domingo, abril 13, 2014

LA LADRONA DE LIBROS (LA NOVELA)

 



Fui a ver la película el día de su estreno en España, y me gustó mucho.
Tanto que decidí leer también la novela, aunque no acostumbro a hacerlo porque luego me decepciona la película comparándola con la novela
He terminado de leer La ladrona de libros esta mañana y me ha gustado mucho, sobre todo las últimas cien páginas. Como intuía, me ha gustado más que la película, pues en el libro se leen los pensamientos y sueños de los protagonistas y se entiende todo mejor. Las películas resumen mucho las novelas en las que se basan, sólo muestran imágenes y acción; pero no los sentimientos ni los pensamientos que hacen actuar así a las personas.

Mientras veía la película me preguntaba quién era el narrador, y lo supe casi al final después de pensarlo mucho. En la novela se sabe desde el comienzo, ella misma se presenta: La Muerte.

La película es una historia de guerra, campos de exterminio y dolor, pero la novela es también una obra romántica que muestra el amor incondicional de un chico por la ladrona, al punto que la ayuda a veces, y es capaz de arrojarse a las heladas aguas del río para rescatar un libro. Esas dos escenas se ven en la película, pero en la obra escrita se leen también los pensamientos y emociones de cada uno, el amor que nace entre ellos aunque ella lo guarde en secreto. La página que describe la muerte del chico en un bombardeo y cómo su amiga intenta reanimarlo hizo que me saltaran las lágrimas.

Es un libro precioso, un libro que recomiendo

Se ha publicado de La ladrona de libros lo siguiente:

Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia.

En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía bellos cuentos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras. Con estas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable. «La ladrona de libros deslumbra por sus extraordinarios personajes, su capacidad de emocionar sin clichés y, ante todo, por su omnipresente reflexión sobre el valor de las palabras.» RICARD RUIZ GARZÓN, El Periódico de Catalunya «Cuenta una historia en la que los libros se convierten en tesoros. [...] Un sentimiento como este es indiscutible.» The New York Times








domingo, abril 06, 2014

PLASENCIA



El tercer y último día de mi viaje al Valle del Jerte pasé medio día en Plasencia, capital del Valle.

Consciente de la pasión de mi mujer por los trabajos manuales en lana e hilo, la llevé a ver el Museo Textil, donde se exponen trabajos con algunos siglos de antigüedad. Espero os guste.


EL VALLE DEL JERTE


Amig@s, os invito a ver este video-reportaje de mi viaje reciente al Valle del Jerte. El tiempo no nos favoreció, pero aun así nos sentimos privilegiados de ver algo tan bonito, y agradecidos a Dios de habérnoslo permitido, pues no muy lejos del Jerte, hubo ciudades inundadas y la gente sin poder salir de sus casas u hoteles. 
Maravillado quedé de la fortaleza y valentía de mi mujer, que a sus sesenta y cinco años no tuvo miedo a la lluvia ni al hecho de que no se podía circular con vehículos dentro de la Reserva natural y se lanzó cuesta arriba con su paraguas a subir 2 kms hasta la cima del monte y bajar por el otro lado otro kim hasta llegar a la meta: unas cascadas de agua. Luego había de rehacer el camino ala inversa. Total 6 kms bajo la lluvia en una carretera con pendiente de hasta el 8 %. "Ha merecido la pena, Juanito", me dijo cuando se pudo sentar y quitar los zapatos en el hotel.

Espero que el video os guste a pasear de la mala calidad de la imagen por falta de luz y eso os anime a visitar tan bonito lugar





domingo, marzo 23, 2014

YO ACUSO



Acaba el domingo. Ha sido un espléndido día primaveral, un día para tomar el sol y respirar el aire puro del mar. Pero vengo triste y siento vergüenza de ser humano al ver el trato que le damos a los demás seres que habitan el planeta. Tubos de desagües y depuradoras que arrojan al mar sus residuos contaminante, fábricas y buques que vierten en el al mar sus desechos... Prueba de ello es lo que aparece en la costa luego.
También  los turistas y habitantes del lugar que se tienden sobre la arena o hacen ejercicio corriendo por la orilla  son culpables de que muchas gaviotas y peces mueran por nuestra desidia e irresponsabilidad. ¿Sabéis que cada chicle que se tira en la arena llama la atención de las aves marinas y se lo tragan y luego muere la mayor parte de ellas porque se les bloquea el intestino?




Da pena pasear por la playa y ver lo que deja la marea cuando baja: millones de moluscos vacíos, es decir que sus ocupantes han muerto, también algunos  peces y gaviotas. Uno se pregunta qué es lo que los ha matado. Algunos son pequeñitos, prematuros, o sea que no han muerto por vejez ni nada de eso.








 ¿Hasta dónde llegara el Hombre con su mano depredadora y ansias de dinero? ya pueden imaginar qué pasará cuando comiencen a extraer petróleo en las Islas Canarias: toda una región turística y bellísima perdida en beneficio de unas empresas petrolíferas que, a juzgar por los destinos de anteriores políticos con responsabilidad en el tema,  intuyo que ya tendrán dispuesto el despacho de Consejero de la compañía al Ministro responsable de autorizar el desaguisado. Ya sabemos el dicho: " Favor, con favor se paga"

jueves, marzo 20, 2014

OCHO APELLIDOS VASCOS, la película



Ayer, mi esposa y yo fuimos a ver la película. "Ocho apellidos vascos" cuya Sinopsis publicada es esta:

Rafa (Dani Rovira) es un joven señorito andaluz que no ha tenido que salir jamás de su Sevilla natal para conseguir lo único que le importa en la vida: el fino, la gomina, el Betis y las mujeres. Todo cambia cuando conoce a la primera mujer que se resiste a sus encantos: Amaia (Clara Lago), una chica vasca. Decidido a conquistarla, se traslada a un pueblo de "las Vascongadas", donde se hace pasar por vasco para conseguir que le haga caso. Adopta el nombre de Antxon, seguido de varios apellidos vascos: Arguiñano, Igartiburu, Erentxun, Gabilondo, Urdangarín, Otegi, Zubizarreta y… Clemente. (FILMAFFINITY)

Si yo hubiese hecho caso a los críticos especializados ( que no sé quien les cree, pues siempre van en contra de la opinión general, prueba de ello es que en la primera semana de estreno esta película es la que más dinero ha recaudado en todos los tiempos del cine español) no hubiera ido a verla; pero afortunadamente no me fío de ellos y sólo os diré una cosa: es la mejor película española que he visto en muchos años. Hacía mucho tiempo que no veía la sala completamente llena. Nada de efectos especiales, sino bonitos paisajes, excelente interpretación y graciosos dialógos. No os la perdáis

Yo le pondría un 9 del 1 al 10

lunes, marzo 17, 2014

EL FARO DE CHIPIONA Y EL SIDENAFIL



EL FARO DE CHIPIONA

¡Tres meses llevaba sin clavarme! Y no porque no tuviera ganas , sino porque ....no se me levantaba.
 Me acariciaba para ponerla a punto, pero nada de nada.


Y la tristeza se vino conmigo, me arropaba por las noches y me acompañaba a la playa, al mercado y a todas partes durante el día.
Fui al médico a explicarle mi problema, le dije que sufría depresión y quería algo que me aliviara. Entonces él  me preguntó los motivos que tenía para ello y se lo expliqué. "Hombre, ya podías haberlo dicho antes, pues eso se debe a las pastillas que tomas de la tensión. ¿No ves lo que dice el prospecto? Disfunción eréctil", me dijo.
Mi doctor de cabecera me cambió las pastilla, pero me avisó de que recuperar la virilidad anterior me costaría un tiempo. Al entregarme la receta  me dijo:
— Pero mientras tanto, puedes tomar Sidenafil (Viagra). No tendrás ningún problema si sigues las instrucciones.

 Y  fui a la farmacia y las compré. Un poco caras las pastillas, joder, que para un  mileurista septuagenario supone un buen pellizco pagar 60 euros por 4 pastillas. ¡Y no las pasa el seguro!
—Bueno, con esto tienes para todo el año — me dijo mi esposa, siempre tan positiva.
— ¡Pero mujer, que sale a un quisque por trimestre!
— Pues a mi me sobran, para qué más, a tu edad.

Como si uno no tuviera ganas de vivir y de pasarlo bien a la vejez.
Y  las compré.
Y al siguiente día las probé por primera vez.
Yo, la verdad, es que tenía miedo a las secuelas que anunciaba el prospecto, pues, entre otras cosas, podía darme un ataque al corazón. Pero yo me arriesgué, pues una vida sin fumar, sin poder comer de todo y sin joder... para qué la quiero yo.

Me la tomé con la cena, para dar tiempo a su acción. Vimos la película de  TVE2, y al finalizar  fuimos al baño los dos,  y luego a la habitación.

 El pajarito seguía lacio, permanecía  escondido acurrucado en el nido como el gorrión que ve planear el águila sobre su cabeza. Y eso me llamó la atención. En el prospecto y leí que Sidenafil no actúa si no hay contacto, caricias, excitación...
Y me acerqué a mi mujer por detrás, le subí el camisón y me pegué a ella.

¡MILAGRO!

Fue sentir su piel  finísima y cálida contra mi miembro, y éste comenzó a desperezarse y estirar el cuello hacia arriba como el faro de Chipiona explorando el horizonte.
Mi mujer no daba crédito a sus ojos y se sentó en la cama para mirarlo. ¡Incluso le hizo una foto! Aquello  estaba más duro que el mástil del Juan Sebastián el Cano.
Nos fundimos en un  abrazo y comenzamos a besuquearnos y bla,bla bla, que todo lo queréis saber, chismosos, y eso no es, a cada cual su  intimidad.
Tres veces en la misma noche, una enseguida, otra a las dos horas y una tercera al despertar.
 Esa mañana yo me  quedé acostado recuperando fuerzas hasta las diez.

Mi mujer fue a coger el autobús para ir a ver a San Judas Tadeo, patrón de lo imposible, para agradecerle el milagro que sólo es producto de la Ciencia. Luego le ha puesto cuatro velas: una por cada sábado del mes.


 Porque ella está dispuesta  a ahorrar 60 euros de donde sea con tal de que no falten las cuatro pastillas  de Sidenafil cada mes.

Safe Creative #1610249545980

EL FARO DE CHIPIONA Y EL SIDENAFIL



EL FARO DE CHIPIONA

¡Tres meses llevaba sin clavarme! Y no porque no tuviera ganas, sino porque.... no se me levantaba.
 Me acariciaba para ponerla a punto, pero... ¡nada de nada!


Y la tristeza se vino conmigo, me arropaba por las noches y me acompañaba a la playa, al mercado y a todas partes durante el día.
Fui al médico a explicarle mi problema. Le dije que sufría depresión y quería algo que me aliviara. Entonces él  me preguntó los motivos que tenía para ello y se lo expliqué:
—No se me levanta.
—Hombre, ya podías haberlo dicho antes, pues eso se debe a las pastillas que tomas de la tensión. ¿No ves lo que dice el prospecto? "Disfunción eréctil" —me dijo.
Y el médico me cambió las pastilla, pero me avisó de que recuperar la virilidad anterior me costaría un tiempo. Al entregarme la receta  me dijo:
—Pero mientras tanto, puedes tomar Sidenafil (Viagra). No tendrás ningún problema si sigues las instrucciones.

