Mi lista de blogs

lunes, junio 26, 2023

LA FÁBRICA CITRÖEN , PARÍS, AÑO 1963

 

Yo intentaba pues hallar trabajo por todos los medios. Sabía por los periódicos que  la Citröen contrataba personal permanentemente, pues el trabajo era de  tal dureza que la gente entraba por una puerta y salía al poco tiempo por otra. 

Distinta era la fábrica Regie Renault, en ésa, todo el mundo quería trabajar. Había que superar exámenes teóricos en francés. Por ello era tan difícil conseguir un puesto.

Me levantaba a las cinco de la mañana para coger el primer tren del Metro con el fin de llegar de los primeros a la plaza y coger  sitio en las filas delanteras. Todo era en vano: cuando llegaba, tras cuarenta minutos de trayecto, encontraba una escena deprimente: varios centenares  de  personas  ocupaban la plaza, empujándose unas a otras para situarse  delante de la puerta de la oficina de contratación, donde habían instalado una especie de ring de madera de unos cuatro metros de lado, con su barandilla de cuerdas incluida. Observándolo desde lejos, empinado sobre mis zapatos, me preguntaba para qué servía. Pronto tendría la respuesta:

A las nueve de la mañana en punto se abría una puerta del edificio y salían tres o cuatro hombres muy bien vestidos, parecían que iban a una fiesta en vez de a contratar personal. Súbitamente, la multitud se agitaba empujando y gritando con el brazo alzado mostrando su documentación en la mano. Uno de los ejecutivos de Citröen llevaba un megáfono y anunciaba: «Solo vamos a contratar a cincuenta personas, es inútil permanecer ocupando la plaza todo el día, dificultando la circulación. Por ello, una vez terminada la selección, deben  despejar la plaza.»

Mientras decía eso, los otros observaban y elegían los candidatos entre la gente ansiosa y alterada que tenían delante. De pronto señalaban a uno de ellos, casi siempre el más alto y fuerte, y le decían: «Tú, acércate si quieres trabajar». Y el señalado se abría paso a codazos, empujones y hasta puñetazos para llegar hasta el estrado. Algunos aprovechaban el hueco que iba dejando tras él para seguirle y avanzar unas filas. Los demás le miraban con envidia y esperaban tener la misma suerte.

Cuando el elegido subía hasta el estrado, uno de los empleados de la fábrica le cacheaba, le sobaba los músculos de los brazos y piernas, le miraba la dentadura, le preguntaba la edad y el nombre, y finalmente diagnosticaba: «Este es bueno para  la planta de fundición».

Después señalaban a otro y le invitaban a acercarse. La operación se repetía hasta alcanzar el cupo de los 50.    Conseguido esto, los directivos se iban y cerraban la puerta. A los pocos minutos aparecía un camión de los antidisturbios provisto de un cañón de agua dirigido a la multitud. Así despejaban la plaza.

 

Desolado ante el trato que se dispensaba a los emigrantes, propio de los tiempos de la esclavitud, pensé seriamente en volver a España a recuperar mi puesto de trabajo, aunque hubiese de realizar el servicio militar, algo  que me angustiaba, pues mis hermanos me habían asegurado que en los cuarteles, en vez de hacerte un hombre de provecho, tal como todo el mundo anunciaba, te hacían sufrir sin necesidad y te robaban media vida.

Aprovechaba la mañana  para visitar la zona. Muchas fábricas rodeaban a la Citröen, proveyéndola de componentes. Justo al lado había una  fábrica de neumáticos, envuelta en vapor y despidiendo un fuerte   olor a goma quemada, que convertían el aire fresco y matinal en irrespirable. En ella trabajaban dos amigos procedentes del mismo pueblo que yo: Dolores y su novio José el Negro. A las doce disponían de media hora para comer y ellos salían y comentábamos lo sucedido en la puerta de la Citröen. Ellos me animaban siempre: «Otro día tendrás mejor suerte, Juan. Tienes que madrugar más para estar en primera fila». 

