martes, octubre 07, 2008

ÁFRICA DE LAS HERAS, LA ESPÍA ESPAÑOLA


El viernes pasado fui a la Biblioteca Pública Municipal de mi ciudad a entregar unos libros y buscar otro que me habían recomendado; pero vi éste en el tablón de anuncios.

Me explico: al entrar en la sala de préstamos hay un estante en el que se muestran los diez últimos libros adquiridos por su importante interés literario, histórico y/o por su actualidad. De los diez libros presentados, siete se dedicaban a temas bélicos. Parece ser que, tras el éxito del Niño con el pijama de rayas, se ha disparado la publicación de libros sobre los nazis.

No encontré el libro que buscaba (las bibliotecas son como los videoclubs: el libro que buscas siempre está en la calle) y me llamó la atención el título que muestro al lado por tratarse de la historia de una espía española venerada en Rusia, donde recibió las más altas condecoraciones por su valentía y eficacia en el servicio a “su patria”.

Su autor, Raúl Vallarino, ostenta en su currículum entre otros, el cargo de Director de la Biblioteca Nacional Uruguaya, Delegado de Uruguay en el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe; obtuvo el Premio Internacional de la Fundación Philip Cousteau, etc., etc.

Llevo cien página leídas y ya me estoy cuestionando si debo dejarlo o seguir su lectura con el objeto de conocer datos históricos que puedan servirme para inspirar o documentar futuros textos. Como novela no me gusta. Sólo encuentro interesante la parte histórica: fechas, anécdotas, sucesos importantes llevados a cabo por combatientes españoles en Francia, Alemania, Ucrania..., que colaboraron con ello en cambiar la Historia del mundo.

Un ejemplo de lo que digo es este fragmento de uno de sus capítulos:

Un importante personaje Uruguayo que vive en París en los años posteriores a la derrota nazi escribiendo libros, dando conferencias y tocando el piano en los mejores locales parisinos, es contactado por la espía española con la misión de enamorase de él, casarse y entrar en Uruguay para fundar una cédula del KGB en América Latina.

Lograda la misión, el uruguayo se dispone a viajar a su país para solucionar el tema de su divorcio y casarse con la española.

Antes de conocer a la espía, el escritor mantenía una relación con una escritora inglesa que residía en París.

Cuando se despide en la estación de París de la española, que debe quedarse en la ciudad hasta que aquél le solucione a través de sus influyentes contactos en el Gobierno los documentos para poder entrar en Uruguay, la besa y el tren se va.

Hasta aquí, leo una historia monótona y recurrida del encuentro amoroso entre la bella espía y el escritor.

Pero de pronto salto en mi silla al leer que el viajero enamorado decide bajarse en la estación siguiente y regresar a París. La espía española está escondida a la salida de la estación en el interior de un coche con otros amigos, esperando a que llegue su futuro marido para seguirlo. Entonces éste va a visitar a su amante inglesa y se despide de ella, que también le acompaña al día siguiente a la estación para despedirse. Esta vez es en serio: el uruguayo se va a su país. Y al cabo de un tiempo, la española y el uruguayo se reúnen allá como previsto.

No hay explicaciones del cómo y el por qué de la cosa narrada. Yo, como lector me pregunto: ¿Cómo sabía la española que su novio iba a regresar?, ¿por qué le estaba vigilando si hasta entonces el autor no cesaba de decir que el uruguayo era un hombre dedicado a la música, a la escritura y a los amoríos?

No explica nada, y luego el tema cambia a otra época y esto se queda sin aclarar.

¿Por qué regresa solamente para despedirse de la inglesa y repetir la escena de la despedida en los andenes de la estación? ¿No pudo despedirse antes de partir?

Lo dicho: no sé si lo acabaré. Recomendado sólo para nostálgicos del sistema de la URSS; pero, ¡ojo!, no todo es propaganda, el autor también descubre crudamente las barbaridades y crímenes que cometían contra los sospechosos de no ser adeptos al régimen, empleando el mismo método que los invasores nazis.



