martes, octubre 05, 2010

PERSONAS COMUNES

Mi amiga MIRTA MIGUEL, propietaria del blog argentino PERSONAS COMUNES, ha quedado el entre los blogs dedicados a viajes que han participado en el concurso convocado a nivel mundial por el periódico digital 20 MINUTOS.
Y ocupa el 8º lugar en la
clasificación general de todas las categorías entre los 5020 blogs participantes a nivel mundial.

Desde hace un par de años, sigo en su blog el maravilloso trabajo que hace por dar a conocer lugares recónditos y descartados de las rutas turísticas de ese gran país que es Argentina, y la verdad es que su blog contiene reportajes emocionantes, ilustrados con hermosas fotografías del lugar y sus habitantes, que envidiarían muchos guías de las agencias turísticas.

También hay entradas que muestran sitios conocidos y con gran afluencia de turismo (Por ejemplo: las Cataratas del Iguazú), que para los que vivimos lejos y las circunstancias nos impiden visitarlos es una verdadera gozada conocerlos a través de sus reportajes.

Acabo de escuchar la entrevista que con motivo de su gesta le ha realizado la emisora Radio Impacto, y me he permitido ponerla aquí para que la pueda oír todo aquél que lo desee.

Mis sinceras felicitaciones, Mirta. Es un orgullo para mí que me cuentes entre tus numerosos amigos. Un beso enorme.

domingo, octubre 03, 2010

¿SOMOS NECESARIOS?


Dicen que todos somos necesarios en este superpoblado mundo: los hombres, las plantas, los mamíferos y los mamones, los acuáticos y los maniáticos, las aves, y las Evas, los insectos, los políticos, curas, etc.

Pero yo lo dudo, lo dudo, lo dudo, lo duuuudooo (Los Panchos)

Porque, a ver, ¿para qué necesitamos las moscas y los mosquitos? Para nada.

Cuando mi primer amor se casó con otro con más fortuna, yo me fui de parranda por ahí con gente que vivía en comunidad y me ofrecían flores y trocitos de papel secante que se pegaban en el paladar y me sumían en profundo sopor. Así caí en el pozo de la depresión, un pozo tan hondo tan hondo tan hondo, que tardé 10 minutos y 23 segundos en escuchar el ¡Plashhhh! del agua, porque caí de barriga y no de cabeza como era de esperar. ¡Y eso duele...! Creí que aquello era el fin, que me ahogaba para siempre. Pero luego, poco a poco, y con la ayuda de familiares y amigas que se asomaban al brocal gritando: «Aguanta, aguanta, vamos a sacarte de ahí», me convencieron de que yo era necesario aquí y que el mundo no sería mundo sin mí.

¿Por qué creían que yo era necesario aquí? ¿No hubiera sido mejor marcharme y dejar mi puesto de trabajo para que lo ocupase un parado? Parece ser que no. Me explicaron con mucho cariño, eso sí, la diferencia entre ser cornudo y ser desechado. Cornudo sería si, estando casado con ella, se hubiera ido con otro; pero no, había fallado la lealtad, pero al no estar unida a mí con ningún contrato era libre de irse con quien quisiera y por tanto no podía llamarse cabrón al amante abandonado.

La verdad es que no me quedé muy convencido, pero luego vino mi jefe y me dijo que llevar cuernos no duele, que lo que hace daño es que te señalen con el dedo. Y como nadie conocía mi historia, porque la novia tránsfuga vivía en España y yo en París, nadie podía señalarme. Esa lógica iluminó el pozo en que me hallaba y pude descubrir algunos salientes en las paredes y aferrarme a ellos hasta alcanzar la salida. Ahora soy un hombre respetado y protegido por la Ley, tengo mis derechos, y por ello soy objeto de debates internos tanto en el edificio en que vivo como en casinos, tiendas y bares. O sea: en todos los sitios donde debo dinero.

No sé, antes, mientras me hundía en las aguas frías y salobres del pozo, la gente común me miraba en silencio y cuchicheaba entre ellos; ahora voy por la calle, paso por delante de algún negocio y sale el dueño y me dice: «Oye, tengo que hablar contigo…»

Hablar, hablar, hablar… ¡Cómo si yo no tuviera otra cosa que hacer! ¡Con lo necesario que soy para el mundo!

Lo que me convierte en un hombre escéptico ante las teorías condescendientes de que todos somos necesarios son los mosquitos; no los aguanto. ¿Para qué son necesarios los mosquitos, qué misión tienen aquí? La otra noche, como en casa dormimos con la ventana abierta, me picó uno en el labio superior y me puso el hocico como el de un dromedario. Mi mujer, la pobre, no sabía cómo besarme, pues mi boca le parecía un culo y ella es muy escrupulosa.

Desde entonces, odio a los mosquitos. Y más aún a las mosquitas muertas. Como mi vecino Pablo, que haciéndose el tonto, como el que no quiere la cosa, ha ido subiendo y ahora es empresario. Como dice el dicho, aquí el más tonto hace relojes. Los otros, a jodernos y a sentirnos jodidos por los que se pasan la vida jodiendo.

