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domingo, enero 26, 2025

JAMONES



 

El jamón es un producto reconocido en el mundo entero. Son de diferentes clases y calidades, y cada país tiene sus preferencias.
En París yo no encontré ni un jamón como los de España, salvo los que llevaba mi vecino de habitación “El maño”, que llevaba jamón de Teruel al volver de las vacaciones, sino que eran jamones cocidos y sin hueso, como el jamón de York que veo aquí en algunas tiendas y que cortan a rodajas con máquinas.

Los jamones que que yo prefiero son los ibéricos.
Todas las clases de ibéricos: el de recebo, el de cebo, el de bellota (solo lo comí dos veces: en una cena especial de la empresa y en una boda. Estaban muy ricos, pero son tan caros que no me los puedo permitir), el de campo sin D.O y, en último lugar, el jamón ibérico al 50% de cerdo americano Duroc.

Y luego está el otro, el que más bonitos recuerdos provoca, el que más momentos felices me ha regalado, el que se disfraza con nombres más cultivados: cachas, nalgas, muslos...
Son jamones muy distintos, pero ambos provocan sensaciones agradables. Algunas, inolvidables.

Cuando yo me puedo permitir comprar un jamón ibérico de 7 u 8 kilos, lo llevo a casa esperando que sea bueno y esté bien curado, en su punto: ni muy blando ni muy seco, con la satisfacción de que voy a disfrutar buenos momentos con la familia saboreando el jamón, acompañado con un buen vino, mientras hablamos o escuchamos anécdotas.

Pero cuando se va conduciendo el coche, llevando al lado a la novia, a la compañera de trabajo, a una amiga con derecho a toque, incluso a la esposa de toda la vida, y esta está sentada a gusto y tranquila, con las piernas estiradas o encogidas y el vestido por encima de las rodillas..., es imposible no mirar de reojo y desear tocar, acariciar, incluso besar y morder la piel sedosa y cálida de sus piernas, sus cachas, nalgas o como queráis llamarlas.

Poco a poco, sin apenas darse cuenta, la mano se vuelve autónoma y se desplaza, se desliza sobre el vestido palpando su dureza, su textura (al igual que se hace con los jamones) y entonces el corazón palpita y enloquece... y la mano ya no se conforma con deslizarse por encima sino que explora todo el entorno hasta que un claxon sonando enfurecido y un fuerte chirriar de frenos le devuelve a la realidad: “Estás conduciendo, chaval, no seas impaciente, ya te sobraran ocasiones para saborear esas nalgas.”

Lo que digo en el último párrafo no es inspiración, me sucedió a mí en 1969 cuando llevaba en mi Citröen Dyane 6 a mi novia Carmen a la playa de la Puntilla por la carretera vieja de El Puerto. Iba yo así, con la mirada al frente sin ver nada, pero atento a las sensaciones de mi mano derecha que apretaba suavemente la suave y morena pierna de ella y se desplazaba, curiosa, hacia sus intimidades, cuando un camión que venía enfrente tocó la bocina y frenó de golpe. Carmen dio un grito:
“¡Juannnnnnnnnnnn, que no vamo a matá, joé!”

Desde aquel día ya no lo he vuelto a hacer: ella se había dejado acariciar, ¡ya la tenía en el bolsillo! En cuanto hubiese ocasión, sería mía.

¡Buenos días, amig@s! Lloviznando y a 15º de temperatura

viernes, enero 24, 2025

LA NIEBLA

 


¡Buenos días, amig@s!

Amanece hoy con 14º C de temperatura y una cortina de espesa y húmeda niebla colgando del cielo que impide la visión a más de 50 metros.
Hacía tiempo que no pasaba eso en el barrio y, mientras iba caminando a comprar el pan, recordé un día de muy espesa niebla en París:
Iba yo un domingo por una calle entre la catedral de Notre Dame y el río Sena, buscando el puente para pasar al Barrio Latino y no veía nada. La silueta de la torres y la aguja de la catedral apenas destacaban entre la bruma. Escuché muy cerca la sirena de una barcaza y me asusté. De pronto tropecé con un señor anciano, calvo y barbudo (eso sí lo pude apreciar) que temblaba de frío y estaba chorreando agua. Le pregunté:
—Buenos días, señor, ¿está lejos el río?
—Justo detrás de mí
—Yo no veo nada. ¿Cómo lo sabe usted?
—Acabo de salir del agua.
¡Quieto, parao!, me dije. Giré el cuerpo despacito y me fui en dirección contraria, teniendo en mente eso de que “Ojos que no ven, tortazo que te pegas.”


miércoles, diciembre 18, 2024

EL POLIDEPORTIVO

  

 El otro día fui a la Sierra  a ver la nieve.

