En los últimos años, el Vaticano ha desplegado una campaña proselitista a nivel mundial, y ha visitado periódicamente España. Viajes cuya factura en tiempos de bonanza económica ya parecía desorbitada, y ahora, en medio de esta profunda e interminable crisis, que está acabando con las reservas del Estado y hundiendo a millones de familias, resulta escandalosa y una vergüenza para un gobierno socialista, cuya ideología es atea por defecto, y para un país, España, cuya Constitución define como aconfesional.
Uno se asombra leyendo los recortes de prensa que aparecen en estos días previos a la visita del Pontífice:
"La Conferencia Episcopal razonó el pasado jueves que no hay despilfarro en la visita de Joseph Ratzinger, pues siempre que viene el Papa es un negocio económico y espiritual”.
La Xunta de Galicia ya ha confirmado que destinará 4 millones de euros a organizar la visita papal. “Si por 36 horas en Galicia presupuestan entre todas las administraciones 4 millones de euros, ¿cuánto costará la visita a Barcelona que durará dos días?”,
"El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil se encargarán de asumir la seguridad integral durante su estancia. Interior no ha difundido una cifra de gasto para este dispositivo. Pero un cálculo basado en las cifras de los sindicatos policiales sobre dietas para agentes desplazados permite concluir que el presupuesto de sólo en este capítulo rondará los 600.000 euros."(www.elconfidencial.com)
Y lo curioso es que estos gastos lo apoyan las mismas asociaciones políticas y empresariares que exigen recortes de subvenciones a sindicatos y organizaciones sociales, y recortes de salarios y pensiones.
La visita de Benedicto XVI a Barcelona también llenará los bolsillos de algunos vecinos, que han visto una oportunidad de oro para sacarse un sobresueldo alquilando el balcón o la casa entera a quien quiera un lugar privilegiado para seguir el evento. Los anuncios de "alquilo balcón con vistas a la Sagrada Familia" o "alquilo piso durante el fin de semana de la visita del Papa" afloran en Internet y los precios oscilan entre 350 y 2.000 euros. (www.lavanguardia.es)
Ante la proximidad de la inevitable visita del Papa a Barcelona, brota de mi memoria el recuerdo de una visita anterior del Pontífice a nuestro país, realizada cuando yo me hallaba en Valencia. La crónica la tengo en el archivo del 12 julio de 2006 de este blog escrita en el lenguaje andaluz que por aquí se habla, pero la reproduzco aquí ahora de manera que sea entendible para to@s
Yo había ido a visitar a mi hermano a Valencia, olvidando que esa misma semana llegaba el Papa a la ciudad. Mi hermano mayor, el pobre, tuvo que trabajar desde niño para ayudar en casa y no le dieron la oportunidad de estudiar como a mí, y todo lo que ha aprendido ha sido a base de mucho esfuerzo y de fijarse en las cosas.
–El Papa no es papá —le dije mientras tomábamos unas cervezas en el bar del Paquito, en la esquina de su casa—, y por tanto no quiere decir que sea el padre de todos esos que van a verle, llamándole Santo Padre. Si lo llaman así es porque ése es el título más alto que se le da al escogido por Dios para que lo represente en la Tierra.
—Pues yo creo haber escuchado que fue elegido en unas elecciones secretas celebradas en el Vaticano por un grupo de curas, sin observadores ni interventores ni nada para controlar la limpieza del voto. Y eso no está bien en una democracia…
—Pero es que eso no es una democracia, sino una teocracia: Dios en el cielo y en la Tierra el Papa. Y ellos tienen sus propias normas.
—Ah, ya… Pues por lo visto él no confía mucho en Dios: ha venido escoltado por un caza de la Fuerza Aérea, como si Dios no fuera capaz de proteger a su representante en este mundo. Y el Gobierno ha sacado a miles de policías de otros lugares para protegerlo durante su estancia en Valencia, dejando a los ciudadanos abandonados y en mano de los quinquis y delincuentes.
