contradicciones de nuestras leyes y de quienes nos gobiernan en estos últimos años.
El otro día, un grupo de musulmanes, procedentes de Austria, entraron en la Mezquita y comenzaron a orar arrodillados según sus ritos religiosos. En otro lugar del mismo edificio se estaba celebrando una ceremonia religiosa católica. Acudieron los guardias de seguridad y la policía y todo acabó con varios heridos y la detención de los árabes. El juez los acusa de desórdenes públicos y de intento de homicidio. Los árabes se quejan de la brutal paliza recibida y de vejaciones por sus creencias, entre las que incluyen que les ofrecían de comer carne de cerdo.

Es solo una muestra de lo que nos espera en un futuro más próximo de lo que nos pensamos.
Todo tiene una explicación relativa, nada es lo que parece y las opiniones divergen según los puntos de vista.

Si lo que pretendían los turistas árabes era demostrar que el Ándalus les pertenece y lo hacen boicoteando una ceremonia católica, es apropiado que la policía lo impida con todos los medios, deteniéndolos si es necesario. Y si en el cumplimiento de su deber los agentes son atacados es lógico que se defiendan, para eso llevan armas y reciben formación adecuada.

Pero no parece que fuese ésa la intención de los musulmanes, pues obviamente ellos visitaban Córdoba y no podían saber que se iba a celebrar un rito de Semana Santa en la catedral en esos momentos. Lo que ellos dicen que sucedió parece lógico: Impresionados por la majestuosidad del monumento y lo que representa para la cultura árabe, se sintieron movidos a rezar.

Si yo estuviera visitando la Mezquita y un grupo de árabes se arrodillara en un rincón y se posiera a rezar seguramente yo les hubiera hecho algunas fotos, nada más. No me hubiera molestado ni sentido ofendido, puesto que considero la Mezquita un monumento de interés mundial. Un museo, y no una iglesia para celebrar culto. La misma Iglesia lo entiende así al cobrar una entrada como si de un museo se tratase.
Y si se cobra una entrada para visitar el edificio no se puede imponer que se asista y se guarde silencio mientras se celebra un acto religioso cuando muchos visitantes, que han pagado su derecho a visitar el monumento, pueden tener creencias diferentes.

A ver, un ejemplo: Si yo le alquilo mi apartamento a usted, ¿puedo quedarme yo con mi familia a vivir en él y exigirle a usted, que ha pagado el alquiler, que respete mis normas?
Convendrá usted conmigo en que yo debo irme y dejar que usted viva como quiera siempre que no destroce la vivienda.
En el caso de la Mezquita, si la Iglesia me cobra una entrada para visitar el edificio no debe realizar ninguna ceremonia mientras dure mi visita y obligarme,además, a guardar silencio y asistir a una misa mientras que para mí está prohibido rezar a mis dioses.

Otra cosa sería si la entrada fuese gratis. Entonces sí, el que entra sabe que debe respetar las normas y costumbres del propietario que le permita la visita.
Ésa es otra: la propietaria de la Mezquita es la Iglesia, pero los gastos de mantenimiento y reconstrucción los subvenciona el Ministerio de Cultura con los impuestos de todos. Me pregunto si alguna vez en España conoceremos una verdadera democracia que cumpla los artículos de la Constitución en esta materia, donde dice que el que quiera creer en algo que se lo pague de su bolsillo.
¿Cuándo será que las catedrales, iglesias, edificios monumentales y museos pasen a ser propiedad del Estado, que es el que los mantiene, como ocurre en otros países europeos?
Con ésta, ya son dos cosas en las que nos diferenciamos de los grandes de Europa: los sueldos y beneficios sociales y el mantenimiento del clero a costa de todos, aun de los no creyentes.

Pero volviendo al tema de la Mezquita, no se puede legislar Libertad Religiosa e impedir que unos creyentes recen a sus dioses. No se puede proclamar y gastar millones de euros en eso llamado Alianza de las Civilizaciones e impedir por la fuerza que unos mahometanos recen en una mezquita que al parecer representa la convivencia entre los pueblos que poblaron el país.