¿Todos somos necesarios…? ¡Venga ya!

¿Y las garrapatas, para qué las necesitan los perros si nos cuestan un huevo los productos para eliminarlas?

¿Para qué son necesarios los gobiernos nacionales que hemos elegido si éstos dependen de lo que diga el Parlamento Europeo?

Pues hay una razón, según dice la gente; pero yo no la sé.

¿Para qué es necesaria la presentación en las noticias televisivas de la deslumbrante aparición en la playa y en bikini de la Duquesa de Alba? Pues hay una razón moral y cívica, según me dijo mi amigo el policía municipal: al anular con su presencia la libido de los violadores en potencia que acuden a las playas, acaba con los mirones, reduce las agresiones sexuales y la violencia doméstica,

No sé, no sé; yo no lo veo tan claro.

Y por último: ¿para qué necesito yo el Facebok si me paso todo el tiempo leyendo tonterías y recibiendo invitaciones de grupos que debaten sobre qué marca de bragas usa el Papa, por qué llueve siempre hacia abajo o por qué los periódicos llevan letras. De la noche a la mañana he recibido un centenar de solicitudes de amistad de gente que no conozco y me miran sonrientes como si hubiésemos ido juntos al cole.Desde hoy, he decidido dejar de participar en esa página; me hace más daño que bien.

Me limitaré a hacer lo que siempre he hecho: contactar con los amigos en los blogs, y por medio del correo electrónico o a través del Messenger.


viernes, octubre 01, 2010

CRUEL OTOÑO

El sol se había ocultado tras la montaña, dibujando una orla escarlata en las nubes grises que flotaban en el atardecer; una brisa fresca se movió entre los árboles del aparcamiento  y acarició el rostro de Manuela, una septuagenaria que, de pie junto a la esquina del local, admiraba el espectáculo que se dibujaba en el firmamento.
«¿Necesita algo, señora?», le había preguntado la empleada. Y ella había le había sonreído mientras negaba con la cabeza.
Su hija le había echado sobre los hombros la mantilla de punto de lana que la anciana había hecho con sus propias manos diez años antes, cubriendo con ella sus brazos y espaldas y dejando visibles solamente sus huesudas y sarmentosas manos; luego le pasó el brazo por los hombros, rodeó el local y la acompañó al WC de señoras. Una vez dentro, le dijo: «Mamá, haz lo que tengas que hacer sin prisas, porque tardaremos mucho en parar otra vez. Mientras, voy a comprar agua fresca y cigarrillos en la tienda. Ahora vuelvo».
Ya no recordaba qué hacía allí ni cuánto tiempo había pasado desde que salió de los servicios. El sol ardoroso de la tarde había dejado paso al viento suave y fresco del noroeste y al maravilloso lienzo de color fuego que recortaba las aristas de la montaña y adornaba el cielo con nubes oscuras de ribetes morados. La empleada de la tienda no cesaba de mirarla y ella no sabía por qué.
De pronto la sorprendió un enjambre de luces giratorias, rojas y amarillas, y un recuerdo infantil de feria surgió de las profundidades de su cabecita de cabellos ondulados y blancos, y la hizo sonreír. Dos personas se apearon del vehículo y se acercaron a ella.
«Tiene que acompañarnos, señora», le apremiaron los agentes.
Ella posó en ellos su mirada cansada y neutra. Al ver que ella no reaccionaba, la ayudaron a entrar en el vehículo y se volvieron por donde habían venido.
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jueves, septiembre 30, 2010

TORO SALVAJE EN LA PLAYA

De las 6 playas que tiene El Puerto de Santa María, la de La Puntilla es considerada la más popular por su cercanía a la población; está situada en la desembocadura del río Guadalete, en el margen derecho, y se puede acceder a ella paseando siguiendo el río o bien por el Camino de los Enamorados entre los pinares. Desde el centro de la ciudad y caminando normalmente, se tarda unos 15 minutos en llegar.
Durante el verano es casi imposible encontrar un hueco donde instalarse a partir del medio día, pero ahora, acabadas las vacaciones e iniciado el curso escolar, La Puntilla aparece desierta y solamente se ven deportistas en bicicleta o a personas ociosas recorriendo la pista que la circunda para luchar contra las grasas.
He notado mucha nostalgia en los versos de muchos amigos y amigas que regresaron al trabajo tras descansar en alguna playa y dejaron atrás alguna persona especial, y hoy quiero ilustrar estas imágenes con la melancolía de los versos que escribe el amigo Toro Salvaje en estos días.

Toro Salvaje no necesita presentación, su foro es archiconocido y cualquier entrada, por muy pequeña que sea, incluso de tres solas líneas, recibe más de un centenar de comentarios. Yo lo encontré por azar hace unos meses y me quedé con él. Todos se quedan.

Y es que Toro Salvaje es polifacético: lo mismo escribe un poema que te eriza la piel, o te hartas de reír con las aventuras de su ya famoso personaje, el Justiniano.

