He terminado de leer este libro de viajes y me ha gustado mucho. Es el primer libro que leo de Francisco Candel, reconocido escritor de a mediados del siglo pasado.
El libro fue publicado en febrero de 1977, y si ha llegado a mis manos es gracias a la idea que ha tenido alguien en el colegio "La arboleda perdida" de El Puerto de Santa María, de poner una pequeña estantería en la entrada donde todo el que quiere puede dejar libros usados para que otros los lean.
Es el tercero que me traigo, pero éste es el único que he leído hasta el final.
El lunes lo dejaré donde estaba para que otra persona pueda disfrutarlo.
Me llamó la atención el titulo, pues la década de los 70 yo la pasé en Valencia y siempre quise viajar hasta Ademuz, una especie de pequeña provincia que posee la Comunidad Valenciana en terrenos de Aragón, y me he alegrado mucho de leerlo, pues Candel cuenta lo que ve y siente en esos pueblos de una manera tan sencilla y amena que parece sea el lector quien lo está viviendo.
Nos habla de los pueblos fantasmas de Teruel, abandonados por la falta de trabajo, a quienes la gente de la ciudad compraba las casas casi regaladas para ir a veranear; pueblos perdidos en la montaña con sus casas color tierra, sin carreteras y sin electricidad en la España de 1970, en los que el único que tenía nevera, coche o moto y criada era el cura.
Además me ha traído a la memoria lugares y establecimientos que yo conozco bien por haberlos visitado con mi familia, como son el hostal de la Estación, sito bajo el enorme puente de Teruel, El paseo en barca en La Albufera, El Saler, El Palmar, donde se rodó la serie "Cañas y barro", Peñíscola y el castillo del Papa Luna, etc.
En fin, que las 180 páginas que tiene el libro me las he leído en cuatro ratos, prueba de que me ha encantado.
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