¿Qué pasará cuando los ayuntamientos y el Parlamento tengan mayoría musulmana? ¡Eso sí es preocupante! ¡Eso sí me aterroriza!
Les hemos dado derecho a voto y son más de dos millones de árabes los que votarán. ¿Quién dice que en el futuro no tengan mayoría en sus decisiones y obliguen al Estado a gastar el dinero de los contribuyentes en promocionar su cultura, sus métodos y sus tradiciones: el velo, ablación de clítoris, circuncisión, abolición del cerdo y del jamón ibérico…?
Yo he sido emigrante en Europa durante diez años y nunca me permitieron votar ni participar en las decisiones políticas del país que me acogía. ¿Somos nosotros más estúpidos que todos juntos? ¿No es suficiente con que ocupen los puestos de trabajo de millones de españoles que ahora son embargados por no poder hacer frente a sus pagos por haber sido reemplazados en sus empresas por la mano barata de los emigrantes? ¿Encima les damos la posibilidad de gobernar el país?

Bien, pues en tal caso no es de recibo que se les impida rezar en una mezquita, no sea que tomen venganza cuando ganen las elecciones y legislen leyes que nos impongan sus normas.
El Presidente Zapatero y su Ministro de Exteriores llevan años proclamando la unidad entre las naciones árabes y el pueblo español, concediéndoles privilegios como el voto y facilidades de acceso a viviendas y puestos de trabajo, y ahora llegan unos policías y machacan a palos a dos docenas de turistas árabes porque se han arrodillado en la mezquita. ¡Increíble!

Como es increíble que se nos imponga el aumento del IVA porque las arcas públicas están en rojo y luego se regalen trescientos cuarenta y seis millones de euros a Haití y 2000 millones a Grecia.
Si la Unión Europea dona a Haití 1700 millones de euros en total, lo que correspondería a poco más de 60 millones por cada uno de los 27 socios, ¿por qué España ofrece tanto?, ¿por qué dar más que otros países que ya han salido de la crisis, cuando tenemos un 19% de desempleo, el más alto de Europa, y la media en ésta es del 10%?
Y 2000 millones de euros a Grecia. ¿No es suficiente para los españoles con asegurarse el pan de cada día en medio de esta crisis brutal de la que nadie sabe cómo salir para, además, tener que sacar adelante a los demás países? ¿Por qué nos mienten diciendo que es necesario subir los impuestos para hacer frente a las pensiones y costes sociales y luego, lo que se pretende recaudar con estas subidas, se regala a otros países? ¿Es que nos sobra el dinero?

Yo creo que antes de ayudar al vecino a reformar su piso debo reparar las goteras del mío. Y aunque me tilden de arcaico o xenófobo, pienso que el Tesoro de España debe ser para los españoles en primer lugar y luego, si sobra, ayudar a los demás.

Todo lo demás son estrategias electorales, buenas apariencias ante los socios comunitarios y sumisión a Obama, con quien el presidente del Gobierno español se empeña en fotografiarse.
Una factura que deberá pagar algún día no muy lejano.

Y entonces sabremos lo que vale un peine.

sábado, marzo 27, 2010

¡NUNCA MÁS!



El pasado día 24 se commemoraba el aniversario del fin de la barbarie en Argentina. Un aniversario más.
Varias escritoras y poetas han expresado de diferentes formas en la Red el sentimiento doloroso por lo sufrido y el mensaje implicito de que ¡NUNCA MÁS SE PERMITA QUE SUCEDAN COSAS COMO ÉSAS!

Claudia Isabel, excelente y reconocida poeta de Buenos Aires, nos invita a leer su poema:
Además del enlace de Claudia, quiero dejarles aquí el relato de Silvia Pereiro, otra argentina conocida en los foros literarios como LENY:



IDENTIDAD

Cuando tomó el colectivo aún faltaba un largo rato para la hora de la cita.

