sábado, febrero 18, 2017

LA SUSCEPTIBILIDAD




Anoche me encontré con mis amig@s y compañer@s de la Tertulia Puerta Abierta a la Imaginación, en Cádiz.
Se debatía sobre la susceptibilidad, un tema que yo, que soy tremendamente susceptible, pienso fue ideado y programado para sacarme los colores.
Me sentí como el que asiste a una sesión de Alcohólicos Anónimos.
Pero me hizo bien y desde aquí se lo agradezco a mis amig@s Lola Fontecha y Paco Velazquez.

Porque no es de recibo que si yo veo una cagada de paloma en mi parabrisas piense que las palomas la tienen tomada conmigo.
Y si piso una caca del perro de mi vecino no es lógico que piense que él dejó que su perro defecase allí sabiendo que yo iba a pasar después yo  la iba a pisar.
Pues... me  sucede. Y suelo explayarme con la familia de las palomas y mi vecino.

 Lo primero que hizo un tertuliano es matizar la definición de Susceptibilidad, que se confunde muchas veces con Suspicaz aunque el diccionario de sinónimos diga que son la misma cosa.
La primera define a la persona extremadamente sensible a quien cualquier cosa hiere sus sentimientos y eso  le afecta en sus relaciones con los demás  y en su vida profesional.
La segunda es la que piensa mal o imagina demasiadas cosas ante lo que observa sin que tenga motivos o razones que lo hagan pensar lo que piensa.

También quedó claro con un ejemplo lo que no es ni una cosa ni otra: si pernocto en un hotel con mi esposa y  un grupo de amigos, y cuando yo bajo a desayunar  veo a uno de estos salir de la habitación de una amiga, es lógico que imagine lo que ha sucedido en esa habitación: no es que yo sea suspicaz, es que  es evidente. Y que me haga daño ver eso en una  amiga que sé que está casada,  también es lógico, no es porque sea demasiado susceptible.
Se explicaron algunos ejemplos de lo que en la práctica supone para una persona o familia convivir con una persona que se comporta así, la mayoría expresó que se debían alejar de esa persona; otros, en cambio, dijeron que más bien se les debía de ayudar.
 Algo así:

— ¿Sabes, María? Han trasladado a mi marido a un país musulmán.
— ¿Un país musulmán?  ¿ A Libia?

— ¿Que si alivia? ¡ No lo sabes tú bien!, ya me tenía más que harta.

1 comentario:

  1. Juan:

    se que eres susceptible desde hace mucho tiempo y se que la mayor parte de los que escribimos lo somos, es parte de nuestra esencia y quizá por eso podemos escribir porque la susceptibilidad estimula el ingenio.
    animo y a tratar de serlo un poco menos al menos en cuanto a las relaciones interpersonales.

    hasta pronto Mario

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