Pero algo le ha sucedido al amigo Toro Salvaje este verano, pues desde que acabaron las vacaciones se le nota triste y escribe versos impregnados de melancolía; parece enamorado. Les animo a que le sequen sus lágrimas de lagarto y le den palmaditas en la espalda y besitos en sus mejillas abatidas, y si tienen tiempo lean las aventuras del Justiniano en su blog: les dará que pensar.

Los besos que nos debemos,

cabizbajos y desconsolados,

están llorando por los rincones.


Me gusta verte
cuando el deseo
te vuelve loca.



Te has ido como una sirena entre olas incrédulas, sumergida en tu mar,

más allá de mi horizonte.


Y ahora que me hiere el viento llevándose tu estela, ahora que el sol me esquiva y me atraviesa la niebla; ahora que me arranqué el corazón a zarpazos de tristeza, ahora quiero que sepas que me falta el aire en cada suspiro de tu ausencia...

que cambié mi sonrisa por una máscara agrietada, y que me siguen doliendo, igual que siempre, tus lágrimas azules.

Me llevaría tu boca a todos los sitios; por las noches iríamos a cualquier sueño y nos besaríamos entre imposibles y delirios. Por el día la pondría en el bolsillo, junto a mi corazón, y te besaría con alocado deseo en todas partes y a todas horas, hasta perder la razón.

TORO SALVAJE
http://torosalvaje.blogspot.com/2010/09/los-besos-que-nos-debemos.html

miércoles, septiembre 29, 2010

LOS QUE NO TIENEN PAZ


Acabo de leer otra novela de Ramón Solís: ”Los que no tienen paz”. Anteriormente, ya había leído del mismo autor los siguientes libros: El alijo, El canto de la gallina, y La eliminatoria.

Finalista del Premio Planeta en 1956, "Los que no tienen paz" es una obra ambientada en Madrid, que abunda sobre las relaciones personales.

Los protagonistas son dos amigos, Miguel y Juan, quienes, al finalizar sus estudios universitarios de Filosofía y Letras, intentan independizarse. Ambos se dan de bruces con las dificultades de publicar sus novelas; ninguna editorial apuesta por los autores noveles, los concursos parecen amañados y se necesitan buenos avales para conseguir la atención de los editores.

Miguel se casa con una chica de clase humilde que trabaja para alimentar a sus padres y sus hermanos, y, animado por ésta, insiste en la escritura hasta que, al fin, una editorial se interesa por sus obras y las publica, realizando su sueño de vivir cómodamente de la Literatura. Juan, en cambio, no lo consigue y se desilusiona, dejándose arrastrar por los placeres mundanos a pesar de los esfuerzos por impedirlo de Elvira, una estudiante que conoció cuando posaba desnuda para un escultor amigo.



Elvira es una chica misteriosa que arrastra secretamente el trauma de una violación. Convertida en una persona introvertida, triste y apática que siente terror al menor contacto carnal con los hombres, ha encontrado en Juan la ternura y sinceridad que le transmiten nuevas esperanzas. Ambos se enamoran. Unos días antes de la boda, y para que no existan secretos entre ellos, Elvira decide revelarle su secreto. Esta revelación rompe la magia que los une y la vida de ambos y se convertirá en un infierno de dudas sobre la conveniencia de ser sinceros entre parejas u ocultar los hechos irreversibles para no dañar la relación.



Sorprende en nuestros días descubrir, a través de las reflexiones de los protagonistas de la novela, la mentalidad de la mujer española de los años cincuenta, independientemente de su nivel cultural, en cuanto a sus aspiraciones de futuro se refiere.



Aunque publicada en 1956, en plena dictadura, en muchos aspectos resulta hoy de plena actualidad.

Foto de Internet. Algunas de las obras de Ramón Solís

Como todas las de Ramón Solís, ésta es una obra que sólo se encuentra en las profundidades de las salas de archivos descatalogados de algunas bibliotecas, y en Internet, en www.buscalibros.com, libros de segunda mano. Actualmente, y con motivo del próximo bicentenario de las Cortes de Cádiz, la librería gaditana Quórum está publicando algunos libros de este insigne autor gaditano y estudia la posibilidad de reeditar toda su obra.

