A veces, hasta el dulce produce náuseas.
Leer palabras egocéntricas para ser reina por un día, escribiendo lo contrario de lo que haces y sientes es repulsivo.
Hablar de amor, justicia y paz sabiendo que eres rencorosa y vengativa, y discriminas a quienes disienten de tu forma de proceder mientras presumes de bondad y solidaridad...
¡Pena me das, mujer! Tu poesía no te salva de ti misma.
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