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viernes, octubre 08, 2010

EL PAPA VIENE A BARCELONA





















En los últimos años, el Vaticano ha desplegado una campaña proselitista a nivel mundial, y ha visitado periódicamente España. Viajes cuya factura en tiempos de bonanza económica ya parecía desorbitada, y ahora, en medio de esta profunda e interminable crisis, que está acabando con las reservas del Estado y hundiendo a millones de familias, resulta escandalosa y una vergüenza para un gobierno socialista, cuya ideología es atea por defecto, y para un país, España, cuya Constitución define como aconfesional.

Uno se asombra leyendo los recortes de prensa que aparecen en estos días previos a la visita del Pontífice:

"La Conferencia Episcopal razonó el pasado jueves que no hay despilfarro en la visita de Joseph Ratzinger, pues siempre que viene el Papa es un negocio económico y espiritual”.

La Xunta de Galicia ya ha confirmado que destinará 4 millones de euros a organizar la visita papal. “Si por 36 horas en Galicia presupuestan entre todas las administraciones 4 millones de euros, ¿cuánto costará la visita a Barcelona que durará dos días?”,

"El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil se encargarán de asumir la seguridad integral durante su estancia. Interior no ha difundido una cifra de gasto para este dispositivo. Pero un cálculo basado en las cifras de los sindicatos policiales sobre dietas para agentes desplazados permite concluir que el presupuesto de sólo en este capítulo rondará los 600.000 euros."(www.elconfidencial.com)

Y lo curioso es que estos gastos lo apoyan las mismas asociaciones políticas y empresariares que exigen recortes de subvenciones a sindicatos y organizaciones sociales, y recortes de salarios y pensiones.









La visita de Benedicto XVI a Barcelona también llenará los bolsillos de algunos vecinos, que han visto una oportunidad de oro para sacarse un sobresueldo alquilando el balcón o la casa entera a quien quiera un lugar privilegiado para seguir el evento. Los anuncios de "alquilo balcón con vistas a la Sagrada Familia" o "alquilo piso durante el fin de semana de la visita del Papa" afloran en Internet y los precios oscilan entre 350 y 2.000 euros. (www.lavanguardia.es)

Ante la proximidad de la inevitable visita del Papa a Barcelona, brota de mi memoria el recuerdo de una visita anterior del Pontífice a nuestro país, realizada cuando yo me hallaba en Valencia. La crónica la tengo en el archivo del 12 julio de 2006 de este blog escrita en el lenguaje andaluz que por aquí se habla, pero la reproduzco aquí ahora de manera que sea entendible para to@s

Yo había ido a visitar a mi hermano a Valencia, olvidando que esa misma semana llegaba el Papa a la ciudad. Mi hermano mayor, el pobre, tuvo que trabajar desde niño para ayudar en casa y no le dieron la oportunidad de estudiar como a mí, y todo lo que ha aprendido ha sido a base de mucho esfuerzo y de fijarse en las cosas.

–El Papa no es papá —le dije mientras tomábamos unas cervezas en el bar del Paquito, en la esquina de su casa—, y por tanto no quiere decir que sea el padre de todos esos que van a verle, llamándole Santo Padre. Si lo llaman así es porque ése es el título más alto que se le da al escogido por Dios para que lo represente en la Tierra.

—Pues yo creo haber escuchado que fue elegido en unas elecciones secretas celebradas en el Vaticano por un grupo de curas, sin observadores ni interventores ni nada para controlar la limpieza del voto. Y eso no está bien en una democracia…