lunes, septiembre 27, 2010

El POTE GALLEGO de PAULA


Cuando el tiempo refresca y caminamos de cara al invierno, nos apetecerá comer cosas calentitas como sopas y potajes gruesos y consistentes que nos den las calorías que nos niega el mal tiempo.
Hay gran variedad de recetas andaluzas: potajes de garbanzos o de lentejas, la famosa y apreciada berza o el arroz con habichuelas; pero hoy les voy a mostrar cómo se hace el Pote Gallego, el menú que nos hizo este verano mi nuera Paula, la galleguita que conoció mi hijo Rubén por internet y de la que se enamoró de tal modo que al cabo de dos años de frecuentes viajes para encuentros esporádicos y de arruinarse con facturas de telefono, éste se fue a Galicia y se casó con ella.
Los detalles del feliz acontecimiento los pueden ver en:
Hay diferentes maneras de preparar el Pote Gallego, la mayoría usa judías blancas y carnes de ternera o cordero además de la del cerdo. Pero mi nuera no usó ni los famosos y típicos grelos, porque podían amustiarse en el viaje, ni la carnes de ternera y cordero tal como se come en su casa paterna desde siempre, pues no son imprescindibles.
Los ingredientes se los trajo de Orense, pues aquí algunos no se encuentran. Para cuatro personas:
Media careta de cerdo, salada y ahumada
¼ de Tocino de panceta, salado y ahumado
1Chorizo de cebolla, ahumado.
1Chorizo normal, ahumado
1 Hueso de jamón
Un poco de col, en vez de grelos.
1/2 kilo de garbanzos
Dos patatas
Aceite de oliva
La noche anterior se echaron en agua la careta del cerdo y el tocino para desalarlos, y los garbanzos para remojarlos.
Es un proceso a fuego lento, nada de usar ollas a presión. Paulita necesitó casi toda la mañana para hacer la comida y tres ollas distintas para no mezclar los sabores durante la preparación.
En la 1ª olla puso a cocer los chorizos.
En la 2ª echó la careta del cerdo, el hueso de jamón y el tocino y los dejó hervir hasta que se pusieron tiernos.
 
En la 3ª vertió el caldo resultante de cocer la carne y chorizos,  luego echó en ella los garbanzos, para que el guiso tome el sabor a ahumado; y cuando ya estaban casi tiernos, agregó las patatas y la col.
Luego preparó la mesa con el mantel, los platos, vasos y cubiertos, y en medio colocó dos bandejas humeantes: en una estaban la carnes troceadas; en la otra los garbanzos, la col y las patatas.Una jarrita de aceite de oliva para el que quisiera echarle un poco de aceite al caldo.






Y para acompañar tan exquisito menú, nos ofreció un vino tinto de uva Mencia, de la Ribera Sacra: el Rectoral de Amandi.
Cada cual se sirvió a su gusto, bien mezclando las dos cosas en el mismo plato o comiéndolas por separado al estilo del cocido madrileño.
Con los carrillos llenos
De postre, un poco de fruta del tiempo.

Estaba rico rico!

viernes, septiembre 24, 2010

EL BALCÓN (Reposición)


Un balcón colgado
Sobre un mar de viejas tejas
Un patio con naranjos
En la colina extremeña.

Prodigioso amanecer
¡De ensueño!
Esa luz de rojo fuego
Que acaricia mi lecho.

Mujeres cotilleando en el patio
Alrededor de conos de pitarra.
Niños jugando con un gato
Que trepa a mi ventana y escapa

Balcón destartalado, viejo
Vigía de robles y almendros
Ovejas y cochinillos
Castillo de Montánchez,
Y a lo lejos
El camino hacia Trujillo.


“Si muero, dejad el balcón abierto
El niño come naranjas
Desde mi balcón lo veo
Y el segador siega el trigo
Que yo lo siento.
Si un día yo muero
Os lo ruego:
Dejad mi balcón abierto "


Esas palabras dichas
Por un gran poeta
Que leyeron en la radio
En la hora de la siesta
Quiero hoy hacerlas mías
Pensando en mi ventana vieja.

Registro de la Propiedad Intelectual de la Junta de Andalucía

miércoles, septiembre 22, 2010

TORMENTAS DE OTOÑO

Foto de Juan Luis Toreño López

Viendo en televisión las secuelas de las grandes tormentas que se desatan estos días en diferentes lugares de España, inundando garajes y aislando pueblos, y tras escuchar a los afectados decir que "Nunca se ha visto algo parecido”, se agitan en mi mente algunos recuerdos de juventud que prueban lo contrario: siempre han sucedido estos fenómenos atmosféricos: el reventón en 1959 de la presa de Ribadelago, en Zamora, llevándose por delante al pueblo. La inundación del 56 de Valencia, las repetidas crecidas e inundaciones causadas por el Guadalmedina y el Guadalhorce en Málaga, el desbordamiento del río en El Vergel, el del Segura en Murcia y las crecidas del río Guadalete en Cádiz, siempre en estas mismas fechas.

Lo que pasa es que las autoridades de la época solucionaron el problema de las inundaciones desviando los ríos, como el Guadalquivir en Sevilla o el Turia a su paso por Valencia –fue ésta una operación faraónica que pagamos todos durante casi veinte años añadiendo un sello de 0´25 pesetas en cada carta que se enviaba desde o para Valencia–, o construyendo numerosas presas escalonadas para almacenar y controlar el agua.

En mi época de estudiante en Málaga, recuerdo que al finalizar septiembre me preparaba para iniciar el curso viajando a esa capital desde Algar. No había taxis en el pueblo y yo cargaba con mi maleta de madera al hombro y caminaba acompañado de mi madre hasta el puente de Picao, a cinco kilómetros del pueblo, para montarme en el coche de la compañía “La Valenciana,” que me llevaría hasta Cortes de la Frontera, donde me reuniría con dos compañeros de estudios para hacer juntos el viaje hasta el internado malagueño en el tren.

