En corresponsal de prensa se ha convertido esa mujer morena de
Ni una sola mosca vuela sin que a ella se le escape el osado movimiento de sus diáfanas alas. La chica, con la cámara presta a inmortalizar cualquier cosa que se mueva, se dedica a investigar y tomar nota de todo lo que en la comarca suceda: un accidente laboral o de tráfico, el partido de fútbol en que le partieron las piernas al árbitro, un bache en la carretera, las cagadas de palomas sobre los parabrisas… cualquier cosa convierte su crónica en un verdadero ensayo sobre la relación del Hombre con
Se la ve en las bodas y en las fiestas; en los plenos del Consistorio, en las excursiones de los niños y de los grandes, con la cámara en ristre, su grabadora y una sonrisa pintada en su rostro engatusando a la gente con sus preguntas y su charla, hartándose de comer y beber de gorra en cada fiesta.
«¡No tiene cara ni ná. Má que un saco de moneas!», dijo el cuñado de la novia, un hombre del partido de la oposición, en una boda celebrada en Ronda el otro día, dudando de que ella tuviera invitación. Porque ella es militante, y en sus crónicas se traslucen sus ideas.
Pero bueno, eso a mí nada me importa; ni me va ni me viene. Por mi parte, ella puede hacer lo que quiera: comer, beber, dormir, ligarse al futuro alcalde, afeitarse el pubis o comprarse un peine. Lo que sí me molesta, y mucho, es que desde que se hizo reportera a mí ni me habla, ni me escribe, ni me mira, ni me tiene en cuenta... ¡Como si yo no existiera!
¡Vaya tela, vaya tela tiene la hermosa reportera! Es verdad que arriba se vive mejor, por eso todos quieren subir. Y como siempre miran hacia arriba, no se dan cuenta de lo que pisan.
Ella luce con altanería su bonito cuerpo. Lleva en la solapa una tarjeta con su nombre y el del diario en el que escribe, y se pone tras la oreja una gota de ese perfume de Yves St Laurent que a mi me hace estornudar y lagrimear cuando pasa a mi lado. ¡Atchissssss!, digo yo. «¡Jesús!», responde ella por tradición. «No, Jesús no, que soy Juan», alego, limpiándome los mocos y esperando que se detenga y me cuente algo. Pero no; ella, ni me mira, ni me mima, ni me cuenta sus cosas: ya no existo desde que la nombraron corresponsal
¡Y eso duele…! Duele una jartá.
En fin, más se perdió en la guerra, qué le vamos hacer. La amistad ni se compra, ni se vende, ni se obliga; hay que ganársela. Yo la verdad es que estoy hecho un lío, pues dicen que “un verdadero amigo es aquél con quien puedes pensar en voz alta”; ¡pero si hago eso, ella me graba! Menudo escándalo se formaría en el pueblo si mi antigua amiga grabara mis pensamientos y los publicara en el diario. Y más aún si usan las nuevas tecnologías y lo publican en color y en 3D. ¡Lo que yo le hago mentalmente a mi amiga, en color y en 3D! ¡Ya veo a todo el mundo comprando gafas con un cristal color naranja y otro azul! El programa-basura «Sálvame» bajando a la ruina, toda su audiencia pendiente de la grabación para escuchar mis pensamientos en voz alta.
Y así están las cosas, ella que sube hacia el cielo de la fama, y yo que me quedo sentado en el banco de la plaza. Ojala y le den el Pulitzer y se vaya del pueblo a la gran ciudad, así yo no la vería y no sufriría, pues de todos es conocido el dicho, «Ojos que no ven…»
¡Tortazo que te pegas, o mierda que pisas!, responde el Manué, que está sentado en el banco de enfrente.
Entonces no era una amiga.
ResponderEliminarSolamente lo parecía.
Saludos.
Pues... mucho me temo que tienes razón. Gracias, Toro.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Juan: muy bueno el articulo de mi querida reportera y las girasoles bellisimos.
ResponderEliminarManuel tellez
¡Hola, Manuel! Ya ves, paso el tiempo inventando historias. Esto es un buen ejercicio para mantener ágil la mente y la memoria, no sea que...
ResponderEliminarYa veo que has reconocido tu foto, es preciosa. Primero puse la otra, la de Arcos, pero era demasiado conocida y la guardo para otra ocasión. Ésta es más original.
Un abrazo, amigo, seguimos en contacto.
jajjaja pero Juan, pero tú con quién te juntas hijo, y eso de pensar en voz alta como que no que ya sabes, aquí andamos parao buscando la fama a cualquier costa y si puede ser pisándote mejor que mejor pero no te preocupes, yo no, por ahora, jejejeje
ResponderEliminarun abrazo
Gostei muito do seu texto.
ResponderEliminarDiverti-me muito.
Um abraço
Maria
P.S. Cuidado com as alergias aos perfumes rsrsrs
Juan, me alegro de que el texto haya salido de tu cabeza y no esté basado en hechos reales, y te explico:
ResponderEliminarSi el texto fuese real y tu amiga fuese tan retorcida, no merecería en ningún momento que la llamases amiga.
Si el texto fuese real y tu amiga no fuese tan retorcida sino que tú hayas exagerado un poco para hacer una historia graciosa, -cosa que has conseguido-, no me gustaria estar en la piel de esa amiga y leer lo que piensas de ella.
