El Palacio Provincial fue ayer el marco elegido para la presentación del libro Del rojo al negro, de Pepa Zambrana y Fernando Romero.
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jueves, noviembre 04, 2010
DEL ROJO AL NEGRO
El Palacio Provincial fue ayer el marco elegido para la presentación del libro Del rojo al negro, de Pepa Zambrana y Fernando Romero.
lunes, noviembre 01, 2010
GRAZALEMA Y SU ENTORNO
Desde hace muchos años, tengo por costumbre celebrar mi aniversario pasando el día fuera de casa en el mar o en la montaña, y aunque ya había estado una vez en Grazalema tomando café, de paso hacia El Bosque, no la conocía al detalle. Hoy hemos realizado, mi esposa y yo, ese viaje.
Grazalema es uno de los llamados “Pueblos Blancos” de la Sierra de Cádiz. Cuenta con poco más de 2200 habitantes y está casi permanentemente invadido por los turistas, que llegan en autocares y vehículos propios por centenares, dando un tono variopinto a sus casitas blancas.
Se halla a 142 km. de la capital, que a mí me parecieron más porque me pasé de largo en un cruce gracias a la eficiencia de la Junta de Andalucía, que está por la labor de escatimar indicaciones. El pueblo está a más de 800 metros de altitud, lo que le convierte en uno de los municipios más altos de la provincia. Se da la curiosa circunstancia que a pesar de estar en una zona cálida y seca, es el lugar donde más llueve de Andalucía, con una media de 1962 mm. de lluvia al año. El pueblo está dentro del denominado Parque Natural de Grazalema. El paisaje es precioso, las imponentes montañas eran cuna de bandoleros, refugio de maquis y paso de contrabandistas de tabaco, hojas de afeitar y azúcar procedente de Gibraltar.
Mientras fotografiaba las majestuosas cumbres y admiraba el vuelo de los buitres, imaginaba a las partidas de bandoleros que habitaban en la zona, como la de José María el Tempranillo, que asaltaba caminos y robaba diligencias para repartir luego el botín con los pobres.
En las afueras del pueblo he podido ver y fotografiar los restos de una calzada romana.
He pasado un arroyuelo seco, cerquita del punto donde nace el río Guadalete, el mismo que el pasado año inundó la campiña de Arcos y Jerez, obligando a abrir las compuertas del pantano para evitar males mayores.
En el Parque Natural de Grazalema se cría una especie de abeto único en Europa: el Pinsapo, cuyo bosque “El Pinsapar”, recibe anualmente la visita de miles de turistas de toda Europa.
A Grazalema se le conoce una época brillante a causa de sus industrias de mantas y paños. Aún hoy, los turistas pueden ver en las tiendas Ponchos, bufandas y mantas de creación artesanal. Grazalema, según he leído, es la traducción del antiguo nombre árabe “Gran Zulema”.
Sus actividades tradicionales han sido casi abandonadas, siendo actualmente la industria más importante la del turismo vinculado a la declaración del Parque Natural Sierra de Grazalema. Me he cruzado con varios grupos de deportistas practicando el senderismo y la bicicleta de montaña. También he visto una zona de acampada y recreativa, y rótulos indicando el acceso a la zona reservada a la práctica del parapente.
No puedo olvidar mencionar sus producto gastronómicos: el queso, los embutidos, la carne y la miel.
No sé si es por la edad, pero yo ahora encuentro más práctico y más rentable comprar estos productos para degustarlos en casa con la familia y los amigos, que las tarjetas postales y tazas marcadas con el nombre del pueblo.
Me he comprado también un bastón para ayudarme a caminar por el monte como todo buen senderista, imitando al entrañable Labordeta, y he hecho muchas fotos para compartirlas con ustedes.
Comimos al aire libre en la plaza, entre el Ayuntamiento y la iglesia. A la sombra se agradecía la cazadora; al sol, molestaba.
Creo que la hostelería local no valora o no sabe valorar la importancia del turismo. Quizás ven tal afluencia de público forastero, que creen que se pueden permitir el lujo de menospreciar al cliente. No piensan, porque saberlo lo saben, que el cliente puede salir descontento del servicio recibido y tomar la decisión de no volver a utilizarlo en futuras visitas al pueblo, marchándose a comer a otros lugares de los que, afortunadamente, abundan en la Sierra de Cádiz.