Mi madre y yo.

Hubo años en que me acompañaba el buen tiempo y el viaje lo hacía sin problemas; pero en otros sufríamos temporales de lluvias y cuando llegábamos al puente nos encontrábamos con que el agua pasaba por encima y toda la vega estaba inundada. Entonces dábamos media vuelta hacia Algar y esperaba al día siguiente para irme en el coche de “Los Amarillos” por Jerez. No fue hasta cinco años más tarde que entró en funcionamiento el embalse de Los Hurones, acabando con el problema de aislamiento de Algar. Pero aún hoy nos llegan borrascas tan intensas, que los embalses se llenan y los técnicos se ven obligados a achicar agua para mantener el nivel de seguridad. No me extrañará nada si entre octubre y noviembre se producen nuevas inundaciones en alguna parte de España; siempre las ha habido, digan lo que digan.

El viaje hacia Cortes en el coche de “La Valenciana” es algo difícil de olvidar. Los pasajeros, provenientes de los cortijos y caseríos de la zona, esperaban al coche de línea al lado de la carretera, junto al cruce de Algar.








Foto de Esperanza Cabello Janeiro (Ubrique)

La mayoría no llegaba al fin del viaje, sino que se bajaban en las paradas y apeaderos intermedios: Guacisobaco, Puerto Galis y Ubrique. Casi todos llevaban capazos y cestas con pollos, conejos, pescado o verduras para regalar o para vender; algunos llevaban pavos y gallos atados por las patas y los ponían bien sujetos en la red para equipajes de mano del interior, encima de nuestras cabezas, por lo que no era nada raro que defecaran sobre los pasajeros.

El autocar era un vehículo relativamente nuevo, no más de diez años; tenía un morro de más de un metro, sobre el cual destacaba el tapón del radiador. Las ruedas traseras estaban ubicadas casi en medio del coche y dejaban un largo espacio libre detrás, que se hundía a cada bache hasta tocar casi el suelo para saltar luego violentamente, golpeando traseros y lastimando riñones.







Foto de internet



Por entonces los autocares no llevaban radio, pero aunque éste lo llevase no se escucharía nada, debido al ruido enorme del motor, que rugía siempre, renqueando penosamente en 1ª velocidad, exhalando vapor por el tapón del radiador, y sorteando los baches y piedras del carril sin asfaltar que conducía hasta Cortes.

En la travesía de los montes de Propio se podían ver los venados, era tiempo de la berrea y se movían mucho en busca de las hembras. Una pareja de guardias civiles solía montarse en el coche en el cruce de Puerto Galis y pasaban por en medio de las filas de asientos observando las caras de los viajeros. No sé por qué pero a mí siempre me pedían la documentación.

No había más de cincuenta kilómetros de trayecto, pero se tardaba tres horas en recorrerlo debido al mal estado del carril. Desde Ubrique hasta Cortes disfrutábamos de una carretera buena y bien cuidada, que construyeron durante la República.

Llegado a Cortes, me dirigía a casa de mi compañero de estudios, situada sobre una tienda de ultramarinos propiedad de sus padres. Al padre le faltaba una pierna, la había perdido en el frente durante la Guerra Civil. Mi compañero tenía una hermana muy bonita, de unos dieciséis años, que sus padres habían adoptado, que hacía las labores de la casa mientras la madre atendía al público en la tienda.

Aquella misma tarde cogíamos un taxi que nos llevaba a la estación de Cortes, ocho kilómetros de bajada hasta llegar al río Guadiaro. Allí nos subíamos al tren que se dirigía a Granada, pero nosotros nos bajábamos en Bobadilla y esperábamos el expreso de Madrid, que nos llevaría a Málaga.

Fachada de mi antigua Escuela de Formación Profesional malagueña, actualmente, IES La Rosaleda.









Las tormentas y los temporales de lluvia se suceden cíclicamente, como las mareas, lo que sí se observa es un adelanto o descontrol sobre la fecha señalada de las estaciones, con los fenómenos característico de cada una de ellas. Esperemos que este año no tengamos que lamentar daños excesivos por los temporales.

sábado, septiembre 18, 2010

ADIÓS, CARIBÚ

Ha muerto CARIBÚ, el lince ibérico que el 26 de noviembre de 2008 fue trasladado desde la Sierra Morena, al Coto de Doñana para contribuir a la propagación de la especie, ya que en los últimos años el lince de Doñana ha sufrido una epidemia de leucemia felina que ha mermado considerablemente el número de ejemplares.

Un año antes, habían realizado la misma operación con Baya, un lince que apareó a tres hembras, que parieron ocho cachorritos de los cuales sólo dos sobreviven.

Pero caribú no estaba por la labor; extrañaba sus dominios y se escapó por dos veces de la zona protegida, llegando a recorrer en una ocasión 200 kilómetros, siendo rescatado en la frontera de Portugal.

