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miércoles, agosto 25, 2010

DICHOSO VERANO

La foto es de internet. Playa de Valdelagrana en El Puerto de Santa María

Las musas están de vacaciones. Al menos las mías, ésas que yo cuido y alimento con devoción durante todo el año.
No, hoy las musas no me acompañan. Al comenzar el verano, se fueron de vacaciones y me dejaron tirado.
Por ejemplo, me pongo a escribir un poema y me sale esto:

Qué tiene esa niña, que me tiene embrujado
  me tiene embrujado a tal punto, madre,
que con sólo mirarme me ha desquiciado.
No sé qué tiene esa niña, madre,
pero a mí  me tiene amargado.

La conocí en la plaza,
me la presentó su hermano,
yo la besé en la cara,
ella me tendía la mano,
En su carita blanca
se dibujo una sonrisa,
yo me sentía turbado
y temblaba con la brisa
Sus ojos negros
escrutaron mi alma,
y tembló mi corazón 
y al reflejarme en ellos
madre, yo perdí la calma.


Malillo el poema, ¿verdad?
Es por el calor.

Los veranos en El Puerto no son tan calurosos como los de Córdoba o Sevilla, aunque tampoco necesitamos encender braseros.

Las mujeres, todo lo más, cargan con sus abanicos para airearse la cara mirando el precio de los alimentos en el mercado o esperando al autobús. La mayoría de mis vecinos están de vacaciones o en el paro, y cuando dan las doce, después de haber desayunado en el bar su café con sus medias tostadas de pan con aceite y jamón, se encaminan hacia alguna de las siete playas portuenses para tostarse al sol.

Yo, que odio las aglomeraciones, el llenarme de arena y el pasar calor tumbado como lagarto al sol, pues bastantes calorías tragué en mi época laboral trabajando en las soldaduras y los tubos de acero encendidos, atravesando llanuras y montañas para llevar el gas y el petróleo a los pueblos más perdidos, prefiero ahora sentarme a la sombra en un parque o bajo un toldo acompañado por un periódico y una jarra llena de cerveza fresca en la mesa con su correspondiente platito de aceitunas sevillanas y combatir el calor a base de lingotazos espumosos.

Digo aceitunas sevillanas porque es lo que más abunda en las tiendas, no porque sean diferentes a las de Jaén, Córdoba o Málaga: todas tienen el mismo aspecto, aunque tengan diferentes sabores según la manipulación a la que se someten.
Pasa lo mismo con las mujeres: las sevillanas son las andaluzas más famosas porque salen más en la tele con su Semana Santa y la Feria de abril, y a todos nos encanta verlas girar con esos vestidos de lunares ajustados a sus caderas y los volantes levantándose para enseñar las piernas; pero no son mejores ni más bellas que las de otras ciudades: todas tienen una bonita sonrisa horizontal en la cara y otra vertical entre las piernas; lucen redondeces para todos los gustos en pechos y caderas; pieles sedosas y cálidas dunas, que invitan a olvidarse del calor y a derretirse sobre ellas.

Pero en las playas, como en los estantes del Carrefour, hay tanta variedad de género expuesto al público, que lo excelso se torna vulgar y lo que en invierno quita el hipo y despierta pasiones, en las playas pasa sin llamar atenciones. Y uno duda al elegir entre morenas, rubias, o pelirrojas, pues todas, como las aceitunas, están la mar de buenas.

Oye, tú: ¡y yo que estoy antojado por una pelirroja para contarle una a una todas sus pecas…!
Debe ser el subconsciente, algo que tiene que ver con mi adolescencia en el colegio: había una monjita gallega, de 22 años, tenía las cejas y pestañas color castaño, se llamaba sor Epifanía. Cuando me sorprendía mirando embobado su cara y sus labios carnosos, me ordenaba ponerme a su lado para ayudarle a separar las lentejas de las chinitas. Yo obedecía gustosamente, pues eso me permitía pasar una o dos horas manipulando lentejas con las manos, mientras mis ojos la devoraban y mi imaginación calenturienta se desbordaba y producía cierta agitación en mi bragueta.
Y luego, por la noche, yo pensaba en ella y me masturbaba. Y no importaba si hacía calor o frío, si era verano o invierno: a esa edad, yo vivía una permanente primavera.

Sí, me hacía pajas, como todo el mundo. En los primeros años 60, cuando estaba prohibido todo, incluso ir en bikini por las playas, era lo normal. Había cines donde trabajaban las pajilleras, profesión que menciona Joan Marsé en su novela “Si te dicen que caí”.

En Vergel (Alicante), el pueblo donde vivía entonces, no había pajilleras, era imposible: el cura y sus beatas las hubieran lapidado, y mis amigos y yo nos desahogábamos por nuestra cuenta en el anfiteatro del cine mientras mirábamos a Silvana Mangano, Sofía Loren o Claudia Cardinale. Algunos se ponían de pie sobre la barandilla en el momento álgido y eyaculaban sobre los de abajo, lo que producía la expulsión inmediata de la sala de todo el grupo, y alguna que otra reyerta en la calle. Años después, casi todos nos echamos una novia que nos masturbaba en el cine con su manita suave y curiosa. Se podría llamar a aquélla la generación de las pajas, cuyo mayor mérito era que tu novia te hiciera una con tu futura suegra sentada al lado.