1ª No se puede uno sentar en una terraza del restaurante, hacer el pedido elegido y esperar 50 minutos a que le sirvan. ¡Un solo camarero para una docena de mesas con medio centenar de comensales habiendo 240 parados en Grazalema y un porcentaje tan elevado de desempleados en los pueblos de la provincia!
2ª Si te han dado una carta para elegir, en la que se indica el precio de cada plato, no se puede redondear la cuenta con varios euros de más, porque se da la circunstancia de que el cliente generalmente sabe leer y contar, y sabe lo que le cuesta lo que come.
Eso sí, doy fe de que la comida estaba riquísima, o tal vez me lo pareció por estar hambriento después de llevar casi una hora esperándola, el tiempo de bebernos dos o tres cervezas cada uno a palo seco. No quisimos esperar otra hora más a los postres y nos fuimos a tomarlo a otro sitio. El pueblo me ha gustado mucho y seguro que volveré; pero a comer iré a una venta que hemos descubierto al regresar, cerca de Algodonales.
viernes, octubre 29, 2010
MARCELINO CAMACHO
El rosal rebelde que emergió entre un mar de arbustos, zarzas y yerbajos, que resistió desafiando a los vientos, al sofocante calor veraniego y a los hielos del invierno, que intentaron en vano absorber su savia hasta secarlo, molestos porque su aroma traspasaba muros, rejas y cercados, y observaban, impotentes, cómo sus rosas adornaban los saloncitos de viviendas de protección oficial y los vestuarios de las fábricas, ha caído esta madrugada agotado por el esfuerzo y dedicación empleado en alegrar la vida en los humildes hogares.
Es cierto que existen otros rosales que se venden con mucho éxito porque son cultivados en serie y protegidos en invernaderos; pero esos son frágiles, viven a base de abonos, y sus rosas no tienen aroma ni perduran porque son híbridas.
FUISTE UN LIDER, MI LIDER. JAMÁS TE OLVIDARÉ
martes, octubre 26, 2010
¿POR QUÉ NO TE CALLAS?
Obra de la artista Liliana Lucky http://lilianalucki.blogspot.com/
Caminando por la ciudad esta mañana, la tristeza me ha saludado desde los rostros humillados, avergonzados diría yo, que me cruzaba en el camino.
Una anciana de piel pálida y cuarteada y una mujer de cuarenta y pico, bien vestida, rebuscaban en los cubos de basura los deshechos del supermercado al lado de un hombre que llenaba un capazo colgado en su bicicleta.
No eran rumanos pobres, ésos se ganan la vida pidiendo en la entrada de las tiendas, en los aparcamientos y las iglesias. No eran los comunes indigentes que duermen sobre cartones en los portales y cajeros, prefiriendo pasar hambre en libertad antes que someterse a las reglas del mercado. Tampoco parecían desempleados de los que llenan los bares mientras ven el Real Madrid en el Canal + tomando cortitos de güisqui con sevenap o coca cola, ni formaban parte del grupo que incomprensiblemente vive permanentemente con sus chapuzas y un subsidio miserable de 400 euros, sin privarse de nada.
No; éstos eran diferentes. Son las víctimas de una estrategia empresarial auspiciada por la derecha que crea la crisis y trata de aprovecharse de ella para obtener más beneficios, dejando a millones de personas ya maduras en la calle después de muchos años de trabajo y de haberles inducido el sueño de que podían tener una casa, formar una familia y mirar de frente al futuro.
Son personas que perdieron sus trabajos y agotaron sus prestaciones, o personas que se vieron abocadas a cerrar sus negocios y se quedaron en la ruina y deben hacer frente a las hipotecas y desahucios, a la crianza de los hijos, a los gastos de colegio y de farmacia; a la luz y el gas, que no cesan de subir sus tarifas…
Pero no deberíamos callarnos ante esta situación en que peligra no solo nuestro bienestar sino el de nuestros descendientes. Porque «¡Si nos calláramos, gritarían hasta las piedras!» (Evangelio de S. Lucas, cap 19, 40).
domingo, octubre 24, 2010
LAS CANICAS, LAS «CUQUIS», Y EL NOVIO TONTITO DE MAMÁ.
Al escritor Alfonso Ussía lo conocía por sus apariciones en algún periódico, la radio y la televisión, donde imitaba a personajes famosos y contaba anécdotas graciosas; pero no había leído ninguna novela suya.
Ésta que comento es la 8ª entrega de la saga del marqués de Sotoancho, la última que ha publicado.
