Maldito Internet fue publicado el día de San Juan del año 2006
Hola, permítanme que me presente: Mi nombre ya lo saben, está escrito arriba. Mi edad no viene a cuento, de todas formas soy libre de poner la que quiera, será una falsedad. Digamos que tengo las pilas bien cargadas. Todas las pilas.
Me dirijo a ustedes porque dicen que el desahogarse es bueno para la salud. Bueno, sin más dilación paso al tema que deseo comentarles:
Resulta que mi santa mujer se pasaba el día con la cara muy seria, mustia, con un rictus torcido como sonrisa, quejándose de que la vida era un asco, una rutina: trabajar, trabajar y trabajar todos los días del año. Cuando llegaba la noche me daba la espalda y nunca me deseaba, “Estoy muy cansada”, decía.
Un día me pidió que le explicase la forma de entrar en Internet, una herramienta que yo uso a diario porque es fundamental para mí, pues soy trabajador autónomo y trabajo a comisión para una conocida marca bodeguera, dedicándome a promocionar sus productos y atender los pedidos de los clientes. Pero esto no importa, no era eso lo que quería contarles.
Mi esposa me rogó que la enseñase a comunicarse con sus amigas por el MSN, o sea: a chatear.
Yo acepté, muy contento de poder complacerla en algo, ya que últimamente nada parecía conseguirlo. Después de cenar, le dejaba el ordenador durante una hora mientras yo miraba las noticias y mi serie preferida en televisión. Pero al cabo de unos días me dijo que necesitaba el PC durante dos horas, tres, cuatro…
Llegó a pasar toda la noche sentada ante la pantalla, comunicándose con alguien del otro lado del mundo. «Tenemos las horas cambiadas —decía ella—: cuando yo me acuesto, mi amiga se levanta y solamente podemos coincidir trasnochando una y madrugando la otra». Difícil arreglo tenía el asunto.
Un día comenzó a sacar fotos antiguas de nuestro álbum y a escanearlas para enviárselas a su amiga, fotos con diez o quince años de antigüedad. Le dio por guardar en un CD las fotos que recibía de su amiga para que yo no la conociese: “No sea que te guste y quieras también charlar con ella”, me dijo.
Ella no sabía que yo me había convertido en un experto en informática y que descubrir la clave de su correo electrónico fue un juego de niños para mí. Entré en su correo y… ¡me quedé de piedra!
Su amiga se llamaba Ramón, ¡RAAAMÓOOON! Tenía 40 años y decía que ella (mi esposa) era lo único en su vida, su sueño, su alegría, sus ganas de vivir, que moría de amor por ella y que tenía orgasmos mirándola en las fotografías.
El tío era bajo, más bien obeso, y medio calvo, ¡y me había suplantado a mí, que medía 1´90 y tenía un cuerpo modelado durante muchos años en el gimnasio, y conservaba todo mi cabello largo y plateado!
¿Qué buscaba mi mujer? ¿En qué le había fallado yo? Ésas fueron las preguntas que me acosaron en los días y noches siguientes.
Me dediqué a observarla con atención. Parecía otra: se vestía como las dieciochoañeras, enfundándose vestidos de la talla treinta y ocho; se cambió de peinado y lucía una sonrisa permanente en sus labios. El otro día, al salir del ascensor, nos cruzamos con unos vecinos del 2º y se quedaron mirándola. La vecina no pudo contener su admiración y le dijo: “Chica, que guapa estás, pareces enamorada”, y ella se sonrojó como un clavel de la feria de Sevilla.
Me propuse llegar hasta el final en mi investigación, ¡al cuerno con la Ética!, qué cojones, a nadie le gusta que le pongan cuernos, aunque sean digitales, virtuales o como se llamen.
