Anoche me encontré con mis amig@s y compañer@s de la Tertulia Puerta Abierta a la Imaginación, en Cádiz.
Se debatía sobre la susceptibilidad,
un tema que yo, que soy tremendamente susceptible, pienso fue ideado y
programado para sacarme los colores.
Me sentí como el que asiste a una
sesión de Alcohólicos Anónimos.
Pero me hizo bien y desde aquí se
lo agradezco a mis amig@s Lola Fontecha y Paco Velazquez.
Porque no es de recibo que si yo
veo una cagada de paloma en mi parabrisas piense que las palomas la tienen
tomada conmigo.
Y si piso una caca del perro de
mi vecino no es lógico que piense que él dejó que su perro defecase allí
sabiendo que yo iba a pasar después yo la iba a pisar.
Pues... me sucede. Y suelo explayarme con la familia de
las palomas y mi vecino.
Lo primero que hizo un tertuliano es matizar
la definición de Susceptibilidad, que se confunde muchas veces con Suspicaz
aunque el diccionario de sinónimos diga que son la misma cosa.
La primera define a la persona extremadamente
sensible a quien cualquier cosa hiere sus sentimientos y eso le afecta en sus relaciones con los demás y en su vida profesional.
La segunda es la que piensa mal o
imagina demasiadas cosas ante lo que observa sin que tenga motivos o razones
que lo hagan pensar lo que piensa.
También quedó claro con un
ejemplo lo que no es ni una cosa ni otra: si pernocto en un hotel con mi esposa
y un grupo de amigos, y cuando yo bajo a
desayunar veo a uno de estos salir de la
habitación de una amiga, es lógico que imagine lo que ha sucedido en esa
habitación: no es que yo sea suspicaz, es que
es evidente. Y que me haga daño ver eso en una amiga que sé que está casada, también es lógico, no es porque sea demasiado
susceptible.
Se explicaron algunos ejemplos de
lo que en la práctica supone para una persona o familia convivir con una
persona que se comporta así, la mayoría expresó que se debían alejar de esa
persona; otros, en cambio, dijeron que más bien se les debía de ayudar.
Algo así:
— ¿Sabes, María? Han trasladado a
mi marido a un país musulmán.
— ¿Un país musulmán? ¿ A Libia?
— ¿Que si alivia? ¡ No lo sabes tú
bien!, ya me tenía más que harta.
Juan:
ResponderEliminarse que eres susceptible desde hace mucho tiempo y se que la mayor parte de los que escribimos lo somos, es parte de nuestra esencia y quizá por eso podemos escribir porque la susceptibilidad estimula el ingenio.
animo y a tratar de serlo un poco menos al menos en cuanto a las relaciones interpersonales.
hasta pronto Mario