Al día siguiente me levanté a las tres de la madrugada y cogí un taxi. No sirvió de nada: cuando llegué, la plaza estaba a tope. Muchos emigrantes llegaban a París y se dirigían directamente a la plaza Balard cargados con sus maletas, y se sentaban sobre ellas delante de la fábrica. Los candidatos eran portugueses, polacos, yugoslavos y españoles. A  quince metros a la derecha de la puerta principal había otra puerta bajo un cartel en letras grandes que decía: «Solo para africanos», y una multitud de negros y árabes pernoctaba ante  ella.

 Un día, ¡por fin!, fui invitado a subir al estrado. Fue gracias a Dolores. Ella cambiaba de turno, y después de cenar con  ella y José en su habitación (me ayudaron mucho mientras estuve sin empleo) me dijo:

—Yo entro a trabajar a las once. Si quieres,  me acompañas a la fábrica de neumáticos y te quedas luego en la plaza Balard hasta que abran los de la  Citroën.  ¿Te parece bien?

—De acuerdo.

 ¡Qué largas se me hicieron las horas sentado en medio de la neblina en la acera de la factoría!

 Para acompañar a Dolores estrené una cazadora de ante, color marrón, que había comprado en Cortefiel por un elevado precio, a pesar de beneficiarme de las rebajas de enero. Ese día yo estaba en primera fila, frente a las cuerdas del ring, y cuando salieron los directivos una avalancha de gente me empujó contra ellas. Yo apenas podía moverme. Entonces los directivos me señalaron y entré pasando el cuerpo entre las cuerdas y rozándome con ellas. Estaban impregnadas de alquitrán y salí con mi cazadora llena de rayas negras y las manos pringadas.

Después de sufrir el manoseo del experto en esclavos, entré en una oficina para un examen médico y firmar el contrato y los documentos necesarios para obtener el permiso de trabajo y la tarjeta de  la seguridad Social. Cuando  mostré al jefe de personal los documentos que acreditaban  mi profesión y mis estudios se echó a  reír. Luego, despectivamente, me dijo:

—Los puestos de trabajos cualificados son para los franceses.

—¡Pues que se queden los franceses con la fábrica!  —le espeté.

Recogí  mis documentos y me fui de allí sin mirar atrás. Esa noche, regresé a la rutina de antes: mercado y periódicos. La  Suzi  me ayudó a escribir en francés una solicitud de   trabajo y yo la copiaba y la enviaba a todas las empresas que ofertaban trabajo para  soldadores en los periódicos. Me salía más barato que los billetes de Metro necesarios para ir a visitarlas. Total, si iba solo no iba a entender la respuesta

 Del libro “Carretera y manta. Memorias de un emigrante español retornado”  

https://www.amazon.es/CARRETERA-MANTA-MEMORIAS-EMIGRANTE-RETORNADO-ebook/dp/B08V1GZLCX

domingo, junio 18, 2023

EL REPOSO DEL GUERRERO



La pasada semana, cuando el viejo aparato de música se negó a funcionar, nos preguntamos con tristeza, Carmen y yo, qué íbamos a hacer con el medio centenar de cassettes que guardamos desde hace cincuenta años. Una de ellas contiene la grabación de 1975 en la que yo le contaba un cuento a mi hijo mayor, de tres años de edad.

Fuí a buscar un nuevo aparato a Carrefour y a un par de tiendas de electrónica, pero los radiocassettes no se venden ya,  y en en una de ellas incluso se rieron de mí:

« Es usted muy anticuado, caballero. Estamos en el siglo XXI, la era digital».

Pues Amazon no me ha fallado y, desde el momento en que la pedí, en 24 horas me la llevaron a casa.

Este pequeño aparato tiene conexíón para auriculares, conexión VHS para escuchar música enlatada en pendrives. Arriba, tiene el lector de Cd´s, y en el frontal, la radio y el lector de cassettes.

Y aquí hemos pasado la mañana  al fresco escuchando tranquilamente música española. ¡Se oye de maravilla!

¡Y  mi Carmen desborda hoy ternura hacia mí! A ver qué pasa.

https://youtube.com/shorts/uGGSnEP787o?feature=share 


viernes, junio 16, 2023

EL SR. GONZÁLEZ LLEGA TARDE PARA COMER.