Abrí su correo y me fui derecho a la “papelera”, puse un CD en su sitio y copié todo lo que ella había eliminado para leerlo con tranquilidad, si se puede tener tranquilidad cuando alguien obeso y medio calvo se está trajinando a tu mujer desde el lado opuesto del globo. ¡Y menos aún si éste se llama Ramón! ¿Os imagináis a vuestra esposa diciéndole a un extraño “Ramoncín…te amo, soy tuya, soy de vos…?”¡Qué horror!
Lo primero que abrí fueron las cartas de ella, y fue lo peor que hice en mi vida: las cosas que ella decía que le haría a su enamorado no me las ha hecho a mí ni en sueños.
Ella, que siente repugnancia hasta de beber en mi mismo vaso, le decía al enano que con sumo gusto le haría una mamada que le haría perder el sentido. Además, le describía sin pudor cada rincón de su cuerpo, dándole detalles de su forma y situación. Las mismas cosas que deseaba que el otro le hiciera, yo se las había propuesto hacerlas muchas veces, y casi se me divorcia porque decía que yo era un pervertido… Encontré los piropos que le hacía al miembro viril que le había enviado en una foto su “amante”: uno más bien delgado y corto: doce centímetros a lo más en estado excitado.
Se me nublaron los ojos por la rabia y por la impotencia…
¡Por la impotencia! Ésa era la excusa que daba ella por desearle tanto aun estando casada, ¡decía que yo era impotente y que no la satisfacía! ¡Yo, que cumplía todos los martes y sábados desde que nació nuestro hijo, que ahora tiene veinte años! ¡Impotente yo, que se me ponen las venas de mis 19 centímetros de nabo hinchadas como rabos de lagartos solamente al verla en bragas! ¡Ay, Dios! ¿Qué le ocurre a mi esposa?
Y el otro cabrón diciéndole que su mujer no vale nada comparado con mi niña: que si aquélla tiene las tetas lacias y secas; que si el vientre parece el de una preñada, que si… ¡Por favor! Y mi esposa le sigue el juego y le dice que “desea comérselo con papas, que no le da asco, que todo se lo traga…”
El otro día me pidió que le instalase para el Messenger el micrófono y la cámara. No le pregunté para qué, me lo imaginaba… Y comenzó la sesión de “cine amateur”: ella se desnudaba ante la cámara para que su amado se masturbara. ¡Pienso yo que harían eso!
Lo hacía cuando yo me acostaba. Yo me hacía el dormido y la dejaba gozar lo que quisiera, pues, de todas formas, peor que antes no íbamos a estar, cuando ella estaba tan triste, seria y amargada.
De pronto un día todo acabó: ella ya no quiso más Internet, ni más fotos ni más cartas; lo dejaba todo, volvía a mi cama y con amor me abrazaba y besaba. Yo quité la cámara, el micro y el Messenger, pues en mi casa nada de eso hacía falta. Y regresaron los años mozos de recién casados, el amor y sus pecados… ¡Todo maravilloso!
¿Qué había pasado?
Pues eso, que por la web cámara salen todos los defectos, y mi esposa no es la misma chica de veinte años que aparecía en las fotos que ella le había enviado; los años no pasan en balde. Y que el enamorado también la había engañado: su picha era mucho más corta aún que en la foto.
Intuyo que fue por eso: nadie cambia una autopista por una vereda, ni una caña de lomo ibérico por una Frankfurt.
En fin, les he contado todo esto para advertirles de que esto del Internet es muy peligroso; muchos matrimonios se han destruido por su culpa.
Ahora mi esposa me ama más que nunca. “Ay, mi amor… Si tú supieras que he estado a punto de abandonarte para irme lejos, muy lejos…”, me dice, mientras cruza sus piernas sobre mis nalgas. Y yo guardo silencio y me guardo mi secreto mientras con cariño la penetro. (¡Anda, con rima y todo!).