Hoy ha aparecido muerto en el término municipal de Bonares, Huelva. Se realizará, según dicen, una investigación para descubrir las causas.

No es la primera vez que aparecen muertos los linces del Coto de Doñana, la mayoría atropellados por los vehículos que transitan por la carretera que lleva a la playa. Las empresas inmobiliarias y hosteleras que acostumbran a llenar de cemento y ladrillos las costas españolas, con la ayuda de los Alcaldes de ciertos ayuntamientos, llevan años intentando vencer la ley que protege esta zona protegida para construir una autopista que una Cádiz con Huelva por la costa, atravesando Doñana donde apenas quedan cincuenta ejemplares de lince ibérico, la mayoría hembras.

¿Cederá la Junta de Andalucía ante los especuladores? Esperemos que no.






miércoles, septiembre 15, 2010

ME AVERGÜENZA SER ESPAÑOL

video y fotos de Internet.

Cuando hace unos meses se prohibieron las corridas de toros en Catalunya, mi alegría por que al fin una autoridad aplicara la Ley votada en la ONU, refrendada por la UNESCO y firmada por España sobre el derecho de los animales, dio paso al estupor al leer en la prensa que tal medida se había conseguido por ser las corridas de toros la fiesta nacional identificativa de España, unido al deseo de los catalanes de separarse de ésta mostrando así su rechazo a todo lo español.

No me gustaba que España se rompiera en pedazos. Prefería que entre todos, cada uno con su identidad propia, la hiciéramos crecer.

Pero ayer, al presenciar en la televisión la salvaje persecución, acoso y asesinato del Toro de la Vega en Tordesillas la pena por el trato dado al animal me atenaza, me revuelve las tripas y siento vergüenza de ser español. Comprendo a los catalanes y a todos aquellos ciudadanos de otras comunidades cuando no quieren aceptar ser parte de este pueblo bárbaro que no encuentra otra forma de divertirse que cometiendo esa salvajada en nombre de no sé que tradición. Entiendo que haya ciudadanos que no quieran ser parte de una nación en la que sus gobernantes e instituciones consienten que sucedan estas cosas impunemente, protegiendo tal barbarie, incluso puede que subvencionándola con dinero público, en nombre de la Cultura.

Siento vergüenza de ser español

Siento vergüenza de que en Europa nos identifiquen con la barbarie y el subdesarrollo. Siento vergüenza de nuestros políticos y gobiernos de turno porque firman cosas de cara a la Unión Europea y del conjunto de países que forman las Naciones Unidas que luego no cumplen. Me siento como un vasallo, qué digo, como un esclavo de los que habitaban España en la Edad Media, acatando las órdenes del dueño y señor del territorio y pagando impuestos sin poder hacer nada por evitar los abusos .

Tordesillas, una ciudad llena de palacios y monumentos, testigos de una época muy importante en la historia de España, descubre ante el mundo su cara más sórdida. Si antes me parecía interesante lo que contaban de ella, a partir de ahora la veo con otros ojos.

Alegaban los salvajes en la televisión que el matar al toro con lanzas y dagas es una tradición y por tanto continuarán celebrándola. Y que “el que no le guste que no venga”, decía un tipejo.

He encontrado lo que dice la ley en Cantabria, una comunidad cercana a ésa en que asesinaron al toro, que si bien acepta que se celebren las tradicionales fiestas usando animales, pone los límites siguientes:

COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS

21 02 LEY 13/2002, de 23 de diciembre, de tenencia, protección y derechos de los animales.

EL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS

Sea notorio que la Junta general del Principado de Asturias ha aprobado, y yo en nombre de Su Majestad el Rey, y de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 31.2 del Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias, vengo a promulgar la siguiente Ley de tenencia, protección y derechos de los animales.

CAPÍTULO I Disposiciones generales

Artículo 1. Objeto y ámbito.

1. La presente Ley tiene por objeto establecer las normas que regirán la tenencia y protección de los animales domésticos, salvajes domesticados o en cautividad dentro del territorio del Principado de Asturias, con independencia de que estén o no censados o registrados en éste, y del lugar de residencia de las personas propietarias o poseedoras.

2. La presente Ley pretende hacer efectivos los siguientes fines:

a) Alcanzar un nivel de bienestar de los animales adecuado a su condición de seres vivos, recogiendo derechos inherentes a esta condición.

b) Compatibilizar el adecuado trato de los animales con el disfrute por el ser humano de los mismos.

c) Permitir la utilización de los animales para la mejora del bienestar económico, físico y social del ser humano, sin que ello suponga infligir a los animales un daño o maltrato innecesario para alcanzar aquel objeto.

Artículo 2. Exclusiones y excepciones.

d) Las fiestas que se hayan celebrado de forma ininterrumpida durante cien años, siempre que no supongan tortura, lesiones o muerte para el animal.

Declaración Universal
de los Derechos de los Animales

Artículo No. 1
Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia.

