Siguiendo las recomendaciones de mi amiga
virtual Vero, una hermosa joven catalana, devoradora libros y traductora de profesión, cuyo blog es http://laentropiadevero.blogspot.com.es he pasado
unos días enfrascado en la obra de un autor que no conocía: Philippe Claudel.
Me he leído dos libros suyos: «La nieta del
señor Linh» y «Almas grises».
Esta última obra ha sido galardonada con el prestigioso
premio Renaudot y elegida Libro del Año por los libreros franceses y la revista
Lire. En esta novela destacan tanto el clima misterioso que envuelve la
historia como del profundo y descarnado retrato de los personajes que la
componen.
SINOPSIS:
Diciembre de 1917. En un pequeño
pueblo del norte de Francia, el cuerpo sin vida de una hermosa niña aparece
flotando en el canal. A la escena del crimen acuden, acompañados por el
incesante tronar de los cañones y el acre olor a pólvora de un frente que se
desgarra a escasos kilómetros, un policía, un juez instructor y un militar. En
este mundo provinciano, el asesinato de Belle suscita innumerables sospechas,
despierta viejos rencores y sacude un orden social que se tambalea. Todos los
indicios apuntan al fiscal Destinat, un rico aristócrata ya jubilado, pero el
juez designará como culpables a dos desertores apresados en las cercanías del
lugar del crimen. Sin embargo, la crónica de los hechos, escrita por el policía
veinte años después del suceso, invita al lector a descubrir una realidad
inesperada. En su implacable relato, donde la emoción aparece retenida por el
pudor del narrador, nadie es inocente, y los culpables, de una forma u otra,
son también víctimas. El gris es el tono dominante, pero no el gris de la
muerte, ni el del duro clima invernal, ni siquiera el de la cobardía, sino el
gris en que se desenvuelve la condición humana: la ausencia de certezas
absolutas, las sombras, los claroscuros, en suma, el peso rotundo de la duda.
Lo que más me ha gustado de Philippe Claudel es el arte que tiene para
narrar las cosas; logra que los sentimientos que transmite se claven en el
alma del lector. A lo largo del texto he hallado una docena de frases excelentes que obligan a reflexionar, frases para memorizar.
Mi amiga Vero decía que «cuando acabas de leer sus libros, te acuerdas de la historia, sabes que te ha gustado, pero lo que permanece no es el relato si no lo que te ha movido por dentro al leerlo. Para mí esto es algo fascinante que está al alcance de los escritores más notables»
Mi amiga Vero decía que «cuando acabas de leer sus libros, te acuerdas de la historia, sabes que te ha gustado, pero lo que permanece no es el relato si no lo que te ha movido por dentro al leerlo. Para mí esto es algo fascinante que está al alcance de los escritores más notables»
Y coincido con ella en sus apreciaciones. El
autor descarna crudamente la personalidad de sus protagonistas, la que aparentan y la
real. Una vez alcanzado el cenit de la historia te lleva de sorpresa en
sorpresa removiendo los sentimientos del lector hasta la última página.
La nieta del señor Linh es una
novela corta, 86 páginas, que trata sobre las desventuras de un anciano, el señor Linh. Éste
ha sobrevivido a la destrucción de su aldea en Vietnan y, junto a otros supervivientes harapientos, huye con su nietecita en los brazos hasta la costa. Más tarde son recogidos por un navío americano y trasladados a Estados
Unidos. Al llegar a Estados Unidos será llevado a una residencia en la que ocupa una
habitación acogedora y le proveen de ropa, tabaco y comida para siempre. El anciano no permite jamás que lo separen de
su nieta y ella duerme con él. Tampoco le está permitido salir del recinto. A
su alrededor ve muros alambradas y guardas de seguridad. El señor Linh está acostumbrado
a vivir al aire libre y las comodidades del asilo le recuerdan un campo de prisioneros.
Huirá con su nieta en brazos y deambulará durante días por las calles de la
enorme ciudad, escondiéndose de la policía, que lo busca con ahínco.
Es una novela tiernísima que deja
un regusto agridulce y el corazón angustiado ante las secuelas que dejan las guerras en personas tan nobles e inocentes
como el señor Linh.
Ni sabía quien era.
ResponderEliminarParece que están bien sus novelas.
Tomo nota.
Saludos.
Pues un autor más a la lista de pendientes, que se está haciendo larguíiiiisima. Por cierto he leído tu correo, amigo Juan, y no me he olvidado de responderte, pero ando corto de tiempo, este fin de semana te digo algo, palabra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Toro Salvaje.Gracias por tu visita. Saludos
ResponderEliminarHola, Jesús! Te entiendo, amigo, el tiempo escasea cuando se trabaja para un tercero. Yo como estoy jubilado, me sobra para leer y para todo.Un abrazo y besitos al chiquitín.
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