No importaba, bajaría unas cuadras antes y caminaría. Le vendría bien para tranquilizarse y, además, no había lugar para sentarse y ya le dolían las piernas. Recién en la vereda, se dio cuenta de que aferraba aún, junto al boleto y al pañuelo blanco, el rosario de cristal de roca que la acompañaba desde la comunión de su hijo. El más chico.
Comenzó a caminar mezclándose entre la gente que habitualmente paseaba los sábados por Rivadavia, preguntándose si podrían tener alguna idea de la felicidad y la ansiedad que estaba sintiendo. Supuso que no. El gesto adusto que se le había instalado desde hacía tres décadas y que nunca había logrado borrar, disimulaba muy bien cualquier emoción.
Pensó una vez más en el lugar elegido para el encuentro y que, quizás, no era el indicado. Pero él jamás había salido de Trelew y como el amigo que lo hospedaba vivía a pocas cuadras de allí, era posible que no estuviera tan mal.
Además en su última carta, él mismo le había pedido que la cita fuera en algún bar. La haría menos formal, menos solemne.
Cuando le faltaban pocos metros para llegar sintió un aleteo en el estómago, las manos le hormigueaban y las piernas le flaquearon. Debió aferrarse a una vidriera de la galería para no caerse.
Se preguntó nuevamente si alguno se habría dado cuenta, o si intuirían las mil imágenes que poblaron su cabeza como una película en retroceso…

…Cómo la primera carta que recibió de la asociación, en la que le avisaban que él había estado averiguando por su cuenta. Que había dudado toda su vida, pero que sólo se animó a confirmarlo cuando murieron sus padres. Sus padres…
…O el miedo a otro desgarro, a otra perdida, a hacerse ilusiones. Las mismas que se había hecho cuando en el setenta y nueve le contaron que su hijo, el más chico, estaba bien en Uruguay. Y las que le arrancaron cuando se enteró de que era mentira.
Mentiras. Siempre hubo mentiras.
Y lágrimas…
Durante el día, en oficinas inmundas donde los recursos de amparo se apilaban para borrarse. Y en la noche, cuando un país ignorante o cómplice, festejaba el triunfo del último gol de un mundial en el que éramos derechos y humanos, mientras estallaba en bocinazos y saltaba para no ser holandés.
…Tapando sus oídos mientras estrujaba el pañuelo blanco pensando en la Plaza. Y estrenando el gesto adusto y esas venas abiertas que parían la certeza del nunca más.
Nunca más verlo ni abrazarlo.
Nunca más saber si su nieto había nacido para ser, como ella y tantos otros, una víctima absurda y demencial de una guerra oscura y oculta…

Logró recomponerse y caminar los metros que le faltaban. Abrió la puerta de la confitería y los vio.
Y lo vio…
En los ojos francos de él y en la actitud asombrada del niño que lo acompañaba. En el corte de pelo, en la forma de las orejas, en la nariz recta y en la postura de los hombros.
Sus miradas se cruzaron y él se levantó empujando el brazo del pequeño.
— ¡Ahí está! —pareció decir.
Y el miedo al rechazo, a la ignorancia, al desprecio desapareció de golpe. Con la sonrisa de ambos. La misma…
La misma…
— ¡Hola abuela! — Dijo cuando ella llegó. —Te presento a tu bisnieto…

miércoles, marzo 24, 2010

LA PRIMAVERA



Campiña cordobesa foto de Juan Quesada.

Esta foto ha sido seleccionada para Google Earth


La primavera ha llegado y los campos muestran distintos tonos verdes y se han llenado de flores e insectos; el cielo luce más azul y el aire parece que alimenta.


La imagen más bonita que recuerdo de este tiempo es la de los ondulados campos que lindan con la autovía de Andalucía en las cercanías de Córdoba. Componen un lienzo maravilloso de parcelas verdes con docenas de matices. Ni un sólo árbol sobresale entre las líneas verdosas que configuran el horizonte antes de diluirse en la bruma de Sierra Morena, al Este.