Ahora todo ha cambiado y las parejas copulan en público en las playas, bancos de parques y plazas, y en los rincones de discotecas. Incluso hay quien se masturba con la mano de otro y se ve la cosa como normal. Libertinaje, que no libertad.

Pero a lo que íbamos: El verano en El Puerto es como en todas partes: hace calor, coño, que por eso es verano y las playas están a tope de gente luciendo sus escaparates.
De todo hay en la viña del Señor, como en los hipermercados. Y nunca llueve a gusto de todos: Mis amig@s del sur argentino tiemblan ahora de frío y ansían la llegada del verano, mientras aquí, del calor estamos ya hasta las cejas.
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domingo, agosto 22, 2010

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "ROPA DE DIARIO" EN CHIPIONA


No podía imaginarse el I Duque de Medina Sidonia, don Alonso Pérez de Guzmán (Guzmán el Bueno), que setecientos quince años después de haberlo construido, el castillo desde el que controlaba el acceso y salida del Guadalquivir desde Chipiona sería el lujoso marco de la presentación del primer libro que publica mi amigo Manuel García Sánchez.


Y fue ayer, al atardecer de un día caluroso y con la gente aún disfrutando en las playas cercanas, cuando mi amigo Manuel vio por fin su sueño realizado al presentar, con los nervios a flor de piel y la voz algo tomada por la emoción del momento, su libro «Ropa de diario» en uno de los salones del castillo, desde cuyos amplios ventanales se observaba el paso de las naves en la desembocadura del río





«Ropa de diario» es una selección de once relatos que ocupan 64 páginas, que publica la Asociación Cultural Fuego de la Utopía.

Manuel García Sánchez tiene en su haber una novela, que en estos momentos está siendo analizada por una editorial, y un relato que fue publicado por la prestigiosa revista Renacimiento junto a artículos de autores como Vargas Llosa, Ernesto Sábato, Fernando Savater, Antonio Muñoz Molina, y otros muchos escritores consagrados.

En la presentación de su libro, Manuel fue acompañado por Luis de Manuela, un joven cantautor jerezano, al que auguro un prometedor futuro en los escenarios, que rindió un sentido homenaje al grande entre los grandes, Carlos Cano, interpretando maravillosamente cinco de sus mejores canciones.


Fue una velada inolvidable en la que se turnaban canciones y relatos que deleitaron al auditorio, a juzgar por los constantes y prolongados aplausos.


A pesar de la cruel coincidencia horaria de la retransmisión por televisión del partido de vuelta para la Recopa entre el Barcelona y el Sevilla, unas veinte personas presenciaron el acontecimiento.




Finalmente, Manuel conoció el placer indescriptible que siente todo escritor al firmar sus libros.

A la finalización del acto, fuimos a disfrutar de una deliciosa y abundante cena en una terraza del paseo marítimo de Chipiona.




Situado un kilómetro más al sur, el faro de Chipiona, el más alto de España con sus 64 metros de altura y sus 344 escalones, nos enviaba cada diez o quince segundos un destello de felicitaciones y buenos deseos.

foto propiedad de ojodigital.com

Desde aquí deseo agradecer a Antonio la organización del acto y las atenciones recibidas, y para Manuel el mayor éxito para su libro, y que sea éste el comienzo de una brillante carrera en el difícil mundo literario.

miércoles, agosto 18, 2010

LA CONEXIÓN de MOSCÚ

EL FONDO:

Este libro, que estaba entregando un lector de la Biblioteca cuando yo entraba en ella, me llamó la atención por ser un tema de espionaje, que es uno de mis preferidos.

El libro trata de la corrupción que imperaba en Rusia en los años previos a la Perestroika y al desmoronamiento del sistema comunista. Se produjo entonces un fallido golpe de estado seguido por un vacío de poder, que aprovecharon los altos mandos para deshacerse de documentos comprometedores y para enriquecerse vendiendo armas, aviones, uranio y tecnología nuclear a los mejores postores.

Es un libro que apasiona desde el comienzo.


Si este libro, cuya preparación ha llevado al autor a documentarse durante dos años en Rusia, hubiera sido publicado en los años de la guerra fría, cuando el comunismo que ellos defendían y exportaban a otros países echaba raíces en las mentes descontentas de las clases trabajadoras, otro gallo hubiera cantado.