 Me sorprendió ver a un señor vestido con un chándal azul, organizando el tráfico   dando voces y denunciando a los coches mal aparcados. ¿Quién era ese señor, qué derecho tenía a realizar  funciones de policía?

Detuve mi coche delante de un garaje y esperé a ver su reacción. Lo vi venir con pasos apresurados mientras se sacaba del bolsillo el cuadernillo de las denuncias y el bolígrafo.

 ¿Usted no sabe que aquí no se puede estacionar ni aparcar? ¡Documentación!

 ¿Y usted quién es para pedirme eso? —alegué

 Soy el policía municipal

 Pues no está de servicio; no lleva uniforme y por tanto...

 Este es mi uniforme de policía,  se ordenó así dado que el pueblo llevaba diez años pidiendo un poli deportivo.

 Ah... entiendo. Mire soy un influencer con más de tres millones de seguidores, y si me pone la multa llevando ese uniforme va a recibir tantas criticas este pueblo y su ayuntamiento, que la oposición le va a despedir y denunciar por  cohecho.

El tío cambia el rostro de color como los camaleones del Tiro al Pichón de El Puerto, se quita la gorra, se rasca al coronilla, se estira la cazadora, carraspea un poco y dice:

 Ignoro  qué es eso de ser influencer pero voy a darme la vuelta y si en dos segundos no se ha ido, le juro que lo encierro por difamación e insulto a la autoridad.

 Pues otra experiencia más que me regala este triste y dañino año 2024

domingo, diciembre 08, 2024

" ÉRAMOS POCOS Y PARIÓ LA ABUELA!

“Éramos pocos y parió la abuela”

Siempre hemos tenido problemas de paro en Andalucía, pero cuando uno trabajaba disfrutaba cogiendo el coche un domingo frío y llevando a su familia a desayunar o comer a una venta. Hacerlo en la del Pollo era una pasada: ponían los vasos de café en tubos más grandes que los de la cerveza, y unas rebanadas de pan de pueblo de dos o tres centímetros de espesor. Y para untar el pan lo que quisieras: aceite del bueno, manteca o pringá.

Las mesas estaban siempre llenas, había gente esperando o comprando teleras de pan. Así ha funcionado durante décadas.

Pero hete aquí que llegaron los listos del Gobierno y que comenzaron a poner obstáculos y a prohibir cosas, como servir la manteca y la pringá en un plato y el aceite en jarritas. Hay que ponerlas en cápsula pequeñas, plastificadas (más plástico para contaminar) debidamente documentadas con fechas de caducidad, lugar de procedencia, marca etc.

Pues se han cargado el negocio. Ya no resulta interesante ir hasta la venta para tornar café igual que el del bar de mi barrio.

Pasará lo mismo con el turismo y las reservas de hoteles y agencias de viaje: antes dabas el DNI y era suficiente; ahora debes indicar hasta la fecha del bautismo. Y lo peor: el numero de cuenta y de tarjeta, la caducidad y el DNI. Y eso es lo malo, que tus datos bancarios se guardan durante tres años en el establecimiento y en la policía, y cualquier empleado o funcionario la puede usar y vaciarte la cuenta. No me fío de nadie. Porque, quién vigila al guarda? Ya hemos visto como al Jefe de la Policía le han encontrado decenas de millones en billetes emparedados, más lo que tendrá en el extranjero.

https://www.elmundo.es/madrid/2024/11/12/673270bbe4d4d882078b4599.html

¡Qué contradicción más grande, por Dios! Por un lado te envían mensaje de la policía "No deis el numero de cuentas y los datos personales a quienes te lo pidan por internet, Tu banco nunca te pedirá datos por internet".
Y ahora te obliga a dárselos a desconocidos para poder reservar un billete o habitación.