Artículo No. 2
a) Todo animal tiene derecho al respeto.
b) El hombre, como especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos, violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.
c) Todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre.

Artículo No. 3
a) Ningún animal será sometido a malos tratos ni a actos crueles.
b) Si es necesaria la muerte de un animal, ésta debe ser instantánea, indolora y no generadora de angustia.

Artículo No. 14
a) Los organismos de protección y salvaguarda de los animales deben ser representados a nivel gubernamental.
b) Los derechos del animal deben ser defendidos por la ley, como lo son los derechos del hombre.

¿Qué podemos hacer los ciudadanos para sancionar a esos salvajes, en vista de la impasibilidad de nuestro Gobierno?

Creo que dos cosas: Castigar en las urnas a quienes permiten los asesinatos de animales.

Hacer caso del que decía que no fuésemos al pueblo y pasar de largo cuando vayamos de viaje o de vacaciones y nos encontremos con Tordesillas. No nos detengamos ni siquiera en las gasolineras. No gastar ni un céntimo en esa ciudad, pues con ese dinero estaríamos contribuyendo a la perpetuación de esa salvajada.

Yo desde ahora voy a dejar de comprar queso de la marca Entrepinares, pues está construyendo una fábrica en el término municipal de Tordesillas que va a darles trabajo a esos trogloditas, ni se me pasará por la cabeza cuando vaya de viaje a Galicia beber vino de los que se producen en esa ciudad: MVEDRA, tinto en su tercer año, INMEMORIAL OSLVGA, vino blanco y ALIDOBAS, verdejo joven..

Son la vergüenza de España, cuando todos aspiramos a alcanzar a los países más desarrollados, salen estos salvajes con lanzas y puñales cazando un animal, como en la prehistoria.

Seguir la circunvalación y no detenerse

¡Y dicen que el toro no sufre! ¡Que se lo hagan a ellos uno por uno!
Asco me da decir que pertenezco a este país

domingo, septiembre 12, 2010

LA PAELLA de mi CARMEN

Vaya por delante que en ningún sitio, por mucho renombre que tenga, saben hacer la paella como las amas de casa de los pueblos del interior de Valencia. Esas artistas colocan sobre tres piedras una paellera, meten debajo leña de naranjo y con la mitad de los ingredientes que echan los restaurantes te hacen una paella que te chupas los dedos y te quieres llevar las sobras a casa. He comido algunas de ésas en Vallada, en Pego y en Játiva hace treinta y cinco años y aún las recuerdo con todo detalle. Después, he comido varias veces paellas en la costa valenciana, en El Saler concretamente, en restaurantes caros y de renombre, y no han sabido hacerlas igual.

Las paellas pueden ser de carne, de marisco o mixtas (carne y marisco). Hoy sirven platos de arroz como si fuera paella en muchos lugares de España. Algo que confunde a la mayoría de turistas, pero no a todos. En algunos restaurantes de Salamanca, por ejemplo, pides paella y te sirven un arroz pasado y apegotonado con trozos de cerdo y… ¡aceitunas cocidas! En Casa Santos (Albalate de Cinca, Huesca), también ponen un arroz, algo caldoso y exquisito, que nunca será paella por mucho que lo digan ellos.

Y no se te ocurra decir que eso es cualquier cosa menos paella, que se arma. Mejor tomar nota y no volver a pedirla en esas tierras.

Mi madre aprendió a hacer paella cuando vivíamos en una masía en El Vergel, Alicante. Las hacía con leña de naranjo en la chimenea. Luego, cuando me casé, enseñó a mi esposa a hacerlas, y hoy domingo mi Carmen me ha mostrado cómo las hace. Le ha salido muy rica, os lo prometo, casi tanto como aquéllas de la Comunidad Valenciana. Nos han faltado los mejillones, pero no se han notado.

He aquí la receta:

Ingredientes: conejo, gambas, 2 gambones por persona, pollo, costillas de cerdo, arroz, judías verdes, alcachofa, garrafones, 2ajos, 1 pimiento verde y 1 rojo, azafrán, tomate, aceite y sal.

Antes de nada pelar las gambas. Las cáscaras se cuecen y se guarda el caldo resultante.

Colocar una paellera (Si no se dispone de ella, usar una sartén grande y alta) en el fuego con tres cucharadas soperas de aceite. En ese aceite sofreír los trozos de conejo, pollo, unas costillas troceadas de cerdo, choco y dos gambones por persona.

Cuando todo eso está sofrito se saca, y en ese mismo aceite sofreír un par de ajos cortados a rodajitas, pimientos rojos y verdes y un poco de tomate triturado

Cuando están sofritos se agrega la carne y el choco anterior sin los gambones y se remueve todo bien para que tome el gustito.

Se agrega unos trocitos de habichuelitas verdes, alcachofa, un puñado de garrafones, el choco cortado en trocitos, las gambas peladas y entonces se le echa un poco del caldo que guardamos de la cocción de las gambas hasta que se ponga tierna la carne. Se añade un poco de sal.