Mientras los españoles soportaban la dictadura escuchando Radio Pirenaica, y más tarde se afiliaban a partidos y sindicatos comunistas, encandilados por la propaganda de sus ideales de igualdad, los grandes cargos del partido en la URSS disfrutaban de riquezas y privilegios que los demás rusos ni siquiera podían soñar. A los disidentes, ya sabéis lo que les ocurría, según escribió Alexander I. Solzhenitsyn, Premio Nobel, en “Archipiélago Gulag”

En este libro se ofrecen datos escalofriantes que muestran el poder absoluto que tenían sobre sus gobernados. Por ejemplo, que el jefe del Gobierno, Brezhnev, nombrase a cargo de un ministerio a un hombre que no tenía otro mérito que haberse casado con su hija, una mujer gorda, bigotuda, borracha y puta que se lo hacía con todos públicamente en las fiestas, y también en privado.

Al parecer, a Gorbachov le llamaban “El monedero” por ser el mayor recipiente de comisiones y sobornos del Estado. En una nación compuesta por diferentes repúblicas situadas a miles de kilómetros de Moscú, tanto, que había hasta cinco horas de diferencia horaria entre ellas, era casi imposible controlar a los jefes que las gobernaban, convertidos en grandes déspotas que se enriquecían y actuaban a su antojo sin rendir cuentas a nadie.

Otro ejemplo: Para atender a los turistas occidentales en los hoteles, se seleccionaban a jóvenes y hermosas rusas, algunas de quince años, para estudiar idiomas en la escuela del partido. Su misión era conseguir información de los clientes del hotel, prostituyéndose si fuera necesario. Para acostumbrarla a esos menesteres, las llevaban a las mansiones de los generales, ministros y secretarios del partido, donde eran violadas y sometidas a toda clase de abusos y vejaciones sexuales por parte de los asistentes. Las que no aceptaban esas lecciones prácticas se “suicidaban” con una sobredosis o arrojándose por una ventana del hotel en que trabajaban.

A los gobernadores de las lejanas repúblicas no les importaba asesinar a un grupo de soldados cuando trasladaban una lanzadera con un misil para quedarse con ella y venderla por su cuenta a Corea o Irak. En el informe posterior se explicaría que “un accidente al manipular los explosivos, provocó la explosión del misil, matando a todos los que formaban el convoy”.


LA FORMA:

Los primeros capítulos están plagados de nombres rusos difíciles de retener, por lo que a medida que va avanzando en la lectura el lector se obliga a regresar a los primeros capítulos para saber de qué o quién se está hablando, lo que hace que la lectura sea tediosa en ciertos momentos.

Tiene algunas perlas, que achaco a la inadecuada traducción, como estas: en el interior de un furgón se produce una pelea en la que uno de los ocupantes dispara y dice que “La bala salió por el tejado del vehículo”.

¿Un tejado no es la "parte superior de un edificio, cubierta comúnmente por tejas"? ¿Ahora los coches tienen tejado?

Los protagonistas "salen huyendo de madrugada por una carretera desierta tomando precauciones para no chocar con los vehículos".

¿Pero no decía que estaba desierta?

Dejando de lado esas minucias, el libro me ha gustado mucho por la actualidad de la trama, los datos históricos que aporta y la imparable acción de los protagonistas enamorados: un antiguo agente de la CIA y la hija del gobernador corrupto de una de las repúblicas de la URRS, que habiendo sido víctima de una de las clases de prácticas, intenta huir de sus verdugos.

Un libro especial para los amantes del género.

Si tuviera que puntuarlo del 0 al 10, le pondría un 7























domingo, agosto 15, 2010

AVISO PARA LOS SEGUIDORES Y AMIG@S DE DARILEA

Nuestra amiga Darilea me ha escrito y me comunica que alguien mal intencionado le ha robado las claves de sus correos y de sus blogs con todo el contenido.

Si entrais en el enlace al blog que tenéis de ella, os podéis encontrar relatos y fotos asquerosamente pornográficos que pueden herir vuestra sensibilidad y ofreceros una falsa imagen de nuestra amiga.

DARILEA os ruega que entendáis que no es ella quien las pone, sino el delincuente que se ha apoderado del blog.
El asunto está denunciado a la policía y ella está a la espera de recibir alguna noticia, aunque sabe que es casi imposible recuperar el trabajo y las emociones que le han aportado los seis años que lleva publicando entradas y comentarios.


Si sabéis alguna manera de ayudarla en eso, os quedaría siempre agradecida. Pensad que lo mismo nos puede suceder a cada uno de nosotros.

A continuación os pongo el mensaje que me ha enviado, cualquier comentario constructivo al respecto será bienvenido. Si queréis copiar esta entrada y colgarla en vuestros blogs, muchas otras personas serían advertidas. Muchas gracias.