Pero no sólo el buen tiempo con los campos reverdecidos y florecidos nos trae la primavera; también los insectos, las alergias y enfermedades. No sé si es casualidad o no, pero el año pasado, en este mismo mes, me llevaron a urgencias. Y hace unos días me ha visitado el mismo dolor y a mi esposa un principio de neumonía que nos tiene enclaustrados desde que vinimos de Olvera, hace casi dos semanas.



Todo eso nos prueba que no somos nada y que el único fin que nos mantiene en este planeta es la lucha permanente contra el mal en todas sus vertientes.

El libro que estoy leyendo ahora, «El símbolo perdido», cuenta que los grandes personajes de la historia, casi todos ellos masones, entre los que se hallaban algunos ex–presidentes de Estados Unidos, tenían un lugar secreto en sus domicilios cuyos símbolos eran comunes en todos ellos: una habitación estrecha y sin comodidades, amueblada con un altar sobre el que luce una carabela, un libro y una vela. Y en un rincón, supervisándolo todo, vigila una enorme guadaña.


Al parecer, los jefes masones visitaban de vez en cuando el lugar y se arrodillaban ante el altar para reflexionar. Los objetos descritos les indicaban que no eran nada, que acabarían secos y vacíos como la carabela; la luz de sus mentes, ésa que los había encumbrado al poder, se extinguiría como la vela. Era una manera de obligarse a bajar de las nubes, a poner los pies en tierra y no dejarse llevar por el éxito al que los han encumbrado las organizaciones humanas.


Y todo esto me lleva a reflexionar en la vanidad que forma parte de nuestra indumentaria. Nos creemos alguien y miramos de soslayo al prójimo cuando las cosas nos van bien y destacamos en cualquier actividad; nos pervierten las lisonjas y honores y nos creemos superiores a quienes nos acompañan. No pensamos que al cabo pasaremos a un segundo plano, y aún al tercero y así hasta el olvido. La guadaña imparte justicia haciendo tabla rasa.


Sabiendo esto, ¿no deberíamos tratar de ser solidarios, de compartir en vez de atesorar, de ser amables en lugar de despreciar, de amar a nuestros semejantes en vez de tratar de pasar sobre ellos a cualquier precio?


«La primavera, la sangre altera». Y a mí me ha alterado la salud y los ánimos. Y también a mi esposa. Pero tenemos que seguir adelante luchando para que el año que viene, en primavera, estemos aquí compartiendo cariño, alegría y conocimientos.





jueves, marzo 18, 2010

Te buscaré en otoño


Colaboración de mis amigas Margarita (Foto) y SISÍFA (Poema)

Te buscaré en otoño

Tal vez en cada hoja que a su verdor lejano

Recordará en un soplo de nostalgia serena

Sabiendo irretornable la savia y yo tu risa

Sabiendo de igual modo que nunca se termina

De recordar el tiempo en el que dimos todo

Te buscaré en otoño

Un sitio donde pueda sepultar el recuerdo

Y amanecer sin ojos para no ver tu ausencia

No quiero más camino

Si sé que voy andando al compás de la eterna rebelión del olvido

Si sé que por delante sólo tengo el pasado

Si sé que en cada nido que construya habrá un sitio

Para el fantasma amado

Y la otoñal riqueza de las hojas y un nombre

Lo demás será vano.

sábado, marzo 13, 2010

El Club Custer Hills


El plan defensivo llamado Wild Fire es la respuesta automática de que dispone EE.UU. en caso de sufrir un ataque nuclear por terceros países. Treinta minutos después de ser atacados, los misiles nucleares de EEUU salen disparados sin necesidad de aprobación por el Parlamento ni por el Presidente hacia los países que ellos creen son sus enemigos, borrando así de golpe de la faz de la Tierra a todo enemigo.