Ahora ella se va sola a la cama y me deja trabajar tranquilamente en el ordenador hasta altas horas de la madrugada. Sabe que me tendrá dos veces a la semana como antes, como siempre…
Desde hace un par de días me escribo con Alicia, una mujer tierna y sensual. Tiene ojos color turquesa y labios que destilan miel. Me ha enviado un par de fotos, es preciosa…
FIN
Me dirijo a ustedes porque dicen que el desahogarse es bueno para la salud. Bueno, sin más dilación paso al tema que deseo comentarles:
Resulta que mi santa mujer se pasaba el día con la cara muy seria, mustia, con un rictus torcido como sonrisa, quejándose de que la vida era un asco, una rutina: trabajar, trabajar y trabajar todos los días del año. Cuando llegaba la noche me daba la espalda y nunca me deseaba, “Estoy muy cansada”, decía.
Un día me pidió que le explicase la forma de entrar en Internet, una herramienta que yo uso a diario porque es fundamental para mí, pues soy trabajador autónomo y trabajo a comisión para una conocida marca bodeguera, dedicándome a promocionar sus productos y atender los pedidos de los clientes. Pero esto no importa, no era eso lo que quería contarles.
Mi esposa me rogó que la enseñase a comunicarse con sus amigas por el MSN, o sea: a chatear.
Yo acepté, muy contento de poder complacerla en algo, ya que últimamente nada parecía conseguirlo. Después de cenar, le dejaba el ordenador durante una hora mientras yo miraba las noticias y mi serie preferida en televisión. Pero al cabo de unos días me dijo que necesitaba el PC durante dos horas, tres, cuatro…
Llegó a pasar toda la noche sentada ante la pantalla, comunicándose con alguien del otro lado del mundo. «Tenemos las horas cambiadas —decía ella—: cuando yo me acuesto, mi amiga se levanta y solamente podemos coincidir trasnochando una y madrugando la otra». Difícil arreglo tenía el asunto.
Un día comenzó a sacar fotos antiguas de nuestro álbum y a escanearlas para enviárselas a su amiga, fotos con diez o quince años de antigüedad. Le dio por guardar en un CD las fotos que recibía de su amiga para que yo no la conociese: “No sea que te guste y quieras también charlar con ella”, me dijo.
Ella no sabía que yo me había convertido en un experto en informática y que descubrir la clave de su correo electrónico fue un juego de niños para mí. Entré en su correo y… ¡me quedé de piedra!
Su amiga se llamaba Ramón, ¡RAAAMÓOOON! Tenía 40 años y decía que ella (mi esposa) era lo único en su vida, su sueño, su alegría, sus ganas de vivir, que moría de amor por ella y que tenía orgasmos mirándola en las fotografías.
El tío era bajo, más bien obeso, y medio calvo, ¡y me había suplantado a mí, que medía 1´90 y tenía un cuerpo modelado durante muchos años en el gimnasio, y conservaba todo mi cabello largo y plateado!
¿Qué buscaba mi mujer? ¿En qué le había fallado yo? Ésas fueron las preguntas que me acosaron en los días y noches siguientes.
Me dediqué a observarla con atención. Parecía otra: se vestía como las dieciochoañeras, enfundándose vestidos de la talla treinta y ocho; se cambió de peinado y lucía una sonrisa permanente en sus labios. El otro día, al salir del ascensor, nos cruzamos con unos vecinos del 2º y se quedaron mirándola. La vecina no pudo contener su admiración y le dijo: “Chica, que guapa estás, pareces enamorada”, y ella se sonrojó como un clavel de la feria de Sevilla.
Me propuse llegar hasta el final en mi investigación, ¡al cuerno con la Ética!, qué cojones, a nadie le gusta que le pongan cuernos, aunque sean digitales, virtuales o como se llamen.
Abrí su correo y me fui derecho a la “papelera”, puse un CD en su sitio y copié todo lo que ella había eliminado para leerlo con tranquilidad, si se puede tener tranquilidad cuando alguien obeso y medio calvo se está trajinando a tu mujer desde el lado opuesto del globo. ¡Y menos aún si éste se llama Ramón! ¿Os imagináis a vuestra esposa diciéndole a un extraño “Ramoncín…te amo, soy tuya, soy de vos…?”¡Qué horror!