Soy DARILEA 15 de agosto a las 18:40
Juan, voy a pedirte un pequeño favor si pudieras ayudarme te estaría profundamente agradecida.
Si accedes algunos a mis blogs veras que he sido tremendamente humillada no sé por quién, pues no tengo ni idea, ya que solo mantengo contacto directo con personas que me merecen total confianza. No puedo acceder a mis blogs y me han borrado mis cuentas, mis correos, fotografías y arhivos de utilidad para el trabajo, te pediría si estuviese en tu mano, que divulgaras o hicieras público que no he puesto yo las imagenes que hay puestas en mi blog.
Y si supieras alguna manera de solucionar esto me echaras una mano.
Gracias y perdona que abuse de tu confianza. Hoy para mi no es un buen día no entiendo que mal le puedo hacer a alguién escribiendo sentimientos. No lo entiendo.
Un besito y gracias por compartir siempre tanta belleza .

LUBINA CON PATATAS ASADAS

Si llegas tarde y cansad@ a casa y deseas cocinar algo rápido y sin mucha grasa, te sugiero el siguiente menú: Lubina con patatas asadas.

Sólo tardarás quince minutos en sentarte a la mesa y saborear un delicioso, barato y nutritivo plato como el que me preparó anoche mi querida Carmen.

Estuve observándola mientras preparaba la cena rápidamente. Toma nota:

Coges el plato con las lubinas y le echas un poco de sal por encima.

Pones una sartén a calentar y le espolvoreas sal en el fondo.

Colocas las lubinas en la sartén.

Mientras se calienta, tomas dos o tres patatas enteras, la envuelves en plástico transparente, la pinchas tres o cuatro veces con un palillo de dientes, y la introduces en el microondas durante diez minutos cubiertas con el plato del microondas

Debes vigilar las lubinas para darles la vuelta y que se vayan dorando por ambas partes y cuando veas que tienen los ojitos blancos y la piel tostada, las sacas.

Aún te da tiempo a colocar los platos, cubiertos y vasos sobre la mesa.

El vino blanco joven o la cerveza son amables y agradecidos acompañantes.

Mientras Carmen preparaba las patatas, me ha pedido que machacara en el mortero un ajo y perejil mezclado con dos cucharadas de aceite de oliva.

Han pasado diez minutos y ha sonado el microondas: ya están asadas las patatas.

Las sacas con cuidado de no quemarte, les quitas la piel y las partes en rodajitas o a trocitos, según prefieras; luego la puedes presentar de tres formas:

Primera opción: rociar las patatas con salsa verde (Es la salsa que he preparado en el mortero)

La segunda opción es echarle a las patatas una cucharadita de aceite de oliva y espolvorearlas con un poco de sal y pimentón

Esa es la opción que yo elegí para mí. Carmen la roció con la salsa verde.

La tercera opción consiste en echarle un poco de sal a las patatas, sin salsa de ninguna clase.

Cuando hayas elegido entre las opciones, sirves las patatas con la lubina.


UN CONSEJO A LA HORA DE COMPRAR

No te fíes mucho de las “increíbles ofertas” que las cadenas de alimentación nos anuncian a través de la televisión y con folletos publicitarios distribuidos por los buzones. Por ejemplo, esta oferta de Carrefour que tengo en mis manos: “Pague una lubina 3´50 euros y llévese otra por 1 euro”.

Nada más falso, creo que en el precio de la primera te cobran la segunda. Anoté el precio y fui a otro supermercado más pequeño, un Mercadona, que no ofrecía ninguna oferta, y encontré una bandeja con tres lubinas del mismo tamaño que la de la oferta que anunciaba el folleto, por 4 euros. O sea, tú mism@.

Nunca me he creído que den duros por pesetas, por eso cuando leo esas ofertas estoy seguro de que muchos comercios nos toman por imbéciles. Muchas veces he visto esa oferta de llévese tres y pague dos, y muchos pican; pero yo creo que antes de lanzarse a llenar la cesta interesa comprobar los precios en otros establecimientos. Seguramente te sorprenderá comprobar que cuesta el mismo precio, o menos, pagando los tres mismos artículos por separado.

martes, agosto 10, 2010

ORIGEN, LA PELÍCULA

Ayer fui a ver la tan esperada y controvertida película ORIGEN, un film que cuenta en su haber con tantos detractores como admiradores. Y es que hasta algunos de sus críticos favorables han necesitado verla dos veces para asimilarla y opinar sobre ella.
























Título Original:Inception
Género:Acción-Ciencia Ficción-Thriller
Duración:148 minutos
Año2010. PaísUSA-UK
Fotografía: Wally Pfister
Música: Hans Zimmer
Guión y Dirección: Christopher Nolan.

Previamente, yo había leído varios comentarios de los que se publican en diversas páginas especializadas en cine, y encontraba casi más cinéfilos descontentos que a favor de ella. Curiosamente, entre los debates suscitados se tachan de incultos y de bajo nivel de inteligencia a los que opinan desfavorablemente, alegando que no están capacitados para entender las nuevas técnicas de comunicación. Parece que todos debemos seguir la manada so pena de ser repudiados, y ello nos conduce a exclamar extasiados ¡OH…! en una visita guiada a una exposición de pintura abstracta cuando en nuestro interior una vocecita nos está diciendo:”Vaya mierda”.

