La historia se desarrolla en una pequeña ciudad, cuyo nombre no se menciona; lo que sucede bien podría trasladarse a cualquier ciudad española.
La eliminatoria en un partido de fútbol de uno de los dos equipos finalistas de la liga de promoción para ascender a la primera división ha revolucionado la vida de una tranquila ciudad de provincias de la costa mediterránea. Sus hoteles están a tope, el periódico local no cesa de calentar los ánimos; las chicas del pueblo se llenan de ilusiones ante la presencia de los jóvenes y atléticos jugadores del equipo contrario, que se ha hospedado en el hotel principal. Todo ello altera la vida amorosa de varias parejas:
Maribel, la telefonista del hotel, una bella muchacha cuyo novio es Avelino, un chico que estaba en el colegio con ella y la corteja desde hace seis años, pero que ni siquiera la ha besado aún “porque no es decente hacerlo en público”, ni tampoco la lleva al parque solitario de las afueras para amarse como hacen otros, “porque está mal visto”, se enamora perdidamente del portero del equipo contrario y se le entrega al segundo día de su llegada, sin importarle el qué dirán.
Don Gregorio, un hombre viejo, casado, ingeniero jefe de la Delegación de Obras Públicas, que mantiene una relación con Marisol, una jovencita de apenas veinte años, en la misma casa de ésta, relación tutelada por la madre de ella que le está inmensamente agradecida a don Gregorio por haber ayudado a su hija a conseguir su empleo, y por los generosos donativos que hace a la familia para que vivan holgadamente. Pero en esos días previos al partido, ella siente asco del viejo y le entran ganas de irse a vivir lejos de la ciudad con otro.
Don Matías, el alcalde, que se ha enriquecido con los planes de urbanismo, alcanza un acuerdo en una suite del hotel con el representante del equipo rival para que el equipo local no ascienda. A cambio de ello, recibirá sustanciosos beneficios económicos e inmobiliarios. D. Matías reunirá al presidente del club y a su entrenador y los amenazará con grandes males si no aceptan su propuesta de que el equipo pierda.
Y Mely, una mujer de cuarenta años, que en sus años universitarios mantenía relaciones con su profesor y que luego abandonó para casarse con Juanjo, un jugador de primera división muy famoso, convertido ahora en entrenador del equipo local, aprovecha que su marido está concentrado con el equipo en otro hotel para poner a prueba la calidad y firmeza de su matrimonio saliendo con uno de los recien llegados en esos días.
Uno de los personajes es asesinado, lo que aporta su dosis dramática al texto.
La obra está escrita de tal manera que he tenido la sensación de encontrarme junto al narrador mientra éste, asomado a una rendija, observa lo que hacen los protagonistas, lo que dicen y lo que piensan, y me lo va contando de esta forma:
“Ahora Paqui se ha sentado a su lado, le da un cigarrillo. Ella tiene los ojos lagrimosos, sabe que la está engañando, sabe que no podrá escapar de sus brazos y que después del partido se irá para siempre…. Pero ella lo desea”
Después de leer las reflexiones de los protagonistas, la lucha interior que sostienen el honor, el orgullo y la lealtad al equipo, contra el deseo egoísta de enriquecerse con las primas, renovación de contratos… el lector se pregunta si el equipo se dejará perder o luchará por el título con todas sus fuerzas. En las últimas páginas el estadio está lleno a rebosar y ha atraído a toda la prensa deportiva del país...
LA ELIMINATORIA es una novela de 246 páginas, ambientada a finales de los 60 tras la promulgación de la Ley de Prensa del Ministro de Información y Turismo, don Manuel Fraga Iribarne. Una novela que sin duda alguna hubiera sido censurada y secuestrada si la hubiese intentado publicar antes por la denuncia implícita en los diálogos y descripciones de los usos y costumbres de la autoridades de la época.
Valga como ejemplo este fragmento de la entrevista entre el Delegado de Información y el alcalde a consecuencia de que éste solicita el cierre del periódico por un artículo donde se pregunta si las primas ofrecidas por el alcalde a los jugadores del equipo local si ganan el partido las pagará con dinero público o el suyo.