—Pero es que eso no es una democracia, sino una teocracia: Dios en el cielo y en la Tierra el Papa. Y ellos tienen sus propias normas.
—Ah, ya… Pues por lo visto él no confía mucho en Dios: ha venido escoltado por un caza de la Fuerza Aérea, como si Dios no fuera capaz de proteger a su representante en este mundo. Y el Gobierno ha sacado a miles de policías de otros lugares para protegerlo durante su estancia en Valencia, dejando a los ciudadanos abandonados y en mano de los quinquis y delincuentes.
— ¡Hombre, eso es normal! Es un jefe de estado el que nos visita. Y, como tal, recibe los mismos honores que cualquier jefe de estado.
— ¿Y desde cuándo un jefe de estado entra en un país y monta un tinglado como ese para hacer su campaña política contra el gobierno que le recibe? ¿Tú ha visto que Jorge Bush llegue a España y monte un espectáculo así en una ciudad de las más importantes y comience a criticar a Zapatero por haber hecho lo contrario de lo que él proclama? ¿Va nuestro Presidente a un país árabe a decirles que lo de discriminar a las mujeres y la ablación del clítoris está mal y que deben de castigar a quienes lo hacen?
— Hombre, es que en España somos diferentes. Ya lo decían cuando mandaba Franco. Aquí somos hospitalarios, acogedores y sabemos convivir con personas de otras culturas. Recuerda que en la Edad Media vivíamos juntos y en paz los cristianos, los árabes y los judíos. Ahora no podíamos hacerle un feo al Papa.
—¿Pero no dice la Constitución que España es un país laico? ¿Por qué esa demostración de poder e injerencia en la política que la mayoría ha votado?
—Mira, no le des más vueltas; España sigue siendo católica, y la prueba es que un millón de personas se ha desplazado para recibir a su Sumo Pontífice.
—Un millón de cuarenta millones no es mayoría. ¿Por qué no pagan ellos los gastos que han ocasionado? Ahora el Gobierno descontará de las pensiones a los viejos y a los parados ese montón de millones que ha costado la fiesta del viejo ese. Porque de algún lado lo tendrán que quitar, y eso no se debatió en los presupuestos del Estado, digo yo…
—Hombre, ellos también han sacado dinero vendiendo recuerdos de la visita: fotos pañuelos, gorras, agua embotellada, rosarios supuestamente bendecidos, etc. Es como cuando fuimos a la romería del Rocío, ¿te diste cuenta del negocio que tenían montado allí?
— Sí, pero las obras que se han hecho en Valencia para el escenario, el alumbrado, la seguridad, las retransmisiones en la cadena pública de radio y televisión, los pañales…todo eso lo pagamos entre todos, aunque muchos seamos ateos.
— ¿Qué dices de pañales? Estás desvariando.
— ¡¿Cómo?! ¿No te diste cuenta de que el Papa caminaba encogido y con las piernas abiertas? ¡Los dodotis, hombre! El pobre hombre no puede dejar la misa ni la ceremonia de apertura para ir al cuarto de baño, no; es un viejo de 78 año, y a esa edad las personas sufren de incontinencia y se mean en lo calzones patas abajo si no hay un retrete cerca. Pues hasta eso lo pagamos nosotros. Al pobrecito lo han tenido de un lado para otro, de recepción en recepción; luego hizo los discursos, el teatro, la Caballé… Y durante todo ese tiempo él sin moverse, con las manos juntas sobre el vientre, aguantando… Y entre tantas miles de enfermeras no había ninguna para atender al Papa.
—No son enfermeras, son monjas.
— ¿Sí? Pues yo creía que eran enfermeras. Como llevan la toalla esa por la cabeza igual que ellas… Y mientras tanto, toda la ciudad patas arriba, sin autobuses y sin metro, las calles cortadas al tráfico… Menos mal que ya se fue el hombre.
—Bueno, hombre, por unos días que recibimos a las familias más buenas y honestas de España, no te vas a poner a llorar, ¿Verdad?
—¿Las más buenas? ¿Por qué? ¿Porque no joden como las demás? Pregúntale al Beni, que ha pasado toda la noche barriendo la zona en que han pasado la noche. ¡Estaba todo el suelo lleno de condones!
—Muy raro eso que dices; ellos son del OPUS, y practican la castidad hasta el matrimonio.
—¡Opú, opú, opú, debían decir ellas cada vez que le empujaban el pajarito para adentro! Menos mal que ya pasó todo y que el Papa se fue, que si no, se quedaban todas las jóvenes de Valencia preñadas.
— Sí, se fue muy rápido: llegó al avión, saludó un instante y enseguida despegó el aparato.
— ¡Claro! Él estaba deseando llegar a su casa y sentarse delante del televisor para ver el partido entre Italia y Francia. El tiempo justo de llegar, lavarse y quitarse la mugre de los dos días de trasiego, curarse las heridas, comer, echarse una siestecita, que es una costumbre exportada al Vaticano por los Obispos y embajadores españoles, y luego, a las siete, ver el partido.
— ¿Pero tú estás loco?, ¿de qué heridas me hablas?
— ¡Hombre…! Le dieron una paliza soberbia, lo he visto en la televisión y lo oí en mi Mp3. Por todas partes que iba el Papa: en el estrado, en la catedral, en la estación del metro… siempre tuvo su espalda cubierta de cardenales…
— Muy gracioso, hombre. Y ¿qué más has visto en televisión?
— Que el pobre se creía que era un monstruo del espectáculo, como la Madonna o Shakira. ¿Lo viste con los brazos en alto saludando al público desde el escenario, mientras la multitud gritaba “A por ellos, oeee. A por ellos, oee ”? Apenas un par de centenares aplaudieron. No se le ocurrió hacer lo mismo que Shakira en el estadio de Berlín: cantar mientra movía el culo frotándoes contra las ingles del negro. ¡Eso sí que hubiera sido un éxito! Ver al Papa bailar y mover el trasero pegadito al cuerpo de un negro fuerte como el Makelele y contemplar, absorto, cómo se elevaba del suelo mirando hacia el cielo y bendiciendo a la multitud. Pero no, no hacía más que elevar los brazos y sonreír, con la cabeza un poquitín inclinada, no sé si vigilando por si se le salía la orina por debajo de la sotana o porque tenía daños en las cervicales.

— ¡Venga, paga ya y vámonos! ¡Qué falta de respeto, por Dios! Hay que respetar las creencias religiosas de los demás, ¿aún no te has enterado?
— ¿Sí? Y la mía qué, ¿Quién la respeta? ¿Quién me ha preguntado si quiero que venga ese señor aquí a molestarme durante más de una semana sin poder conducir ni ir a trabajar por causa de los cambios originados por ese viaje y sin poder ver un programa de televisión en que no salga él en las noticias?
Están todo el año pidiendo dinero para las ONGS que trabajan en condiciones infrahumanas en Hispanoamérica, India, África... y resultan que se gastan más dinero en este viaje que el que reciben todas ellas juntas. ¿De qué me vale poner una X en la casilla de “Fines Sociales” en mi declaración de la renta, si luego pagamos todos esos viajes aunque seamos ateos o no creamos en Dio?
—Es la misma cosa: ateo es aquél que no cree en Dios.
—¡Venga ya, hombre! Te juro que ya no iré más a votar por ningún parásito de esos que nos gobiernan sin pedir tu opinión para nada. ¡Venga ya! Camarero, cobre la cuenta que paga mi hermano, que yo he trabajado mucho para que él vaya al colegio. Y que le vayan dando por culo a todos ellos.