ARGUMENTO:
El marqués se prepara para participar en el acontecimiento deportivo más importante de su vida. El año anterior había cosechado un estrepitoso fracaso, por eso ahora se busca un entrenador y se dedica a practicar y hacer ejercicios: carreras de fondo, abdominales, lanzamientos de bolas; alimentación adecuada… Incluso acude con su chófer a un famoso salón de masajes para que le tonifiquen los músculos.
Es comúnmente aceptado que todo deportista de élite debe sacrificarse para estar en forma y, consecuentemente, el marqués de Sotomayor no bebe, no fuma, no fornica, se acuesta pronto y se levanta temprano durante el tiempo que dura el entrenamiento.
El enorme sacrificio que realiza el marqués se nota en la Bolsa, pues las acciones del Viagra se precipitan.
Él sabe que debe estar concentrado en la competición y no pensar en nada más; pero los empleados del cortijo parecen que no lo entienden así y constantemente le buscan problemas: su madre, una anciana de 90 años, un poco más para allá que para acá, decide súbitamente enamorarse de su primo Pochito, quien desde que nació, noventa y cinco años antes, es tonto de verdad. La marquesa-madre se quiere casar con él para heredar su hacienda. El marqués también debe proteger al cura de su tío, que intenta meterle mano, lo mismo que a su mujer.
En un momento dado, y encontrándose sola porque todos los empleados con el marqués a la cabeza están buscando por la finca a la esposa del conserje, la señora marquesa-madre, cansada de tocar la campanilla para que la atendieran, exclama malhumorada: «Lo que faltaba, con más de cien criados en la casa y tengo que reventarme de trabajar y hacerlo yo», y coge la botella de la mesita que tenía al lado y se sirve ella misma la copa de ginebra que necesitaba.
La esposa del marqués, una despampanante y rica venezolana de 30 años de edad, que está profundamente enamorada de él, a pesar de que la doble largamente en la edad, se entera de que su doncella le roba las bragas y los tangas negros. La criada se ha puesto el tanga para incitar al conserje y consigue llevárselo a la cama. La esposa del conserje la persigue con una escopeta por toda la finca. Y el marqués, que intenta concentrarse en el acontecimiento deportivo que tendrá lugar la siguiente semana, debe salir de noche con una cuadrilla para detenerla.
La noche antes del concurso, debe salir con otra cuadilla para detener a unos cazadores furtivos que están matando a sus ciervos. ¡Así no hay manera de concentrarse!, y cuando, tras recorrer doscientos kilómetros en su lujoso coche inglés, llega al lugar donde se celebra la competición, el marqués está muy alterado y nervioso.
Llama por teléfono al cura que vive en su cortijo para que reúna a todos los empleados en la capilla y hagan oraciones a Dios para que le ayude a alzarse con el premio. El cura acepta a cambio de que el marqués le suba el sueldo.
Y tiene suerte: uno de los participantes, el mismo que el año anterior se llevó el premio, ha faltado a la cita porque ha muerto unos días antes. Un competidor menos; eso le da ventaja. Además, a sus setenta años es el más joven de los aspirantes.
El premio en litigio es una bola de oro macizo del tamaño de una pelota de tenis, y el título de “Campeón Mundial de Lanzamiento de Canicas sobre Alfombra”.
El juego consiste en poner la bola del premio en un extremo de la alfombra, situarse a 8 metros y lanzarle una a una hasta diez canicas. La media docena de participantes, llegados de diferentes provincias y países, siguen un escrupuloso turno bajo la atenta mirada de un árbitro centenario, mientras que un secretario un poco más joven, que padece Parkinson, anota las tiradas, los blancos y los fallos de cada uno. El jugador que toque más veces a la bola de oro es el vencedor.
La obra, ambientada en los primeros años de este siglo, es una crítica mordaz a la aristocracia y al sistema feudal que aún sostienen los señoritos andaluces; pero lo hace de tal modo que el lector comienza a reírse en las primeras líneas y ya no puede detenerse.
Es una obra amena, brillante y divertida.
Lo único malo es que ahora, después de disfrutar tanto con la lectura, siento una enorme necesidad de conocer la historia de esta familia desde los orígenes y me veo obligado a comprar los siete libros anteriores. Poco a poco, pero todo se andará.
viernes, octubre 22, 2010
¿PAELLA O FIDEUÁ?