La eliminatoria en un partido de fútbol de uno de los dos equipos finalistas de la liga de promoción para ascender a la primera división ha revolucionado la vida de una tranquila ciudad de provincias de la costa mediterránea. Sus hoteles están a tope, el periódico local no cesa de calentar los ánimos; las chicas del pueblo se llenan de ilusiones ante la presencia de los jóvenes y atléticos jugadores del equipo contrario, que se ha hospedado en el hotel principal. Todo ello altera la vida amorosa de varias parejas:
Maribel, la telefonista del hotel, una bella muchacha cuyo novio es Avelino, un chico que estaba en el colegio con ella y la corteja desde hace seis años, pero que ni siquiera la ha besado aún “porque no es decente hacerlo en público”, ni tampoco la lleva al parque solitario de las afueras para amarse como hacen otros, “porque está mal visto”, se enamora perdidamente del portero del equipo contrario y se le entrega al segundo día de su llegada, sin importarle el qué dirán.
Don Gregorio, un hombre viejo, casado, ingeniero jefe de la Delegación de Obras Públicas, que mantiene una relación con Marisol, una jovencita de apenas veinte años, en la misma casa de ésta, relación tutelada por la madre de ella que le está inmensamente agradecida a don Gregorio por haber ayudado a su hija a conseguir su empleo, y por los generosos donativos que hace a la familia para que vivan holgadamente. Pero en esos días previos al partido, ella siente asco del viejo y le entran ganas de irse a vivir lejos de la ciudad con otro.
Don Matías, el alcalde, que se ha enriquecido con los planes de urbanismo, alcanza un acuerdo en una suite del hotel con el representante del equipo rival para que el equipo local no ascienda. A cambio de ello, recibirá sustanciosos beneficios económicos e inmobiliarios. D. Matías reunirá al presidente del club y a su entrenador y los amenazará con grandes males si no aceptan su propuesta de que el equipo pierda.
Y Mely, una mujer de cuarenta años, que en sus años universitarios mantenía relaciones con su profesor y que luego abandonó para casarse con Juanjo, un jugador de primera división muy famoso, convertido ahora en entrenador del equipo local, aprovecha que su marido está concentrado con el equipo en otro hotel para poner a prueba la calidad y firmeza de su matrimonio saliendo con uno de los recien llegados en esos días.
Uno de los personajes es asesinado, lo que aporta su dosis dramática al texto.
La obra está escrita de tal manera que he tenido la sensación de encontrarme junto al narrador mientra éste, asomado a una rendija, observa lo que hacen los protagonistas, lo que dicen y lo que piensan, y me lo va contando de esta forma:
“Ahora Paqui se ha sentado a su lado, le da un cigarrillo. Ella tiene los ojos lagrimosos, sabe que la está engañando, sabe que no podrá escapar de sus brazos y que después del partido se irá para siempre…. Pero ella lo desea”
Después de leer las reflexiones de los protagonistas, la lucha interior que sostienen el honor, el orgullo y la lealtad al equipo, contra el deseo egoísta de enriquecerse con las primas, renovación de contratos… el lector se pregunta si el equipo se dejará perder o luchará por el título con todas sus fuerzas. En las últimas páginas el estadio está lleno a rebosar y ha atraído a toda la prensa deportiva del país...
LA ELIMINATORIA es una novela de 246 páginas, ambientada a finales de los 60 tras la promulgación de la Ley de Prensa del Ministro de Información y Turismo, don Manuel Fraga Iribarne. Una novela que sin duda alguna hubiera sido censurada y secuestrada si la hubiese intentado publicar antes por la denuncia implícita en los diálogos y descripciones de los usos y costumbres de la autoridades de la época.
Valga como ejemplo este fragmento de la entrevista entre el Delegado de Información y el alcalde a consecuencia de que éste solicita el cierre del periódico por un artículo donde se pregunta si las primas ofrecidas por el alcalde a los jugadores del equipo local si ganan el partido las pagará con dinero público o el suyo.
La obra tiene el sabor rancio de la época, pero el lector que la ha vivido agradece que quede constancia en la Literatura del influjo y el abuso de la moral religiosa del régimen franquista en la libertad y la felicidad de las personas. Tras publicar esta obra, el autor ganó el Premio Nacional de Literatura el año 1970.
Parece muy interesante, sobre todo para los que opinan que cualquier tiempo pasado fue mejor.
ResponderEliminarSaludos.
Lo que está demostrado, amigo Toro, es que los asuntos de la corrupción política y los enriquecimientos a ciosta de los chanchullos y comisiones en los planes urbanísticos, los maletines que compran partidos de fútbol y los abusos de las autoridades nos viene de antiguo,son virus que atacan a los que están en el poder y les destruyen convicciones y la honra.
ResponderEliminarYo les pediría a Laboratorios de la grpe A una vacuna contra eso, pero estos también están podridos.
Habrá que recurrir al Justiniano.
Saludos