 


¡Buenos días amig@s! Vamos a por el viernes con alegría

El tío José González, que llega tarde a comer, la familia está hambrienta esperándole.

   ¡Pero cómo has tardado tanto!, ¿Dónde estabas? — dice su esposa

   En el sicólogo, que me ha quitado las ganas de fumar.

— ¡Pero si estás fumando

— Ya, pero sin ganas.

El niño se niega a comer. Dice que ya está harto de que le pongan donuts en el desayuno y el padre, conciliador,  le dice a la madre:

   María ponle un  huevo frito al niño.

El niño:

 —¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!.

 Al terminar de desayunar el González agarra de la mano  a su hijita de 5 años y la lleva a su oficina para presentársela a su jefe y para que vea el despacho dónde él trabaja. La niña entra en la oficina y se echa a llorar

  ¿Pero qué te pasa niña, por qué lloras? —pregunta el jefe.

  Porque no no veo  a los payasos que dice mi papá que trabajan

con él .

El jefe mira con ira a su subordinado y le dice:

  Ya hablaremos sobre esto. Cada día se parece usted  más a un calcetín

— ¿Un calcetín, yo..?

  Sí, solo sirve para meter la pata

 Perdone, jefe es que tengo un grave problema. Anoche fui a ver a un abogado.

  ¿Y cómo le fue?

 Ahora tengo dos problemas.

 ¡Está usted loco, señor mío!

  ¿Loco yo? Yo me veo muy saldable.

 ¿En qué lo nota?

En que por la calle todos me saludan

Usted no sirve para nada, solo hace reír a su compañeros cada vez que tropieza y se cae por las escaleras. Señor González:¡Váyase!

martes, mayo 23, 2023

MI PROGRAMA ELECTORAL

 ¡Buenos días, amig@s!

Harto de escuchar tantas estupideces, harto de que en la campaña electoral se hable del programa del Gobierno, de la ETA, que ya no existe, de viajar gratis por toda Europa mientras aquí yo, por ejemplo, llevo ocho meses esperando me visite el especialista en Reumatología, he aceptado la invitación del partido YLHM (Yo lo hago mejor) a participar anoche en un mitin en mi barriada.

Los nervios me atenazaban y, además, una hora antes caí atrapado por la verborrea del Ratón en el bar. Cuando me di cuenta, había llegado la hora de lanzarme al ruedo, perdón, de subirme al estrado, y llevaba una docena de copas de manzanilla.

El polideportivo estaba lleno a rebosar, la gente se movía inquieta en su asientos y no sé por qué la dirección del partido en la ciudad me miraba con ojos de mala leche. Al terminar el acto, un periodista de un diario local me enseñó las notas que había tomado de mi discurso y me pedía las firmase:

“...Y a esos agricultores que llevaban un mes pidiendo ayudas para la sequía y ahora que se las iban a dar cambian de opinión y las piden contra las inundaciones y el granizo, les prometo ayudarles cuando se pongan de acuerdo, porque no se puede estar en misa y repicando”.
Ayer la desgracia atacó a los ciudadanos del sudeste español, concretamente en Almería, donde cayeron dos litros por metro cuadrado, causando la muerte de 124 personas en una hora.
Ucrania va ganando por goleada, pero nosotros no vamos a permitir el racismo en los combates. Todo aquél que lo manifieste será expulsado del campo de batalla y se le impondrá una multa de 4000 euros.
La ley será igual para tod@s, aplazaremos la entrada en prisión a todos los condenados que aleguen que están enfermos, independientemente de que se trate de un líder político de guante blanco o de un camello callejero.
Todo el que tenga una vivienda la cederá a los ayuntamientos para alojar a los okupas. De esa manera ya no serán okupas sino propietarios legales. A los anteriores `propietarios se les concederán ayudas para que viajen gratis por Europa y busquen un alojamiento asequible a sus posibilidades “
Yo no sé si dije todo eso o me está manipulando el periodista. Lo único que recuerdo bien es que la gente me abucheaba ( había muchas pancartas de Vox entre el público) y que la finalizar levanté mi copa y grité: ¡Por el Cádiz oé, oé, oé!
Esta mañana me he cruzado con dos vecinas y ni me han saludado. En verdad, y concluyo, la política en vez de unir esfuerzos, divide a las personas



miércoles, mayo 10, 2023

EL MILAGRO

 

Me sentía nostálgico, la ansiedad me consumía. Busqué en un cajón y encontré una pastilla. No estaba caducada y me la tomé. Media hora más tarde me sentía mejor. Fue entonces que noté su presencia y me giré a observarla: ¡Era una joven espectacular!