Esta ley natural que estudiamos en la asignatura de Física la ponen en práctica nuestros gobiernos cuando sus intereses están en juego: cuando los ministros están quemados y no ven soluciones se transforman y cambian sus fríos trajes de Armani en sugerentes vestidos, intercambiándose las carteras como si fueran cromos. Al final todos usarán los mismos ingredientes para cocinar las crisis, pero con estas pequeñas variantes conseguirán darle otro sabor. Y de este modo satisfará a sus clientes durante un tiempo, el suficiente para mantener el chiringuito abierto hasta las nuevas elecciones.
Pasa lo mismo que en ciertos restaurantes valencianos: cuando notan que sus clientes se cansan de comer “paella”, les ofrecen la “fideuá”.
Ya les mostré hace un mes la receta de la "Paella de mi Carmen"; hoy les pongo la “Fideuá de Daniel”, mi yerno. Luego me dicen si tengo razón en lo que digo sobre el Presidente y sus ministros.
LA FIDEUÁ DE DANIEL
INGREDIENTES:
Aceite, ajo, cebolla, 1pimiento, pimentón dulce, tomate natural triturado, pescado desmenuzado (tintoreta, emperador) gambitas, gambones, choco, mejillones, fideos.
Previamente se pelan las gambas. Una vez peladas se coge una cacerola y se hierven las cáscaras para hacer el caldo.
Mientras tanto en la paellera, o en una sartén grande, se sofríe un poco la cebolla, 1 diente de ajo y 1 pimiento; luego se añade el pescado, las gambitas y el choco. A eso se le añade una cucharadita de pimentón dulce y tomate triturado, se remueve todo mientras se sofríe y luego se le vierte el caldo de las gambas.
Echar un poco de azafrán.
Tener la paellera al fuego durante cinco minutos para que se ablande el choco
Echar los fideos (250 gr. para cuatro personas).
Existen en el mercado unos fideos especiales para la fideuá. Si no se encuentran, usar fideos gruesos del número 4.
Dejar al fuego hasta que se consuma el caldo.
Un poco antes de terminarse de hacer, echar por encima unos cuantos mejillones, para adornar. Se sirve colocando en el borde del plato un poco de ajoaceite, esto último es opcional.
Mientras se acababa de hacer la fideuá, Daniel nos puso unos entremeses de mejillones al vapor con perejil y limón, que mi familia y yo acompañamos con un vino de Albariño, "Conde de Albarel", y cervezas.
El resultado de la fideuá será el de la foto.
Daniel es un chico muy trabajador y apañado, lo que se dice "un manitas": En las fábricas de azulejos es hornero de profesión desde hace veinte años, pero también conduce tractores y máquinas elevadoras, hace churros y cocina de maravilla. A pesar de eso está en el paro. Ya dije en mi anterior entrada que por mucho que te afanes, el puesto de trabajo no depende de ti.
¡Cuanta experiencia y habilidades se están desaprovechando en este país!
Y esta de abajo es la paella de Carmen: Les dije que nos faltó adornarla por encima con los mejillones, porque era día festivo y no pudimos comprarlos; pero imagínense unos mejillones adornando la paella y díganme en qué se diferencia un plato del otro. En que uno lleva fideos y el otro arroz. Y el PP se diferencia del PSOE en que uno lleva como símbolo una gaviota y el otro una rosa; en jodernos a los trabajadores con recortes y demás, van de la mano.
martes, octubre 19, 2010
CAPITALISMO SALVAJE
He tenido un mal sueño, una pesadilla. Con mucho dolor he visto cómo morían proyectos, ilusiones y sentimientos. Al igual que Penélope, hemos destruido en poco tiempo el trabajo realizado durante más de cincuenta años.
Hemos perdido. Con la llegada del otoño, un tornado liberal ha cruzado Europa, arrollando el estado de bienestar que tanto costó conseguir.
Hemos perdido nuestro derecho al trabajo y nuestra dignidad como trabajadores para defenderlo. El trabajo es escaso y malo, inseguro, mal retribuido, con demasiados deberes y sin apenas derechos. Hemos perdido el derecho a tener una jubilación tranquila, sin sobresaltos ni amenazas, sin recortes sobre lo pactado hace años entre todos.
Hemos pasado del derecho a tener una vivienda a ser esclavos de ella, hipotecados de libertades y sueños durante toda una vida.