FIN


Nota:
Mi hermano aún no sabe que la mayor parte de la factura del canal de Tv valenciano fue a parar al PP y por ello hay un proceso judicial abierto.

Tampoco le dije en la última videollamada que mantuvimos la semana pasada que, según se ha publicado en la prensa, la visita del Papa a Barcelona nos cuesta 800 mil euros la hora, un total de unos 50 millones de euros, y que el Presidente socialista que él suele votar va a acudir a Barcelona para recibir al Papa.

http://www.diariodecadiz.es/article/sociedad/802582/colectivos/criticos/con/papa/se/movilizan/contra/su/visita/barcelona.html


jueves, octubre 07, 2010

EL AMERICANO, LA PELÍCULA























Ayer por la tarde, mi esposa y yo fuimos al cine. Dudamos un poco en la elección de la película y finalmente nos decantamos por El americano.

Un agente secreto vive refugiado con una joven y bella mujer en una cabaña ubicada en un bosque helado de Islandia; sus enemigos lo encuentran e intentan matarlo. Él acaba con todos y abandona el lugar. Las imágenes desenfocadas que aparecen mientras atraviesa un túnel son magníficas. Aparecen las letras con los nombres de los actores y se escucha la banda sonora. La historia comenzaba bien.

El argumento es banal: un asesino a sueldo de la CIA, experto en el diseño y construcción de armas sofisticadas, está arrepentido de la vida que ha llevado y decide retirarse. Sus jefes le prometen seguridad y tranquilidad en un pueblo perdido en las montañas de Italia; pero antes debe realizar un último encargo.

A partir de ahí, la historia es aburrida y con varios detalles que la hacen increíble. Media película se compone de planos cortos de Georges Clooney: con espesa barba, afeitado; visto por delante, por detrás... Un Clooney siempre serio y pensativo… Se muestra unos cinco minutos con el torso desnudo haciendo flexiones y barras y otros diez minutos de medio cuerpo acostado con una mujer.

Al contrario que el conocido James Bond, "El americano" no es un conquistador, ni un don Juan al que persiguen las mujeres, sino un hombre asustado, desconfiado, que paga a prostitutas para satisfacer sus necesidades sexuales. Los desnudos y transparencias de éstas, bañándose en un río en medio de un paisaje paradisiaco, y los bellísimos paisajes naturales que se muestran a lo largo de la proyección, son lo único bueno de la película.

El cura del pueblo, no sé si iluminado por Dios, advierte enseguida que el hombre guarda un secreto e intenta hacérselo confesar por todos los medios: invitándole a comer, a tomar copas, e incluso confesando él mismo que tiene algún hijo bastardo en el pueblo. Patético.

En un pueblecito donde todos se conocen y están al tanto de lo que hace cada uno, incluso de que "El americano" ha pedido prestados unos tubos y arandelas de hierro en un taller mecánico, nadie se da cuenta de que el extranjero ha montado en su habitación un taller que le permite fabricar, con la ayuda de unas piezas que ha recibido por correo, un pequeño fusil de gran precisión, con mira telescópica y silenciador y sus respectivas balas especiales, rellenas de material radioactivo.

La historia se repite y el agente es “misteriosamente” encontrado por sus perseguidores. Se suceden emboscadas y asesinatos y, curiosamente, no aparece ningún policía en las desiertas calles, ni la gente se inmuta.

Llega la hora de utilizar el recien fabricado fusil contra el objetivo seleccionado, y es entonces cuando me dieron ganas de abandonar el cine maldiciendo la hora en que elegí esa película. Si no lo hice fue porque miré el reloj y deduje que faltaba poco para el final, pues en diez minutos debía comenzar otra sesión.

Por momentos me hizo recordar la película Chacal, pues en ambas los protagonistas se pasan media película fabricando un arma fácil de transportar y de gran precisión, para atentar contra la vida de un personaje. Pero nada que ver esta cinta comparada con aquélla.

Me ha gustado mucho la fotografía, la música de la película y la belleza de las protagonistas. Las escenas de sexo son moderadas: a Clooney sólo se le ve la cabeza y la espalda; a ella se le ve la cara angustiada suplicando que se lo haga despacio para no hacerle daño (cosa increíble en una prostituta) y exclamar enseguida ¡Ah, ah, ah!, como si fuera tartamuda.

Salí del cine convencido de que para hacer una película sólo hace falta contratar a un actor famoso en la Tierra y en el Cielo (Es sabido que George Clooney va vestido con trajes de Máximo Dutti a regalar cafeteras Spresso a San Pedro), añadir un par chicas hermosas y sensuales y mostrarlas con el protagonista desde todos los ángulos: en el dormitorio, paseando por las calles, en los bares o en el campo.

Lo de menos es la historia; cualquier cosa vale.