 Y  fui a la farmacia y las compré. ¡Un poco caras las pastillas, joder!, que para un  mileurista septuagenario supone un buen pellizco pagar 60 euros por 4 pastillas. ¡Y no las pasa el seguro!
—Bueno, con esto tienes para todo el año —me dijo mi esposa, siempre tan positiva.
—¡Pero mujer, que sale a un quisque por trimestre!
—Pues a mi me sobran, para qué más, a tu edad.

¡Como si uno no tuviera ganas de vivir y de pasarlo bien a la vejez!
Y  las compré.
Y al siguiente día las probé por primera vez.
Yo, la verdad, es que tenía miedo a las secuelas que anunciaba el prospecto, pues, entre otras cosas, podía darme un ataque al corazón. Pero yo me arriesgué, pues una vida sin fumar, sin poder comer de todo y sin joder... ¿para qué la quiero yo?

Me la tomé con la cena, para dar tiempo a su acción. Vimos la película de  TVE2, y al finalizar  fuimos al baño los dos,  y luego a la habitación.

 El pajarito seguía lacio, permanecía  escondido, acurrucado en el nido como el gorrión que ve planear el águila sobre su cabeza. Y eso me llamó la atención. En el prospecto leí que Sidenafil no actúa si no hay contacto, caricias, excitación...
Y me acerqué a mi mujer por detrás, le subí el camisón y me pegué a ella.

¡MILAGRO!

Fue sentir su piel  finísima y cálida contra mi miembro, y éste comenzó a desperezarse y estirar el cuello hacia arriba como el faro de Chipiona, explorando el horizonte.
Mi mujer no daba crédito a sus ojos y se sentó en la cama para mirarlo. ¡Incluso le hizo una foto! Aquello  estaba más duro que el mástil del buque escuela Juan Sebastián el Cano.
Nos fundimos en un  abrazo y comenzamos a besuquearnos y bla,bla bla, ¡que todo lo queréis saber, chismosos!, y eso no es, a cada cual su  intimidad.
Tres veces en la misma noche, una enseguida, otra a las dos horas y una tercera al despertar.
 Esa mañana yo me  quedé acostado recuperando fuerzas hasta las diez.

Mi mujer fue a coger el autobús para ir a ver a San Judas Tadeo, patrón de lo imposible, para agradecerle el milagro que sólo es producto de la Ciencia. Luego le ha puesto cuatro velas: una por cada sábado del mes.


 Porque ella está dispuesta  a ahorrar 60 euros de donde sea con tal de que no falten las cuatro pastillas  de Sidenafil cada mes.

Safe Creative #1610249545980

viernes, marzo 14, 2014

CONTRADICIONES



Dicen que sólo se ama una vez, que no hay que querer ser amigo de quien no te quiere, pues eso es una losa que cargas en tu espalda y acaba por aplastarte.



Dicen que por dignidad no se debe admitir ser considerado un segundo plato, que si uno consiente eso todos los dedos te señalan y acabas muriendo avergonzado.

Dicen que hay que tener amor propio y no humillarse ante la persona amada cuando ésta te rechaza, y menos aún si ésta tiene ya otro que la consuele.


Y yo digo que hay mucho de mentira en estas frases y mucha hipocresía en quienes las pronuncian.


Porque una persona puede amar a varias personas, objetos y cosas al mismo tiempo: Uno puede amar a su mujer y estar prendado de su vecina, de la profesora de su hijo o de la esposa del amigo; puede al mismo tiempo amar a sus hijos, al perro, al coche, al chalet... Un corazón tiene espacio para dar amor a muchos a la vez



Si un amigo no te quiere y por ello lo dejas nunca volverás a tenerlo. Yo creo que un verdadero amigo hace todo lo posible por conservar esa amistad, y creo que si no se precipita ni se obsesiona el tiempo vuelve a poner las cosas en su sitio. Lo malo es insistir, acosar y mendigar ... Eso lo que hace es abrir la brecha.

Nadie quiere ser segundo plato de nadie; pero entonces si eso es así, ¿dónde está la libertad de cada persona al elegir a sus amigos, la libertad de amar a quien quiera? Se nos llena la boca al decir que somos libres y debemos respetar la libertad del otro; pero si una amiga o novia nos dice que ama a otra persona ¿debemos apartarla de nuestra vida, insultarla y odiarla? Dejar de ser amigos y separarse porque ella prefiera a otro, ¿es ése el respeto a la libertad del que hablamos? ¿No es mejor reconocer que el otro es afortunado de tener a la persona que uno quisiera tener y respetar la elección de ella sabiendo que ella es feliz así?

Amar en vez de odiar, respetar en vez de acusar, confiar en la buena fe de los demás, hacerle ver que tiene un amigo para lo que sea que necesite, unir en vez de separar... Y buscar la felicidad en otra parte sin perturbar la de ella: ésa es la verdadera amistad

jueves, marzo 13, 2014

MONUMENTS MENS, LA PELÍCULA




Ayer, como cada miércoles, fui al cine, aprovechando al oferta de entrada de 3´70 euros que solo dura hasta abril. No sabía que película ver, pues las mejores ya la las había visto. Me decidí por un estreno nuevo: "Monuments mens"

Es una historia real: durante la segunda guerra mundial los alemanes no solo invadieron Europa sino que la despojaron de su riqueza cultural, llevándose a Alemania los cuadros y demás obras de arte de las colecciones que contenían museos y particulares.

