Ha cerrado la revista Interviú,
icono del acceso a las libertades durante la Transición española no solo por los
desnudos de sus portadas tras cuarenta años de censura, si no por sus interesantes reportajes y sus trabajos de
investigación, nunca vistos hasta entonces. No se callaba ante nada, ningún político
estaba a salvo de sus críticas independientemente del color de su divisa.
Es cierto que para información
política estaba la revista Tiempo; pero doscientas páginas hablando del mismo tema
cansaba. Era mejor Interviú, pues presentaba más variedad: ensayos, actualidad,
investigación, destape, juegos...
Durante muchos meses realizó un
estudio para ver cómo reaccionaba la gente ante situaciones anormales, inesperadas. Por
ejemplo:
En un autocine, o sea: un
aparcamiento grande y cerrado de coches ocupados por una o dos parejas frente a una pantalla blanca en la que
se proyectaba una película infantil,
entra una joven pareja de reporteros de Interviú en furgoneta y abre las puertas traseras, extienden una
colchoneta, se desnudan y fornican durante dos horas ante todo el mundo. Nadie
alza la voz, ni siquiera abren la boca. Los ocupantes de los vehículos cercanos
miran pero no dicen nada, algunos se animan a hacer lo mismo; otros siguen
comiendo pipas o palomitas sin hacerles caso. Los reporteros descubren que los
españoles no se asustan de nada, han avanzado mucho en el tema sexual, no se
pierden un capítulo del programa de Educación Sexual de Susana Estrada, que presenta ella misma totalmente desnuda en televisión. Y sacan la
revista con fotos del reportaje realizado en el autocine.
En otro reportaje visitan a
varios reconocidos restaurantes madrileños
cuatro personas y piden la carta. Cuesta dos mil quinientas el cubierto. Se
hartan de comer y a la hora de pagar ponen sobre la mesa un saco de treinticinco
kilos de monedas, que es lo que pesaban las diez mil pesetas rubias de la
factura. ¿Cómo reaccionarán los dueños? Dos
de ellos se negaron a aceptar y el reportero alegó que la pesetas era la moneda
oficial y no se podían negar a cobrar. Otros mostraron cara de sorpresa pero no
pronunciaron palabra, se limitaron a contar las monedas. Interviú mostraba
fotos de dos camareros contando una a una las monedas del saco.
Artículos sobre las secuelas de
la Colza, sobre el atentado de los abogados de Atocha, sobre los ruidos de
sables previos al golpe de Tejero, sobre el "hermanísimo" de Alfonso
Guerra...
Recuerdo una anécdota digna de
estudio: Cuando en enero de 1981 llegamos en avión trescientos españoles a Johannesburgo( Sudáfrica)
nos hicieron pasar por un pasillo de Aduanas y nos pedían abriésemos las
maletas. Muchos llevábamos revistas y libros españoles, habida cuenta de que no
encontraríamos libros en nuestro idioma en ese país.
Curiosamente los libros, que bien
podían ser críticos con el Apartheid, no los tocaron. Sin embargo secuestraron
todos las revistas Interviú que llevábamos porque " su contenido es
inmoral". ¡ Los agentes, acostumbrados a torturar y matar a negros solo
por el color de su piel, se escandalizaban ante los senos y nalgas que mostraban las portadas de nuestras
revistas!
En fin, otra buena revista
española que desaparece. La gente no ama la lectura, prefiere ver noticias y espectáculos en las televisiones o en sus móviles.
Es una pena la verdad.
ResponderEliminarInternet está obligando a cerrar a muchas editoriales. Entras en Kiosco.net y encuentras todas las publicaciones de revistas y periódicos del mundo. ¡Y gratis! Es una lástima. Gracias por venir, Kristalle. Saludos cordiales.
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