Pues bien, yo no soy crítico de cine sino simple espectador, y, como tal, voy a contaros mis impresiones por si queréis tenerlas en cuenta a la hora de decidir ver esta película. Complicailla sí que es.


Estoy seguro que esta cinta ganará el oscar a los efectos especiales, pues es de lo mejor que he visto hasta la fecha.

Aunque está de moda entre los directores de cine actuales, encuentro que en esta película abusan de las bombas con dispositivo retardado y sus enormes explosiones con automóviles volando por los aires y edificios desmoronándose sin que a los actores, que están a unos metros, les suceda nada.¡Claro, si era un sueño!, dirán los listos. Pero aun así...
La mitad de la cinta se pasa viendo explosiones, y fuego y edificios y cosas saltando por los aires. Y eso no es original, porque lo ves en todas las películas de acción, y cansa al espectador que piensa que lo hacen para alargar la película a falta de una buena historia que contar.

Aunque su interpretación es genial, me gustaron más las de los actores secundarios que la de la estrella principal, Leonardo Di Caprio, pues a éste lo veo muy forzado siempre, como si se fuera a acabar el mundo al minuto siguiente. Me encantó la naturalidad y la profesionalidad de los demás estrellas, como Ellen Page, Marian Colillar, Kent Waitanabe o Michel Caine.

Son 148 minutos de acción trepidante y con abundante violencia, filmada en diversos países, lo mismo en una calle de Nueva York o París que en las montañas heladas del Tíbet, durante los cuales no se permite el espectador tener un segundo de distracción si no quiere perderse en la historia y salir sin entender nada.


ARGUMENTO:

A los grandes descubrimientos en tecnología y comunicaciones se han unido los de la Medicina y Psiquiatría, y entre ellos está la posibilidad de producir y modelar los sueños. Pero, como todos los inventos, éste tiene su lado malo: aquél que hace un mal uso de ellos, infiltrándose en el sueño de otra persona para robarle sus pensamientos e ideas. La película no solo habla de sueños sino de la capacidad de nuestro cerebro para crear realidades.

Así surge el ladrón onírico, especialista que se dedica a introducirse en los sueños ajenos y robarles sus ideas. En este caso el cliente le pide que haga lo contrario: introducir en la mente del enemigo una idea que lo haga cambiar.
El ladrón se rodea de un equipo de colaboradores para llevar a cabo el proyecto, y todos ellos buscan a su víctima y entran en el sueño de ésta y viajan por una fase distinta a la realidad que a veces se mezcla con la real, y es debido a ello que el espectador no puede dejar de mirar fijamente la pantalla para no perderse.

Cosa complicada, la verdad, pues uno se ve obligado a tener los cinco sentidos alerta y fijados en la pantalla para ver lo que sucede mientras aún está asimilando lo que ha visto en la escena anterior. Tu mente es la escena del crimen.

Esta película recuerda mucho a Matrix, pero la supera porque es algo más cercano, más creíble, pues si con la hipnosis ya se puede influir sobre la actitud del hipnotizado, es probable que un día también la Psicología y Psiquiatría logren convencernos de que lo que vivimos no es real sino un sueño, y que la vida real se encuentre en otras esferas. Y viceversa.

Dirán ustedes que me he enrollado mucho para no decir nada de la película, y es verdad, es que no sé qué decir.

No es que no la haya comprendido, es que no sé explicar la trama. Me pasa lo mismo en otras materias: no puedo explicar cómo es posible ver instantáneamente en la pantalla del televisor de mi casa a Casillas alzando la copa en Johannesburgo, pero me gustó mucho verle con la copa y besando a su novia.
Y la película me ha gustado mucho, aunque tenga dificultades para explicarla.
Me pasa como a mi perro Lucero, que lo entiende todo pero no sabe contarlo.
Es una cinta espectacular, intrigante y romántica, cuya complejidad hace ejercitar la mente.
Me gustaron especialmente las escenas de edificios desmoronándose y girando, o el tren arrollándolo todo por las avenidas; y lo planos cortos del juvenil y bellísimo rostro de Ellen Page, que me hacían dudar de si yo estaba dentro de su sueño o aquella boquita tan sensual y esa dulce, inocente y a la vez provocativa mirada eran reales.

También se saca una moraleja: Hay quienes se aferran al pasado, y esta película nos quiere mostrar que hay que olvidarlo y pensar en el presente y el futuro.


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sábado, julio 31, 2010

MALDITO INTERNET

Hola, amig@s: Durante un par de semanas estaré de vacaciones con mi familia y apenas entraré en internet. Pero para que no me olviden les pondre artículos ya publicados en los primeros años de mi andadura como bloguero. Ruego me perdonéis si no os visito mucho en estos días. Abrazos.
Maldito Internet fue publicado el día de San Juan del año 2006


Hola, permítanme que me presente: Mi nombre ya lo saben, está escrito arriba. Mi edad no viene a cuento, de todas formas soy libre de poner la que quiera, será una falsedad. Digamos que tengo las pilas bien cargadas. Todas las pilas.
Me dirijo a ustedes porque dicen que el desahogarse es bueno para la salud. Bueno, sin más dilación paso al tema que deseo comentarles:

Resulta que mi santa mujer se pasaba el día con la cara muy seria, mustia, con un rictus torcido como sonrisa, quejándose de que la vida era un asco, una rutina: trabajar, trabajar y trabajar todos los días del año. Cuando llegaba la noche me daba la espalda y nunca me deseaba, “Estoy muy cansada”, decía.

