De las 6 playas que tiene El Puerto de Santa María, la de La Puntilla es considerada la más popular por su cercanía a la población; está situada en la desembocadura del río Guadalete, en el margen derecho, y se puede acceder a ella paseando siguiendo el río o bien por el Camino de los Enamorados entre los pinares. Desde el centro de la ciudad y caminando normalmente, se tarda unos 15 minutos en llegar.
Durante el verano es casi imposible encontrar un hueco donde instalarse a partir del medio día, pero ahora, acabadas las vacaciones e iniciado el curso escolar, La Puntilla aparece desierta y solamente se ven deportistas en bicicleta o a personas ociosas recorriendo la pista que la circunda para luchar contra las grasas.
He notado mucha nostalgia en los versos de muchos amigos y amigas que regresaron al trabajo tras descansar en alguna playa y dejaron atrás alguna persona especial, y hoy quiero ilustrar estas imágenes con la melancolía de los versos que escribe el amigo Toro Salvaje en estos días.
Durante el verano es casi imposible encontrar un hueco donde instalarse a partir del medio día, pero ahora, acabadas las vacaciones e iniciado el curso escolar, La Puntilla aparece desierta y solamente se ven deportistas en bicicleta o a personas ociosas recorriendo la pista que la circunda para luchar contra las grasas.
He notado mucha nostalgia en los versos de muchos amigos y amigas que regresaron al trabajo tras descansar en alguna playa y dejaron atrás alguna persona especial, y hoy quiero ilustrar estas imágenes con la melancolía de los versos que escribe el amigo Toro Salvaje en estos días.
Toro Salvaje no necesita presentación, su foro es archiconocido y cualquier entrada, por muy pequeña que sea, incluso de tres solas líneas, recibe más de un centenar de comentarios. Yo lo encontré por azar hace unos meses y me quedé con él. Todos se quedan.
Y es que Toro Salvaje es polifacético: lo mismo escribe un poema que te eriza la piel, o te hartas de reír con las aventuras de su ya famoso personaje, el Justiniano.
Pero algo le ha sucedido al amigo Toro Salvaje este verano, pues desde que acabaron las vacaciones se le nota triste y escribe versos impregnados de melancolía; parece enamorado. Les animo a que le sequen sus lágrimas de lagarto y le den palmaditas en la espalda y besitos en sus mejillas abatidas, y si tienen tiempo lean las aventuras del Justiniano en su blog: les dará que pensar.
cabizbajos y desconsolados,
están llorando por los rincones.
Me gusta verte
cuando el deseo
te vuelve loca.
cuando el deseo
te vuelve loca.
Te has ido como una sirena entre olas incrédulas, sumergida en tu mar,
más allá de mi horizonte.
Y ahora que me hiere el viento llevándose tu estela, ahora que el sol me esquiva y me atraviesa la niebla; ahora que me arranqué el corazón a zarpazos de tristeza, ahora quiero que sepas que me falta el aire en cada suspiro de tu ausencia...
que cambié mi sonrisa por una máscara agrietada, y que me siguen doliendo, igual que siempre, tus lágrimas azules.
Me llevaría tu boca a todos los sitios; por las noches iríamos a cualquier sueño y nos besaríamos entre imposibles y delirios. Por el día la pondría en el bolsillo, junto a mi corazón, y te besaría con alocado deseo en todas partes y a todas horas, hasta perder la razón.
TORO SALVAJE
http://torosalvaje.blogspot.com/2010/09/los-besos-que-nos-debemos.html
¡Qué preciosidad de poema! Sí que se respira melancolía, de esas que ahondan en el corazón.
ResponderEliminarMe pasaré por su blog^^
¡Un besito, Juan!
Hola de nuevo Juan. Es un placer seguirte y leerte. Ese poema me ha llegado. así que me pasaré por su blog. Saludos y gracias.
ResponderEliminarGracias por tu recomendación, amigo Juan. Ya veo que eres muy sensibloe ante la buena poesía. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarJo.
ResponderEliminarNo sé que decir.
Estoy más rojo que un tomate.
Gracias Juan.
Es todo un detalle el que has tenido conmigo.
Eres un crack.
Un abrazo.
Precioso poema que me acerca más a "ese toro enamorado de la luna" que a "un toro salvaje"...
ResponderEliminarUn abrazo, Juan y pasaré a visitarlo.
Lady Luna, un placer verte por aquí.Espero leer algo tuyo pronto. Un beso
ResponderEliminarHola, David, te ha pasado lo que a mí: me enganchó el poema y por eso lo traje aquí.Gracias por tu visita. saludos
ResponderEliminarHola, Fernando, me alegro de tu regreso.Ya he visto que has vuelto a publicar y en caunto acabe esto me voy a tu blog. Un abrazo
ResponderEliminarPues no digas nada, Toro,y continúa escribiendo cosas tan bellas.
ResponderEliminarUn abrazo
Creo que sí, Antonio, es un toro enamorado de la Luna y del mar.
ResponderEliminarEl personaje creado por Toro Salvaje, Justiniano, es enternecedor. No sé si has leído algo de él, creo te gustará. Un abrazo
¡Gracias, María!Un beso fuerte.
ResponderEliminarGracias Juan por la recomendación y Gracias Toro Salvaje por regalarnos este poema tan precioso... me han gustado especialmente la cuarta estrofa. Un saludo
ResponderEliminarSabes que me gusta tu blog, y que os quiero a Toro y a ti.
ResponderEliminarSabeis ambos que soy vuestra amiga en los momentos de alegría, y mas aún en los de tristeza.
Toro es fuerte, y aunque es hipermegasensible, se restablecerá, porque puede y porque le queremos.
Gracias Juan por ser como eres.
Toro, mi cariño desde aquí, y ahora te lo llevo a tu blog.
Beos para ambos.
Lamas, gracias a ti por tus amables palabras. Toro publica poemas a dos bandas casi a diario. Seguro estoy de que te gustará más de uno si lo visitas. Un beso
ResponderEliminarDuna, tú tambien sabes que ambos somos tus admirados seguidores.Y, por lo que aprecio en las visitas que te hacemos, también te queremos mucho. Un beso enorme, Musa del Amor.
ResponderEliminarse merece este articulo,porque sus versos son matices perfectas en rimas sobre la vida misma.
ResponderEliminarabrazos.