Hemos perdido el sentido de la solidaridad y vivimos empujados por la necesidad de tener un puesto de trabajo, aunque para ello deba uno prostituir su integridad, su dignidad como persona, pisando incluso a los amigos y compañeros si es necesario para lograrlo.
Hemos perdido la confianza en sí mismo, pues, por mucho que valgas como persona y por mucha eficiencia que demuestres en tu trabajo, nada te garantiza el futuro: no depende de ti.
Se ven caras tristes, falsas sonrisas, la procesión va por dentro de la mano de los problemas acuciantes que acompañan a las familias.
Hemos perdido el derecho a ser representados, puesto que todo tiene un precio y el poder fabrica los billetes.
Vemos como se nos pide trabajar más y ganar menos, nos recortan salarios, pensiones y subsidios de desempleo mientras se gastan 50 millones en recibir al Papa.
Hemos perdido la franqueza. Cada persona es un enigma. No se confía ciegamente en el amigo sin antes estudiar sus consecuencias, sin meditar los pros y los contras. Ya no soy capaz de pensar en voz alta, ni veo esa solidaridad que conocí entre compañeros hasta finales de los años 80, cuando alguno de entre ellos era objeto de una injusticia y todos lo defendían a capa y espada. Ahora lo dejan solo y justifican sus conciencias diciendo “Él se lo ha buscado”, incluso alegrándose de que no ser ellos los caídos en desgracia.
Hoy me he levantado triste, han muerto muchas cosas de golpe y la soledad me abruma.
Hoy, hasta los besos mueren de tristeza.
lunes, octubre 18, 2010
Las inquietudes de Shanti Andía.
Hoy os quiero hablar sobre el último libro que he leído: Las inquietudes de Shanti Andía.
Es el primero que leo de Pío Baroja, y si al principio me parecía algo pesado, por las extensas descripciones que contiene, luego supo atraparme y llegué al final casi sin darme cuenta.
El autor hace gala de un estilo cautivador que logra que se sienta, que se vea y se viva cada lugar o sensación de las que describe. Como ejemplo muestro su descripción de la acción del mar en la costa vasca.
El libro nos cuenta la historia de Shanti, (Santiago) Andía, un vasco de acomodada familia que en su adolescencia es enviado a la escuela naval de San Fernando, en Cádiz, para estudiar y convertirse en capitán de navío.
Durante su estancia en Cádiz se enamora de una chica, hija de su anfitriona, una señora muy rica y poderosa, que, descontenta con el rumbo que toma la relación, logra a través de sus influencias que envíen al joven enamorado lejos de Cádiz, pues ha concertado para su hija un matrimonio con un marqués, que la dobla en edad.
Santiago, hundido en el desamor, se embarca en un buque velero que lo llevará a Filipinas e Hispanoamérica, lejos de su patria durante varios años, y, siguiendo la saga de sus antecesores, se convertirá en el experto capitán de un buque de una compañía inglesa.
Durante todos esos años no olvidará a su amada, y cuando regresa a España dirige su barco rumbo a Cádiz. Ella ya se ha casado con el marqués, al que odia. Ella irá a buscarle y ambos se citan varias veces para entregarse con locura, hasta que son descubiertos por el marqués, que golpea al joven enamorado con el guante en la cara y lo desafía a pistola en una desierta playa. Shanti es herido gravemente y llevado a su velero, que zarpa de Cádiz rumbo al norte.
Conocerá una vida aventurera en la que se enfrentará a los piratas en las costa de Somalia (¿les suena?), a motines de su tripulación, a traficar con esclavos y enfrentamientos con las fragatas inglesas que perseguían ese tráfico. Encarcelamientos, ejecuciones y fugas de prisioneros se suceden en la obra. No puede faltar la búsqueda del tesoro escondido por su anterior capitán en una desierta playa de la costa africana antes de ser apresado por los ingleses, y los enfrentamientos con los marineros de su antigua tripulación, que también habían ido a buscar el tesoro y dirigían las tribus que vivían en los alrededores.
Todo ello me hizo recordar las obras de Emilio Salgari que leí en mi juventud y me inculcaron el amor por los libros.
De regreso a la casa familiar, Santiago se enamora de una joven, Mary, que vive con su padre en una casa arrendada, propiedad de su familia. El inquilino resulta ser su tío, a quien habían dado por muerto en la cárcel años antes y todo el pueblo celebró sus funerales. Se había escapado y adoptado el nombre de otro personaje.