Como texto está muy bien escrito y hasta me has arrancado más de una sonrisa, te felicito por ello.
Un saludo
bueno yo que soy algo cándida me tragué la historia es que está tan bien escrita que como para no creerla. Eres experto en esto mi migo querido y si fuese real o tuviese algo de ello pues tu amiga que se corra!!! pues aqui tienes otra uwe será famosa jejejejej(en otra vida) y nunca te dejará a ti!!!!!!!!!!!!! besos y más besos!!!
ResponderEliminarGracias María, un placer verte por acá. Abrazos.
ResponderEliminarConchi, ¡cuánto tiempo! Si he conseguido arrancarte una sonrisa, ya me doy por satisfecho.
ResponderEliminarDe todo hay en el artículo: realidad (la aprecio mucho y ella me ignora), ficción (ella es todo lo contrario de la protagonista como persona, y lo más que ha escrito como periodista es una carta al director del Diario de Cádiz). En suma, exageración por doquier.
Espero volverte a ver.Saludos.
María Susana, me alegro de que te haya gustado.Piensa un poco: si todo lo que escribimos fuesen historias reales, ¿cuántos años de vida necesitaríamos para vivirlas? Muchos más de los que tenemos.
ResponderEliminaren un relato yo tenía un caballo y dejé a una chica que conocí junto a un río embarazada. "La mujer misteriosa". Ya ves, todo ficción.
Un beso
Juan, me has hecho sonreir con estos percances que te pasan. Hijo, como sigas así te van a llamar el "pupas". Lo que más gracia me ha hecho es que lo peor del asunto, que cuando dices eso de que con un amigo se puede pensar en voz alta, temes que ella te grave, jajaja. Eso ya es para nota; sería demasiado. ¿No descansa en sus horas libres? Ya sabemos que está el trabajo muy malo... pero hay que desconectar. Aunque lo de captarlo todo, te digo que causa adicción. Un relato con muy buen humor.
ResponderEliminarUn abrazo grande,
Margarita
Conchi, se me olvidó decirte que a mí sí me gustaría estar en la piel de la protagonista para saber lo que siente una mujer como ella.
ResponderEliminarMargarita, hija, que nos hemos cruzado. Cuando yo me disponía a escribír el último comentario no estaba el tuyo.
ResponderEliminar¿Que parezco el Pupas? Si ya lo soy! Fijate que las mujeres de mi barrio amenazan a sus hijos cuando estos se niegan a comer la papilla diciendo: "¡O comes ollamo a Juan Pan!" Y no sé qué es lo que se les infunde a los críos, pero se ponen a comer y hasta rebañan el plato.
Creo te debo respuesta a tu correo, ando algo despistado estos días.A ver si me pongo al día. Un beso fuerte y saludos a los tuyos.
Hola Juan!
ResponderEliminarAunque no soy la reportera ni quisiera, pero sí estándote muy agradecida, he buscado un pequeño hueco para saludarte.
:-) Sin estar, estando :-)
Un besito Darilea
Pd: Poco a poco remontando
Hola, Darilea, ¡cuánto se te echa en falta! Espero leer y escucharte recitar pronto tus excelentes poemas.
ResponderEliminarSoy yo quien te agradece tu amistad.
Besos.
Hola, Tomás, la verdad es que hay mucha competencia en todas las profesiones y la gente hace lo que sea por sobrevivir.Tampoco me fío mucho de ti, eres un buen pájaro.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Juan como me has hecho reir !!!...pensar o no que fue una historia verídica, es aparte, lo importante es tu imaginación para hacer de esto algo que pasa muy a menudo...la hipocresía...
ResponderEliminarAl momento de reirme , pensaba cuanto de cierto, los que se van paraarriba , se olvidan que estuvieron abajo...y si caen alguna vez pobre de ellos...!!!
Buen fin de semana amigo!!!
Carla, me aalegro mucho de que hayas disfrutado leyendo. De eso se trata ¿no?, de pasar un buen rato riéndonos hasta de nosotros mismos.
ResponderEliminarTe deseo feiz fin de semana. Un beso
Ay, Juan, me encanta la manera en la que mezclas verdad e imaginación, haces relatos verdaderamente amenos y divertidos, o que te llevan a reflexión de quiénes son verdaderamente tus amigos.
ResponderEliminarLo que más gracia me ha hecho ha sido el final jejeje
Por cierto, ¿cómo haces para que nos e pueda copiar nada de tu blog? es que he ido a indicarte exactamente la parte que más gracia me hizo y no me ha dejado, ¡así que me ha entrado la curiosidad! por si lo pongo en el mío, aunque no es ni la mitad de interesante que el tuyo^^
¡Un besito!
Hola, Lady Luna, me gusta mucho saber que disfrutas con mis relatos.
ResponderEliminarGracias por tus ánimos. Lo del blog es un código que se inserta en la plantilla. Me lo puso mi hijo, ya te diré cuando él me lo explique. Besos.
Bueno, María, lo que pasa es que no es un relato muy original, pues trata sobre cosas que suceden a diario y por eso parece tan real; pero te aseguro que las amigas que tengo en la sierra de Cádiz son personas dulces, solidarias y muy amables. Un beso
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