El Club Custer Hills, formado por un magnate del petróleo americano, el jefe de la CIA, un consejero del Presidente, dos generales del Ejército del Aire y de la Armada, el director del FBI, y algunos multimillonarios, se ha reunido en sesión extraordinaria en una zona boscosa donde el magnate del petróleo ha construido un bunker antiatómico, y deciden, tras votación, provocar un tremendo atentado en dos importantes ciudades americanas, lo que activará inmediatamente la respuesta nuclear estadounidense.



Todo está preparado para iniciar la cuenta atrás, las bombas ya están colocadas en su sitio y sólo esperan la orden de activación automática, que llegará a través de un código transmitido por una onda ultracorta de radio.

Cuarenta y ocho horas antes de iniciarse el plan, entra en escena el matrimonio Carey, formado por dos agentes especiales, que harán todo lo posible por impedirlo.

Éste es el argumento del libro escrito por Nelson De Mille, que ha logrado vender más de treinta millones de ejemplares de la obra.Un libro de 503 páginas apasionantes y divertidas.





Un libro que me ha gustado mucho y que recomiendo para los amantes de aventuras y acción.

Tiene otra cualidad: sólo cuesta 6 euros en la sección de oportunidades de Carrefour, está encuadernado con tapa dura y sobrecubierta. Además de ser una obra genial, es un regalo interesante, bonito y barato.

Del 1 al 10, yo le pondría un 9

jueves, marzo 11, 2010

OLVERA,

Foto de internet

En la falda de la montaña, a la izquierda si vas por la carretera de Jerez hacia Antequera, orgulloso como un dios, se alza un bonito pueblo llamado Olvera.

«Es de lo más bonito de España», pensé la primera vez que vi su iglesia plantada en la montaña. Fue en el verano de 2003. Por aquel entonces, yo trabajaba en la estación de Bobadilla y venía cada viernes a mi casa a pasar el fin de semana con la familia. El 15 de abril de 1986, este pueblo fue declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional.

Los lunes, yo madrugaba y pasaba por el túnel del cruce de Ronda a las seis de la mañana; recorría unos diez kilómetros y allí estaba: Impresionante, maravillosa, toda iluminada. La iglesia parecía flotar en el aire. Sus torres tocaban las estrellas, parecía un palacio de hadas, y en mis retinas, maravilladas, se reflejaba su suntuosa fachada.

Esa imagen no aparece en ninguna postal. Solo se puede obtener a unos tres kilómetros más allá del desvío para entrar en el pueblo desde la carretera de Jerez a Antequera. Tres veces he intentado captarla desde ese punto, pero me ha sido imposible: está a la salida de una curva, no hay buena visibilidad y los coches llegan a gran velocidad, con el consiguiente peligro de empotrarse detrás del tuyo si te detienes unos momentos. Hay raya continua, además, y si aparcas en el estrecho arcén la Guardia Civil te puede denunciar.

Ayer lo intenté otra vez, pero fue inútil.

Amaneció el día soleado y decidí llevar a mi mujer a celebrar su cumpleaños (el día anterior no pudimos) en la Sierra. Queríamos ver también los estragos que había hecho el agua por todas partes, y a las diez de la mañana cogimos la Ruta de los Pueblos Blancos. Dejamos atrás Arcos, Bornos, Villamartín, Algodonales, el cruce de Ronda y El Gastor y, finalmente, atravesamos el túnel

http://www.casaturismorural.com/lugaresparavisitar/pueblos/mapa.php?id=2631

« ¡OH!...» —exclamó mi mujer al ver a lo lejos Olvera.

Apretujadas y blancas con sus tejados rojizos, extendidas sobre la ladera como una alfombra de flores de almendros, las casitas del pueblo rodean la peña sobre la que se alza la imponente iglesia, y sobre ésta, orgullosa y eterna, se alza la fortaleza mora.

Siempre se adjudicó a los árabes la fundación del pueblo, y no fue hasta 1986 cuando un hombre, que trabajaba con su pala en un camino rústico, se encontró una estatua de Trajano.