Ya apenas la recordaba, hacía varios años que no la había visto así, tan bonita, tan joven y decidida.

Me paré a observarla detenidamente: había engordado, eso era evidente, también había aumentado hasta  el doble la estatura de la estatura que tenía última vez que la vi. Su tez sonrosada, lisa  y brillante aun  sin maquillaje, me encantaba; su cabeza,  ovalada y erguida sobre un  elástico y cimbreante cuerpo, ponía la guinda a esa maravillosa criatura que otrora tanto placer me regalaba.

 No hay duda, debo reconocerlo: la pastillita azul hace milagros.

© Juan Pan García


lunes, abril 24, 2023

CUENTOS PARA VIAJAR LEJOS

 


Ayer, Día del Libro, terminé de leer el libro que me trajo desde Torredonjimeno (Jaén) mi amigo  Antonio Gómez Hueso, profesor jubilado residente en la citada ciudad.

El Libro se compone de veinte relatos variados:
El robo de una cruz en un remoto monasterio de Etiopía y su inaudita recuperación, un episodio desconocido de la vida de la gran Billie Holiday, una espectacular partida de ajedrez entre un rey y un soldado musulmán, una moneda que mata a quien la posee, y la continuación de la historia de Eleanor Rigby, el encuentro de Antonio Machado con la señora enlutada, son algunos de los temas de estos relatos, tan insólitos como apasionantes, que nos trasladarán a otras épocas y a otros mundos.

A mí, la verdad me ha atrapado. A pesar de leerlo a ratos, porque tenía otras cosas pendientes, he leído sus 190 páginas durante el fin de semana. Lo podéis encontrar en Amazon

https://www.amazon.es/Cuentos-viajar-lejos-Antonio-G%C3%B3mez/dp/1708641130

jueves, abril 20, 2023

LOS RECORTES EN SANIDAD



Hace unos día al ir a besar a Carmen me tuve que alzar de puntillas porque parecía que ella había crecido. La verdad es que ella sigue midiendo igual que antes, no así yo, que al igual que la ropa de algodón, parece que he encogido.
Cogí cita urgente y fui a ver a mi doctora, pues no era normal que mi Carmen tenga que inclinarse un poco para darme y recibir mis besos.
Lo primero que me preguntó la doctora es esto.
—¿ Y en la cama no coinciden ustedes frente a frente para hacer el amor?
—Po zí. No miramos y todos los órganos coinciden a la misma distancia. Solo los pies no coinciden: los de ella son más largos que los míos.
— Eso tiene arreglo: Va usted a una librería y compra este libro que le enseñará a recuperar los seis o siete centimetros que han perdido sus vertebras al reducirse las almohadillas que las unen y separan. Yo, con los seis minutos que dedico a cada paciente, no puedo explicárselo. Usted se lee todas las indicaciones y luego las pone en práctia.
¡Pasmaíto me quedé, la verdad! En vez de medicamentos me manda comprar y leer un libro. Un libro que no entra en las recetas admitidas por la Seguridad Social. No sé adónde vamos a llegar con los recortes.
Total, que ayer fui a Carrefour a comprar el libro y me lo leí. Yo no entendía nada. ¿Cómo me va a ayudar a crecer un libro en el que cada página contiene 200 números de teléfonos y el nombre de sus propietarios? ¡Era un grueso tomo de las Página Amarillas!
Enfadao, muy enfadao, fui a ver a mi doctora, sin tener cita ni miedo a que llamase ala policía ni nada, y me colé dentro de la consulta con el dichoso libro.
— ¿ No ve usted que estoy atendiendo a esta señora?
— ¿También la va usted a engañar como me engañó a mí? ¡Me ha hecho comprar una guía telefónica para crecer!
— Po zí, y le demuestro que es efectiva. Llevo treinta años ejerciendo en la Seguridad Social. Y no es usted el primer paciente que se queja de haber decrecido. Súbase la báscula y póngase contra la pared bien derecho para que lo mida.
Y me subí: 1 60 centímetros
—Ahora ponga el libro debajo y subase encima.
Y lo hice: 166 centímetros
— ¿Ve usted como yo tenía razón? Cuando vaya a abrazar a su eposa o a besarla se sube encima del libro
¡Qué barbaridad, cuánto sabe esta señora, se nota que ha estudiado y tiene muchos años de experiencia!