Otro personaje, el hombre más rico del pueblo, se enamora también de Mary y, decidido a hacerla suya, llega a ordenar matar a Santiago para eliminar la competencia. Pero el padre de la chica, antes de morir, le envía a aquél un sobre lacrado con una terrible noticia: la chica es su hermana.
Como dije antes, el libro va in crescendo a medida que se avanza en la lectura y uno lamenta que llegue el final. Es un canto también a Lúzaro (actual Leketio), el pueblo que lo vio nacer, del que cuenta cada detalle desde su fundación por uno de sus antepasados, el conquistador López de Aguirre, y describe maravillas sobre su gente solidaria y valiente, que no duda en salir en una barca, en plena tormenta, a rescatar a los náufragos, hundiéndose con ellos en el intento la mayoría de las veces; nos habla del amor que siente hacia su pueblo, sus costas y montañas, sin olvidar jamás que forma parte de un país glorioso, España, a la que defiende ante todo.
Un libro recomendado para los amantes de aventuras y de nuestra Historia.
sábado, octubre 16, 2010
MARIPOSAS DE OTOÑO
CAROLINA
Sentada en el balcón donde habitualmente se acomoda después de hacer la faena, la abuela llama a su nieta y cuando ésta llega la coge, la abraza, acaricia su carita y le da dulcemente un beso en la mejilla
No hay mayor recompensa para sus desvelos y para calmar la ansiedad que agitaba su corazón al escuchar por teléfono un par de veces por semana su vocecita infantil, que tenerla entre sus brazos, maravillada, y escuchar en vivo su inocente charla. Con la alegría dibujada en su rostro, la abuelita la besa de nuevo y me mira; sonríe dichosa, porque al fin la niña de sus ojos está con ella. Ambos sabemos, todos sabemos lo que la criatura significó para la familia desde el momento de su concepción.
En enero celebrará sus cinco añitos y ello nos llena de alegría por haberse criado tan linda, y nos brinda esperanza en un futuro para ella mejor que el que conoció su madre cuando con valentía decidió enfrentar sus problemas y traerla al mundo para alegrar su vida y la nuestra.
http://ellugardejuan.blogspot.com/2005/10/mi-nietecita.html
Esta madrugada, a las cinco, sus padres y ella se han marchado a su casa, a más de 800kms de la mía. Les espera un largo día de viaje.
Sus puestos lo han ocupado la soledad y la tristeza.
LA ABUELA
Esta mañana temprano
la niña se ha despedido,
nos ha dado cuatro besos,
y en un coche se ha ido.
La abuelita se ha quedado
mirando desde el balcón.
Tiene lágrimas en sus ojos
y destrozado el corazón
"Abuelita yo te quiero.
Ven conmigo a Castellón
para darte mi cariño
y alegrarte el corazón"
Su nieta es lo más bonito
que lleva en el corazón.
Viva como una gacela
y tierna como una flor
"Abuelita yo te quiero.
Ven conmigo a Castellón,
para darte mi cariño
y alegrarte el corazón"
El reloj siguió adelante,
sin ninguna compasión.
Llegó el cruel momento
de la separación.
"Abuelita yo te quiero.
Ven conmigo a Castellón,
para darte mi cariño
y alegrarte el corazón"
"No llores más abuelita,
porque pronto volveré.
No llores más abuelita...
Yo te daré muchos besos,
y en tus brazos dormiré"
sábado, octubre 09, 2010
EL SOL QUE ME ALUMBRA
¡Estúpido Sol! No sabe que mi nieta alumbra más el alma y corazón de esta familia que todos los soles del universo juntos.
La escena de anoche con mi niña sentada sobre mis rodillas, riendo mientras miraba un video de la Ardillita, y de pronto volverse a mirarme fijamente con sus grandes ojos para decirme sin venir a cuento: «Abuelo, yo te quiero mucho», quedará grabada en mi corazón, brille el sol o no, para el resto de mis días.
Se durmió en mi cama abrazada a su abuela, mientras ésta le contaba un cuento. Yo las dejé solas y me fui a dormir a otra habitación. La abuela no ha pegado ojo en la noche, observando su acompasada respiración, poniendo los labios en la frente para tomar su temperatura y atenta al menor estornudo o tosecilla, no sea que el largo viaje desde Castellón la haya causado algún daño.
Durante una semana al menos estaré muy ocupado disfrutando de su compañía, y entraré poco en mi blog y los vuestros; os ruego me disculpéis. Gracias.