Salimos del cine decepcionados, disgustados por la pérdida de tiempo, y con hambre.

Como mi esposa se había quedado harta de Clooney, se le antojó comerse a Eddie Murphy (ella no es racista) y yo, que no soy celoso siempre que pueda hacer lo mismo con otra mujer, y fuertemente erotizado por la chica de la peli, decidí satisfacer mis lujuriosos deseos con la Jennifer López, que dicen tiene el culo más hermoso del mundo.

Cuando llegamos a casa, aún tuve tiempo de chatear con mi nuera y desaconsejarle que se gastara el dinero viendo esta película. No estoy seguro de haberla convencido, ese Clooney es tan atractivo que muchas mujeres irán sólo por verle. El director contaba con eso.

martes, octubre 05, 2010

PERSONAS COMUNES

Mi amiga MIRTA MIGUEL, propietaria del blog argentino PERSONAS COMUNES, ha quedado el entre los blogs dedicados a viajes que han participado en el concurso convocado a nivel mundial por el periódico digital 20 MINUTOS.
Y ocupa el 8º lugar en la
clasificación general de todas las categorías entre los 5020 blogs participantes a nivel mundial.

Desde hace un par de años, sigo en su blog el maravilloso trabajo que hace por dar a conocer lugares recónditos y descartados de las rutas turísticas de ese gran país que es Argentina, y la verdad es que su blog contiene reportajes emocionantes, ilustrados con hermosas fotografías del lugar y sus habitantes, que envidiarían muchos guías de las agencias turísticas.

También hay entradas que muestran sitios conocidos y con gran afluencia de turismo (Por ejemplo: las Cataratas del Iguazú), que para los que vivimos lejos y las circunstancias nos impiden visitarlos es una verdadera gozada conocerlos a través de sus reportajes.

Acabo de escuchar la entrevista que con motivo de su gesta le ha realizado la emisora Radio Impacto, y me he permitido ponerla aquí para que la pueda oír todo aquél que lo desee.

Mis sinceras felicitaciones, Mirta. Es un orgullo para mí que me cuentes entre tus numerosos amigos. Un beso enorme.

domingo, octubre 03, 2010

¿SOMOS NECESARIOS?


Dicen que todos somos necesarios en este superpoblado mundo: los hombres, las plantas, los mamíferos y los mamones, los acuáticos y los maniáticos, las aves, y las Evas, los insectos, los políticos, curas, etc.

Pero yo lo dudo, lo dudo, lo dudo, lo duuuudooo (Los Panchos)

Porque, a ver, ¿para qué necesitamos las moscas y los mosquitos? Para nada.

Cuando mi primer amor se casó con otro con más fortuna, yo me fui de parranda por ahí con gente que vivía en comunidad y me ofrecían flores y trocitos de papel secante que se pegaban en el paladar y me sumían en profundo sopor. Así caí en el pozo de la depresión, un pozo tan hondo tan hondo tan hondo, que tardé 10 minutos y 23 segundos en escuchar el ¡Plashhhh! del agua, porque caí de barriga y no de cabeza como era de esperar. ¡Y eso duele...! Creí que aquello era el fin, que me ahogaba para siempre. Pero luego, poco a poco, y con la ayuda de familiares y amigas que se asomaban al brocal gritando: «Aguanta, aguanta, vamos a sacarte de ahí», me convencieron de que yo era necesario aquí y que el mundo no sería mundo sin mí.

¿Por qué creían que yo era necesario aquí? ¿No hubiera sido mejor marcharme y dejar mi puesto de trabajo para que lo ocupase un parado? Parece ser que no. Me explicaron con mucho cariño, eso sí, la diferencia entre ser cornudo y ser desechado. Cornudo sería si, estando casado con ella, se hubiera ido con otro; pero no, había fallado la lealtad, pero al no estar unida a mí con ningún contrato era libre de irse con quien quisiera y por tanto no podía llamarse cabrón al amante abandonado.

La verdad es que no me quedé muy convencido, pero luego vino mi jefe y me dijo que llevar cuernos no duele, que lo que hace daño es que te señalen con el dedo. Y como nadie conocía mi historia, porque la novia tránsfuga vivía en España y yo en París, nadie podía señalarme. Esa lógica iluminó el pozo en que me hallaba y pude descubrir algunos salientes en las paredes y aferrarme a ellos hasta alcanzar la salida. Ahora soy un hombre respetado y protegido por la Ley, tengo mis derechos, y por ello soy objeto de debates internos tanto en el edificio en que vivo como en casinos, tiendas y bares. O sea: en todos los sitios donde debo dinero.

No sé, antes, mientras me hundía en las aguas frías y salobres del pozo, la gente común me miraba en silencio y cuchicheaba entre ellos; ahora voy por la calle, paso por delante de algún negocio y sale el dueño y me dice: «Oye, tengo que hablar contigo…»

Hablar, hablar, hablar… ¡Cómo si yo no tuviera otra cosa que hacer! ¡Con lo necesario que soy para el mundo!

Lo que me convierte en un hombre escéptico ante las teorías condescendientes de que todos somos necesarios son los mosquitos; no los aguanto. ¿Para qué son necesarios los mosquitos, qué misión tienen aquí? La otra noche, como en casa dormimos con la ventana abierta, me picó uno en el labio superior y me puso el hocico como el de un dromedario. Mi mujer, la pobre, no sabía cómo besarme, pues mi boca le parecía un culo y ella es muy escrupulosa.