La Junta de Andalucía se hizo cargo de las excavaciones y diez años después, con ocasión de la remodelación del pavimento de la plaza de La Iglesia, se hallaron vestigios de los pobladores del lugar en épocas anteriores: bordes de vasos, cuencos, laminillas y un punzón neolíticos, fechados entre el 3º y 4º milenio antes de Cristo. Del siglo III A.C. son los restos romanos e íberos encontrados en 1986 en una pequeña villa de agricultores excavada por la Junta de Andalucía, donde descubrieron monedas de los emperadores Graciano y Constantino.

La historia de la Olvera musulmana comienza en el sigloXI cuando los reinos de Taifas disputan entre ellos, siendo Olvera una plaza fronteriza entre los Taifas de Morón y de Ronda. La conquistó el año 1327 un joven de 16 años, el Rey Alfonso XI, quien respetó las vidas y bienes de los vencidos.

Y es esta Olvera musulmana la que yo fui ayer a conocer y admirar.

Olvera está perfectamente organizado para recibir al turismo. Contrariamente a otras ciudades del entorno, el visitante encuentra en los diferentes puntos de la ciudad cercanos a los monumentos, numerosos aparcamientos gratis. Yo dejé mi vehículo a la entrada del pueblo y me fui a pie subiendo la cuesta hasta el castillo.

El medio kilómetro aproximado de camino que conducía a la fortaleza ofrecía maravillosas vistas panorámicas del paisaje. Bajo la peña, un grupo de perros, al parecer abandonados y maltratados por sus dueños, a juzgar por el miedo que nos tenían, nos seguían a lo lejos. A la derecha, conforme ascendíamos, el barranco aumentaba de profundidad y el paisaje ganaba en hermosura.

Al fin llegamos a la primitiva ciudad. Entramos por una angosta callejuela y nos encontramos de pronto en la plaza. Una parcela cuadrada de unos tres mil metros cuadrados cuyo lado derecho estaba ocupado por la iglesia, un edificio construido sobre las ruinas de la mezquita árabe, que fue usada para culto cristiano hasta el siglo XVI cuando fue demolida para edificar sobre sus cimientos la iglesia primitiva. En 1823 se derriba la iglesia primera y sobre sus cimientos se construye la actual.

Caminando hacia el frente, un mirador nos permite contemplar la ciudad que se agita abajo, y el paisaje verde y montañoso del entorno; a la izquierda se haya una fila de casitas de dos plantas pegada a la base del castillo. Es precisamente por una de ellas que se accede a la fortaleza.

Cruzamos el patio interior y nos encontramos con la escalera.

Mi mujer me miraba como preguntándome si estábamos capacitados para subir hasta las almenas; yo le hacía la misma pregunta con los ojos, y ella, sonriendo, me dice:«¿Por qué no? Para eso hemos venido». Y allá fuimos.

Pasamos un día fenomenal, inolvidable. La gente olvereña es amable, simpática, y sabe atender a sus visitantes. Cuando les preguntas algo te responden sinceros y amables, no te engañan indicándote la dirección contraria, como en otros sitios que he visitado.

Después de visitar el castillo (la iglesia estaba cerrada por obras), nos paseamos por el pueblo y fuimos a comer al Restaurante Entrecaminos, que nos habían recomendado porque, además de la carta, ofrecía un buen Menú del Día por un módico precio:

Choco con patatas, Flamenquín casero, tarta de queso, ensalada, café, dos cervezas y el pan = ocho euros.

Observé que muchas calles tienen nombres de países europeos: calle de Francia, Alemania, Holanda, Suiza… Esto se debe a lo que ya he criticado en algunas entradas anteriores: El pueblo andaluz siempre ha pasado necesidad y se ha visto obligado a emigrar para quitarse el hambre, mientras sus gobernantes vivían a cuerpo de rey. Y Olvera no podía ser menos: sus habitantes tuvieron que emigrar tanto, se sienten tan agradecidos a las naciones que los acogieron, que han bautizado sus calles con sus nombres.