Lo primero que abrí fueron las cartas de ella, y fue lo peor que hice en mi vida: las cosas que ella decía que le haría a su enamorado no me las ha hecho a mí ni en sueños.
Ella, que siente repugnancia hasta de beber en mi mismo vaso, le decía al enano que con sumo gusto le haría una mamada que le haría perder el sentido. Además, le describía sin pudor cada rincón de su cuerpo, dándole detalles de su forma y situación. Las mismas cosas que deseaba que el otro le hiciera, yo se las había propuesto hacerlas muchas veces, y casi se me divorcia porque decía que yo era un pervertido… Encontré los piropos que le hacía al miembro viril que le había enviado en una foto su “amante”: uno más bien delgado y corto: doce centímetros a lo más en estado excitado.
Se me nublaron los ojos por la rabia y por la impotencia…
¡Por la impotencia! Ésa era la excusa que daba ella por desearle tanto aun estando casada, ¡decía que yo era impotente y que no la satisfacía! ¡Yo, que cumplía todos los martes y sábados desde que nació nuestro hijo, que ahora tiene veinte años! ¡Impotente yo, que se me ponen las venas de mis 19 centímetros de nabo hinchadas como rabos de lagartos solamente al verla en bragas! ¡Ay, Dios! ¿Qué le ocurre a mi esposa?
Y el otro cabrón diciéndole que su mujer no vale nada comparado con mi niña: que si aquélla tiene las tetas lacias y secas; que si el vientre parece el de una preñada, que si… ¡Por favor! Y mi esposa le sigue el juego y le dice que “desea comérselo con papas, que no le da asco, que todo se lo traga…”
El otro día me pidió que le instalase para el Messenger el micrófono y la cámara. No le pregunté para qué, me lo imaginaba… Y comenzó la sesión de “cine amateur”: ella se desnudaba ante la cámara para que su amado se masturbara. ¡Pienso yo que harían eso!
Lo hacía cuando yo me acostaba. Yo me hacía el dormido y la dejaba gozar lo que quisiera, pues, de todas formas, peor que antes no íbamos a estar, cuando ella estaba tan triste, seria y amargada.
De pronto un día todo acabó: ella ya no quiso más Internet, ni más fotos ni más cartas; lo dejaba todo, volvía a mi cama y con amor me abrazaba y besaba. Yo quité la cámara, el micro y el Messenger, pues en mi casa nada de eso hacía falta. Y regresaron los años mozos de recién casados, el amor y sus pecados… ¡Todo maravilloso!
¿Qué había pasado?
Pues eso, que por la web cámara salen todos los defectos, y mi esposa no es la misma chica de veinte años que aparecía en las fotos que ella le había enviado; los años no pasan en balde. Y que el enamorado también la había engañado: su picha era mucho más corta aún que en la foto.
Intuyo que fue por eso: nadie cambia una autopista por una vereda, ni una caña de lomo ibérico por una Frankfurt.
En fin, les he contado todo esto para advertirles de que esto del Internet es muy peligroso; muchos matrimonios se han destruido por su culpa.
Ahora mi esposa me ama más que nunca. “Ay, mi amor… Si tú supieras que he estado a punto de abandonarte para irme lejos, muy lejos…”, me dice, mientras cruza sus piernas sobre mis nalgas. Y yo guardo silencio y me guardo mi secreto mientras con cariño la penetro. (¡Anda, con rima y todo!).
Ahora ella se va sola a la cama y me deja trabajar tranquilamente en el ordenador hasta altas horas de la madrugada. Sabe que me tendrá dos veces a la semana como antes, como siempre…
Desde hace un par de días me escribo con Alicia, una mujer tierna y sensual. Tiene ojos color turquesa y labios que destilan miel. Me ha enviado un par de fotos, es preciosa…
FIN
Jejejeje, muy bueno.