Un día me pidió que le explicase la forma de entrar en Internet, una herramienta que yo uso a diario porque es fundamental para mí, pues soy trabajador autónomo y trabajo a comisión para una conocida marca bodeguera, dedicándome a promocionar sus productos y atender los pedidos de los clientes. Pero esto no importa, no era eso lo que quería contarles.

Mi esposa me rogó que la enseñase a comunicarse con sus amigas por el MSN, o sea: a chatear.
Yo acepté, muy contento de poder complacerla en algo, ya que últimamente nada parecía conseguirlo. Después de cenar, le dejaba el ordenador durante una hora mientras yo miraba las noticias y mi serie preferida en televisión. Pero al cabo de unos días me dijo que necesitaba el PC durante dos horas, tres, cuatro…
Llegó a pasar toda la noche sentada ante la pantalla, comunicándose con alguien del otro lado del mundo. «Tenemos las horas cambiadas —decía ella—: cuando yo me acuesto, mi amiga se levanta y solamente podemos coincidir trasnochando una y
madrugando la otra». Difícil arreglo tenía el asunto.
Un día comenzó a sacar fotos antiguas de nuestro álbum y a escanearlas para enviárselas a su amiga, fotos con diez o quince años de antigüedad. Le dio por guardar en un CD las fotos que recibía de su amiga para que yo no la conociese: “No sea que te guste y quieras también charlar con ella”, me dijo.

Ella no sabía que yo me había convertido en un experto en informática y que descubrir la clave de su correo electrónico fue un juego de niños para mí. Entré en su correo y… ¡me quedé de piedra!
Su amiga se llamaba Ramón, ¡RAAAMÓOOON! Tenía 40 años y decía que ella (mi esposa) era lo único en su vida, su sueño, su alegría, sus ganas de vivir, que moría de amor por ella y que tenía orgasmos mirándola en las fotografías.
El tío era bajo, más bien obeso, y medio calvo, ¡y me había suplantado a mí, que medía 1´90 y tenía un cuerpo modelado durante muchos años en el gimnasio, y conservaba todo mi cabello largo y plateado!

¿Qué buscaba mi mujer? ¿En qué le había fallado yo? Ésas fueron las preguntas que me acosaron en los días y noches siguientes.
Me dediqué a observarla con atención. Parecía otra: se vestía como las dieciochoañeras, enfundándose vestidos de la talla treinta y ocho; se cambió de peinado y lucía una sonrisa permanente en sus labios. El otro día, al salir del ascensor, nos cruzamos con unos vecinos del 2º y se quedaron mirándola. La vecina no pudo contener su admiración y le dijo: “Chica, que guapa estás, pareces enamorada”, y ella se sonrojó como un clavel de la feria de Sevilla.

Me propuse llegar hasta el final en mi investigación, ¡al cuerno con la Ética!, qué cojones, a nadie le gusta que le pongan cuernos, aunque sean digitales, virtuales o como se llamen.
Abrí su correo y me fui derecho a la “papelera”, puse un CD en su sitio y copié todo lo que ella había eliminado para leerlo con tranquilidad, si se puede tener tranquilidad cuando alguien obeso y medio calvo se está trajinando a tu mujer desde el lado opuesto del globo. ¡Y menos aún si éste se llama Ramón! ¿Os imagináis a vuestra esposa diciéndole a un extraño “Ramoncín…te amo, soy tuya, soy de vos…?”¡Qué horror!

Lo primero que abrí fueron las cartas de ella, y fue lo peor que hice en mi vida: las cosas que ella decía que le haría a su enamorado no me las ha hecho a mí ni en sueños.

Ella, que siente repugnancia hasta de beber en mi mismo vaso, le decía al enano que con sumo gusto le haría una mamada que le haría perder el sentido. Además, le describía sin pudor cada rincón de su cuerpo, dándole detalles de su forma y situación. Las mismas cosas que deseaba que el otro le hiciera, yo se las había propuesto hacerlas muchas veces, y casi se me divorcia porque decía que yo era un pervertido… Encontré los piropos que le hacía al miembro viril que le había enviado en una foto su “amante”: uno más bien delgado y corto: doce centímetros a lo más en estado excitado.
Se me nublaron los ojos por la rabia y por la impotencia…
¡Por la impotencia! Ésa era la excusa que daba ella por desearle tanto aun estando casada, ¡decía que yo era impotente y que no la satisfacía! ¡Yo, que cumplía todos los martes y sábados desde que nació nuestro hijo, que ahora tiene veinte años! ¡Impotente yo, que se me ponen las venas de mis 19 centímetros de nabo hinchadas como rabos de lagartos solamente al verla en bragas! ¡Ay, Dios! ¿Qué le ocurre a mi esposa?

