Rosa, ayer te vi en la ciudad, cerca del nuevo centro comercial. Estabas sentada en la terraza de un bar, mirando continuamente el reloj y fumando cigarrillos; esperabas a alguien, nerviosa, y la ansiedad te podía. Me quedé allí, observándote, para ver lo que hacías al comprender que ya no interesas a nadie y todos te dejan plantada.
Al rato dejaste sobre la mesa unas monedas y te levantaste, llevabas el semblante serio, parecías demudada; tus ojos hundidos y cercados por la pasión negada. Intuyo la noche larga que has pasado abrazando la almohada o mirando las estrellas por la ventana, acompañada por el Fortuna y alguna lágrima. Sí, sé como te sientes… tú hiciste lo mismo conmigo.
Y ahora… aquí estás. Te miro y me das lástima.
Coloca el pescador el cebo en el anzuelo y lo lanza al mar revuelto y espera, paciente, a que algún pez despistado o hambriento pique y acabe en su plato para ser devorado. Ignora el pescador que en las altas esferas también se afanan en cazarlo con el señuelo del trabajo y de vivienda, de paz y felicidad, que lo harán picar y acabar en el plato de los muertos en vida.
¿Donde estás, amor, que tanto tiempo ha que no nos vemos? Tus risas aún resuenan en estos muros mientras miro con ojos húmedos, enrojecidos, las imágenes del último de tus videos.
¿Cuándo podré abrazarte y morir de gozo en tus brazos, escuchar tus risas y jugar contigo? ¿Cuándo podré tener el privilegio de ver cómo te diluyes, cual terrón de azúcar, gozando con el amor que sentimos? Una sonrisa tuya vale más que mil primaveras.
La sombra ancha del banquero planea sobre nuestros cuerpos.
Hurón que acosas al conejo en su madriguera y lo obligas a buscar una salida y a huir en pos de seguridad y alimento en otras tierras… ¡Cuántos hurones en Andalucía, cuántos conejos sin madriguera!
Los amos del cortijo están muy ocupados preguntándose qué es primero, mi apellido o el tuyo. Y mientras, los jornaleros arrancan bellotas para poder comer. El campo está lleno de parásitos. Este año también la cosecha será mala.
Mira la rosa altanera a las florecillas silvestres que crecen en torno a ella .Piensa que jamás alcanzarán su belleza y sonríe orgullosa.
Y mientras la rosa encendida dedica su vida a ser la más bella, a sentirse adorada por los diversos insectos que vuelan alrededor, sin osar tocarla para no mancharla, las florecillas silvestres, humildes y pícaras, se abren sonrientes y se ofrecen libremente y sin complejos a las caricias de abejas y moscardas, mariposas y mariquitas sabiendo que la vida son dos días, y los aprovechan para amar y compartir su polen con otros seres, que al igual que ellas necesitan espantar la soledad. Saben que luego llegarán los días de fuego y sus pétalos de terciopelo se tornaran rugosos, y secos, caerán al suelo y los arrastrará el viento. La rosa también caerá y permanecerá en pie, espinoso, punzante, el cardo borriquero.
Tus palabras duelen hoy...
ResponderEliminarLo de los apellidos es para distraer al personal, para que no piensen en la miseria cotidiana.
Saludos.
Mucha verdad en estas palabras... Hay personas que piensan seer la vida el tiempo de esplendor en que viven. Pero, la vida es más que eso y debemos utilizar-la hoy, porque no conocemos el futuro. Así, debemos hacer nuestra vida la mejor que podemos tener. Así, carpe diem.
ResponderEliminarSin duda, los pétalos vuelvan ásperas, caída y esta regla es igual para todas las flores. Así, debería considerar el pueblo, disfrutan hoy, porque será feliz.
ResponderEliminarPerejil de la playa...
ResponderEliminarUna flor lila,
simple, singela.
Es común encontrar-la en el caminos
Donde está el mar y ni necesidad de estar cerca.
Perejil de la playa... Una flor linda, simples.
nació a cubierta el camino
de que no tienen nada,
una flor para adornar el jardín de nadie.
Perejil de la playa... Un terno florete, frágil,
pero tan hermosa, tan natural, como Dios lo hizo
en un astillero.
Flor que bendiga a los medios
de los cuales atrasos frente a la playa...
Como si fueran estrellas
que guía la trayectoria de un pescador.
(Ednar Andrade).
buena metáfora amigo, como flor me gusta el jazmín, más el amor me llegó con una rosa que jamás me ha lastimado roja como roja es la sangre que me nutre. Un beso Juan!
ResponderEliminarMe dejaste algo dolorido.