ResponderEliminarQue tengas felices vacaciones.
Saludos.
Las cosas que pasan en Internet!!
ResponderEliminarTan reales como la propia vida se ilusionan, muchos han llegado a buen puerto
Besos
Internet puede ser un arma de doble filo. Hay que "saber" (no en el sentido literal de la palabra) tilizarlo. Si se busca, se encuentra, si no, no.
ResponderEliminar¡Ais jopé, si no fuera porque te conozco gracias a Internet diría que es muy malo!
Hale, un besito y felices vacaciones, amigo.
Gracias, Toro Salvaje.Para ti también deseo un feliz verano.
ResponderEliminarSaludos
Por supuesto, Marián, muchos han alcanzado la felicidad a través de la Red.Otros, en cambio...
ResponderEliminarGracias por tu aportación.Un beso
Hola, My Lady, no te asustes,bonita. Todo noes malo en internte, y como bien dices, hay que saber usarlo.
ResponderEliminarCreo que te dije que mi hijo y mi nuera se conocieron por internet.
Puesde leer la historia en el archivo del 16 de octubre de 2007.
Enlace Rubén_Paula.
Un beso tan grande como el puente de los leperos, y felices vacaciones para ti también..
Jajajaja ... he llegado a tu blog buscando una fotografía. La que me gustaba estaba aquí. Y te la he "robado" para el mío, aunque reconozco de donde la he sacado.
ResponderEliminarLos amores por internet, más que amores son idealizaciones. La vida a veces nos lleva a la soledad o el aburrimiento. Y uno puede imaginar hermosas aventuras y conquistas inenarrables y unas aptitudes amatorias propias de las películas.
En general todos saben éso y solo pasan el rato agradablemente. Pero algunos, por la razón que sea, se lo toman sen serio. Y pasa lo que pasa.
Me gusta tu blog. Felices vacaciones
Juan feliz vacaciones internet es la ventan a al mundo.
ResponderEliminarGracias por sus visitas y comentarios buena semana Saludos
Hola Juan, vuelvo a tu blog, en principio para agradecer tus palabras en el mío. Luego he visto tu perfil y veo que coincidimos en nuestros gustos, en musica, libros y etc. debemos ser de similar generación, digo yo ....
ResponderEliminarhttp://elsuenodespierto.blogspot.com/
En esa URL tienes la famosa foto robada. No me di cuenta que escribia desde mis otros blogs.
Saludos cordiales.
Rosg.
Gracias por su visita y comentarios
ResponderEliminarUn Cordial Saludo desde
PASTELERIA MUNDO DE FANTASIA
Rosg, lo que afirmas en esta bonita frase que cito a continuación creo que es la exacta descripción de las causas que originan las relaciones virtuales:
ResponderEliminar"Los amores por internet, más que amores son idealizaciones. La vida a veces nos lleva a la soledad o el aburrimiento. Y uno puede imaginar hermosas aventuras y conquistas inenarrables y unas aptitudes amatorias propias de las películas."
Efectivamente, tendemos a idealizar a la persona que nos interesa y la vemos en nuestra imaginación como deseamos que fuera, y los sentimientos y las espectativas que se producen hacen el resto.
Un placer tu visita.
saludos.
Hola, Jose Ramón, gracias por tus buenos deseos. Un abrazo
ResponderEliminarRosg, fue un placer descubrir tu blog, pues he leído cosas muy amenas e interesantes.
ResponderEliminarDices: "coincidimos en nuestros gustos, en musica, libros y etc. debemos ser de similar generación, digo yo"
No creo que sea así, yo vengo de muy antiguo,fíjate que la Biblia y los griegos y romanos ya conocían al Pan.
Pero me alegra mucho que tengamos muchos gustos afines.