Y el otro cabrón diciéndole que su mujer no vale nada comparado con mi niña: que si aquélla tiene las tetas lacias y secas; que si el vientre parece el de una preñada, que si… ¡Por favor! Y mi esposa le sigue el juego y le dice que “desea comérselo con papas, que no le da asco, que todo se lo traga…”

El otro día me pidió que le instalase para el Messenger el micrófono y la cámara. No le pregunté para qué, me lo imaginaba… Y comenzó la sesión de “cine amateur”: ella se desnudaba ante la cámara para que su amado se masturbara. ¡Pienso yo que harían eso!
Lo hacía cuando yo me acostaba. Yo me hacía el dormido y la dejaba gozar lo que quisiera, pues, de todas formas, peor que antes no íbamos a estar, cuando ella estaba tan triste, seria y amargada.

De pronto un día todo acabó: ella ya no quiso más Internet, ni más fotos ni más cartas; lo dejaba todo, volvía a mi cama y con amor me abrazaba y besaba. Yo quité la cámara, el micro y el Messenger, pues en mi casa nada de eso hacía falta. Y regresaron los años mozos de recién casados, el amor y sus pecados… ¡Todo maravilloso!

¿Qué había pasado?

Pues eso, que por la web cámara salen todos los defectos, y mi esposa no es la misma chica de veinte años que aparecía en las fotos que ella le había enviado; los años no pasan en balde. Y que el enamorado también la había engañado: su picha era mucho más corta aún que en la foto.

Intuyo que fue por eso: nadie cambia una autopista por una vereda, ni una caña de lomo ibérico por una Frankfurt.
En fin, les he contado todo esto para advertirles de que esto del Internet es muy peligroso; muchos matrimonios se han destruido por su culpa.

Ahora mi esposa me ama más que nunca. “Ay, mi amor… Si tú supieras que he estado a punto de abandonarte para irme lejos, muy lejos…”, me dice, mientras cruza sus piernas sobre mis nalgas. Y yo guardo silencio y me guardo mi secreto mientras con cariño la penetro. (¡Anda, con rima y todo!).

Ahora ella se va sola a la cama y me deja trabajar tranquilamente en el ordenador hasta altas horas de la madrugada. Sabe que me tendrá dos veces a la semana como antes, como siempre…

Desde hace un par de días me escribo con Alicia, una mujer tierna y sensual. Tiene ojos color turquesa y labios que destilan miel. Me ha enviado un par de fotos, es preciosa…

FIN

miércoles, julio 28, 2010

EL SANADOR DE CABALLOS

Hace muchos años, me detuve a pasar unos días en Pamplona durante los San Fermines cuando venía de vacaciones desde París, donde residía. Cuando finalizaron los festejos, recogí a un hombre que se hallaba en una gasolinera a la salida y me acompañó hasta Valencia. Era un hombre sumamente educado, amable y culto para ser militar, y durante el trayecto me estuvo hablando de su profesión, del enorme servicio que prestaba al Ejército. Era capitán veterinario.

No entendía yo muy bien la necesidad de tener un cuerpo del Ejército con su correspondiente escala de mandos dedicado a criar, amaestrar y sanar a varias yeguadas militares distribuidas por la Península en una época en que los transportes blindados, los camiones, los Land Rover, los tanques, la aviación y los misiles eran protagonistas en todo ejército que se precie.

Leyendo «El sanador de caballos» he aprendido mucho sobre el origen y el ejercicio de la profesión veterinaria. Una profesión que, según el autor, aparece ya en el Código de Hammurabi, 1800aC., y cuyas principales enseñanzas promulgaron los griegos Hipócrates, Aristóteles o Pelonius.

El caballo era considerado la principal arma en los ejércitos de la antigüedad y así fue hasta la 1º Guerra Mundial. Era obligatorio, pues, cuidarlos y sanarlos de sus heridas.

La novela consta de varias historias imbricadas que atrapan al lector desde la primera página:

Relata una bellísima historia de amor entre un pobre diablo, Diego de Malagón, hijo de un herrero, y una joven, Mencia, que llevaba el noble apellido de los Azagra,

La joven Mencia, engañada y drogada por su madre, caerá en los brazos de un noble y viejo pretendiente, que le doblaba en años, y será obligada a casarse con él. El chico, abatido por el dolor de la traición de su amada, se enrola con los Caballeros de Calatrava, donde recibe un fuerte entrenamiento como espía y es enviado a territorio enemigo. Mencia, que nunca lo ha olvidado, le buscará por toda España hasta encontrarlo en plena batalla, la más sangrienta y feroz que se haya librado hasta entonces, y que pasó a la Historia con el nombre de «Batalla de las Navas de Tolosa».