©Juan Pan García, 20/04/23

lunes, abril 17, 2023

NOTICIAS DEL CORONAVIRUS

 

Foto del diario El Mundo


Cuando  Curro  Hernández fue a misa el domingo  y escuchó decir al cura que él se había vacunado por recomendación de Dios, que  vela por sus  representantes en la Tierra, lo aceptó en seguida.

 Ya podían decir misa los tertulianos del mundo televisivo, que él solo confiaba en el padre don Julián, el mismo que le había bautizado, dado la primera comunión y lo había unido en matrimonio con la Juana dos años antes.

Dios solo velaba por sus fieles y él no lo era, de ahí que cuando el jueves dio positivo en un test, comprendió que ese  era su castigo. Pero estaba equivocado, muy equivocado.

Los síntomas que apreciaba el día siguiente  no eran los mismos del corona virus que anunciaban los médicos en la radio y en Televisión Española: dolor de garganta, fiebre, malestar general, dificultad para respirar… Lo suyo era unos granos en el labio, la lengua llena de llagas, su verga inflamada  y dolor al orinar.

 ¡Joder! ¿De qué me han servido las mascarillas?— exclamó mientras llamaba al 112.

La voz de la empleada  parecía enojada al otro lado, ¡como si fuese ella la enferma y no yo.!

«¿Dónde ha estado?, ¿Con quién? ¿Ha llevado usted la mascarilla puesta? Tiene que quedarse confinado en su domicilio durante dos semanas. Un médico estará, en contacto con usted por teléfono y le irá dando instrucciones. Si empeora, tendremos que hospitalizarle.»

¡Y  hospitalizado estaba! 

«¡¿Pero qué he hecho yo  para merecer  tal castigo, Dios mío?! »,  pensaba mirando al techo blanco y esterilizado de la UCI, tendido en una cama con goteros pinchados en el brazo, un tubo grueso en la tráquea y una sonda en el pene, que manipulaba en ese instante una enfermera para extraer una muestra de los fluidos y analizarla.

Pensó en su mujer, encerrada en su casa sin poder salir ni a comprar. Ella no estaba tan grave como para hospitalizarla, fue él quien la contagió.

 Fue la voz de una periodista  dando las Noticias de la 3 en  una radio, colocada piadosamente en la sala por una enfermera para que no se hicieran tan largas las jornadas, las que respondió a sus preguntas.

 «Dos docenas de feligreses han sido víctimas del Covid 19 durante la celebración de la misa dominical. La Iglesia está precintada y los enfermos  confinados en sus domicilios. Así mismo, el  bar de alterne  El Paraíso ha sido cerrado por el mismo motivo, hallándose sus trabajadoras en la UCI del hospital de la ciudad ».

¡La Lola en la UCI!  La misma que satisfacía periódicamente todos sus deseos por muy retorcidos que fueran. Recordó que, siguiendo la normativa, mientas se consumía en el bar no hacía falta llevar la mascarilla. Y él no la llevaba puesta, ni siquiera llevaba una en el bolsillo.  Condones, tampoco. Y una reflexión se fue abriendo camino en su mente:

«Tal vez Dios perdone los errores cometidos; pero el coronavirus y la sífilis, no. »

 

 

martes, abril 04, 2023

PUBLICAR EN AMAZON

 Una de las  ventajas de publicar como editor independiente en Amazon es la posibilidad de corregir el texto una vez publicada la obra.

En efecto: en las editoriales clásicas, imprimen una tirada de X ejemplares que una vez publicadas ya no se pueden corregir de los fallos tipográficos   (siempre los hay aun en los libros de editoriales potentes y famosas).