Saludos.
Vaya,J.Ramón, ya sé dónde abastecerme de dulces:
ResponderEliminarPASTELERIA MUNDO DE FANTASIA
Gracias a ti por tu amistad.
Saludos.
Ay Juan, como me he reído con tu relato.
ResponderEliminarEl mundo de internet tiene estas cosas jeje, es la persona la que tiene que saber donde tiene los límites.
Conozco caso de matrimonios rotos por la red y la de bellísimos romances, también la de amistades autenticas, la red es como transitar por la calle puedes hablar con extraños o simplemente dejarlos pasar. No?
jeje Un besito :-) Y disfruta de este verano, si fueses a Sevilla piensa un poquito en mí y así podré estar allí de alguna manera :-)
Hola Juan...encontre tu blog y la verdad me encanto leerte!!!
ResponderEliminarMuy bueno lo tuyo, además tienes tanto de verdad en lo que dices...
Seguire pasando por, pues es muy interesante.
Ah y felices vacaciones!!!
Saludos desde Argentina.
Hola, Darilea, te he echado mucho de menos. Me alegro que te hayas reido con este relato formado a base de entrelazar esperiencias mías y de mis amistades.
ResponderEliminarComo bien dices, por la calle transitan a nuestro lado multitud de personas y con unos lo pasamos bien y a otros, la mayoría, ignoramos.
Querida, no hace falta que vaya a Sevilla para pensar en ti: te tengo siempre en mente.
Aquí tenemos siempre unos seis grados menos de temperatura que en Sevilla, y el mar.. No es problable que yo vaya a vistarla en verano sin una causa justificada, como sería una quedada para conocerte a ti y tu familia. Me alegro que por fin hayas acabado el curso, aunque te entiendo cuando dices que dejas parte de tu corazón en la despedida.
Un beso.
Hola, Carla: gracias por tu visita y amables palabras. Me alegro de que te guste mi blog, sacaré un rato de mi tiempo para visitar el tuyo.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Un gusto leerte.
ResponderEliminarSi bien que este no pasa de un cuento, muy bueno, estan pasando cosas en internet terribles inclusivé con un amigo mío que estuvo a punto de perder su esposa y su hija.
Hay que tener mucho cuidado con ciertas señoras que andan por ahí con graves problemas psíquicos, solo puede, y que hacen de sus poemas eróticos un medio para conquistar su fin.
Un abrazo
Sergio
hola que tal! permítame felicitarlo por su excelente blog, me encantaría tenerlo en mis blogs de entretenimiento (animes,peliculas,etc ).Estoy segura que su blog sería de mucho interés para mis visitantes !.Si puede sírvase a contactarme ariadna143@gmail.com
ResponderEliminarsaludos
Hola!!!!
ResponderEliminarSeguro que estarás disfrutando en este momento............que tengas los mejores días de tu vida, vendrás con nuevas ideas, te estaremos esperando.
Un abrazo de oso.
Muy buen relato Juan. La verdad es que son muchos los romances que han iniciado a través de esta ventana al mundo, algunos han resultado exitosos y otros desastrosos, pero sí, internet es peligroso... y para algunas en estado de soledad perenne les puede llevar de la cordura a la locura...
ResponderEliminarDisfruta tus vacaciones. Yo también estaré ausente unas 3 semanas.
Un abrazo
Hola, Sergio, me alegro de leerte.
ResponderEliminarSiento lo de tu amigo y entiendo lo que dices, pues también conozco casos parecidos que me inspiraron para escrbir este cuento.
Afortunadamente, también encontramos a personas maravillosas y desinteresadas en internet.
Un abrazo, amigo
Hola, Comun. Gracias por tus buenos deseos. Efectivamente estoy pasando unos días muy felices en compañía de mi hijo y su esposa, que han venido desde Galicia.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Belkis, te deseo felices vacaciones también.
