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miércoles, octubre 22, 2008

EL PUENTE DE LOS LEPEROS

Estaba arreglando esta mañana mi librería y cogí una Biblia escrita en Afrikaans, que robé de un hotel de Durban (sí, pero no se lo digáis a nadie). En ese país dejaban biblias en las habitaciones de los hoteles para que los clientes tuvieran un pensamiento hacia el Creador antes de dormir .

Curiosa tanta fe, tanta práctica religiosa en un país, Sudáfrica, donde se trataba a los negros como animales, amontonándolos en literas en barracones de madera, sin lavabos ni duchas, con las letrinas fuera del barracón; sin darles apenas comida, y donde se pegaban patadas y puñetazos a los negros que se paraban a mirar en la puerta del hotel para alejarlos de allí, ya que era zona prohibida para ellos.

Yo me traje el ejemplar de la Biblia que pusieron sobre mi mesita de noche en recuerdo de mi estancia en aquel lugar del Pacífico, al sureste de África.

La he abierto por el principio y me he detenido en una frase que dice: “¡Hágase la luz! Y hubo luz”. (Heeft licht! En er was licht)

Y enseguida me ha venido a la mente la Expo 92 de Sevilla, pues también entonces hubo un hombre, el Alcalde de la ciudad, que mirando un campo de fútbol en el cauce seco del río dijo: “Hágase un puente aquí”. Y hubo puente.

Le llamaron “El puente de los leperos”, porque hicieron primero el puente y luego trajeron el río para que pasara por debajo. Su nombre oficial es el Puente de Chapina; otros lo conocen por el Puente del Cachorro en honor del Cristo del mismo nombre que habita en la iglesia cercana.













En ese puente trabajé yo y sé cómo está construido y las condiciones en que se trabajaba: en el mes de julio, 54 grados grados centígrados a las tres de la tarde sobre el puente. Se pagaba la comida a quien se quedase a trabajar por la tarde, abonándose las horas extras al doble de lo contratado para evitar que el personal se marchara al finalizar la jornada a las tres.

El puente venía prefabricado en tramos, con una gran calidad en los materiales y en la mano de obra empleada; estaba perfectamente diseñado. Fue montado por verdaderos profesionales homologados.

Pero al final había que lavar capitales, enterrar miles de toneladas de acero excedente de los Altos Hornos, de ENSIDESA, y supongo que las comisiones y corruptelas hicieron el resto. Hubo reformas, aparentemente innecesarias, que se debían hacer con garantías plenas de seguridad y se hicieron de cualquier manera.

Dos meses antes de inaugurarlo, llegaron varios camiones del País Vasco cargados de chapas de acero de un gran espesor y nosotros nos preguntábamos si el conductor se había equivocado de sitio, pues el puente estaba acabado y se estaban dando los últimos retoques y la pintura. A la semana siguiente, se arrancaron las chapas que embellecían los laterales —ésas que soportan la barandilla, que se ven pintadas de azul en la foto, unas chapas de 6 mm de espesor que cubrían las vigas y entramados del interior, que estaban soldadas por dentro y por fuera y reforzadas en el interior con miles de cartabones, todo examinado con rayos X o ultrasonido—, y se cambiaron por otras de 20 mm de espesor que, por entregar la obra dentro del plazo, se soldaron con prisas y sólo por fuera con un cordoncito fino sin hacerle antes el preceptivo chaflán. Toneladas de acero sujetas por un simple cordón de soldadura, apropiado para chapa de 6 milímetros de espesor. “Esperemos que no haya muchas vibraciones en el puente, no sea que se caiga algún tramo de plancha y aplaste alguna embarcación que navegue por el Guadalquivir”, decíamos algunos empleados.

foto sacada de internet

Pero los jefes mandan, y son ellos los que se llevan las medallas y el dinero. A nosotros no nos pagan para pensar, sino para trabajar. El día de la inauguración, ofrecieron un banquete sobre el puente para los que lo habían construido: el Presidente de la Junta de Andalucía y todo su séquito, el Alcalde y todo su séquito, el arquitecto y los ingenieros, los dirigentes de la Expo y los ministros, y muchos altos cargos invitados. Ellos se repartieron las medallas y los honores. Salieron en televisión mostrando el hermoso puente que habían hecho. Y se comieron los mariscos regados con el mejor vino y la rubia Cruz Campo.

A nosotros, los que estuvimos allí durante año y medio tomando el sol, nos mandaron al carajo.

En los días que estuve allí tomé algunas fotos y pinté un lienzo que quiero compartir con ustedes.

A la izquierda, foto preparada para plasmarla al lienzo. Bajo estas líneas:"El Cristo del Cachorro", óleo de 32X40 Cm.

Safe Creative #0810221185802

2 comentarios:

  1. Anónimo12:18 a. m.

    Muy buena la comparación.
    Desafortunadamente este país es muy dado a la improvisación, utilizando la mano de obra para el regocijo de sus representantes de cualquier signo y esfera.
    Le felicito por su blog, espero seguir leyendolo por mucho tiempo.

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  2. Muchísimas gracias por sus amables palabras, josefín.
    Espero verle a menudo por aquí.
    Saludos.

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