Las huellas de las inundaciones mostraban la magnitud del desastre sufrido por las lluvias en la provincia; la carretera estaba rota en un punto y un carril estaba anulado y acotado. Los empleados de obras públicas se afanaban en arreglarlo.

Aún nos queda por conocer varios pueblos de la sierra gaditana: Setenil, Villalengua y Alcalá del Valle y algún otro más, visitas que dejamos para otra ocasión.




lunes, marzo 08, 2010

¡FELICIDADES, COMPAÑERA!

Foto de internet

En estos momentos sueña. Su cara plácida denota que está tranquila. Los años han cubierto su piel suave y lozana con una pátina de seda, algo arrugada y flácida, y la experiencia que le han dado sus cabellos plateados, después de haberse realizado como mujer, como madre, abuela y esposa amiga le hacen ver las cosas de manera diferente: ya no quiere conquistar al mundo, lo ama y lo disfruta.

Es bondadosa, todo lo entiende y lo asume. Sabe que no hay nada nuevo, que se repiten los ciclos como las primaveras; que de los capullos continuarán saliendo las mariposas, que los inviernos llegarán fríos y despojarán cruelmente a los árboles de sus hojas, que el lobo devorará a los corderos… Es ley de vida.

Su carita de niña curtida sonríe. ¿Qué estará soñando? Tal vez revive alguna aventura, como la de ver caminar a sus hijos, o está escuchando el parloteo de sus nietos. O quizás me ve junto al Sena, arrebatándole el libro que siempre llevaba consigo para besarla, tumbados ambos en la hierba; o haciendo las compras para la llegada del primer bebé; o se ve trabajando en aquel restaurante de Calpe mientras yo, en paro, cuidaba a los niños y los llevaba al colegio.
O simplemente se ríe de la hipocresía del mundo machista, que homenajea a la Mujer un día al año, mientras continúa explotándola y marginándola en las empresas pagándoles un salario muy inferior al que cobran los hombres por realizar el mismo trabajo.


Dentro de poco, a la hora del desayuno, y también mañana, a la hora de entrada al colegio, comenzará a sonar el teléfono y ella pondrá el altavoz para que los dos escuchemos: «¡Felicidades, mamá!», dirán sus hijos.«Felicidades, abuela», dirá Iván, su nieto. «¡Pumpeaño féeliii!»,cantará su nietecita. Y ella, con los ojos lagrimosos, le dará besos al auricular del teléfono para que suene bien en los oídos de todos.

Y es que mañana mi esposa cumple un años más. Es tan buena, tan dulce y tan humilde que quiso retrasar un día su nacimiento para no quitarle protagonismo al Día de la Mujer Trabajadora, que con tanto mérito y esfuerzo se habían ganado.¡Como si ella no se mereciera también ese homenaje, con todo lo que trabaja!

De todas las cosas buenas que me ha dado la vida, ella es la más valiosa, la mejor, la que más quiero y valoro. Siempre ha estado a mi lado apoyándome, aconsejándome, reconfortándome en mis momentos bajos, y alegrándose conmigo y celebrándolo juntos cuando la vida nos hacía un buen regalo.
Por eso la necesito tanto y no sabría qué hacer sin ella; por eso es con todo mi corazón que hoy le deseo que cumpla muchos años más.
¡FELICIDADES, CARIÑO!


A todas las mujeres del mundo dedico el artículo que presento aquí.


Con toda mi admiración y respeto, besos para todas ellas

viernes, marzo 05, 2010

Homenaje a Juan Ramón Jimenez del escritor y poeta Fernando Jimenez- Ontivero



Juan Ramón Jiménez.