Desde entonces, odio a los mosquitos. Y más aún a las mosquitas muertas. Como mi vecino Pablo, que haciéndose el tonto, como el que no quiere la cosa, ha ido subiendo y ahora es empresario. Como dice el dicho, aquí el más tonto hace relojes. Los otros, a jodernos y a sentirnos jodidos por los que se pasan la vida jodiendo.

¿Todos somos necesarios…? ¡Venga ya!

¿Y las garrapatas, para qué las necesitan los perros si nos cuestan un huevo los productos para eliminarlas?

¿Para qué son necesarios los gobiernos nacionales que hemos elegido si éstos dependen de lo que diga el Parlamento Europeo?

Pues hay una razón, según dice la gente; pero yo no la sé.

¿Para qué es necesaria la presentación en las noticias televisivas de la deslumbrante aparición en la playa y en bikini de la Duquesa de Alba? Pues hay una razón moral y cívica, según me dijo mi amigo el policía municipal: al anular con su presencia la libido de los violadores en potencia que acuden a las playas, acaba con los mirones, reduce las agresiones sexuales y la violencia doméstica,

No sé, no sé; yo no lo veo tan claro.

Y por último: ¿para qué necesito yo el Facebok si me paso todo el tiempo leyendo tonterías y recibiendo invitaciones de grupos que debaten sobre qué marca de bragas usa el Papa, por qué llueve siempre hacia abajo o por qué los periódicos llevan letras. De la noche a la mañana he recibido un centenar de solicitudes de amistad de gente que no conozco y me miran sonrientes como si hubiésemos ido juntos al cole.Desde hoy, he decidido dejar de participar en esa página; me hace más daño que bien.

Me limitaré a hacer lo que siempre he hecho: contactar con los amigos en los blogs, y por medio del correo electrónico o a través del Messenger.


viernes, octubre 01, 2010

CRUEL OTOÑO

El sol se había ocultado tras la montaña, dibujando una orla escarlata en las nubes grises que flotaban en el atardecer; una brisa fresca se movió entre los árboles del aparcamiento  y acarició el rostro de Manuela, una septuagenaria que, de pie junto a la esquina del local, admiraba el espectáculo que se dibujaba en el firmamento.
«¿Necesita algo, señora?», le había preguntado la empleada. Y ella había le había sonreído mientras negaba con la cabeza.
Su hija le había echado sobre los hombros la mantilla de punto de lana que la anciana había hecho con sus propias manos diez años antes, cubriendo con ella sus brazos y espaldas y dejando visibles solamente sus huesudas y sarmentosas manos; luego le pasó el brazo por los hombros, rodeó el local y la acompañó al WC de señoras. Una vez dentro, le dijo: «Mamá, haz lo que tengas que hacer sin prisas, porque tardaremos mucho en parar otra vez. Mientras, voy a comprar agua fresca y cigarrillos en la tienda. Ahora vuelvo».
Ya no recordaba qué hacía allí ni cuánto tiempo había pasado desde que salió de los servicios. El sol ardoroso de la tarde había dejado paso al viento suave y fresco del noroeste y al maravilloso lienzo de color fuego que recortaba las aristas de la montaña y adornaba el cielo con nubes oscuras de ribetes morados. La empleada de la tienda no cesaba de mirarla y ella no sabía por qué.
De pronto la sorprendió un enjambre de luces giratorias, rojas y amarillas, y un recuerdo infantil de feria surgió de las profundidades de su cabecita de cabellos ondulados y blancos, y la hizo sonreír. Dos personas se apearon del vehículo y se acercaron a ella.
«Tiene que acompañarnos, señora», le apremiaron los agentes.
Ella posó en ellos su mirada cansada y neutra. Al ver que ella no reaccionaba, la ayudaron a entrar en el vehículo y se volvieron por donde habían venido.
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jueves, septiembre 30, 2010

TORO SALVAJE EN LA PLAYA

De las 6 playas que tiene El Puerto de Santa María, la de La Puntilla es considerada la más popular por su cercanía a la población; está situada en la desembocadura del río Guadalete, en el margen derecho, y se puede acceder a ella paseando siguiendo el río o bien por el Camino de los Enamorados entre los pinares. Desde el centro de la ciudad y caminando normalmente, se tarda unos 15 minutos en llegar.
Durante el verano es casi imposible encontrar un hueco donde instalarse a partir del medio día, pero ahora, acabadas las vacaciones e iniciado el curso escolar, La Puntilla aparece desierta y solamente se ven deportistas en bicicleta o a personas ociosas recorriendo la pista que la circunda para luchar contra las grasas.
He notado mucha nostalgia en los versos de muchos amigos y amigas que regresaron al trabajo tras descansar en alguna playa y dejaron atrás alguna persona especial, y hoy quiero ilustrar estas imágenes con la melancolía de los versos que escribe el amigo Toro Salvaje en estos días.

Toro Salvaje no necesita presentación, su foro es archiconocido y cualquier entrada, por muy pequeña que sea, incluso de tres solas líneas, recibe más de un centenar de comentarios. Yo lo encontré por azar hace unos meses y me quedé con él. Todos se quedan.