Dejar que se consuma el caldo completamente y luego rociar dos vasos de arroz y agregar dos vasos del caldo de las gambas por cada vaso de arroz. Echarle un poco de azafrán.

Colocar encima los gambones distribuidos alrededor y dejar que se consuma el caldo hasta que se asiente un poco.

Os quedará más o menos así:

¡Buen provecho!

Esta receta ha sido elegida por el blog de Recetas de Cocina y Ocio para sus lectores.

http://www.wikio.es/ocio/gastronomia/recetas/paella.

sábado, septiembre 11, 2010

LA ELIMINATORIA, por Ramón Solís


La historia se desarrolla en una pequeña ciudad, cuyo nombre no se menciona; lo que sucede bien podría trasladarse a cualquier ciudad española.
La eliminatoria en un partido de fútbol de uno de los dos equipos finalistas de la liga de promoción para ascender a la primera división ha revolucionado la vida de una tranquila ciudad de provincias de la costa mediterránea. Sus hoteles están a tope, el periódico local no cesa de calentar los ánimos; las chicas del pueblo se llenan de ilusiones ante la presencia de los jóvenes y atléticos jugadores del equipo contrario, que se ha hospedado en el hotel principal. Todo ello altera la vida amorosa de varias parejas:

Maribel, la telefonista del hotel, una bella muchacha cuyo novio es Avelino, un chico que estaba en el colegio con ella y la corteja desde hace seis años, pero que ni siquiera la ha besado aún “porque no es decente hacerlo en público”, ni tampoco la lleva al parque solitario de las afueras para amarse como hacen otros, “porque está mal visto”, se enamora perdidamente del portero del equipo contrario y se le entrega al segundo día de su llegada, sin importarle el qué dirán.

Don Gregorio, un hombre viejo, casado, ingeniero jefe de la Delegación de Obras Públicas, que mantiene una relación con Marisol, una jovencita de apenas veinte años, en la misma casa de ésta, relación tutelada por la madre de ella que le está inmensamente agradecida a don Gregorio por haber ayudado a su hija a conseguir su empleo, y por los generosos donativos que hace a la familia para que vivan holgadamente. Pero en esos días previos al partido, ella siente asco del viejo y le entran ganas de irse a vivir lejos de la ciudad con otro.

Don Matías, el alcalde, que se ha enriquecido con los planes de urbanismo, alcanza un acuerdo en una suite del hotel con el representante del equipo rival para que el equipo local no ascienda. A cambio de ello, recibirá sustanciosos beneficios económicos e inmobiliarios. D. Matías reunirá al presidente del club y a su entrenador y los amenazará con grandes males si no aceptan su propuesta de que el equipo pierda.

Y Mely, una mujer de cuarenta años, que en sus años universitarios mantenía relaciones con su profesor y que luego abandonó para casarse con Juanjo, un jugador de primera división muy famoso, convertido ahora en entrenador del equipo local, aprovecha que su marido está concentrado con el equipo en otro hotel para poner a prueba la calidad y firmeza de su matrimonio saliendo con uno de los recien llegados en esos días.
Uno de los personajes es asesinado, lo que aporta su dosis dramática al texto.

La obra está escrita de tal manera que he tenido la sensación de encontrarme junto al narrador mientra éste, asomado a una rendija, observa lo que hacen los protagonistas, lo que dicen y lo que piensan, y me lo va contando de esta forma:
“Ahora Paqui se ha sentado a su lado, le da un cigarrillo. Ella tiene los ojos lagrimosos, sabe que la está engañando, sabe que no podrá escapar de sus brazos y que después del partido se irá para siempre…. Pero ella lo desea”

Después de leer las reflexiones de los protagonistas, la lucha interior que sostienen el honor, el orgullo y la lealtad al equipo, contra el deseo egoísta de enriquecerse con las primas, renovación de contratos… el lector se pregunta si el equipo se dejará perder o luchará por el título con todas sus fuerzas. En las últimas páginas el estadio está lleno a rebosar y ha atraído a toda la prensa deportiva del país...

LA ELIMINATORIA es una novela de 246 páginas, ambientada a finales de los 60 tras la promulgación de la Ley de Prensa del Ministro de Información y Turismo, don Manuel Fraga Iribarne. Una novela que sin duda alguna hubiera sido censurada y secuestrada si la hubiese intentado publicar antes por la denuncia implícita en los diálogos y descripciones de los usos y costumbres de la autoridades de la época.
Valga como ejemplo este fragmento de la entrevista entre el Delegado de Información y el alcalde a consecuencia de que éste solicita el cierre del periódico por un artículo donde se pregunta si las primas ofrecidas por el alcalde a los jugadores del equipo local si ganan el partido las pagará con dinero público o el suyo.



La obra tiene el sabor rancio de la época, pero el lector que la ha vivido agradece que quede constancia en la Literatura del influjo y el abuso de la moral religiosa del régimen franquista en la libertad y la felicidad de las personas. Tras publicar esta obra, el autor ganó el Premio Nacional de Literatura el año 1970.