El Gran Hermano anunciado por Orwell está aquí. ¡Tened cuidado! Veremos cuántos turistas aceptan esas condiciones para venir a España





viernes, noviembre 22, 2024

EUSEBIO ENVÍA UN BUROFAX




 

Esta tarde ha sucedido algo impensable en la época del conocimiento y del IA.

A las 16 horas he visto pasar por la calle a mi vecino Eusebio, que iba a la oficina de Correos para enviar un burofax a su operadora de internet y teléfono, solicitando la baja. Dado que fui yo quien le sugerí el domingo pasado que lo hiciera así, lo he acompañado.

Cuando hemos llegado a Correos, Eusebio ha sacado del bolsillo un sobre cerrado con la dirección de Vodafone y se lo ha entregado a la empleada que nos recibía tras el mostrador, una joven muy guapa, enfundada en unos Skins color carne, que parecía que estaba desnuda.

Como el Eusebio se quedara con los ojos como platos y la lengua afuera relamiéndose los labios ( yo también), la joven le preguntó:

—Qué desea que haga con esta carta, ¿ponerle un sello?

—No, es un burofax

—Pues tiene que darme el papel, no necesita el sobre

—Es que lo que dice la carta es información confidencial.

Y la niña se vuelve de espaldas, mostrándonos el paraíso, y manda el burofax con sobre y todo. Al final le da la copia y le pide tres euros.

Mi vecino se los da y se queda leyendo la copia.

—¡Oiga, pero esto es la dirección de Vodafone!, ¿Y mi carta?

—Es tan confidencial que se han quedado con ella en la Central.

—Ah, vale.

Y salimos a la calle. Iba tan contento que me invitó a un café.

Ya dentro del bar, mientras nos sirve el café, cojo el periódico y leo:

«En total, desde que comenzó el año hasta el tercer trimestre de 2024 se han registrado 237 homicidios».

—La mitad o más han ocurrido en mi pueblo natal — dice Eusebio.

—¿Y cómo es eso, amigo?

—Allí, cada asesinato se cuenta por duplicado. Si son diez, se cuentan veinte: los diez primeros son los crímenes reales; los otros mueren durante la recreación de los hechos ante el juez.

—Vale tío, paga y vámonos a disfrutar del domingo.



Hay gente que tiene cabeza porque está prohibido ir sin ella: la Guardia Civil no los puede identificar si conducen borracho.

miércoles, noviembre 20, 2024

¡EL EUSEBIO ES PADRE!

¡Pobre Eusebio! Resulta que anoche, sobre las doce, estaba viendo yo una película cuando suena el timbre de la puerta y me encuentro al Eusebio muy agitado, con la respiración descontrolada a punto de salirle el corazón por la boca después de subir cuatro pisos porque le da miedo montarse en el ascensor. Me pone frente a mi cara la mano abierta para que espere un momento y al cabo de un minuto y dieciséis segundos me dice:
 —¡Juanillo, acompáñame, por favó! 
 —¡Pero que te pasa, amigo!
 —Que me acaban de llamá del hospitá porque mi mujé ha dao a lú un niño. ¡El Primero¡ Y yo estoy tan nervioso que no pueo ni conducí
 —¡Pero hombre, eso no es nada, mi mujer ha tenido cuatro y aquí está más joven y guapa que yo! 
—¡Jajajaja,no me haga reí! Má guapo que tú é hasta el perro de mi suegro, un bulldó que tira má baba y espuma que una fábrica de jabones. Bueno, a lo que vengo: ven conmigo y te presento a mi hijo.

 Diez minutos más tarde estábamos en la sala de Maternidad. La mujer de mi vecino nos recibe acostada y sonriente, feliz de ser madre. En el regazo, cubierto con una mantita, asoma la carita de un bebé. 
—Mira qué guapo es tu hijo, cariño — le dice ella a su marido.
 Eusebio se queda boquiabierto al mirar a la criatura. Después exclama: 

—¿Mi hijo? ¡Pero si es negro! 
—No cariño, no. No es negro, es que le ha salido un lunar 
—¡Ah, bueno.! Joder, que susto me he llevado. 