Ayer introduje en mi libro «Ay Dios qué cosas pasan» el Certificado de Registro como Autor. Al mismo  tiempo corregí dos faltas que vi en los ejemplares que he recibido de prueba.

A partir de ahora, todos los ejemplares que se compren mostrarán el certificado del registro de propiedad intelectual inscrito en una entidad privada muy importante.  CEDRO.

La Junta de Andalucía, que  cobra por registrar una obra 15 euros y tarda meses en enviarte el certificado, te obliga a desplazarte a la delegación provincial y presentar una copia física de la obra, llevando en mano el certificado del banco con el pago de la citada tasa.

Supuestamente, puedes hacer esta operación vía telemática; pero yo he perdido diez días intentándolo sin éxito. Por eso he acudido a CEDRO, entidad en la que soy socio como escritor, y la he registrado en cinco minutos, y... ¡GRATIS!

Registrar una obra literaria o artística  no es obligatorio; pero es muy útil cuando vez que alguien la copia o vende alegando que es suya. El certificado con el día y la hora de registro demostraría ante la Justicia quién es, en tales casos, el plagiador.

sábado, abril 01, 2023

¡AY DIOS, QUÉ COSAS PASAN!

¡Ya han llegado los primeros ejemplares de mi nuevo libro! El séptimo que publico.




Solo han tardado tres días en publicarlo y traerlos a casa.

Estoy muy contento, están muy bien encuadernados y se leen bien.
Espero que ustedes, que tanto habéis reído leyendo en Facebok algunos relatos de los que contiene el libro, lo compréis para pasar buenos ratos ahora que llegan el buen tiempo y las vacaciones. O para regalárselo a una persona querida.
También tendréis un buen recuerdo mío.
Lo podéis comprar aquí en papel o en ebok: https://www.amazon.es/dp/B0BZF75XX6

lunes, enero 23, 2023

VACACIONES DE INVIERNO


Mi amigo Eusebio  acaba de llegar de pasar las vacaciones navideñas en un pueblo de Quebec. No parece el mismo, está delgado y amarillento. Había ido a conocer una amiga de Facebok.Y me cuenta:

 No veas el frío que hacía, killo. Toda la gente se parecía a Papá Noel, con barbas y con gorros de pieles. El termómetro marcaba -5º al medio día; de noche, bajaba hasta -15

 ¡A quién se le ocurre ir a Quebec en invierno! ¿No podías esperarte al verano?

  No, tío, no. La tía esa me traía loco, se mostraba muy cariñosas en las videollamadas y cada día tenía yo más ganas de tenerla en mis brazos. Y ya sabes “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, que mañana puede que estés muerto.

  Bueno, ¿y qué pasó?

  Pues que el día 6 de enero empezó a nevar y a nevar. No paraba. Mi novia asomada a la ventana, y yo también. La nieve subía ya un metro de altura, el coche estaba  enterrado, la puerta de la casa bloqueada... Y yo tiritando de frío todo el día.

  Ella no tendría frío, ella debe estar acostumbrada, ¿verdad?

 ¿Ella? Ella como si nada, tan tranquila. Yo la miraba implorando clemencia pero.. .

¡   Pero, qué dices! ¿Implorando por qué?

  Ella estaba enfadada conmigo porque estuvimos 48 horas seguidas  en la cama haciendo el amor. Y decía que le dolía todo, desde la cabeza hasta el culo.

 Y eso qué tiene que ver para que tú le implorases. En todo caso debería ser ella la que te pidiera que la dejases en paz...

 ¡Killo, que no es eso. No te enteras! Que la nieve ya me llegaba hasta los huevos, tío, y ella no quería dejarme entrar en la casa.

 Desde luego Eusebio... Estás en el mundo para que haya un surtido de  todo. ¡Con la cantidad de mujeres bonitas que hay en España y te vas al Quebec! ¡Anda ,anda y muérete!

jueves, enero 19, 2023

SON COMO NIÑOS

 

Recuerdos de mi residencia en París


Después del lanzamiento de la bomba atómica sobre Japón las potencias mundiales asimilaron que la posesión de la bomba era la garantía de la paz por disuasión. Y todas se lanzaron a conseguirla. Francia lanzó su primera bomba atómica en el desierto argelino el 13 de febrero de 1960.

