domingo, septiembre 07, 2008

EL CARTERO YA NO LLAMA DOS VECES.



Añoro el tiempo en que el cartero era considerado un amigo.
Te veía por la calle y te saludaba por tu nombre, con un movimiento de cabeza o una sonrisa. Si llevaba algo para echar en tu buzón te decía: “Espera, que llevo algo para ti, así te lo doy ya y me evito tener que ir a tu casa”.
O a la inversa, uno le preguntaba: ¿Llevas algo para mí? Y él buscaba en la cartera entre el fajo de cartas de tu calle.
Llevo 26 años en El Puerto y siempre, salvo en épocas de vacaciones en que el cartero era sustituido, fue el mismo hombre quien vino a casa.
A veces le preguntabas por tal o cual vecino del barrio y él te informaba de la dirección. Si traía alguna carta certificada subía hasta mi piso, ubicado en la cuarta planta, y me lo entregaba. Si no estaba, lo volvía a traer al día siguiente y, si entonces no me encontraba, me dejaba el aviso para que yo fuese a recogerla en Correos.
Hoy no sucede lo mismo, el cartero ya no llama dos veces a la puerta; ni siquiera una.
Han jubilado a los antiguos y experimentados carteros y los han reemplazados por gente nueva sin experiencia y sin ganas de trabajar. Ahora el cartero llega al edificio en que vivo y deja un montón de cartas sobre los buzones, y que cada cual busque entre los sobres si hay alguno para él.
Y lo peor es que entre ellos suele haber correo de otros bloques de viviendas, de otras calles del barrio, que jamás llegarán a su destino porque nadie va a llevarlas, y acabarán en el suelo, se ensuciarán y serán arrojadas a la basura por la limpiadora.
Hoy día, el cartero de mi barrio echa las cartas como si fuera publicidad de las grandes superficies: amontonadas encima de los buzones. Si creen que miento, dense una vuelta por El Tejar y fíjense encima de los buzones si hay cartas o no.Y si corresponden al edificio en que están.
Y eso es serio, es incluso delictivo, creo. ¿Se imaginan que la carta contenga un aviso para pagar una letra bajo amenaza de embargo si no se paga en el plazo estipulado? O una invitación a una boda a la que no se podrá asistir, quedando mal con la novia sin saber siquiera que había sido invitado. O una cita para una intervención quirúrgica, que se perderá tras haber estado esperándola varios meses o años. O el anuncio del ingreso de una persona querida en un hospital. O el fallecimiento de ésta...
Mi caso particular es que esperaba recibir un paquete que me habían devuelto y después de once días lo reclamé por internet a Correos, donde me dijeron que el paquete estaba desde hacía unos días en la oficina de El Puerto.
Supongo que el aviso lo habría dejado el cartero en algún otro edificio sobre los buzones y se perdió.
Una carta no es un folleto de Carrefour, Mercadona o El Corte Inglés, es un documento muy importante e íntimo que no debe caer en manos de terceras personas ni perderse. Porque sucede que alguien ha pagado el servicio y se debe cumplir el contrato.
Me he quejado llamando por teléfono a la oficina de Correos de El Puerto ante un señor que amablemente me ha atendido y me ha dicho que no era a él a quien debía dirigirme, sino a otro teléfono que él mismo me ha facilitado: el del Jefe de Reparto:956876963.
Obviamente no contesta. Me he desplazado hasta la oficina y he preguntado dónde poner una queja. Nadie me lo ha dicho, me han remitido a un número de telefónica que comienza por 902. O sea, encima debo pagar por una información que ellos me pueden facilitar al instante. Pregunto quién ha sido el que ha respondido a mi llamada telefónica: nadie lo sabe.
¿Ignoran estos funcionarios que actuando corporativamente en defensa del infractor lo único que hacen es perjudicarse ellos mismos? Si nosotros, los usuarios, perdemos la confianza en el Servicio de Correos y buscamos los servicios urgentes de compañías privadas, ellos se verán en la calle. Y luego pedirán apoyo de los ciudadanos.
Lo que deberían hacer es defender su buen hacer y el prestigio social obtenido tras muchos años de dedicación, tomando medidas contra los compañeros que no cumplen con su deber para que unos pocos no echen por tierra el buen hacer de la mayoría.
Juan Pan García

6 comentarios:

  1. Lo de correos no es solo en el Puerto, lamentablemente.

    Es un desastre. Se pierden las cosas importantes, pero las chorradas siempre se las arreglan para llegar a tu buzón.

    Ánimo, Juan, que, parafraseando a Don Alonso: "con los funcionarios hemos topado"

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  2. Pues que no se crean que son intocables: Telefónica también abusó demasiado de los españoles y los chuleaba.Ahora se queja de que ha perdido a millones de clientes, que prefieren estar con otras operadoras aunque les salga más caro porque tengan que pagar la línea. Lo mismo ocurrirá con Correos si esto sigue así.
    Lo malo es que la gente lo aguanta todo y no protesta.No defiende sus derechos.
    Si me hubieras escuchado en el mostrador de Correos, quizás hubieras puesto la misma cara de candado que pusieron los que esperaban en la cola.
    Por lo menos me desahogué bien.Y espero que este mismo artículo salga en la prensa.
    Gracias por expresar tu opinión.
    Un abrazo.

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  3. Anónimo2:31 a. m.

    Cierto que es de vergüenza, en mi bloque pasa lo mismo: el cartero le entrega el fajo de cartas al primer vecino que ve y de la buena voluntad de éste depende el que te llegue tu correo.

    Lo más preocupante es que estés esperando una tarjeta de crédito o cualquier otro tipo de correspondencia confidencial y termine en las manos de cualquiera.

    Y digo yo, si apropiarse de la correspondencia de otra persona es una delito, porque no se considera como tal el entregar la correspondencia de uno al primero que pase.

    Se entiende que es una responsabilidad bastante alta el manejar material tan privado y personal.

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  4. Así es, anónimo: de vergüenza. Yo he ido un par de vece a quejarme a la oficina de Correos, pero allí te dicen que denuncies si no estás conforme y puedes demostrarlo. Ojalá vayan todos a la calle aunque luego me salga más caro el servicio urgente privado. Lo pagaría gustoso con tal de ver a estos funcionarios vagos en la calle teniendo que buscarse la habichuelas. Personalmente ya lo hago para mis envíos importantes; pero dependo del mal servicio de ellos cuando son otros los que me escriben.
    Gracias por leer y comentar. Saludos.

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  5. Como siempre llevas toda la razón. Luego queremos ser todos iguales, tristemente ni entre los pobres somos legales, nos importa un pimiento el resto de los mortales, no es corporativismo mas bien que pase el tiempo de nuestras horas laborales, si es posible largarme un rato antes. Como dice el chiste: si será rápido el coche de mi padre, que ficha a las tres y a las dos y media ya está en mi casa. Un abrazo Juan.

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  6. Hola, Mercedes, qué sorpresa encontra tu comentario ahora! Gracias por tu visita y aportación. Un beso

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