ResponderEliminarComo bien dices, internet es una ventana al mundo que nos permite mucha información y contactos.
La experiencia de mi hijo fue maravillosa: conoció a una joven por la red y estuvieron comunicándose varios meses hasta que decidieron encontrarse.
Desde que se conocieron perdieron la razón y cada mes mi hijo viajaba hasta Orense, mil kms,y ella también venía tres veces al año.
A los dos años se casaron, y ya llevan tres viviendo juntos y completamente enamorados. Nunca he visto a mi hijo tan alegre y cariñoso como ahora.
Como le indiqué a Lady Luna, puedes ver las fotos de su boda en el archivo del 16 octubre de 2007.
Un beso, Belkis
Hola Juan, el inconveniente de internet con estas cosas es que solo de tejan turbado, másturbado, diría yo, pues la fantasia pulula por el espacio mienmtras la realidad está en casa...
ResponderEliminarOtra cosa es que uses la verdad para relacionarte y buscar amistad y no cubrir fantasías reprimidas.
Un abrazo
Hola!!!
ResponderEliminarGracias Juan, no se que sería de mi blog sin ustedes, es que aportan tanto y me enseñan en cada entrada, G.R.A.C.I.A.S.
He agregado tu comentario a mi post, espero que no te moleste, es que me pareció más que importante, todo lo que haz sumado en “el cardo”.
Gracias y buen feliz de semana.
Un abrazo de oso.
Felices vacaciones Juan, voy por el capitulo 7
ResponderEliminarMe has hecho reir!
ResponderEliminarNo todo lo que brilla es oro.
Abrazos desde Argentina
"el inconveniente de internet con estas cosas es que solo de tejan turbado, másturbado!
ResponderEliminar¡Ja,ja,ja! Buena frase has acuñado, amigo Antonio.
De todo hay un poco en la cesta de la vida. Bueno, un poco no, mucho, a juzgar por la enorme cantidad de páginas webs que se dedican a contactos.
Gracias por el consejo.
Ayer no se podía estar en las playas gaditanas por el levante, no sé si en Málaga afecta tanto como aquí: Entra el viento a presión por el Estrecho y arrasa toda la costa hasta Sanlucar.
Un abrazo,amigo
Hola, Comun, ya he visto eso en tu blog y me encanta, ¿Por qué había de molestarme? Un beso grande
ResponderEliminarGracias Marian Gardi, también te deseo disfrutes de feliz semana.
ResponderEliminarÁnimo, ya te falta menos. Un beso
Bienvenida, minombresabeahierba, (Qué agradable aroma ése de la hierba fresca recien cortada!)
ResponderEliminarTe conozco del blog de Comun. Gracias por tus magníficas lecciones de botánica.
Saludos.
Juan gracias por su amable comentario que pase una buena semana
ResponderEliminarCordial Saludos de José Ramón
Hola que tal, ¿cómo te estás?, ¡Qué buen y excelente blog!.
ResponderEliminarQuisiera poder contar con él en mis blogs, para que mis visitantes
puedan conocerlo, ya que sería de mucho interés para ellos.
Si estás de acuerdo, por favor escríbame a manganimemaster@gmail.com
Ayy mi querido Juan,
ResponderEliminarcuánto me has hecho reir...
lo cuentas muy bien, parece real...
Tú lo cuentas con mucho humor, pero suceden y a veces muy tristes y hasta traumáticas para algunas parejas.
Tienes el don de manejar bien las palabras, es amena y ágil la lectura. Te felicito.
En comparación a este relatón mi breve ficción queda chiquito....
Un abrazo wapetón y buenas noches.
¡Vaya que sí, Génessis! Estas cosas suceden más veces de lo que creemos. Muchos matrimonios se han roto por abusar del chateo.
ResponderEliminarMe alegro de que te hayas reído, era lo que pretendía al escribir el relato.
No tienes razón: tu relato es muy bueno y real, sólo que más serio. Un beso