— ¡Hombre, eso es normal! Es un jefe de estado el que nos visita. Y, como tal, recibe los mismos honores que cualquier jefe de estado.
— ¿Y desde cuándo un jefe de estado entra en un país y monta un tinglado como ese para hacer su campaña política contra el gobierno que le recibe? ¿Tú ha visto que Jorge Bush llegue a España y monte un espectáculo así en una ciudad de las más importantes y comience a criticar a Zapatero por haber hecho lo contrario de lo que él proclama? ¿Va nuestro Presidente a un país árabe a decirles que lo de discriminar a las mujeres y la ablación del clítoris está mal y que deben de castigar a quienes lo hacen?
— Hombre, es que en España somos diferentes. Ya lo decían cuando mandaba Franco. Aquí somos hospitalarios, acogedores y sabemos convivir con personas de otras culturas. Recuerda que en la Edad Media vivíamos juntos y en paz los cristianos, los árabes y los judíos. Ahora no podíamos hacerle un feo al Papa.
—¿Pero no dice la Constitución que España es un país laico? ¿Por qué esa demostración de poder e injerencia en la política que la mayoría ha votado?
—Mira, no le des más vueltas; España sigue siendo católica, y la prueba es que un millón de personas se ha desplazado para recibir a su Sumo Pontífice.
—Un millón de cuarenta millones no es mayoría. ¿Por qué no pagan ellos los gastos que han ocasionado? Ahora el Gobierno descontará de las pensiones a los viejos y a los parados ese montón de millones que ha costado la fiesta del viejo ese. Porque de algún lado lo tendrán que quitar, y eso no se debatió en los presupuestos del Estado, digo yo…
—Hombre, ellos también han sacado dinero vendiendo recuerdos de la visita: fotos pañuelos, gorras, agua embotellada, rosarios supuestamente bendecidos, etc. Es como cuando fuimos a la romería del Rocío, ¿te diste cuenta del negocio que tenían montado allí?
— Sí, pero las obras que se han hecho en Valencia para el escenario, el alumbrado, la seguridad, las retransmisiones en la cadena pública de radio y televisión, los pañales…todo eso lo pagamos entre todos, aunque muchos seamos ateos.
— ¿Qué dices de pañales? Estás desvariando.
— ¡¿Cómo?! ¿No te diste cuenta de que el Papa caminaba encogido y con las piernas abiertas? ¡Los dodotis, hombre! El pobre hombre no puede dejar la misa ni la ceremonia de apertura para ir al cuarto de baño, no; es un viejo de 78 año, y a esa edad las personas sufren de incontinencia y se mean en lo calzones patas abajo si no hay un retrete cerca. Pues hasta eso lo pagamos nosotros. Al pobrecito lo han tenido de un lado para otro, de recepción en recepción; luego hizo los discursos, el teatro, la Caballé… Y durante todo ese tiempo él sin moverse, con las manos juntas sobre el vientre, aguantando… Y entre tantas miles de enfermeras no había ninguna para atender al Papa.
—No son enfermeras, son monjas.
— ¿Sí? Pues yo creía que eran enfermeras. Como llevan la toalla esa por la cabeza igual que ellas… Y mientras tanto, toda la ciudad patas arriba, sin autobuses y sin metro, las calles cortadas al tráfico… Menos mal que ya se fue el hombre.
—Bueno, hombre, por unos días que recibimos a las familias más buenas y honestas de España, no te vas a poner a llorar, ¿Verdad?
—¿Las más buenas? ¿Por qué? ¿Porque no joden como las demás? Pregúntale al Beni, que ha pasado toda la noche barriendo la zona en que han pasado la noche. ¡Estaba todo el suelo lleno de condones!
—Muy raro eso que dices; ellos son del OPUS, y practican la castidad hasta el matrimonio.