Y ahora que está amaneciendo después de tomarme con mi vecino cuatro güisques JB, celebrando el acontecimiento en la cafetería del hospital Virgen de El Puerto, me dirijo en taxi hacia mi casa. ¡Asco de vida esta!



sábado, noviembre 16, 2024

Muere Celeste Careiro, la mujer que con su gesto dio nombre a la “Revolución de los Claveles”

Aún recuerdo emocionado el día en que Portugal pasó de la dictadura militar a la democracia pacíficamente. ¿Qué pasaría en España cuando muriese el Dictador? De solo pensarlo, toda España temblaba.



DEL DIARIO NOTICIAS ( LISBOA)

Muere Celeste Careiro, la mujer que con su gesto dio nombre a la “Revolución de los Claveles”

En una declaración a DN con motivo del 50 aniversario del 25 de abril, Celeste recordó su historia. "El soldado me pidió un cigarrillo. No fumaba, nunca fumé. Por unos segundos, me pregunté cómo podría compensar a ese chico, allí, encima de ese coche, luchando por nosotros. Él estaba allí dándome algo bueno y yo no tenía nada que darle. Sin pensarlo, tomé un clavel de la rama que llevaba y se lo ofrecí. Nunca se me pasó por la cabeza que por eso el 25 de abril llegaría a ser conocido mundialmente como la Revolución de los Claveles", reveló.

Ese chico nunca pudo ser encontrado. Cada vez que pienso en ese día lloro. Tenía 40 años, cuidaba de mi madre y de mi hija. Vivía en Chiado y amaba la ciudad donde nací. Y todavía me encanta.

Tengo 90 años, oigo y veo muy mal. Me conmueve mucho hablar de este día. Los médicos dicen que me enferma. Le voy a pedir a mi nieta que te cuente el resto de la historia. ¡Viva el 25 de abril! Si lo dejamos morir tendremos que hacer otro.



LA NIETA:

«Mi abuela Celeste es hija de una española de Badajoz y de padre desconocido. Con dos hermanos mayores, creció en Casa Pía. Incluso a mi bisabuela le costó dejar a sus hijos, a quienes visitaba regularmente. Nunca los abandonó.

Mi abuela era la chica favorita del director de la escuela. Tomó el Curso de Enfermería, pero como tenía problemas pulmonares no pudo ejercer. Sin embargo, la niña Celeste siempre fue independiente. Nunca se casó con mi abuelo. Cuando mi abuelo se portó mal, mi madre tenía 3 años, se separaron. Para consolar a mi abuela, quise ofrecerle un hilo de oro y otras cosas. Pero mi abuela no quería saber nada de los regalos, ni de él. Sola, siguió cuidando de su hija y de su madre.»

viernes, noviembre 08, 2024

ALMAS GEMELAS. Dedicado a M Susana Dall Occhio Pais

 


Un día, hace muchos años, en una nube algodonosa viajaban un niño y una niña cogidos de la mano. Eran felices, pensaban lo mismo y coincidían en los mismos gustos. Junto a ellos iba el tutor, quien había recibido la dolorosa orden de separarlos y, mientras la parejita admiraba desde lo alto la belleza de la Bahía de Cádiz, el tutor empujó al niño, que fue cayendo despacio en dirección a la blanca ciudad; pero el jodido viento del sureste lo fue desplazando tanto, que cuando tocó tierra estaba en la choza de una campesina de la sierra.

Mientras tanto la niña, su alma gemela, continuó en la nube muy triste por haber perdido a su compañero, y cuando el tutor procedía a echarla se dio cuenta de que la niña caería en alta mar y se ahogaría.
Decidió, pues, acelerar el viaje y al día siguiente divisó la costa del otro lado del enorme charco que iba a separar para siempre a los dos niños. El tutor estaba preocupado: se había pasado de largo y ahora tendría que dar cuentas a su superior, por eso no esperó más, y cogiendo de la mano a la pequeña la dejó caer en la desembocadura del río de la Plata, donde se extendía una gran y rica ciudad. Pero el viento, ¡sí otra vez el puto viento!, esta vez de levante, condujo a la niña hacia el interior tocando tierra en Rosario (Argentina)

Pasaron la vida intentando adaptarse a este mundo, trabajando y disfrutando de las alegrías de los años jóvenes sin dejar de pensar en su alma gemela, tan lejos físicamente y tan cerquita en sus corazones. No fue hasta principios del siglo XXI, en el otoño de sus vidas, que se encontraron gracias a Internet:
Ella estaba casada y tenía una panadería, en sus ratos libres escribía poemas; él, estaba trabajando y se dedicaba a trasnochar en las redes sociales, escribiendo poemas e historias en un blog.

