miércoles, octubre 08, 2008

LA CRISIS


Llevamos meses que no se habla de otra cosa en España: la crisis y el fútbol.

El pánico cunde en las familias españolas, que temen por sus ahorros a pesar de las promesas que desde el Ejecutivo nos hacen cada día. Y es que nos han prometido tantas cosas que luego no han cumplido, que uno duda hasta de su sombra.

Bueno, al menos yo voy a darles una buena noticia a aquellos que les guste leer y no puedan desprenderse ahora mismo del dinero que cuesta un libro:

Si viven en Granada, Sevilla, Cádiz, El Puerto de Santa María (El Tejar) o Prado del Rey, tienen a su disposición en las bibliotecas públicas de las citadas ciudades mi novela “La pista del lobo”, que podrán pedir prestada durante un mes.

Ojala que otras bibliotecas adquieran la novela y puedan ofrecerla en toda Andalucía, pues la obra es andaluza al cien por cien: escrita por un andaluz, narra la historia de unos personajes andaluces que vivían en municipios andaluces y escribieron una página de la posguerra andaluza.

Para buscar la obra entre tantas como hay en una biblioteca, sólo tienen que entrar en el ordenador público que existe en esos locales y teclear el título de la obra buscada para conocer la clave del lugar en que están ubicadas.

Por ejemplo: pinchar en este enlace y escribir La pista del lobo en el espacio reservado y dar a buscar.


http://www.juntadeandalucia.es/cultura/rbpa/

¡Buena lectura!

4 comentarios:

  1. Dime Juan Pan o Peter Pan o como te llames en realidad. ¿Eres escritor como te promocionas o crítico literario? ¿Quién eres que los periódicos no te nombran?
    Me parece demasiado soberbio de tu parte sentirte el centro del mundo.
    Sin ninguna vergüenza ni ética, críticas a autores como Pérez Reverte, que tienen una trayectoria imponente.
    Cuando alguien es escritor, por ética, no critica el trabajo de los demás.
    ¿qué experiencia tienes como crítico literario? ¿Dónde te has graduado?
    Por favor, la soberbia es mala consejera

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  2. No soy nada de lo que dice, simplemente leo y digo lo que me ha parecido lo que he leído.
    Y si voy al cine opino sobre la película que he visto.
    En un país libre, eso es lícito.
    No sé en el suyo si se pueden expresar libremente opiniones o es usted un nostálgico de tiempos pretéritos.
    En todo caso a nadie se le exige tener una graduación de nada para decir si algo le ha gustado o no.
    Si viene usted de comer en un restaurante,¿debe tener un título en gastronomía pasa poder decir si la comida o el servicio le han gustado?

    Vamos a ver:
    Todo el mundo no es médico, fontanero, albañil o técnico de lavadoras; pero eso no impide que uno pueda quejarse del servicio que algunos de éstos les haya prestado.
    ¿O tengo que ser médico para poder decir que el que me han asignado de cabecera no es capaz de curarme y debía enviarme al especialista? ¿Un ama de casa debe tener el certificado de Formación Profesional para poder decir que no le ha gustado como los albañiles le han dejado su cocina, que el fontanero le ha dejado goteando un grifo, que el técnico le ha cobrado el desplazamiento cuando él vive en el mismo edificio?
    ¿No tengo yo derecho de decir que un libro que me ha costado 15 euros no he podido acabarlo de leer porque se me hace pesado y aburrido?
    No estoy al servicio ni en nómina de ninguna editorial para promocionar sus obras, si lo estuviera sería correcto que aquélla que me paga mostrara su enfado por escribir lo contrario de lo que se espera de mí. Pero como no es el caso, escribo sin cortapisas sobre las impresiones que me produce lo que leo.
    De Reverte he devorado libros como Capitán Alatriste y otros más. Pero las dos últimas que compré, Trafalgar y El día de la cólera, me han dejado un regusto amargo, como si fuesen libros escritos para aprovechar el tirón de la celebración de centenarios de determinadas fechas históricas; nada que ver con los anteriores.
    Asó lo he sentido y así lo digo a todo el que quiera saberlo. No me importa la fama que acompañe a un autor para decidir si seguir comprando o no sus libros.
    Bueno, pues eso es todo.
    Un cordial saludo

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  3. Señor Pan:
    Soy de Argentina, un país donde existe la libertad de opinión, contrariamente a lo que se vive en el lugar donde usted dice residir: Agfanistán, según lo anuncia en su perfil.
    Usted interpreta las cosas a su conveniencia. Yo hablo de ética. Si usted se proclama autor de libros, no puede convertirse en crítico literario para vilipendiar el trabajo de otro, sea Pérez Reverte o cualquier otro.
    Por supuesto que cualquiera puede opinar, pero cuando lo hace un escritor, como usted dice ser, transformarse en crítico literario a la misma vez, lo torna sospechoso.
    Ya sea por celos profesionales o por envidia por la aceptación que tiene Reverte entre los lectores.
    Sus conceptos de que para ir a comer en un restaurante se debe ser gastrónomo, o médico para estar enfermo, o fontanero para quejarse de un mal trabajo, son insostenibles para tratar de ejemplarizar. No tienen nada que ver con la ética.
    Un escritor con obra propia, no puede ser crítico literario y a la vez salir a atacar a otro, por que hay implicancias éticas que se deben observar.
    Si usted fuera sólo un blogista, que cometa libros, sería lógico y normal, que atacara, defendiera y opinara sobre determinada obra, pero usted trata de vender su libro desde esta misma página, mientras actúa como juez y jurado de la obra de otro.
    La ética y a ella me refiero, en todo momento, brilla por su ausencia.
    Cordialmente. Por más que me considere seguidor de la obra del gran Pérez Reverte, se ver sus falencias.

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  4. Pues vale. Como puede ver, respeto su opinión, aunque no la comparta.

    Lo que usted llama Ética, en este caso yo lo llamo Corporativismo.
    Es lo que hacen algunos policías al guardar silencio cuando alguno de sus compañeros se propasa en sus funciones y muere el detenido. O los médicos que salen en apoyo del colega acusado de negligencia por la familia del enfermo fallecido aun sabiendo que la familia tiene razón.
    No se trata de envidia por la fama de este señor ni de nadie; yo admiro a muchos autores y tengo los pies en tierra: ya sé donde puedo llegar y donde no.Mi meta era publicar una historia y lo he logrado. Todo lo que venga después es valor añadido.
    Es cuestión de principios.
    Los míos me obligan a decir lo que siento, tanto si favorece a la persona de quien hablo o la perjudica.
    Saludos.

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