6 comentarios:

  1. Anónimo4:59 p. m.

    Encontré esta página de casualidad, y me interesó ver que se hablaba de Felisberto Hernández. Definirlo como se dice aquí, como "un hombre normal dedicado a la música, a la escritura y a los amorios" es desconocer totalmente su obra y su azarosa vida. Hay grandes autores como Italo Calvino o Cortázar, entre otros que lo definen como un escritor raro y diferente. Un verdadero grande de las letras y con una locura genial que volcaba en muchos actos de su vida, sus romances y su cambio constante de mujeres y su extrema bohemia. La anécdota de su doble despedida en París, está avalada como real en varios libros que se ocupan de su vida y por varios de sus amigos urguayos que vivian en París, como Benvenutto y Fló, que lo acompañaron en esta locura y que él disfrutó haciendo este enredo

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  2. "Definirlo como se dice aquí, como un hombre normal dedicado a la música, a la escritura y a los amorios, es desconocer totalmente su obra y su azarosa vida..."

    Tiene usted toda la razón:
    Desconocía la existencia de este señor hasta que leí su relación con la espía.También yo leí el libro por casualidad, no era ése el que iba buscando y me llamó la atención el título.
    Lo único que sé de Felisberto Hernández es lo que he leído en esta obra.En ella, el autor lo presenta tal como digo:
    Un importante personaje Uruguayo que vive en París en los años posteriores a la derrota nazi escribiendo libros, dando conferencias y tocando el piano en los mejores locales parisinos. La espía española tiene la misión de enamorase de él, casarse y entrar en Uruguay para fundar una cédula del KGB en América Latina.
    Lo de los amoríos es obvio: mantiene relación con África y con otras al mismo tiempo.

    Tenga usted en cuenta que la protagonista del libro es África de las Heras y no el hombre con quien contrajo matrimonio con el sólo fin de adquirir la nacionalidad uruguaya.
    Quizás ello explique que la aparición de éste en la obra sea breve, lo justo para demostrar que la espía logró su propósito, y omita otros detalles sobre los hombres que la acompañaron.

    Esa anécdota que menciono de la despedida me pareció increíble, como lector, pero si usted dice que es real, con mucho gusto elimino el párrafo en cuestión.
    Finalmente leí todo el libro y aunque no me gustó la forma en que está narrado, sí el contenido.Por eso retomé el tema más arriba.
    Le agradezco su visita a esta página.
    Un cordial saludo.

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  3. Anónimo12:51 a. m.

    Estimado Juan:
    Es un verdadero gusto, poder comentar a la distancia, desde mi Argentina querida, sobre mi autor preferido, felisberto Hernández. Mi nombre es Gabriel Vivas y si usted me permite me encantaría poder contarle algo más sobre el "Gordo" tal era el apodo de Felisberto, entre sus amigos.
    Todo medio que habla de felisberto llega a mis manos, por lo que el libro sobre su tercera esposa española, lo he leido y me gustó.
    Siendo sincero en la página 120, el autor expresa textualmente algo que explica que se lo mantuviera vigilado por el KGB y se le siguiera en todo momento, ya que desconfiaban de él:
    "A esa altura, los soviéticos ya conocían la personalidad cambiante del escritor sudamericano en temas de fidelidad amorosa, lo que era un hecho preocupante, porque no tenían seguridad de las promesas de amor y convivencia futura. Pero debían esperar para saberlo".
    Otra anécdota que no figura en el libro y demuestra que su vida roza el mundo fantástico que Hernández desarrolló en sus obras. Cuando murió felisberto en 1964, estaba tan gordo que no podían bajar el féretro por la escalera del piso donde vivía; debieron bajarlo por la ventana a través de sogas.
    Años después, y esto está en el libro de la espía y es real. La familia de Felisberto fue al cementerio para realizar la reducción del cuerpo que se guardó en una urna, a la cual para identificarla se le puso un número con una tiza. La lluvia borró el número y hasta el día de hoy no se pudo saber cual urna entre la emorme cantidad que estaban depositadas en el cementerio del Norte en Montevideo.
    Encantado de conocerle y a seguir en contacto.