Un equipo de célebres historiadores británicos y estadounidenses, a finales de la segunda Guerra Mundial, fueron enviados por el entonces presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, a la peligrosa y loca misión de rescatar las y devolverlas a sus respectivos dueños.

Al principio no me entraba la película, era un argumento ya repetido en otras películas, Como "Doce hombres del patíbulo" en la que unos hombres condenados deben redimir sus penas cumpliendo una peligrosa misión de la que no esperan salir vivos.

La diferencia  es que en ésta los protagonistas son unos viejos jubilados, exceptuando al chófer y a un intérprete, los  que son entrevistados y aceptan voluntariamente la misión. Los primeros veinte minutos me hacían bostezar (no había dormido la siesta). Me perecía ridículo que los obligasen a entrenarse con los soldados que van al frente arrastrándose por el sueño embarrado y bajo alambres o saltando vallas demasiado altas.
Pero a medida que fue avanzando la película se despertó mi interés y llegó a atraparme de tal modo que luego me supo a poco y esperaba un final más largo y detallado. Fue un final brusco.

En general estuvo bien, es entretenida, si bien algunas cosas parecen no muy creíbles y se nota que algunos actores estaban ahí por amiguismo o por el nombre, que en otras épocas fue famoso, pero que hoy ese papel lo hubieran hecho mejor muchos otros.


Del 1 al 10, yo le pondría un 6

domingo, marzo 09, 2014

viernes, marzo 07, 2014

ELSA



Comencé el día mal: el despertador no había sonado, pues durante la noche se fue la corriente eléctrica y el reloj se puso con las luces intermitentes sin funcionar como es debido.
Total, que me levanté una hora más tarde, me vestí de prisa y sin probar el desayuno que mi mujer me había preparado, bajé corriendo las escaleras y me fui volando en mi Peugeot 2005 a la fábrica.
El jefe no quiso atender mis motivos porque la cadena de producción estaba atascada en mi puesto de trabajo y  me echó una bronca de mil diablos, amenazándome con echarme a la calle la próxima vez que eso sucediera, pues en mi puesto se habían amontonado una gran cantidad de piezas y los siguientes puestos estaban detenidos por falta del material.
 Ocupé mi sitio en la máquina y trabajé a destajo durante todo el día para recuperar el tiempo perdido, despejar el atasco  y dar servicio a las siguientes máquinas que dependían de mí.
Cuando sonó la sirena al finalizar la jornada, yo permanecí un cuarto de hora más para acabar unas piezas que tenía entre manos y así comenzar sin atrasos al día siguiente. Mis compañeros entre tanto se dirigieron al vestuario, se ducharon y se cambiaron de ropa.
Cuando yo llegué a las duchas, empapado de sudor y exhausto, me di cuenta de que ya no había agua caliente, pues mis compañeros habían agotado la que había en el depósito del termo, y me duché con agua fría, ¡en febrero!
Decididamente aquél no era mi día.
Salí de la ducha tirititando y comencé a secarme con vigor para entrar en calor; luego me dirigí a la sala de las taquillas donde me esperaba mi ropa de calle. Allí me esperaba otra sorpresa:
Colgada de mi pantalón, con las garras hundidas en él de tal manera que no sabia soltarse, se hallaba un  gatito de unas cinco semanas  de edad. Se había subido trepando por la pernera del pantalón para alcanzar la repisa de arriba, donde yo había dejado mi bocadillo intacto, y ahora no sabía soltarse.
El gatito me miraba angustiado y maullaba con un sonido tan débil que me dio pena. Lo cogí por el centro de su cuerpecito de manera que mi mano lo abarcaba totalmente. Por encima de mi mano asomaban sus patitas delanteras, y por debajo las traseras y su diminuto rabito.