Ahora que estás ausente, hablando con tus dioses

déjame Juan Ramón depositar el Libro de los Muertos

en tu lejana tumba donde reposas tú,

sochantre de los cantores poéticos,

y después de arrodillarme ante la cruz de tu humilladero

liberar la éntasis de tu poesía,

para que se derrame sobre la tierra.

¿Por qué tiene que morir un poeta como tú,

o es que ha muerto el que iba a tu lado sin tú verlo?

¿ Cómo es posible que la sustancia de todo lo vivido por ti

no se esparza, sume y magnifique entre nosotros?

¿Pueden los acantilados resistir el oleaje de la mar bravía

y no dejarse invadir los hombres por la fuerza de las olas

de tu poesía?

Que vengan los dioses, y los rayos del sol derritan sus alas,

para poder hablar con ellos y decirles lo que te recordamos,

lo que te necesitamos y ¡ oh ! seres supremos, recoger

alguna gota de tu esencia inmortal e inolvidable.

Mi primer contacto contigo se produjo en el café de las sorpresas,

donde un niño asombrado convivió con Platero,

rodeado de luz y de mariposas de colores,

acariciando su piel como de algodón

y viviendo con plenitud sus aventuras poéticas.

Las mariposas siguen volando hoy día, amigo, a tu alrededor,

pero no nos abandones nunca a nosotros,

los niños, que siempre te amaremos.

Juan Ramón, tú el loco, de barba nazarena,

me han oscurecido tu recuerdo con la veladura

de un premio Nóbel, pero tú seguirás siendo el único canto

que soy capaz de identificar entre el de las miles de aves del cielo,

porque tu voz tiene una presencia eterna y tu sustancia es inmortal.

Déjame que ciña la hopalanda de los antiguos discípulos para asistir

boquiabierto a tu cátedra, palpitando mis sienes, latiendo mi corazón

a tu lado, sin verte, sólo soñándote, pleno de ti.

Te descubrí de niño, te adoré de adolescente y ahora estoy

descubriéndote en Moguer, haciendo, tú y Zenobia juntos

en su cementerio, la verdadera ciudad poética que soñabas.

Rompan los hombres tu silencio declamando tus versos,

rescatando tu voz desde la sepultura en que te intentaron hundir

aquellos a los que ignorabas con tu talento inolvidable,

desde tu flaqueza física y tu portentosa intelectualidad,

escondiéndote, unas veces en las casas de socorro,

soñando con el océano, por fin descubierto,

y otras en la lejana cátedra americana en que te refugiaste.

¿Dónde está ahora esa inquietud que te ahogaba

y que nunca supiste descubrir, dónde esa fortaleza mental,

dónde ese amor sin igual a la profundidad del pensamiento,

a las cosas humildes, a la naturaleza cercana?

Cuando pienso que un hombre como tú ha podido morir

habiéndote estrechado en mi corazón de adolescente,

y entregado años más tarde en tu lectura meditada,

creo que los montes pueden hacerse arena

y el mar desaparecer por las rendijas de un desagüe universal.

Tu destino de muerte estaba muy lejos de Moguer,

¡oh! qué lejos de parecerse aquel profesor americano

a tu primavera de hombre, hoy paloma perdida.

hoy paloma herida en el último rincón de tu estancia.

¡oh! qué soledad de sábanas blancas, de dolor infinito.

de plateadas estrellas colándose por las persianas,

de cuidados litúrgicos, de sueños imposibles.

Yo no puedo cambiar el orden establecido,

mas si los dioses desaparecieran podría universalizarse tu voz,

impregnarse las sábanas de tu palabra prodigiosa,

y cantar cada mañana las aves del cielo la alegría de tu salvación.

Podría saludarte desde el café de las sorpresas,

entrar en ti, besar tus manos frías,

aumentar la paz de tus madrugadas,

hablarte de la luna ,del pinar y del viento

con tus poesías al hombro, como Eneas llevó a su padre

hasta las costas de Cartago, y reemplazar tu dolor

por la inmensa y profunda ternura de tus versos.


FERNANDO JIMENEZ-ONTIVEROS