Desde entonces se saludan de vez en cuando, se escriben y se comentan. Otra cosa no pueden hacer: el tiempo de aventuras y de amores terminó, han crecido y ambos se deben a su familia, y ellas se entregan en cuerpo y alma.

Pero nunca olvidarán que fue el mismo día 1 de noviembre, a la misma hora, que ambos abrieron los ojos a la luz de este mundo.
©Juan Pan García

martes, octubre 15, 2024

OS RETO A ADIVINAR LOS NOMBRES DE LOS PROTAGONISTAS DE MI HISTORIA



¡Buenos días, amig@s!
Hoy me he levantado inspirado y os voy a contar una vieja historia. Os reto a descubrir quienes son los protagonistas. Vamos e ello:
Un hombre esta leyendo el Diario de Cádiz, sentado en un banco del parque, al cuidado de su hijo, un niño de seis años, que juega con un balón de reglamento heredado de su abuelo. El niño corre con el balón sobre la hierba, chuta y ... le pega en la cara a otro señor que estaba mirando el móvil en otro banco.
El móvil sale despedido y va a parar un metros más allá sobre el césped.
El señor se levanta muy cabreado, recoge el teléfono y el balón. Luego va y le arrea una bofetada al niño, que sale llorando en busca de su padre:

—Papá ese hombre me ha pegado y me ha quitado el balón.
El padre se enfada “Ese tío no tiene derecho a pegarle mi hijo. Se va a enterar”, cierra el periódico , se levanta y va al encuentro del maltratador.

—Oiga usted, como le vuelva a poner la mano encima a mi hijo, aténgase a las consecuencias. Devuélvale el balón.
El maltratador de niños se acerca al chiquillo y...le arrea otra bofetada.
—¡Pero qué hace!— grita el padre— ¡Como vuelva a hacerlo se va a enterar, sinvergüenza!

El maltratador le arrea otra bofetada más fuerte, el niño cae al suelo
El padre lo levanta y le dice:

—Vámonos, hijo, y déjale el balón porque este energúmeno es capaz de matarnos a los dos.
                                     FIN
A ver, amig@s, ¿Estáis listos? ¿Sí? Pues mencionen el nombre de cada protagonista.
¿¡Que no lo sabéis?!
Bueno, os entiendo, son las 7 de la mañana y aún estáis medio dormidos. Os cuento:
El niño se llama Palestina.
El balón es su territorio
El señor que le pega se llama Israel
El padre del niño es la Unión Europea


jueves, octubre 03, 2024

LA GRIPE ME HA INVITADO A PASAR EL FIN DE SEMANA CON ELLA

 Buenos días, amig@s!

Perdonad que apenas entre y comente o publique, mi compañera del alma me ha regalado un catarro tremendo de Segunda mano, pues también a ella algún admirador anónimo se lo entregó sin ánimo de lucro.
Ayer entré en la farmacia del barrio para comprar algún mejunje que contuviera mis excreciones y... Mejor os cuento como fue la escena:
—Buenos días , don Ramón, vengo a que...
En ese momento no pude evitar un estornudo que me causó un intenso dolor en todo el cuerpo. Cuando abrí los ojos vi al farmacéutico y su joven empleada, licenciada en prácticas, consternados observando el cristal que nos separaba y el mostrador: Los mocos chorreaban cristal abajo; el mostrador aparecía lleno de liquido viscoso...
Me limpié con un pañuelo, (con qué otra cosa me iba a limpiar ¿ein?), mientras pensaba qué les iba a decir.
No hizo falta decir nada: la joven boticaria entró en el almacén y, regresó con un frasco color marrón, lo abrió y llenó una cucharita y me la ofreció:
—Tómese esto ahora y al llegar a su casa se toma otra, No más de tres al día.
Me tomé el medicamento, que me recordó el aceite de ricino que nos daban las monjas, pagué el producto (12 euros) y me fui para casa.
Luego, gracias a una vecina mía que estaba sentada esperando a que pesaran a su bebé, me enteré de la conversación que habían tenido en la farmacia la pareja de licenciados:
—¿Qué le has dado?— preguntó el dueño
—Digestic, lo mejor para el estreñimiento
—¡¿Pero estas loca?! Lo que necesitaba el cliente es algo para la gripe.
—Venga a mirar por donde va y comprenderá.
Y se asomaron a la puerta y me vieron agarrado con una mano a la farola y con la otra pinzándome la nariz, los ojos lagrimosos... La niña bonita le dijo a su jefe:
—¿Ve usted como ya no estornuda?
Puede ser una imagen de baguette, palito de pan y texto

sábado, septiembre 28, 2024

¡ MIEDO!

