Durante el gobierno de los zares, en Rusia los hombres parecían mendigos desarrapados que trabajaban de sol a sol por un mísero salario, sin otra ilusión que gastarse el dinero en vodka para olvidar las vejaciones que sufrían. La mayoría se desahogaban al llegar a casa con sus esposas y los hijos, culpándoles de sus desgracias y azotándoles sin motivo alguno para demostrarse así mismo la hombría que huía de ellos ante los encargados y gendarmes de las fábricas.
Las mujeres no eran personas sino esclavas, y se las usaba como bestias de carga y como recipientes de semen.
«La Madre» es la máxima exposición del ansia emancipadora de la clase trabajadora, ambientada en una Rusia burguesa que acapara todas las riquezas y controla la vida de sus siervos. El nacimiento de la Internacional socialista, que promete que “el pueblo unido jamás será vencido”.
El autor describe crudamente la situación que se vive en la Rusia de los zares. He elegido como ejemplo este fragmento en el que aparece una siniestra figura humana en el claro del bosque y se dirige a una choza donde traman repartir octavillas revolucionarias. El hombre camina mal, se tambalea de un lado a otro, apenas puede respirar y se duele del pecho; tose mucho y escupe sangre. Se ofrece a repartir él las octavillas, y la Madre, que es quien las ha traído caminando varios días por los bosques arriesgando su propia vida, se niega aludiendo a su estado grave y enfermo: «¡Pero si no se tiene usted en pie!», exclama. El hombre insiste:
«Aún puedo hacerlo. Mírenme, tengo 28 años y me estoy muriendo. Hace diez años me cargaba hasta doce puds de peso (El pudd equivale a 16 kg.) y como si nada. Con esta salud, pensaba yo, llegaré hasta los setenta sin un traspié. He vivido diez y ya no puedo más. Los patronos me han robado cuarenta años de mi vida, ¡cuarenta años!»
Un grupo de jóvenes intelectuales comprende que el pueblo es mayoritario y las fuerzas opresoras escasas. Piensan que las riquezas que produce el pueblo deben ser para el pueblo, en vez de estar siendo acumuladas y despilfarradas por unos pocos mientras ellos, los productores, se mueren de hambre sin llegar a los cuarenta años.
Pavel, personaje central que representa en la vida real al héroe ruso Zalomov, un joven revolucionario que dirige un grupo clandestino, entiende que lo primero que necesitan los obreros es aprender a leer para conocer la historia e informarse de lo que los mantiene en la esclavitud. Su madre teme por su vida.
La descripción de la escena en que por primera vez en la Rusia zarista un grupo de trabajadores abandona la fábrica y se junta en manifestación, enarbolando la bandera roja y marchando hacia el pelotón de soldados armados con sables y a caballo, eriza la piel y justifica por sí sola la lectura del libro. La represión es terrible, pero algunos soldados se niegan a obedecer, lo que prueba que la semilla de la revolución ha calado hasta en el Ejército.
Natasha, una joven estudiante, hija de una familia burguesa, y desahuciada por unirse a la causa, será una de las principales activistas.
La parte romántica la pone Sershenska, la temeraria activista, maestra de profesión que, enamorada de Pavel, lo sigue silenciando el amor que invade su alma para no comprometerle, sabiendo que él no tiene otra meta en la vida que la Revolución.
Nacen las imprentas clandestinas y los repartos de octavillas y libros se multiplican, aun a riesgo de acabar todos condenados a muerte, a campos de trabajos forzados o desterrados a Siberia.
Los registros por la policía secreta en las viviendas y la saca de sus inquilinos se suceden. Pavel es detenido y encarcelado y su madre, orgullosa de su hijo, decide continuar su lucha, aunque para ello deba aprender a leer y escribir, y dedica su vida a repartir por las aldeas y ciudades los periódicos que cambiarían la mentalidad de la gente. Espías y agentes secretos la seguirán. Será conocida en todas partes por "La Madre" (de Pavel)
El libro, escrito en 1906 durante su destierro en Estados Unidos, es una cronología novelada del movimiento obrero en sus inicios.
Lo he encontrado en la sección de Ofertas de Carrefour, al precio de 5`90 euros. Tiene tapa dura, buena presencia y contiene dos novelas: La Madre, y Los vagabundos. Un total de 503 páginas, de las que 345 pertenecen a La Madre.
Como lector, agradezco la exquisita prosa, que contiene numerosas frases memorables, y la detallada información histórica de aquella desgraciada época.
Como dato negativo, encuentro un exagerado y bondadoso maternalismo por parte de la protagonista, que por momentos cansa.
Gorki, seudónimo del escritor Alexei Maximovich, ha sido siempre denostado por unos y ensalzado por otros. A sus treinta años había publicado varias obras, que fueron traducidas a varios idiomas, su prestigio fue tan grande, que en 1901 ya se le comparaba con Tolstoi.
Perseguido por su gobierno, Gorki huye a Estados Unidos, donde logra impedir que se le concedan al Zar préstamos para la continuar guerra. Gorki era amigo de Lenin y, a la muerte de éste, fue utilizado por Stalin para expandir sus ideas; pero luego fue perseguido por éste al no aprobar el escritor ciertos comportamientos del Partido Comunista, como el limitar la libertad de expresión de los escritores.
Gorki, tras exiliarse en varios países y vivir plenamente, escribiendo numerosas obras reconocidas mundialmente, murió en Moscú en 1936 en extrañas circunstancias, dando pie a diferentes versiones sobre el suicidio o el asesinato.