 Desde ese momento, como todo militar que se precie, el general Degaulle estaba deseando demostrar que Francia no tenía nada que envidiar a Rusia o a los Estados Unidos. El semanario “Le Canard Enchainé” lo escenificaba así en un número especial a mediados de los 60:

«En un bunker antinuclear construido bajo el palacio presidencial, se hallan el general Degaulle, sus ministros  y la cúpula militar. Degaulle tiene el botón rojo en sus manos y quiere apretarlo para lanzar un misil sobre Washington. Los ministros intentan disuadirle:

—Mi general, usted sabe que la respuesta de los Estados Unidos tardaría cinco minutos solo, y Francia sería destruida.

  Bah, tonterías;  eso solo es propaganda. La mejor defensa es atacar el primero.

Pero mi general, no estamos en guerra, Estados Unidos es un aliado que nos  liberó del nazismo...

 ¡No es cierto, los americanos quieren colonizarnos! Y la grandeza de Francia, no lo consentirá. Voy a apretar el botón  rojo, y punto.

Y lo aprieta.

Todos en el bunker cuentan los segundos dando por supuesto que en menos de cinco minutos, París  será destruida.

Justamente, a los cinco minutos y veinte segundos, se oye un golpe sordo encima del bunker.

Nada más

 En el refugio se miran unos a otros sin saber qué ha pasado fuera.

Entonces el general Degaulle le ordena a su ministro de Defensa:

— Salga usted a ver qué ha pasado.

   ¡Pero mi general, la radioactividad me destruirá!

  Usted es militar y sabe a qué se expone. Salga, ¡es una orden!

Y el ministro, acojonado, sale al exterior. Ve una caja de madera en forma de  dado,  de un metro de lado. En su interior, aprecia la bomba atómica francesa desmontada y envuelta en una lona atada en la parte superior con un lazo rosa. El lazo sujeta  un sobre con la bandera de los EE.UU, que contiene una nota en su interior. El ministro la coge y vuelve corriendo a entregársela al General quien, solemnemente pero con las manos temblando, abre el sobre y lee:

«Deja de hacer el gilipollas, general. Mejor, juegue a la petanca»

lunes, diciembre 26, 2022

 

Lento pasa el tiempo

Mas florece puntualmente

En Navidad, recurrentemente

Mi catus navideño.

 


Mi deseo en Navidad,

Para aquellos que me leéis

Que  de la vida disfrutéis

Afirmando nuestra amistad

¡Felices fiestas y prospero año nuevo!

domingo, diciembre 11, 2022

EL NOBEL DE LITERATURA, UNA OFENSA PARA ESPAÑA

 





¡Hola, amig@s!

Quiero expresar mi disconformidad ante el tribunal sueco que ha concedido el Premio Nobel de Literatura a una escritora francesa, Annie Ernaux quien, según dice hoy el ABC «Sus libros están basados en los diarios que escribe desde que tenía 14 años. Al intentar reconstruir esas notas, aporta una autenticidad tremenda que hace que nos sintamos identificados».

Considero una enorme ofensa y discriminación hacia nuestro flamante defensor del Español, Toni Cantó, quien debe lidiar día y noche contra las diferentes manipulaciones de nuestro idioma, tan necesitado de su ayuda. Espero que no se enfade y tire la toalla, dejándonos en la más triste indefensión ante los enemigos del jamón ibérico, ¡Ay, perdón, del Castellano! En qué estaría yo pensando. Mejor me callo y voy a preparame el desayuno.

Feliz domingo, no olvidéis el paraguas

martes, noviembre 22, 2022

LA DOCTORA DE MAGUNCIA

 


Me ha gustado la novela, aunque a veces la profusión de nombres raros germanos y holandeses me confundía. Va de epidemias de peste en las que la doctora Lucía experimenta enseñanzas de una esclava árabe que la cría y la cuida en casa de un adinerado judío. Ella debe soportar persecuciones del clero, que la acusa de bruja. Finalmente huye cuando incendian su casa, y es violada en la puerta de salida del pueblo amurallado. Finalmente, tras una larga travesía por aldeas y pueblos mendigando, acaba en un castillo donde vivirá una bonita historia de amor y salvará a la duquesa de los brazos de su marido el duque, que la maltrata con el látigo cada vez que bebe .