—¡Opú, opú, opú, debían decir ellas cada vez que le empujaban el pajarito para adentro! Menos mal que ya pasó todo y que el Papa se fue, que si no, se quedaban todas las jóvenes de Valencia preñadas.
— Sí, se fue muy rápido: llegó al avión, saludó un instante y enseguida despegó el aparato.
— ¡Claro! Él estaba deseando llegar a su casa y sentarse delante del televisor para ver el partido entre Italia y Francia. El tiempo justo de llegar, lavarse y quitarse la mugre de los dos días de trasiego, curarse las heridas, comer, echarse una siestecita, que es una costumbre exportada al Vaticano por los Obispos y embajadores españoles, y luego, a las siete, ver el partido.
— ¿Pero tú estás loco?, ¿de qué heridas me hablas?
— ¡Hombre…! Le dieron una paliza soberbia, lo he visto en la televisión y lo oí en mi Mp3. Por todas partes que iba el Papa: en el estrado, en la catedral, en la estación del metro… siempre tuvo su espalda cubierta de cardenales…
— Muy gracioso, hombre. Y ¿qué más has visto en televisión?
— Que el pobre se creía que era un monstruo del espectáculo, como la Madonna o Shakira. ¿Lo viste con los brazos en alto saludando al público desde el escenario, mientras la multitud gritaba “A por ellos, oeee. A por ellos, oee ”? Apenas un par de centenares aplaudieron. No se le ocurrió hacer lo mismo que Shakira en el estadio de Berlín: cantar mientra movía el culo frotándoes contra las ingles del negro. ¡Eso sí que hubiera sido un éxito! Ver al Papa bailar y mover el trasero pegadito al cuerpo de un negro fuerte como el Makelele y contemplar, absorto, cómo se elevaba del suelo mirando hacia el cielo y bendiciendo a la multitud. Pero no, no hacía más que elevar los brazos y sonreír, con la cabeza un poquitín inclinada, no sé si vigilando por si se le salía la orina por debajo de la sotana o porque tenía daños en las cervicales.
— ¡Venga, paga ya y vámonos! ¡Qué falta de respeto, por Dios! Hay que respetar las creencias religiosas de los demás, ¿aún no te has enterado?
— ¿Sí? Y la mía qué, ¿Quién la respeta? ¿Quién me ha preguntado si quiero que venga ese señor aquí a molestarme durante más de una semana sin poder conducir ni ir a trabajar por causa de los cambios originados por ese viaje y sin poder ver un programa de televisión en que no salga él en las noticias?
Están todo el año pidiendo dinero para las ONGS que trabajan en condiciones infrahumanas en Hispanoamérica, India, África... y resultan que se gastan más dinero en este viaje que el que reciben todas ellas juntas. ¿De qué me vale poner una X en la casilla de “Fines Sociales” en mi declaración de la renta, si luego pagamos todos esos viajes aunque seamos ateos o no creamos en Dio?
—Es la misma cosa: ateo es aquél que no cree en Dios.
—¡Venga ya, hombre! Te juro que ya no iré más a votar por ningún parásito de esos que nos gobiernan sin pedir tu opinión para nada. ¡Venga ya! Camarero, cobre la cuenta que paga mi hermano, que yo he trabajado mucho para que él vaya al colegio. Y que le vayan dando por culo a todos ellos.
FIN
Nota: Mi hermano aún no sabe que la mayor parte de la factura del canal de Tv valenciano fue a parar al PP y por ello hay un proceso judicial abierto.
Tampoco le dije en la última videollamada que mantuvimos la semana pasada que, según se ha publicado en la prensa, la visita del Papa a Barcelona nos cuesta 800 mil euros la hora, un total de unos 50 millones de euros, y que el Presidente socialista que él suele votar va a acudir a Barcelona para recibir al Papa.
http://www.diariodecadiz.es/article/sociedad/802582/colectivos/criticos/con/papa/se/movilizan/contra/su/visita/barcelona.html