Si un día mis nietos, enfermos y
envejecidos prematuramente por las largas jornadas de trabajo mal
remuneradas, sin derechos de ninguna
clase, sin poder independizarse y sin poder darles estudios a sus hisjos comentaran ante mí lo que escucharan en emisoras nocturnas clandestinas o leyeran en octavillas lanzadas por las calles o en las puertas de las fábricas por un grupo de rebeldes: que hubo un tiempo en que la gente era feliz y estudiaba, y tenía vacaciones y pagas extras, una Sanidad eficiente y una pensión asegurada, y que hubo unos gobernantes que expoliaron las reservas y eliminaron todos esos derechos, conseguidos con la sangre y la lucha de una generación de dictaduras harta... Y que hubo una multitud rebelde que luchó contra una falsa Democracia gobernada por políticos corruptos que imponían recortes al pueblo y dádivas a la Banca... Yo me removeré en mi asiento y con orgullo exclamaré:
¡Yo también luché con ellos
No hay comentarios:
Publicar un comentario