La novela consta de 510 páginas de fácil y amena lectura.

Argumento publicado en la contraportada:

 La doctora de Maguncia. En la ciudad de Maguncia, en una fría noche de 1330, una comadrona se dirige a la casa del comerciante judío Benjamin Speyer. El llanto de una joven que está dando a luz en plena calle interrumpe su camino. Pese a todos sus esfuerzos, la madre de la pequeña muere, y los Speyer ponen a la niña al cuidado de una de las familias cristianas que sirven en su casa. Lucia crece entre la miseria de su familia de acogida y el sofisticado mundo de los Speyer, en el que la niñera árabe Al Shifa la hará depositaria de sus conocimientos sobre medicina. Cuando la sombra de la peste se cierne sobre gran parte del país, Lucia deberá emplear todos sus esfuerzos por salvar a los suyos y detener la fatal epidemia

sábado, octubre 15, 2022

LA LUNA EN EL SAUCE


 

“La luna en el sauce” es la historia de Manuela, que se inicia en 1905 en Lebrija, regalándonos una ingente cantidad de datos y experiencias personales que va desde la pérdida de Cuba y Filipinas hasta la Segunda Guerra mundial, pasando por nuestra sangrienta Guerra Civil.

No hay ningún personajes famoso del siglo XX, sea político, modelo, artista, pintor o torero  que no tenga un hueco en la memoria de Manuela. Algunos por simple coincidencia en lugares y eventos; otros, porque marcaron su vida, como el torero Ignacio Sánchez Mejía, su primer amor y amigo de Federico García Lorca; Blas Infante, amigo de la familia, Sor Ángela de la Cruz, etc.

 Las andanzas de Picasso y otros pintores en París que Manuela conoce  gracias a una amiga íntima que fue  modelo y amante del pintor, etc.

Manuela, madre de dos hijos que luchan en bandos opuestos durante la Guerra Civil narra la crueldad de Queipo de Llano y su sed de sangre, aniquilando media Sevilla. Nos descubre quién fue el fascista  Ramón de Carranza y sus crímenes en Sevilla. Un hombre venerado hasta hace poco en Cádiz, donde fue alcalde y cuyo estadio y puente llevaron su nombre hasta hace unos meses. Nos habla de los nazis alemanes ocultos y protegidos por el Régimen en la costa Gaditana.

 "La luna en el sauce" no es pues la novela que yo esperaba, con su introducción, nudo y desenlace. Es una biografía, un  libro de historia contada de primera mano por Manuela, testigo y protagonista de los hechos relatados.

Como en todos los pueblos de la España de antes y después de la guerra, Manuela tiene experiencias de espiritismo, curanderas y brujería, que quizá algunas personas encuentren increíbles; pero para mí, aficionado a las Ciencias Paranormales, no representan ningún problema  

“La luna en el sauce”  me ha encantado.  He aprendido muchas cosas y datos de mi país, incluso recetas de cocina y a fabricar jabón.  

De fácil y amena lectura, lo recomiendo

 

martes, septiembre 27, 2022

LA ESCLAVA DE LA LIBERTAD, DE IDELFONSO FALCONES





Ayer terminé de leer “La esclava de la libertad”, de Idelfonso Falcones, una novela histórica fascinante que me ha tenido enganchado leyendo sobre la España esclavizadora en Centro América, concretamente en Cuba, donde luchó mi abuelo junto a cien mil españoles enviados allí a proteger a los hacendados esclavistas españoles contra los esclavos quienes luchaban por su libertad, y luego contra los hacendados y los negros, que querían la independencia de España y contra los Estados Unidos, que, como siempre, mete las narices en casas ajenas para sacar tajada. No os cuento nada más. Sólo  voy a adjuntar la sinopsis  de la novela y la nota de su autor

A mí, me ha encantado, os la recomiendo