Y como le salen tan buenas las comidas y ni ella y yo somos egoístas, hemos decidido que mientras ella las hace yo las escriba para compartirlas con el mundo entero. ¡Ole, el salero de estos dos viejos!
Ustedes pensarán que algo machista yo parezco;
pero en mi disculpa tengo el haberme criado
en una época en que nos educaban para esto:
el marido, a buscar el alimento; la mujer en casa,
amando, criando a los hijos, y guisando para ellos.
Y ahora, la verdad, a mis años, para cambiar
hábitos contraídos durante tanto tiempo,
me encuentro ya demasiado viejo.
¡Pero juro que lo intento!
Tengo que decir que para la mayoría de ellas no suponía un trauma el abandonar sus empleos al casarse, sino más bien se interpretaba como una liberación, el cumplimiento del sueño que desde su más tierna edad le habían plasmado en sus cerebros: la llegada del príncipe que les daría amor, un hogar, hijos, protección y sustento.
También hay que decir que las circunstancias eran distintas, no hacía falta que trabajaran los dos para conseguir comer y pagar el apartamento. Pongamos un ejemplo para demostrarlo:
En el año 1971, trabajando en los astilleros de Unión Naval de Levante, en Valencia, ganaba 12 000pesetas = 72 euros al mes; y un piso de 100 metros cuadrados a dos kms del centro de Valencia me costaba 350 mil pesetas=2100 euros.
Es decir, un piso costaba el salario de 29 mensualidades, que se pagaban en veinte años a razón de 18 euros mensuales de hipoteca. Aún sobraban 54 euros para cubrir los gastos de la familia.
Actualmente, un trabajador que gane 2000 euros mensuales no encuentra un piso en las mismas condiciones por menos de 125,000 euros, o sea: 62 mensualidades. ¿Ven la diferencia? El doble. Eso explica que los jóvenes de hoy día tengan que trabajar los dos para poder tener una vivienda, sea en propiedad o en alquiler: un sueldo para pagar la casa y otro para comer.
Por eso es bueno conocer recetas de comidas económicas, sanas y con suficientes calorías para mantenerse en forma y llegar a fin de mes.
Como el menú que les presento a continuación:
1º plato: sopa de fideos.2º plato: pechuga de pollo rellena: 3º Fruta del tiempo.
La sopa de fideos se puede hacer usando esos sobrecitos de caldo preparados que venden de marca; pero no tiene el mismo sabor que el que hace Carmen, ¡ni mucho menos!
1º La sopa de puchero Carmen:
Ingredientes: 200 gramos de garbanzos remojados, 1 patatas, 1zanahoria, un trozo de nabo y de apio; un muslo o ala de pavo, un muslo y contra muslo de pollo, un trocito de tocino, un hueso salado de costilla y otro del espinazo y un hueso blanco.
Si no tienen los ingredientes, los pueden comprar preparados en bolsitas en cualquier carnecería o en los grandes supermercados, pidan un preparado de puchero.
La noche anterior se dejan los garbanzos en remojo
Los huesos se limpian bien, se pelan las patatas y las verduras y se enjuagan bien, y luego se echa todo en la olla Express. Se enciende el fuego y se deja calentar con la olla abierta. No hay que echarle sal, los huesos ya están salados.
Cuando empieza a hervir suelta una espuma que hay que quitar con una espumadera, y cuando se vea que ya no suelta tanta espuma se coloca la tapadera de la olla y se cierra a presión. A partir de que empiece a girar, se cuentan veinte minutos y luego se abre la olla.
Entonces se saca un poco de caldo y se echa en una cacerola pequeña, y se le echa fideos finos “Cabello de ángel” y cuando están blandos se echan en el plato.
Una vez servido en el plato se trocea el huevo duro y se le añade unas hojas de hierba buena.
El puchero que queda en la olla: los garbanzos, las verduras y la "pringá", se puede guardar para el almuerzo del día siguiente.
2ª Pechuga rellena de pollo o pavo:
Se corta en filetes la pechuga (se los pueden cortar en la misma carnecería que se los vende o hacerlo uno mismo)
En cada filete se pone medio tranchete de queso y media loncha de jamón de York, se enrollan y se pincha con un palillo de dientes para que no se deshaga el rollito.
En una sartén se sofríen las pechugas ya preparadas, y cuando está por todas partes sofrita, no mucho, sino para sellar, se sacan de la sartén y se sofríen dos o tres ajos cortaditos en laminas y una cebolla. A continuación se echan los rollitos de pechuguitas en ese mismo sofrito y se le agregan champiñones en láminas. Si los champiñones son de bote se echan tal como vienen; si son comprados enteros y naturales se deben lavar bien previamente a cortarlos en rodajas para eliminar la tierra.
3º Postre: cualquier fruta del tiempo es buena. El otoño nos ofrece mucha variedad donde elegir: Chirimoya, granada, uva, naranja o mondarina, kiwi y los siempre presentes plátanos.
¡Buen provecho!