 


No os lo había contado para no alarmaros, pero el otro día en el hospital de Puerto Real pasé mucho miedo. La revisión en Dermatología a mi Carmen fue bien. Pero al salir...

Resulta  que  salimos a las cinco y el autobús no venía hasta las 6 de la tarde. Estábamos cuatro personas esperando en la parada, sita a trescientos metros de la entrada al hospital. De pronto me entraron ganas de orinar y me adentré en el bosque de pinos que rodea el centro medico.

De pronto salió un hombre con los ojos desorbitados y gritó:

—¡Ahhh, sinvergüenza!  ¡Conque estabas aquí, ehhh!

Temblando de miedo salí corriendo adelante, alejándome de la parada del bus. El sujeto seguía tras de mí gritando. Pasé junto a la entrada del hospital psiquiátrico, que está detrás del  Hospital Universitario, donde nos habían atendido. Miré atrás y vi que el loco me ganaba terreno, pues era mucho más joven que yo. Me palpé el pecho, sentía los golpes acelerados de mi corazón, no podía más iba a explotar... Me dejé caer sobre la yerba.

Entonces me alcanzó el señor de los ojos saltones, se inclinó sobre mí, me tocó el hombro y me dijo:

— ¡TÚ LA LLEVAS!

Y salió corriendo mirando si yo le seguía.

domingo, septiembre 22, 2024

EL OTOÑO EMPIEZA MAL

 EL OTOÑO EMPIEZA MAL

Desde pequeño soñaba con viajar a Argentina. Cuando hice la primera comunión, hubo un jugador de fútbol argentino que le marcó un gol a España. Se llamaba Grillo. Un tío mío, que pilotaba un avión Katiuska, huyó a Argentina al terminar la guerra. Luego me hice hincha del Real Madrid y llegó Distéfano, Ryal, más recientemente Valdano y Redondo... Esos argentinos enamoraron a toda España. Y actualmente tengo varias amigas de facebok argentinas, a las que hubiera dado un brazo por poder abrazarla, aunque fuera solo con el otro. Y, hasta dos años antes de la pandemia, soñaba que iría a ver las cataratas del Iguazú con mi Carmen.
Pero, definitivamente, no será posible.
Al problema de la edad, se une mis limitaciones físicas y económicas; el precio del viaje y las 13 horas de vuelo, joder que por muy guapas que sean las azafatas son muchas horas. Pero lo que realmente me hace desistir es que me he dado cuenta de que... ¡No entiendo el idioma!
Ayer salí a tomarme una cerveza, y estando hablando con la camarera, una joven de muy buen ver, un señor que estaba al lado en la barra me dice:
— Vos no hablás como los de acá ¿Sos andaluz?
—No, Sos es aragonés, del Rey Católico, además
—Qué me hablás? Vos sos boludo
—A ver, creo que ha habido un mal entendido
—Andate a la reconcha de la lora, pelotudo
¡Yo no asimilaba el lenguaje, creía que los argentinos hablaban como yo, es un pueblo hermano!
El tipo no paraba de hablar enfurecido, sin darme tiempo a asimiliar las palabras. Intento comprender, reflexiono:
A ver: concha es la vagina de una señora, eso lo sé, y supongo que la Lora es una chica fácil y liberada muy conocida, pues me dice que vaya a verla.. No me vendría mal después de un mes de navegación.
—Dígame: ¿Dónde está esa señora?, por favor...
—¿De qué señora hablás?
—De la Lora
—¡¡Pero vos sos un gran pelutudo. Vos me vas a chupar un huevo, remierda!!
Algo no va bien —pensé —, la cosa se complica. Mejor me voy a casa.
Y me fui tarareando la canción. “ No llores por mí Argentina.....”
Puede ser una imagen de 3 personas y cerveza
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