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  4. Hola, Gabriel, es un verdadero placer conocerle por su nombre, pues eso de responder a anónimos que a veces entran, comentan, se desahogan y hasta insultan no es agradable porque uno no sabe quién está detrás.
    No ha sido este su caso,pues en todo momento ha sido amable y educado, y por ello el poder dirigirme a usted como Gabriel Vivas y situarlo en un país hermano como Argentina, donde tengo varias personas amigas, me complace enormemente.
    Lo que dice de la explicación de la vigilancia de Filisberto por el KGB es cierto, lo recuerdo; pero creí que lo vigilaban en París por otros motivos: sus contactos con las autoridades de la embajada que pudieran poner en peligro el proyecto de la espía, o que decidiera quedarse con la amante inglesa.Una vez montado en el tren no entiendo que regrese sólo a despedirse de ella. Para usted que conoce su obra y su vida puede parecer lógico, pero creo que cualquier otra persona que lea el libro se detendrá unos instantes, contrariada, ante esa acción ilógica.
    Interesante el dato ese de bajar a Filisberto con cuerdas por la ventana de su domicilio.Y más aún el de la imposibilidad de conocer la urna que guarda sus restos.

    Gabriel, ha conseguido interesarme en este ilustre personaje y voy a buscar en la biblioteca alguna obra suya.
    De momento, he leído información sobre Felisberto en Internet y me he bajado algunos de los cuentos que ofrecen: El cocodrilo, El acomodador, La envenenada.

    Ha sido un verdadero placer comunicarme con usted y le agradezco la información que me ha proporcionado.
    Un cordial saludo.

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  5. Anónimo2:28 p. m.

    Estimado Juan:
    Es verdad que Felisberto volvió para hacer la segunda despedida, Lo hizo y el propio Luis Carlos Benvenuto, que felizmente aún vive, Fue testigo de las dos despedidas y cuenta en el libro que África se emocionó al conocerlo porque lo encontraba parecido a un hijo que había muerto. Con toda seguridad el KGB lo debe haber acompañado en el barco. Como dice Vallarino, los soviéticos habían encontrado al hombre ideal, con buenos contactos y valoraban que fuera anticomunista, porque era la fachada ideal, para introducir a la espía en América.
    También hice investigaciones y el viejo ex archivero del KGB, es real y vive con sus casi 90 años en América. lo que relata para el libro, aconteció y aun guarda copias de viejos archivos. Contó que fue amigo personal de África. Copió esos archivos pensando algún día hacer sus propias memorias en el KGB, de la misma forma que Vasili Mitrokhin, ex archivero las hizo en el libro "The Sword and the Shield", Londres, Basic Books, 2000 y el jefe de África en el KGB, Pavel Sudoplátov, en el libro: "Operaciones especiales", Barcelona, 1994. Ambos dan detalles de la vida de la espía española, que corroboran mucho de lo que cuenta el viejo. Yo investigué para completar un trabajo periodístico sobre Felisberto que estoy preparando.
    Cordiales saludos y seguimos en contacto. Cualquier información estoy a su disposición.
    Gabriel Vivas

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  6. Pues muchísimas gracias,Gabriel, por todos estos datos tan interesantes.
    Tomo nota de los libros que menciona para tratar de leerlos.
    Le deseo éxito en su proyecto periodístico.
    Un abrazo, amigo.

    P.D

    He tecleado en el enlace indicado en el post de más arriba, "Crisis" El libro "Operaciones especiales" , de Pavel Sudoplatov y lo tienen en Granada,en la misma biblioteca que está el mío. Lo he buscado aquí en mi ciudad y lamentablemente no está. Pero tomo nota y lo buscaré, pues éste es un tema que me encanta.
    Estos son los datos que proporciona la red pública de bibliotecas.

    Autor: Sudoplatov, Pavel
    Título: Spetsoperatsii : lubianka i kreml' 1930-1950 gody / Pavel Sudoplatov
    Editorial: Moskva :

    Olma-Press, 2002
    Descripción física: 686, [18] p.,[32] p. de lám. bl. y n. ; 21 cm
    Colección: Dos'e
    Notas:
    Texto en ruso
    Tít. en español: Operación especial
    ISBN:
    5-87322-726-8
    Materias:
    URSS-Historia-1930-1950

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