Y es que Toro Salvaje es polifacético: lo mismo escribe un poema que te eriza la piel, o te hartas de reír con las aventuras de su ya famoso personaje, el Justiniano.

Pero algo le ha sucedido al amigo Toro Salvaje este verano, pues desde que acabaron las vacaciones se le nota triste y escribe versos impregnados de melancolía; parece enamorado. Les animo a que le sequen sus lágrimas de lagarto y le den palmaditas en la espalda y besitos en sus mejillas abatidas, y si tienen tiempo lean las aventuras del Justiniano en su blog: les dará que pensar.

Los besos que nos debemos,

cabizbajos y desconsolados,

están llorando por los rincones.


Me gusta verte
cuando el deseo
te vuelve loca.



Te has ido como una sirena entre olas incrédulas, sumergida en tu mar,

más allá de mi horizonte.


Y ahora que me hiere el viento llevándose tu estela, ahora que el sol me esquiva y me atraviesa la niebla; ahora que me arranqué el corazón a zarpazos de tristeza, ahora quiero que sepas que me falta el aire en cada suspiro de tu ausencia...

que cambié mi sonrisa por una máscara agrietada, y que me siguen doliendo, igual que siempre, tus lágrimas azules.

Me llevaría tu boca a todos los sitios; por las noches iríamos a cualquier sueño y nos besaríamos entre imposibles y delirios. Por el día la pondría en el bolsillo, junto a mi corazón, y te besaría con alocado deseo en todas partes y a todas horas, hasta perder la razón.

TORO SALVAJE
http://torosalvaje.blogspot.com/2010/09/los-besos-que-nos-debemos.html

miércoles, septiembre 29, 2010

LOS QUE NO TIENEN PAZ


Acabo de leer otra novela de Ramón Solís: ”Los que no tienen paz”. Anteriormente, ya había leído del mismo autor los siguientes libros: El alijo, El canto de la gallina, y La eliminatoria.

Finalista del Premio Planeta en 1956, "Los que no tienen paz" es una obra ambientada en Madrid, que abunda sobre las relaciones personales.

Los protagonistas son dos amigos, Miguel y Juan, quienes, al finalizar sus estudios universitarios de Filosofía y Letras, intentan independizarse. Ambos se dan de bruces con las dificultades de publicar sus novelas; ninguna editorial apuesta por los autores noveles, los concursos parecen amañados y se necesitan buenos avales para conseguir la atención de los editores.

Miguel se casa con una chica de clase humilde que trabaja para alimentar a sus padres y sus hermanos, y, animado por ésta, insiste en la escritura hasta que, al fin, una editorial se interesa por sus obras y las publica, realizando su sueño de vivir cómodamente de la Literatura. Juan, en cambio, no lo consigue y se desilusiona, dejándose arrastrar por los placeres mundanos a pesar de los esfuerzos por impedirlo de Elvira, una estudiante que conoció cuando posaba desnuda para un escultor amigo.



Elvira es una chica misteriosa que arrastra secretamente el trauma de una violación. Convertida en una persona introvertida, triste y apática que siente terror al menor contacto carnal con los hombres, ha encontrado en Juan la ternura y sinceridad que le transmiten nuevas esperanzas. Ambos se enamoran. Unos días antes de la boda, y para que no existan secretos entre ellos, Elvira decide revelarle su secreto. Esta revelación rompe la magia que los une y la vida de ambos y se convertirá en un infierno de dudas sobre la conveniencia de ser sinceros entre parejas u ocultar los hechos irreversibles para no dañar la relación.



Sorprende en nuestros días descubrir, a través de las reflexiones de los protagonistas de la novela, la mentalidad de la mujer española de los años cincuenta, independientemente de su nivel cultural, en cuanto a sus aspiraciones de futuro se refiere.



Aunque publicada en 1956, en plena dictadura, en muchos aspectos resulta hoy de plena actualidad.

Foto de Internet. Algunas de las obras de Ramón Solís

Como todas las de Ramón Solís, ésta es una obra que sólo se encuentra en las profundidades de las salas de archivos descatalogados de algunas bibliotecas, y en Internet, en www.buscalibros.com, libros de segunda mano. Actualmente, y con motivo del próximo bicentenario de las Cortes de Cádiz, la librería gaditana Quórum está publicando algunos libros de este insigne autor gaditano y estudia la posibilidad de reeditar toda su obra.