Pero antes, al inicio, el narrador nos cuenta cómo transcurren apaciblemente sus jóvenes años de vida en el pueblo que le vio nacer, en compañía de sus padres y hermanas. Un día aparecen unos sarracenos y lo arrasan todo, matan al padre y se llevan a Marrakech como esclavas a sus hermanas, ellas intentarán en vano escapar de su dorada prisión.


Diego jura rescatarlas, y durante toda la novela ésa es su principal meta

La novela también es un compendio de medicina natural, y es , sobre todo, una obra histórica que nos sitúa en la época del inicio de la Reconquista, donde España está dividida en varios reinos que se disputan entre ellos, se traicionan y pasan todo el tiempo maquinando para protegerse de sus mismos aliados y contra el invasor árabe.

A través de sus páginas desfilarán una serie de héroes que defienden a sus reyes hasta perder la vida por llevar a cabo la misión encomendada. Nos describe varios castillos y lugares históricos que podríamos aún visitar con más conocimientos después de leer la novela.

Aprendemos que lo que hoy se conoce por El Coto de Doñana sirvió durante siglos para la cría de los bellísimos caballos de raza árabe que trajo Abderrahman III de África. Miles de yeguas y sementales disfrutaban de ese paraíso, custodiados por los mejores soldados del califa. A Diego se le encarga la misión suicida de robarlos.

Una obra muy documentada, según podemos ver en el capítulo de agradecimientos y notas explicativas.

Muy recomendable para todos los que hayan disfrutado de Los Pilares de la Tierra, o La Catedral del Mar.

Muy buena historia. Uno de los mejores libros de novela histórica y de aventuras que he leído. Es tan fácil su lectura que te engancha de principio a fin


«El Sanador de caballos» es una novela que recordaré siempre. Me ha gustado mucho y, a pesar de sus 800 páginas, se me ha hecho corta.

Un libro muy bueno para leer en estas vacaciones. A mí me lo recomendaron encarecidamente. Yo os lo recomiendo.

jueves, julio 22, 2010

EL GRANADO Y LA CAMPANILLA




El granado que hay junto al camino lo he visto crecer día a día y desde hace unos diez años se repite la misma historia:

Hace unos meses, al finalizar el invierno, surgieron de entre su hojas unas florecillas que luego se transformaron en unas pequeñas bolitas amarillentas, las cuales han ido engrosando hasta convertirse ahora en las hermosas granadas que luce orgulloso el árbol cuando me llama moviendo sus ramas al verme pasar por la acera cada mañana en mi rutinario paseo de una hora.

Me acerco y admiro su tersura, su brillante color y su tímida y sonrojada cara.


A su lado, poderosamente engarzadas en la valla metálica que limita el jardín, unas hojitas verdes con forma de corazones, que han trepado desde el suelo por la red, se agitan nerviosas. Y las campanillas azuladas que la acompañan se abren con una sonrisa mostrando la inocencia de su interior, impregnada con el rocío caído durante la noche



Intuyo que las bonitas campanillas se agitan tanto porque sienten celos del granado e intentan llamar descaradamente toda la atención sobre ellas, luciendo su juventud y frescura, el color maravilloso de sus pétalos y el suave y delicioso perfume que las envuelve.

Y, cautivado por su belleza, dejo al granado y me aproximo a una de ellas, aspiro su olor y la acaricio suavemente. Luego cierro los ojos y huelo mi dedo húmedo, impregnado de su esencia. El granado agita sus ramas, un poco envidioso de mi privilegio, y me acerco a él, tomo uno de sus frutos en mi mano y lo dejo aspirar el aroma de su esplendorosa compañera.


Al retirar mi mano la veo toda mojada. Intuyo que son las lágrimas tristes del granado: por su veteranía, él no ignora que en pocos días la belleza efímera de la campanilla trepadora se irá desvaneciendo y sus pétalos se arrugarán y serán arrancados por el viento, caerán al suelo y acabarán siendo pisoteados por los caminantes que marchan aprisa sin mirar atrás ni oír sus lamentos, con la vista puesta en el punto lejano que señala el fin de la pista y la mente puesta en las calorías que aún deben perder para aliviar a la báscula de peso, y a sus venas del colesterol.


El tiempo, ese implacable enemigo que pone a cada cual en su sitio, que destruye bruscamente la salud, la alegría de ser joven y ahijado de la belleza; que rompe proyectos diseñados durante muchos años, y que deja al que le toca abatido, triste y sin motivos que justifiquen recomenzar de nuevo…


Esta mañana he sentido la tristeza del granado mientras ambos contemplábamos arrobados a la alegre campanilla danzando con el viento, porque aun siendo más fuertes y más sufridos, más viejos y por tanto más experimentados, estando los dos tan enamorados de ella y siendo tan comprensivos… viéndola tan bella, alegre y altanera ya la echábamos de menos.








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