Era tan delgadito que mi dedo pulgar se juntaba con los otros dedos abrazando su cuerpecillo.
El felino me miraba con sus ojos verdes grandes y abiertos, y me soplaba amenazadoramente tratando de impresionarme para que lo soltara. Era de un color  atigrado y moteado. Tenía una línea blanca y fina alrededor de los ojos, y el morrito también blanco. En el cuello amarillento tenía tres líneas como tres collares oscuros, del mismo color que el pelo del lomo.
Yo me senté en el banco de madera y sin soltar al animal le quité el embalaje de aluminio al bocadillo y se lo puse delante. Era atún en aceite de oliva.
El animal, que estaba hambriento, no perdía tiempo en masticar ni nada: bocado y para adentro, así una y otra vez hasta que acabó con el atún. Lo solté en el suelo y comencé a vestirme para regresar a casa, pero el animal, agradecido, se frotaba su cabecita con mis pies una y otra vez. No había nadie más en el vestuario y era viernes. Pensé que el gatito se quedaría solo en el vestuario hasta el lunes, con el único alimento del pan impregnado en aceite que yo había dejado. Acabé de vestirme y me dirigí a mi coche. Abrí la puerta y al ir a cerrarla  de nuevo una vez sentado en mi asiento vi como el gatito, que me había seguido, intentaba subirse al vehículo dando saltos, aunque era tan pequeño que no alcanzaba.
Entonces decidí llevarlo a mi casa para que mis hijos lo cuidasen durante el fin de semana y devolverlo el lunes a la fábrica, pues sin duda alguna su madre estaría buscándolo.
Yo no sé lo que pasó, todavía hoy no puedo explicármelo; pero lo único que sé es que la gatita, pues resultó ser hembra, entró un viernes de febrero de 1977 en mi casa y salió el 7 de febrero de 1989, doce años después.
¿Qué tenía ese animal que nos conquistó a todos?
La verdad es que lo ignoro; pero vamos a analizar el tema en profundidad y así tal vez descubramos el porqué las cosas a veces no salen como se piensan.
Lo primero que hicieron mis cuatro hijos fue pelearse  entre ellos por tener en brazos a la gatita, atiborrándola de alimentos: el uno le daba paté, el otro leche, otro yogurt, otro carne...
Mi esposa le dio un baño caliente para quitarle los parásitos que corrían por su vientre y la gata casi se nos muere de frío. Mi mujer se asustó al verla temblar de aquella manera, y le estuvo dando calor en su regazo durante toda la tarde, rodeada por los niños que no le quitaban ojo a la gatita diciendo: ahora me toca a mí — decía uno —, y luego a mí –respondía otro.
Había de ponerle un nombre, y decidimos llamarla Elsa, como a la leona de una película que habíamos visto hacía poco, "Vivir libre".
Mientras tanto, yo no me quitaba de la mente lo difícil que me iba a resultar llevarme la gata el lunes a la fábrica. ¿Qué dirían mis hijos? ¿Se opondrían?
Ya me imaginaba sus argumentos, y no me equivoqué. El domingo por la noche me rodearon medio  llorando unos, con cara larga otros, y me dijeron: ¿Para qué lo has traído entonces? ¿Lo traes muerto de hambre para que lo cuidemos y ahora que se ha recuperado lo vuelves a abandonar donde estaba para que se muera?
Finalmente, decidí dejarlo unos días más hasta que el animal pudiese buscarse la vida solo. Así pasaron los días, las semanas , los meses y los años.
Nos vimos obligados a proteger el tresillo con un forro porque a Elsa le encantaba afilarse las uñas en los sillones; cambiamos tres veces las cortinas y sufríamos mucho cada vez que la veíamos trepar por ellas, deshilachándolas.
Media docena de figuritas de porcelana heredadas de la abuela de Carmen, una parejita de ancianos  de Lladó con un siglo de antigüedad, acabaron destrozadas por los suelos.
Pero todo se le perdonaba ante la desesperación de Carmen, pues cuanto más traviesa era la gata más la querían los niños, que no cesaban de jugar con ella, provocándola para que ella les atacase. Otras veces le lanzaban bolitas de papel y Elsa corría  y saltaba sobre ellas como si fuera una presa que había cazado.
A veces la observábamos escondida toda encogida y en tensión detrás de una silla, dispuesta a saltar sobre su presa, que no era otra cosa que una bolita de papel que habían dejado olvidada los niños. Elsa se encogía y de pronto se estiraba dando un salto cayendo sobre la bolita y le daba manotazos de un lado a otro provocando las risas de mis hijos. Otras veces les traía la bolita en la boca y la soltaba a los pies de uno de ellos para que se la lanzase de nuevo para cazarla y volver a traérnosla. Y repetía la acción una y otra vez hasta que caía rendida en el suelo y descansaba.
Los pajarillos la volvían loca, y se pasaba las horas sobre la mesita camilla en el balcón observándoles volar. A veces las aves  se arrimaban a los cristales y Elsa daba un zarpazo sobre el vidrio intentando cazarlos.
Tenía dos años de edad cuando vio detenerse un gorrioncillo en la ventana del cuarto de baño. Elsa no desaprovechó la ocasión que los dioses le ofrecían y avanzó cautelosamente por el pasillo con la mirada fija en el pajarillo. De pronto tomó carrerilla y se lanzó sobre él, y el avecilla, asustada al ver lo que se le venía encima, echó a volar.
Elsa también voló, pues en lugar de caer sobre el gorrión salió por la ventana planeando hasta caer sobre la acera, cinco plantas más abajo, desde  doce metros de altura.
Nosotros no nos dimos cuenta de nada y no fue hasta pasada media hora que la echamos en falta. Comenzamos a buscarla por toda la casa sin resultado: Elsa no estaba.
Fue cuando nos asomamos al balcón que vimos a un grupo de niños  alrededor de un gato que avanzaba arrastrándose hacia el portal del edificio, dejando un rastro de sangre por el camino. Bajamos corriendo por las escaleras sin esperar al ascensor y comprobamos que era Elsa, nuestra gatita.
Aunque cayó de pie sobre sus cuatro patas, la inercia del golpe hizo que se diera contra la acera en la boca, y parecía un monstruo con la cabeza hinchada, deforme, ovalada; la boca sangrante y también hinchada. Apenas podía respirar.
Mi hija tuvo una crisis de nervios y de llanto. Intentamos convencerla de que ya nada podíamos hacer, pues el animal estaría reventado por dentro; pero ella insistía en que la llevásemos cuanto antes al veterinario, y así lo hicimos.
Después de examinarla concienzudamente, el veterinario nos dijo:
"Puede ser que tenga el cráneo partido, en cuyo caso morirá sin remedio. No le voy a hacer radiografías porque de nada sirve saber que lo tiene fracturado; no se salvará con saberlo y solo aumentará la factura. Le voy a inyectar dos inyecciones: un anti inflamatorio y un calmante para que no sufra; pero háganse a la idea: Si tiene fractura craneal, morirá; si no la tiene, podrá curarse."
Efectivamente, a los tres días,  con el morrito hinchado y en carne viva, ya estaba corriendo por la vivienda.
Aquella experiencia hizo que la quisiéramos todavía más, pasó a ser uno más de la familia. A Elsa le sirvió para tenerle pánico a la calle y a las ventanas. Nunca se atrevió a salir más allá de la puerta del ascensor, y se asomaba por la reja de la escalera y miraba hacia abajo y regresaba corriendo a casa.
Estuvo diez años más así, sin salir de mi casa. Las gaviotas y golondrinas pasaban rozando el ventanal del balcón y eso la volvía loca. Elsa maullaba mirándonos como solicitando que le cazáramos una para ella.
Durante todos esos años aprendimos muchas cosas sobre los gatos:
Aprendimos que los olores tienen gran incidencia sobre su comportamiento. Si alguien trae un olor que la desagrada ella buscará el punto de donde sale el olor: un pantalón, un calcetín, una camisa un zapato....y se frotará sobre ese punto  para quitárselo y dejar el suyo.
Odian el olor a naranja hasta tal punto que si alguien intentaba cogerla o acariciarlas después de haberla comido, Elsa se repuchaba y atacaba  de improviso con todas las uñas fuera.
A mí me arañó  la cara, la cabeza y  el cuello una vez que quise darle un besito en la cabecita. Luego comprendí que era por el olor a naranja ya que no me había lavado todavía  los dientes ni las manos después de comerlas.
Por eso, cuando la gente dice que los gatos son traicioneros, se vuelven locos y atacan a sus dueños de improviso, ignoran que es debido al olor que llevan, que posiblemente odien los gatos.
Una de las primeras cosas que hay que hacer ( he tenido cuatro gatos, cada uno era diferente en su comportamiento, y algo he aprendido observándolos), es saber qué olores desagradan al animal y cuales acepta.
Elsa no quería olores a colonia ni lavandas, ni a naranjas, y mucho menos a limones. A ella le gustaba acostarse sobre la ropa sucia que dejábamos al llegar del trabajo o del instituto con olor a sudor. Se frotaba sobre ella intentando quitarle el olor para dejar el suyo, y seguía a Carmen cuando se llevaba la ropa sucia a la lavadora, maullando porque se la habían quitado a ella.
También buscaba los rincones del sofá o de las camas donde ella ya había estado antes, los reconocía porque  conservaban su propio olor.

