Puede que estas fechas sean para
muchas personas las que causen más pena y soledad en todo el año, unos días donde la nostalgia de un pasado reciente se
haga presente con toda su crudeza.
El recuerdo de personas queridas que
pasaron a mejor vida empañará las fiestas y causarán pesadumbre en las familias
La falta de trabajo ha obligado a
muchas personas a buscarse la vida en lejanas tierras y ahora
para muchos es imposible reunirse en torno a una mesa familiar como hacían antaño,
pues, siendo el trabajo inseguro y temporal, deben no solo hacer frente a los
gastos sino intentar ahorrar para cuando el trabajo falte.
Es triste ver una mesa para dos
comensales donde antes había siete o más cubiertos. Se come rápido y en
silencio para terminar pronto y sentarse a hacer como que se mira la televisión,
cuando en realidad se lucha contra la pena y el recuerdo.
Tampoco ayuda observar la
hipocresía de muchos mensajes y felicitaciones que se envían por millones a
través de las redes sociales, el wassap, llamadas
de teléfono y por correo. Mensajes deseando paz y felicidad a amigos y
contactos, a un público en general en el cual se hallan personas a las que
durante todo el año se les hace la vida imposible, negándoles el saludo o, peor
aún, discriminándolas y estigmatizándolas con los más duros comentarios y enjuiciamientos,
viendo la paja en sus ojos y no la viga en el propio, pues la mayoría de las
veces, la actitud violenta de una persona suele ser su autodefensa ante la
agresión que recibe.
"Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad".
Amor entre humanos, esperanza, solidaridad...
Éstas son frases que abundan en estas fechas; pero las decimos mecánicamente, sin pensar, pues de otra forma, si alguien nos ofendió en el pasado ¿porqué no se perdona el daño?, ¿por qué no se olvida el mal?, ¿ por qué mantenemos en el estigma, la negación, la exclusión de nuestras vidas a seres que nos han perjudicado o faltado el respeto aun cuando son cosas del pasado en las que también tuvimos algo de responsabilidad?, ¿por qué le deseamos paz, salud y prosperidad en estos días si sabemos que dentro de dos semanas vamos a negarle el saludo y la palabra, volviendo a empujarlo a la ignominia, al olvido, al ostracismo mental?
Algo huele mal en estas fiestas en las que deberíamos impulsar el amor, la esperanza y el perdón.
"Conócete a ti mismo", esta misteriosa frase, hallada en el templo griego a Delfos, nos invita a reflexionar, a examinarnos interiormente para saber quiénes somos realmente
Donar un poco de dinero o alimentos a
organizaciones anónimas locales o para una ONG en un país desconocido está
bien, es un bálsamo para las conciencias; pero hacer eso mientras damos la
espalda a la anciana que vive al
lado que no tiene recursos y pasa frío; al vecino que miramos de reojo porque
sabemos que el banco le va a quitar el piso porque no puede alimentar a sus hijos y pagar la hipoteca con
400 euros; al amigo caído en desgracia o al conocido que ha debido cerrar su
negocio y ha sido desahuciado, sabiendo que no tienen ni para un plato de sopa caliente, me parece una
aberración del espíritu navideño.
Pero bueno, cada persona es un
mundo. Allá cada cual con su conciencia.
QUE PASEN USTEDES UNA FELIZ
NAVIDAD
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