Mientras ayer caminaba por las calles de Cádiz, me preguntaba si valía la pena dedicar tanto tiempo a remar en la barca de los sueños cuando ésta
hace aguas, a cultivar la amistad cuando sientes una daga en la espalda, a intentar hacer reír a otros cuando la pena humilla
mi ánimo y embarga mi alma...
Tal vez yo tenga la culpa por no saber expresar lo que siento, por creer en lo imposible, por soñar despierto, por confundir amistad con deseo y amor con sexo, por pensar con los genitales en vez de usar el cerebro... Duele ver cómo las flores hermosas que alegran la casa se mueren si no se riegan y también se vuelven mustias por exceso de agua
El término medio es lo justo, ni mucha ni poca —dice una
voz en mi interior muy bajito—: saber decir lo apropiado en el momento preciso, sonreír sin mostrar
los dientes, ser amable pero no efusivo, estar atento a sus necesidades... ése
es el secreto del buen amigo.
O del buen funcionario, ¿no?, y en eso me convertiré si
hago caso de esa vocecita de mierda que me martillea el cerebro. ¡No te digo!
De todos es sabido que si no juegas no te toca, si no
arriesgas no ganas, si no hablas no te
oyen, si no escribes no te leen, si no.... Y sin embargo, por si acaso sucediera lo que dicen que anunciaron los Mayas y aquel fuera muestro último día, a mi amiga del alma yo sólo le dije "Te
quiero, estoy por tus huesos, y te
comería a besos" ¡Y se ha molestado, joder! Me miró de arriba abajo (o de bajo arriba, a su gusto lo dejo), con sus grandes ojos color miel, y me ha dicho: "Vete a Cáritas, que allí ayudan a los viejos y a los hambrientos", y después salió corriendo.
¿En qué quedamos? ¿Debo comportarme con ella como un funcionario aunque no cobre la paga extra? ¡Puta vida ésta!
¿En qué quedamos? ¿Debo comportarme con ella como un funcionario aunque no cobre la paga extra? ¡Puta vida ésta!
Juan hoy no es día para pensar mucho hay que vivirlo con tranquilidad porque si acaba mismo el mundo tenemos que pasar nuestros ultimos momentos en paz y alegría y dejar todo lo demás para mañana jajajaja.
ResponderEliminarBesos Juan
Flor
Hi, guantanamera121212
ResponderEliminarTus ingeniosos escritos que nos hacen sonreír y que falta que nos hace sonreír cuando hoy todo cae por su propio peso.
ResponderEliminarYa no quedan ni amigos o pocos. Esta Navidad me he dicho que no llamo a ninguno como suelo hacer todos los años, a ver quien se acuerda de llamarme a mí jejeje
Un abrazo y he disfrutado con tu relato
Flor, ha pasado el día fatídico y no ha sucedido nada.A todos los gurús, magos y profetas hay que enviarlos al paro, pues no son rentables.Cuando lleven seis meses cobrando 400 euros y no les llegue para terminar el mes ya se espabilarán para no anunciar tonterías.
ResponderEliminarBesos, guapa. Felices Fiestas
Sí, sí, anónimo, tú sigue cantando guajira guantanamera, que eso no te va a solucionar tus problemas.
ResponderEliminarFeliz Navidad, seas quien seas.
¡Hola, Marian! Es cierto: reír alegra la vida y fortalece el corazón. No todo va a ser lamentarse, para eso ya lo hacen por todos nosotros los judíos en su muro de lamentaciones.
ResponderEliminarPero eso de llamar por teléfono.... A mí no me llama nadie ni en Navidad ni en todo el año. Soy yo quien llamo y pago la llamada.Y eso que soy el único pobre y mileurista del grupo.
Bueno, a decir verdad, desde hace unos meses tengo unos amigos que me llaman casi semanalmente.Y esos detalles dan vida.
Un beso muy fuerte y mis mejores deseos para ti y los tuyos en estas fiestas y siempre.
не факт
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