LA ALIMENTACIÓN
 La gatita que yo traje a mi casa hambrienta y que se comía cualquier cosa: pan, arroz, paté, garbanzos etc. se volvió después, cuando ya tenía donde escoger, extremadamente delicada con las comidas. Rechazaba todo lo que nosotros le echábamos en su platillo  de nuestros platos. Se relamía pero no lo probaba. Comenzamos a comprarle comida de gatos: hígado, pescado, carnes...  Pero nada le gustaba, todo lo rechazaba.
Por fin un día, a fuerza de probar, dimos con el alimento que le gustaba: unas bolitas secas que vienen en cajas; pero tenían que ser de atún, salmón y trucha. Nada de carnes ni de mezclas.
También le encantaba la pescadilla blanca cocida y caliente. Ninguna otra clase de pescado.
El yogurt natural o de todas clases de frutas menos el de ananas.
El quesito del Caserío; pero ningún otro.

Como podéis comprobar, era muy exigente y no nos quedó más remedio de darle lo que ella quería durante todo el tiempo que estuvo en casa.
Otra cosa que aprendimos del animal, y que ignoramos si es una cualidad común a todos los gatos, es que ella notaba cuando alguno de la familia estaba enfermo, pues cada vez que uno de nosotros debía permanecer en cama con fiebre, gripe o cualquier otra cosa ella permanecía junto a él sobre la cama  todo el día, y de vez en cuando acercaba su cabecita para olerle y trataba de   lamerle la cara como queriendo quitar con su rasposa lengua la enfermedad.

Cuando nosotros nos comíamos nuestro yogurt de postre, ella se quedaba esperando mirándonos fijamente para ver quién era el que le iba a dejar la última cucharada. Entonces le echábamos cada uno en su platito una cucharada de nuestro yogurt. Elsa le encantaba comer el postre a la par que nosotros, era un miembro más de la familia y no quería verse apartada.

Su curiosidad era infinita: cualquier cosa que comprásemos, cualquier cosa que hiciera ruido en nuestras manos o bolsillos: monedas, papeles, llaves... debíamos enseñársela y dejar que la oliera, pues ella venía corriendo a investigar lo que teníamos en las manos.
Después, cuando nos íbamos a la cama a descansar, Elsa elegía con quién dormir y se iba a la cama  elegida, se acostaba en los pies, y allí permanecía hasta que se cansaba y se mudaba a otro lecho.
 Toda la casa era suya, no permitía compartirla con ningún otro invitado. Nos regalaron un perrito caniche y tuvimos que darlo porque ella intentaba sacarle los ojos.