ResponderEliminarUn saludo.
Me gustaron tus divagaciones.
ResponderEliminarUn beso
Flor
Que sospresa ..para mi Juancito nunca lei algo tuyo , es decir ..un blog entero ..!
ResponderEliminarEl tema del amor , el paisaje la vida misma , transcurren en tu obra
resueltos con limpia belleza .
tono vital ...de intenso lirismo con palabras que brotan de tu propia luz.
!! felicidadesss...amigo ...! Margarita Ruiz
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOño Juan!!
ResponderEliminarLa rosita despreció la pasión y se fue con don Fortuna, y ahora busca pasión cuando ya está mustia.
Me gustado leer este relato, me gusta el ritmo, el principio y el desenlace.
El protagonista esta regocijando su venganza, que es como decir: "Te esta muy bien, o te lo mereces por haberme despreciado".
El tiempo pone a cada uno en su lugar, en el lugar que le pertenece.
Un abrazo Juan
Creo que sí, amigo Toro Salvaje, marean la perdiz con estupideces para que no pensemos en la situación que vivimos.Un abrazo
ResponderEliminarDanclad, bienvenida a mi blog y muchas gracias expresar tu opinión. Saludos
ResponderEliminarEdnar Andrade, bienvenida a este blog. Te agradezco de corazón tus sabias palabras y el bonito poema. Saludos.
ResponderEliminarHola, María Susana, gracias por tu vista.
ResponderEliminarYo no sé qué flor me gusta más, si la rosa, el clavel,el jazmin, la azucena, la margarita, la gardenia... ¡me gustan todas!
Como las mujeres.
Un beso, amiga.
Hola, David, lo siento, hay días así. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Florecilla, me alegro mucho. Espero estés más animada. Feliz semana. Un beso
ResponderEliminar¡Hola, Margarita!
ResponderEliminarSí,amiga; por tus comentarios ya me había dado cuenta que en facebok solo leías el fragmento pero no entrabas aquí. Me alegro que por fin hayas entrado y te guste.
Gracias por tus amables palabras. Un beso
Hola, Marian Gardi, gracias por tu visita. La Rosa no está mustia, lo que pasa es que ya no interesa a nadie, quizás porque la conocen demasiado y su carácter no es compatible o exige demasiado. O porque es veleidosa y coquetea con muchos, qué se yo. El caso es que la dejan plantada.
ResponderEliminarEl narrador,no se regocija, siente lástima.
Como apunta María Susana, el relato es una alegoría, el cuadro y el nombre dan una pista. El narrador se enamoró del partido del puño y la rosa y ésta lo abandonó y coquetea con otros. Llega la cita de las elecciones y sus amantes la dejan plantada. El narrador siente lástima por lo que significó para él y en lo que ha devenido.
Un beso, Marian, y feliz semana.
Que bueno el sabor de tus letras Un abrazo desde este lado del planeta
ResponderEliminarHola, Recomenzar,bienvenida aeste blog. Muchas gracias por tus amables palabras. Saludos.
ResponderEliminarJuan vente al IV Encuentro de poesia en Red, que se hace en Granada en la Primavera en el mes de Abril o Mayo.
ResponderEliminarMe encantaría que asistieras.
Besos
Juan,
ResponderEliminarEs la cancion del sindrome del amor perdido. :)
A todos nos ha pasado.
Lindo
Un abrazo
P
Marian, a mi también me gustaría asistir; pero falta mucho para eso y no me gusta decir Sí y luego no poder. De todas formas si fuera sería como espectador, no es mi fuerte hablar en público.Tengo algunos problemas que atender. Escríbeme con más datos y ya te diré. Un beso
ResponderEliminarSin careta, un placer verte en mi blog. Bienvenida seas. Un saludo.
ResponderEliminarPara mí, la rosa es la flor del amor por excelencia. Mezcla la belleza con el dolor de su pinchazo en el deseado tacto. Son dos formas de vivir ese amor que simboliza lo excelso y el dolor…
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bueno tu comentario, Antonio, no había visto la rosa de ese modo. Un abrazo
ResponderEliminarLa rosa a pesar de ser hermosa, marchita como cualquier florecilla y el tiempo pasa para ella como para cualquiera.
ResponderEliminarLástima que cuando se de cuenta el tiempo no dará marcha atrás.
Un beso Juan, me encantó leerte.
:-)
Pd: Escuchando a Pilar
Hola Oréadas, al final todos calvos, sea rosa o cardo. Yo también escuché a Pilar, pero no llegué a tiempo de oir tu poema.
ResponderEliminarA ver si me acuerdo el sábado y escucho la repetición del programa.Un beso