lunes, septiembre 27, 2010

El POTE GALLEGO de PAULA


Cuando el tiempo refresca y caminamos de cara al invierno, nos apetecerá comer cosas calentitas como sopas y potajes gruesos y consistentes que nos den las calorías que nos niega el mal tiempo.
Hay gran variedad de recetas andaluzas: potajes de garbanzos o de lentejas, la famosa y apreciada berza o el arroz con habichuelas; pero hoy les voy a mostrar cómo se hace el Pote Gallego, el menú que nos hizo este verano mi nuera Paula, la galleguita que conoció mi hijo Rubén por internet y de la que se enamoró de tal modo que al cabo de dos años de frecuentes viajes para encuentros esporádicos y de arruinarse con facturas de telefono, éste se fue a Galicia y se casó con ella.
Los detalles del feliz acontecimiento los pueden ver en:
Hay diferentes maneras de preparar el Pote Gallego, la mayoría usa judías blancas y carnes de ternera o cordero además de la del cerdo. Pero mi nuera no usó ni los famosos y típicos grelos, porque podían amustiarse en el viaje, ni la carnes de ternera y cordero tal como se come en su casa paterna desde siempre, pues no son imprescindibles.
Los ingredientes se los trajo de Orense, pues aquí algunos no se encuentran. Para cuatro personas:
Media careta de cerdo, salada y ahumada
¼ de Tocino de panceta, salado y ahumado
1Chorizo de cebolla, ahumado.
1Chorizo normal, ahumado
1 Hueso de jamón
Un poco de col, en vez de grelos.
1/2 kilo de garbanzos
Dos patatas
Aceite de oliva
La noche anterior se echaron en agua la careta del cerdo y el tocino para desalarlos, y los garbanzos para remojarlos.
Es un proceso a fuego lento, nada de usar ollas a presión. Paulita necesitó casi toda la mañana para hacer la comida y tres ollas distintas para no mezclar los sabores durante la preparación.
En la 1ª olla puso a cocer los chorizos.
En la 2ª echó la careta del cerdo, el hueso de jamón y el tocino y los dejó hervir hasta que se pusieron tiernos.
 
En la 3ª vertió el caldo resultante de cocer la carne y chorizos,  luego echó en ella los garbanzos, para que el guiso tome el sabor a ahumado; y cuando ya estaban casi tiernos, agregó las patatas y la col.
Luego preparó la mesa con el mantel, los platos, vasos y cubiertos, y en medio colocó dos bandejas humeantes: en una estaban la carnes troceadas; en la otra los garbanzos, la col y las patatas.Una jarrita de aceite de oliva para el que quisiera echarle un poco de aceite al caldo.






Y para acompañar tan exquisito menú, nos ofreció un vino tinto de uva Mencia, de la Ribera Sacra: el Rectoral de Amandi.
Cada cual se sirvió a su gusto, bien mezclando las dos cosas en el mismo plato o comiéndolas por separado al estilo del cocido madrileño.
Con los carrillos llenos
De postre, un poco de fruta del tiempo.

Estaba rico rico!

viernes, septiembre 24, 2010

EL BALCÓN (Reposición)


Un balcón colgado
Sobre un mar de viejas tejas
Un patio con naranjos
En la colina extremeña.

Prodigioso amanecer
¡De ensueño!
Esa luz de rojo fuego
Que acaricia mi lecho.

Mujeres cotilleando en el patio
Alrededor de conos de pitarra.
Niños jugando con un gato
Que trepa a mi ventana y escapa

Balcón destartalado, viejo
Vigía de robles y almendros
Ovejas y cochinillos
Castillo de Montánchez,
Y a lo lejos
El camino hacia Trujillo.


“Si muero, dejad el balcón abierto
El niño come naranjas
Desde mi balcón lo veo
Y el segador siega el trigo
Que yo lo siento.
Si un día yo muero
Os lo ruego:
Dejad mi balcón abierto "


Esas palabras dichas
Por un gran poeta
Que leyeron en la radio
En la hora de la siesta
Quiero hoy hacerlas mías
Pensando en mi ventana vieja.

Registro de la Propiedad Intelectual de la Junta de Andalucía

miércoles, septiembre 22, 2010

TORMENTAS DE OTOÑO

Foto de Juan Luis Toreño López

Viendo en televisión las secuelas de las grandes tormentas que se desatan estos días en diferentes lugares de España, inundando garajes y aislando pueblos, y tras escuchar a los afectados decir que "Nunca se ha visto algo parecido”, se agitan en mi mente algunos recuerdos de juventud que prueban lo contrario: siempre han sucedido estos fenómenos atmosféricos: el reventón en 1959 de la presa de Ribadelago, en Zamora, llevándose por delante al pueblo. La inundación del 56 de Valencia, las repetidas crecidas e inundaciones causadas por el Guadalmedina y el Guadalhorce en Málaga, el desbordamiento del río en El Vergel, el del Segura en Murcia y las crecidas del río Guadalete en Cádiz, siempre en estas mismas fechas.

Lo que pasa es que las autoridades de la época solucionaron el problema de las inundaciones desviando los ríos, como el Guadalquivir en Sevilla o el Turia a su paso por Valencia –fue ésta una operación faraónica que pagamos todos durante casi veinte años añadiendo un sello de 0´25 pesetas en cada carta que se enviaba desde o para Valencia–, o construyendo numerosas presas escalonadas para almacenar y controlar el agua.

En mi época de estudiante en Málaga, recuerdo que al finalizar septiembre me preparaba para iniciar el curso viajando a esa capital desde Algar. No había taxis en el pueblo y yo cargaba con mi maleta de madera al hombro y caminaba acompañado de mi madre hasta el puente de Picao, a cinco kilómetros del pueblo, para montarme en el coche de la compañía “La Valenciana,” que me llevaría hasta Cortes de la Frontera, donde me reuniría con dos compañeros de estudios para hacer juntos el viaje hasta el internado malagueño en el tren.

Mi madre y yo.