A los doce años tuvimos que sacrificarla porque sufría con un tumor. Mi hija cogió depresión y durante un tiempo dejó de estudiar.
Ahora estará en alguna parte, o quizás viviendo otra vida como ser humano, ¿quién sabe los designios del Creador?

sábado, febrero 22, 2014

75 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE D. ANTONIO MACHADO


Hoy, 22 de febrero, se cumple el 75 aniversario de la muerte de don Antonio Machado, una víctima más de la intolerancia al libre pensamiento

Falleció en Colliure, lejos de su amada España, un mes después de su llegada a Francia.
En su bolsillo encontraron una hoja con un poema inédito: "Estos días azules"
Durante la Guerra Civil escribía su columna en el diario La Vanguardia, un periódico que entonces era la voz de la República
Descansa en paz, Antonio, en verdad tú no has muerto, porque tu alma y pensamiento viven con nosotros en poesía 

A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Antonio Machado, 4 de mayo de 1912

jueves, febrero 20, 2014

VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS



Ayer, miércoles, fui a ver esta película dirigida por David Trueba, y rodada en diferentes lugares de Almería.
“Vivir es fácil con los ojos cerrados” nos trasladará al año 1966 cuando John Lennon llega Almería para rodar una película. Paco, maestro de escuela en Albacete, pide unos días de vacaciones al director Para ir a conocerlo.
En el camino, haciendo autostop, encuentra a Belén y Juanjo, dos jóvenes que se han fugado de sus respectivos hogares. Lennon supone para el profesor el símbolo de libertad. El viaje será para los tres una inolvidable experiencia. Su aventura será la expresión de un país que aspira a un cambio mejor en la atrasada Almería de los años 60, en los mismos lugares y días en que Lennon compuso la canción Strawberry Fields Forever.

La película “Vivir es fácil con los ojos cerrados”, ha recopilado 6 Premios Goya y merced a estos premios Universal la reestrenó en 145 cines por lo que fue el día de su estreno la 6 película más vista.
En la película nos lleva a un pasado reciente donde la sociedad lucha ante una realidad incómoda
por una generación que fueron los héroes desconocidos que pusieron los cimientos de nuestra Democracia.



SINOPSIS PUBLICADA
1966. Antonio, es un profesor de inglés fanático de John Lennon que decide dejarlo todo por conocer al ídolo de su vida. El miembro de los Beatles se encuentra en Almería para rodar una película. El maestro, sin pensarlo, coge lo justo y se mete en su Seat 850 rumbo a Andalucía. En el camino recoge a dos jóvenes fugitivos, Belén, una chica embarazada que huye del convento en el que estaba recluida y Juanjo, un chico que ha dejado a su familia a causa del dictatorial comportamiento de su padre.
La libertad y los sueños son los ejes centrales del viaje en el que no sólo buscarán al cantante, sino también a ellos mismos. El resultado de aquella cautivadora aventura fue el tema "Strawberry Fields Forever" un tema en el que Lennon recuerda su infancia.

jueves, febrero 13, 2014

12 AÑOS DE ESCLAVITUD


12 AÑOS DE ESCLAVITUD

Anoche fui a ver esa película. Me la recomendó mi amiga y paisana Merche Piñero. Ha sido nominada a 9 Oscars y lleva ya un par de meses en las salas. No fui antes porque ya había visto una hace poco sobre esclavos y creía que era más de lo mismo.
No fue así, en aquélla veía las vejaciones que los amos les hacían a los esclavos; pero no sufrí tanto como en ésta. 

Se me hizo larga por la angustia que me oprimía tanta crueldad y tanta dureza. Las imágenes y pensar que durante más de un siglo y hasta recientemente se torturaba a los negros en el Sur de Estados Unidos, mientras que en el Norte también hacían cosas de las suyas, como el echar ácido a los negros que estaban en las piscinas públicas en la época de Kennedy, me da náuseas. El contemplar cómo azotaban a una mujer o un hombre pasivamente sin mover un dedo es incomprensible. Es una de las películas que hace que uno deje de creer en Dios, y se pregunte cómo ha podido permitir eso.
Sí, ya sabemos que en el mundo mueren millones cada día a causa de guerras, de enfermedades y de hambrunas por intereses mezquinos; pero en esta es el trato a seres humanos inocentes peor que si fueran animales, peor incluso que el que los nazis infligían a los judíos.   

Es un verdadero dramón, que se ha producido siguiendo el guión resultante del libro que escribió Salomón, el protagonista de la película, a mediados del siglo 19.
Es pues una historia real y documentada.

Aunque Salomón tiene todo el derecho a que su historia la sepa todo el mundo para que conozcan la mentalidad de una gran parte de Estados Unidos, donde de vez en cuando aún resurgen los encapuchados blancos, yo no recomendaría ver esta película a las personas muy sensibles: es tremenda.

SINOPSIS PUBLICADA EN LOS MEDIOS:
12 AÑOS DE ESCLAVITUD
Web Oficial
Sinopsis

Basada en un hecho real ocurrido en 1850, narra la historia de Solomon Northup, un culto músico negro -y hombre libre- que vivía con su familia en Nueva York. Tras compartir una copa con dos desconocidos, Solomon descubre que ha sido drogado y secuestrado para ser vendido como esclavo en el Sur en una plantación de Louisiana. Renunciando a abandonar la esperanza, Solomon contempla cómo todos a su alrededor sucumben a la violencia, al abuso emocional y a la desesperanza. Entonces decide correr riesgos increíbles y confiar en la gente menos aparente para intentar recuperar su libertad y reunirse con su familia. (FILMAFFINITY)
Premios
2013: Premios Oscar: 9 nominaciones, incluyendo mejor película y director
2013: Globos de Oro: Mejor película dramática. 7 nominaciones
2013: Premios BAFTA: 10 nominaciones, incluyendo mejor película
2013: Critics Choice: Mejor película, guión adaptado y actriz sec. 13 nomin.
2013: Festival de Toronto: Mejor película (Premio del público)
2013: National Board of Review (NBR
): Mejores 10 películas del año


domingo, febrero 09, 2014



CARNAUD FORGES  BASSE  INDRE
!50 Avenue Paul Villanta Couturier
Boulogne- Billancourt,  Seine

La empresa Carnaud ocupaba un edificio rectangular de cinco plantas exteriores y tres subterráneas, de diez mil metros cuadrados cada una de ellas. La entrada principal a las oficinas y despachos de la dirección estaban en el centro de la fachada que daba a la avenida; los trabajadores accedían por una puerta ubicada en la fachada derecha. En la parte posterior estaba la entrada y salida de camiones.
El día 2 de noviembre de 1962, el siguiente a la celebración de mi 19 aniversario, yo comenzaba  a trabajar en la empresa como peón en la cadena de fabricación.

