Llevo tu nombre conmigo y como niebla matinal inunda los recovecos de mi memoria no dejando lugar a otra cosa. Hace días que te fuiste y aún veo tu silueta caminando por la orilla plateada de la playa, recortándose en el horizonte escarlata. Detrás de ti las olas, envidiosas ellas, arrastran sus espumosas lenguas hasta devorar la huella de tus pasos y los corazones enamorados que dibujaste en la arena.
Nada es lo mismo sin tu presencia: el mar es sólo mar; la playa, una larga franja de arena. El sol ya no calienta tanto, se aburre y se acuesta pronto; tampoco la luna despierta ya emociones. Son simplemente dos astros entre las innumerables estrellas.
Sólo las gaviotas parecen contentas de tu partida y revolotean dichosas al ser, ahora, el objeto de las miradas de los escasos turistas. Ya nada es lo mismo. ¡Nada!
Tu nombre suena en mi mente y agita mis pensamientos, tu imagen surge de pronto en mis recuerdos: me mira y se ríe, se ríe y se aleja, me dice adiós con la mano, me lanza un beso y se difumina allá lejos, entre las nubes color fuego que unen el mar con el firmamento. No; nada es lo mismo aquí: ya no hay risas ni abrazos ni juegos ni besos, han desaparecido como los castillos de arena que hacían los niños y los corazones atravesados con flechas que llevaban nuestros nombres. Sólo Dios sabe cuánto te añoro...
Dices que volverás el próximo año. ¡Uf!, qué lejos queda eso... Pero ya falta menos.
Me ha dado mucha pena.
ResponderEliminarEs tan triste y tan bonito a la vez.
Ánimo.
Saludos.
Juan todo tiene su fin.
ResponderEliminarGracias por su amable comentario que pase una buena semana
Saludos
Buenos días puedes pasar a recoger los regalos por Creatividad e imaginación fotos de José Ramón
ResponderEliminarFelicidades
Gracias, Toro Salvaje. Saludos.
ResponderEliminarHola, José Ramón, es cierto: todo pasa, como dice la canción.
ResponderEliminarGracais por los regalos, el de la pluma es genial, muy original y sensual.
Saludos
PARA UNA MUJR QUE QUIERE SER POETA Y ESTA ENOMORADA.. PERO DEL AMOR, HERMOSOS VERSOS MI QUERIDO JUAN . UN BESO!
ResponderEliminarMe identifico con los sentimientos que plasmas. Que tristeza y vacío nos deja en el alma el separarnos de aquellos que nos proporcionan tan bellos momentos, sea en vacaciones o en otras épocas.
ResponderEliminarAl menos nos queda los recuerdos para vivir dos veces.
Besitos Juan.
Explendido relato de un amor vacacional.
ResponderEliminarBonito el recuerdo
Un abrazo
Juan:
ResponderEliminarnostálgico y poeta me estas resultando, creo es el cambio de estación que se avecina, a todos nos vuelve algo románticos.
gracias por compartir
mario
Gracias, M. Susana, poeta de amor. Un beso
ResponderEliminarGracias, Marian Gardi, me alegro de que te guste.Besos
ResponderEliminarNostálgia es echar de menos algo, Mario, y... ¡yo no he tenido nada y no lo puedo echar en falta! No me como una rosca desde que sacaron el pan bimbo.Ligo menos que el tequila con leche.
ResponderEliminarTú si que eres un play boy:estás soltero, tienes money y viajando siempre.¿Nos cambiamos?
Un abrazo, amigo.
Juan, muy romántico. Y lleno de poesía, desde el principio hasta el final, no decae. Preciosas palabras y sentimientos que transmites, con un sabor melancólico. Tendría que citar todo. Los amores de verano tienen una fecha de caducidad, o intermitencias, un tiempo largo de espera hasta el siguiente verano. Me recordó a mi juventud y a mi prima, que vivía un amor de verano en verano con un chico del pueblo. La foto es tuya, ¿verdad? Porque la vi firmada por ti. Es preciosa, amigo.