Hubo años en que me acompañaba el buen tiempo y el viaje lo hacía sin problemas; pero en otros sufríamos temporales de lluvias y cuando llegábamos al puente nos encontrábamos con que el agua pasaba por encima y toda la vega estaba inundada. Entonces dábamos media vuelta hacia Algar y esperaba al día siguiente para irme en el coche de “Los Amarillos” por Jerez. No fue hasta cinco años más tarde que entró en funcionamiento el embalse de Los Hurones, acabando con el problema de aislamiento de Algar. Pero aún hoy nos llegan borrascas tan intensas, que los embalses se llenan y los técnicos se ven obligados a achicar agua para mantener el nivel de seguridad. No me extrañará nada si entre octubre y noviembre se producen nuevas inundaciones en alguna parte de España; siempre las ha habido, digan lo que digan.

El viaje hacia Cortes en el coche de “La Valenciana” es algo difícil de olvidar. Los pasajeros, provenientes de los cortijos y caseríos de la zona, esperaban al coche de línea al lado de la carretera, junto al cruce de Algar.








Foto de Esperanza Cabello Janeiro (Ubrique)

La mayoría no llegaba al fin del viaje, sino que se bajaban en las paradas y apeaderos intermedios: Guacisobaco, Puerto Galis y Ubrique. Casi todos llevaban capazos y cestas con pollos, conejos, pescado o verduras para regalar o para vender; algunos llevaban pavos y gallos atados por las patas y los ponían bien sujetos en la red para equipajes de mano del interior, encima de nuestras cabezas, por lo que no era nada raro que defecaran sobre los pasajeros.

El autocar era un vehículo relativamente nuevo, no más de diez años; tenía un morro de más de un metro, sobre el cual destacaba el tapón del radiador. Las ruedas traseras estaban ubicadas casi en medio del coche y dejaban un largo espacio libre detrás, que se hundía a cada bache hasta tocar casi el suelo para saltar luego violentamente, golpeando traseros y lastimando riñones.







Foto de internet



Por entonces los autocares no llevaban radio, pero aunque éste lo llevase no se escucharía nada, debido al ruido enorme del motor, que rugía siempre, renqueando penosamente en 1ª velocidad, exhalando vapor por el tapón del radiador, y sorteando los baches y piedras del carril sin asfaltar que conducía hasta Cortes.

En la travesía de los montes de Propio se podían ver los venados, era tiempo de la berrea y se movían mucho en busca de las hembras. Una pareja de guardias civiles solía montarse en el coche en el cruce de Puerto Galis y pasaban por en medio de las filas de asientos observando las caras de los viajeros. No sé por qué pero a mí siempre me pedían la documentación.

No había más de cincuenta kilómetros de trayecto, pero se tardaba tres horas en recorrerlo debido al mal estado del carril. Desde Ubrique hasta Cortes disfrutábamos de una carretera buena y bien cuidada, que construyeron durante la República.

Llegado a Cortes, me dirigía a casa de mi compañero de estudios, situada sobre una tienda de ultramarinos propiedad de sus padres. Al padre le faltaba una pierna, la había perdido en el frente durante la Guerra Civil. Mi compañero tenía una hermana muy bonita, de unos dieciséis años, que sus padres habían adoptado, que hacía las labores de la casa mientras la madre atendía al público en la tienda.

Aquella misma tarde cogíamos un taxi que nos llevaba a la estación de Cortes, ocho kilómetros de bajada hasta llegar al río Guadiaro. Allí nos subíamos al tren que se dirigía a Granada, pero nosotros nos bajábamos en Bobadilla y esperábamos el expreso de Madrid, que nos llevaría a Málaga.

Fachada de mi antigua Escuela de Formación Profesional malagueña, actualmente, IES La Rosaleda.









Las tormentas y los temporales de lluvia se suceden cíclicamente, como las mareas, lo que sí se observa es un adelanto o descontrol sobre la fecha señalada de las estaciones, con los fenómenos característico de cada una de ellas. Esperemos que este año no tengamos que lamentar daños excesivos por los temporales.

sábado, septiembre 18, 2010

ADIÓS, CARIBÚ

Ha muerto CARIBÚ, el lince ibérico que el 26 de noviembre de 2008 fue trasladado desde la Sierra Morena, al Coto de Doñana para contribuir a la propagación de la especie, ya que en los últimos años el lince de Doñana ha sufrido una epidemia de leucemia felina que ha mermado considerablemente el número de ejemplares.

Un año antes, habían realizado la misma operación con Baya, un lince que apareó a tres hembras, que parieron ocho cachorritos de los cuales sólo dos sobreviven.

Pero caribú no estaba por la labor; extrañaba sus dominios y se escapó por dos veces de la zona protegida, llegando a recorrer en una ocasión 200 kilómetros, siendo rescatado en la frontera de Portugal.

Hoy ha aparecido muerto en el término municipal de Bonares, Huelva. Se realizará, según dicen, una investigación para descubrir las causas.

No es la primera vez que aparecen muertos los linces del Coto de Doñana, la mayoría atropellados por los vehículos que transitan por la carretera que lleva a la playa. Las empresas inmobiliarias y hosteleras que acostumbran a llenar de cemento y ladrillos las costas españolas, con la ayuda de los Alcaldes de ciertos ayuntamientos, llevan años intentando vencer la ley que protege esta zona protegida para construir una autopista que una Cádiz con Huelva por la costa, atravesando Doñana donde apenas quedan cincuenta ejemplares de lince ibérico, la mayoría hembras.

¿Cederá la Junta de Andalucía ante los especuladores? Esperemos que no.