Yo venía de Vergel, un pueblo agrícola de la provincia de Alicante, donde todo el mundo realizaba labores en los naranjales y huertos, donde las únicas industrias que había, pequeñas y familiares, eran una fábrica de gaseosas y de hielo, una fábrica de viguetas de hormigón para la construcción,  dos talleres de carpintería y tres talleres mecánicos, y por tanto nunca había visto funcionar una empresa multinacional provista de los últimos avances técnicos de producción en cadena. Fue por eso sin duda alguna que al entrar en la fábrica de Carnaud me quedé pasmado.

Una empleada de la oficina de Personal me acompañó a la 3ª planta, donde debía desempeñar el trabajo para el que me habían contratado, y pasamos por en medio de cuatro filas de máquinas enlazadas unas con otras por medio de una cinta transportadora de unos setenta metros de longitud, por la cual se movían a gran velocidad latas de aceite de cinco litros para coches. Las hacían de todas las marcas conocidas: Mobil, Repsol, Total, Agip....

 Un hombre arrimaba a la primera máquina una carretilla llena de planchas planas cortadas a medida y pintadas con el dibujo de la respectiva marca de aceite y un brazo automático las iba cogiendo una a una e introduciendo en la cadena donde una máquina la doblaba, otra la soldaba otra colocaba las tapaderas y finalmente otra le colocaba y soldaba el tapón, finalmente salía despedida por una trampilla helicoidal hacia la planta baja, ya lista para embalar en cajas  y cargarla en camiones. Cada una de las cinco líneas producía 20 mil latas diarias en cada uno de los  turnos de ocho horas. Había dos.
 En cada máquina había una mujer cuidando del buen funcionamiento y entre máquina y máquina otras empleadas examinaban la calidad de los botes, apartando los que presentaban defectos.
Un centenar de empleadas trabajaban en la  3º planta.
 Los otros 30 metros de espacio que quedaban tras la cadena de producción
estaban las diez cizallas gigantescas en que cortaban a medida las planchas para las latas de aceite. Éstas eran manejadas por hombres. Cogían una sábana de cinc de tres por dos  metros, ya pintada con la marca del producto y la introducían en una ranura y por el otro lado salía dividida en seis partes; luego en otra cizalla cada parte se introducía en la ranura y salía cortaba en cuatro  partes, cada una de ellas sería una vez acabada una lata de aceite. En una de esas cizallas yo comencé a prestar mis servicios en Carnaud. En un lateral había un pequeño taller de mantenimiento, donde trabajaban ocho mecánicos. Al cabo de seis semanas se jubiló uno de ellos y yo ocupé su sitio.


Trabajar en esa empresa fue lo mejor que me había sucedido en mi vida. No he conocido otra mejor. Era un trabajo limpio, nos poníamos una bata blanca para trabajar en la cadena de producción o azul para el taller mecánico, Usábamos guantes finos de algodón o de piel, según el lugar de trabajo; la temperatura estaba ajustada todo el año en 22 grados por medio de grandes ventiladores que daban aire frío o caliente. Podíamos trabajar cómodamente hiciera 30 grados en la calle como 5 bajo cero: no nos enterábamos. 

Había máquinas expendedoras de bebidas gratuitas, calientes y frías: Caldo, café, leche, té, manzanilla, naranjada, limonada, cola... Y a las doce tocaba la sirena y bajábamos a la 1ª planta al comedor, un libre servicio donde pasábamos en fila y cogíamos tres platos y una bebida por el precio de una hora de trabajo, que nos descontaban de la nómina.
 La comida se servía en tres turnos, desde las doce hasta las quince horas. El comedor tenía una capacidad para doscientas personas.
 Yo trabajaba de seis a dos de la tarde, y había otro turno de dos a diez de la noche. Cada quince días cambiábamos. Había una biblioteca para uso de los trabajadores de la empresa. Yo me llevaba libros para leer en el Metro, libros que estaban prohibidos en España porque contaban la Guerra Civil de otra manera.

Cada una de las plantas fabricaba un producto diferente: en la segunda, envases para cremas de zapatos y cremas faciales; en la tercera las de aceite para motores de automóviles; la cuarta botellas de plástico para agua, y en la quinta envases de plástico para productos de limpieza.
En la primera se hallaban la biblioteca, la cocina y el comedor, en la planta baja el embalaje y  la carga en camiones, y en los sótanos las plantas de impresión de las planchas y los hornos para secado de la pintura.
Unas dos mil personas trabajaban en Carnaud, de las cuales un diez por ciento eran hombres. Las mujeres nos rifaban. Yo trabajé en la empresa durante dos años.



sábado, febrero 08, 2014

HIPOCRESÍA



La vida es una incesante lucha entre el bien y el mal que todos llevamos dentro. Dos caras se alternan en nuestro rostro: la que mostramos al mundo  en nuestro semblante, pura fachada,  y la que bulle oculta  en nuestro interior, que es la auténtica y sólo se muestra en determinados momentos. Basta con que nos saquen de quicio.
A veces, al quitarnos el traje o el vestido elegante y delicado que lucimos en la calle, descubrimos que llevamos la ropa interior sucia.