ResponderEliminarTe mando un fuerte abrazo,
Margarita
Quitalé lo del money y todo esta bien
ResponderEliminarGracias por alegrarnos el día
hasta pronto mario
Nada muere para siempre amigo Juan. Dejó su semilla y puede que otro día vuelva a surgir otro encuentro. Si no, la propia fantasía se encarga de cubrir esos huecos de la vida, jejeje... a nuestra edad…
ResponderEliminarUn abrazo
Precioso, me encantó.
ResponderEliminarEsa meláncolica despedida tiene el sabor agridulce de la fruta temprana, un hasta siempre con la esperanza de que unas olas cansadas de ondear sobre la mar, vuelvan a pincelar corazones en otro estío.
Un beso también con la esperanza de sentir... el viento de Levante el próximo verano.
Margarita, gracias por tu aportación, yo también venía desde París dos veces al año, y sé cuan largo se hacía.La foto es un atardecer en la playa de la Victoria, en Cádiz.Besos
ResponderEliminar¡Anda ya, Mario! No le quito nada, que para viajar tanto como lo haces tú se necesita un buen monedero.Uno de la marca Loewe como mínimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dices bien, Antonio; los encuentros se suceden como el ir y venir de las olas. Aunque sean imaginarios, ja,ja,ja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Oréadas, qué bonito lo que escribes... Ojalá vengas a sentir el azote del Levante y pueda conocerte.
ResponderEliminar¡Vaya con el nombre que te has buscado, Oréadas!
Yo sé qué es "orear": ventilar, exponer al aire; pero ése no sé a que o quién se refiere. ¿Alguna heroína tuya?
Ya he leído tu último poema y aún estoy temblando sin saber qué decirte. Esos versos sí que producen nostalgia.
Besos.
juan
ResponderEliminarsiempre echamos de emnos lo bueno, la personificación de las vacaciones, muchas mujeres Juan, pero el texto, precioso
un abrazo
Qué bonito, Juan.
ResponderEliminarPero sin preocupaciones, porque ya va quedando menos jeje^^
Esos amores de verano. Los que irrepetibles y los que vuelven. Inolvidables porque únicos ¿no?
Me ha gustado mucho cómo vas recordando en el texto los gestos que la hacían diferente, pues eran para ti.
¡Me ha encantado!
¡Un besote!
Hola, Tomás, me alegro mucho de que te guste el texto.¿Que sólo echamos de menos lo bueno? "Elemental, querido Watson".
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Lady Luna.
ResponderEliminar¡Já,ja, ja! Mira,tal como te sucede a ti, también a mí me gusta observarlo todo. El otro día se fue una familia formada por un matrimonio y dos hijos, que había alquilado un piso en el edificio de al lado durante el mes de agosto.
Entre ellos había una chica muy joven que, sin duda, había ligado con un vecino de su edad. No había más que ver el brillo de sus ojos al mirarlo por última vez mientras sus padres se despedían en voz alta de los que le alquilaron el piso diciendo: "Adiós, hasta el próximo año".
El chico permanecía serio,tragando saliva, y sólo acertó a levantar timidamente la mano cuando el coche se alejaba.
Cada día, al medio día,él venía a recorgerla con su moto para irse a la playa. Ése que has leído es el relato que me inspiraron ellos.
Gracias por estar siempre animándome. Un beso.
Hola!!!!
ResponderEliminarQue bonito!!!!
Km. no se si son muchos, pero yo recorrí 3700 para ir hasta las Cataratas del Iguazú, ida y vuelta....jijijiji
Un abrazo de oso.
Pero lo tuyo es algo fuera de serie, eres genial, te gusta la Naturaleza y vives en por y para ella.
ResponderEliminarUn beso, guapa.