El nombre del autor no me decía nada, pero sí me llamó poderosamente la atención la portada del libro. Era mi tema preferido: el espionaje.
Llevaba bajo el brazo dos libros de autores famosos y los dejé en la estantería para cambiarlo por este: EL FACTOR EINSTEIN
Autor: Andrés Pérez Domínguez, un desconocido hasta ese momento; uno de mis preferidos a partir de ahora.
Luego, en la pestaña interior, descubrí que Andrés Pérez es sevillano, y que a sus cuarenta años ha ganado ya varios concursos literarios, entre ellos el de
Andrés acumula distintos galardones en concursos de cuentos y novela corta, es autor de la novela
Me sentía tenso mientras devoraba las 574 páginas del libro. Una historia impresionante, bien llevada, con los justos ingredientes de ternura, misterio y acción que mantienen en vilo a un lector que no desea detenerse hasta saber en qué acaba la trama, el mismo que en varias ocasiones, cuando cree adivinar lo que viene, se sorprende ante el giro que toman las cosas. Al final, el grueso volumen que al tenerlo en mis manos por primera vez me hacía dudar, se me ha hecho corto. Es buenísima. La novela del año, diría yo.
Un grupo de eminentes científicos judíos, entre los que se encuentran algunos Premios Nobel de Física, exiliados en Estados Unidos adonde han huido en los comienzos de los años treinta ante la inminente victoria en las elecciones de los nazis, debaten en sus tertulias sobre los últimos avances de
La aristocrática y glacial Frida Von Klein, se disfraza de Frida Klein, una joven enamorada, Licenciada en Física, que huye de Alemania por sus discrepancias con el nazismo y por temor a verse encerrada en un fuerte militar—como le ha sucedido a todo el que no ha podido escapar a tiempo—, para trabajar para los nazis. Es tanta su sencillez y simpatía que enseguida cae bien entre los exiliados, quienes, además, no pueden resistir su belleza y algunos de entre ellos acaban enamorados.
Nada puede impedir que la fría y calculadora espía cumpla sus órdenes: Frida Von Klein se impone ante la joven enamorada emigrante Frida Klein, un magnífico ejemplo de desdoblamiento de personalidad a lo largo de todo el libro, y va cayendo uno a uno todo aquel que se convierte en obstáculo.
Su misión es matar a Albert Einstein, el jefe del grupo de exiliados. Y no sólo porque sea el único que puede impedir que Alemania se adelante a los americanos en construir la bomba, sino porque cuando estudiaba en la universidad descubrió algo sobre Einstein, un dato mucho más importante para ella, que le robaba el sueño y cambió su vida hasta el punto de vivir con la única obsesión de matarlo.
Un libro que vale la pena leer. Os lo recomiendo
Ver video, reseñas sobre la novela y entrevistas en el blog del autor:
http://laseparata.blogspot.com/
Hola, Juan:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras amables sobre mi novela. En mi blog podrás encontrar mucha información sobre El factor Einstein, entrevistas en radio, y un vídeo que grabé durante la documentación en Peconic Bay, con un hombre que conoció a Albert Einstein en el verano de 1939 porque era amigo de su padre (a los dos los menciono en la novela). Si pinchas en las etiquetas "El factor Einstein" encontrarás mucha información sobre ella, reseñas, etc.
Un abrazo,
Gracias a ti, Andrés, por tu visita. Es un honor para mí conversar contigo a través de este invento, y un lujo para este humilde blog recibir la visita y comentario del autor de tan magnífica novela.
ResponderEliminarYa me he pasado por tu blog y he comprobado el éxito que tienen tus obras y tus entrevistas en radio y televisión.
He añadido en mi artículo el enlace a tu blog para que todo el que entre en él pueda visitarte y conocerte mejor, comprobar tu éxito y disfrutar de tus obras. Un abrazo.
Nada, un placer. Ya he puesto yo también tu reseña en mi blog.
ResponderEliminarUn abrazo,
Parece muy interesante, me lo apunto.
ResponderEliminarBuen finde.
Buen fin de semana para ti también Lola.
ResponderEliminarque gusto leer un libro que cumpla totalmente las expectativas y que el escritor se convierta uno de tus favoritos. Que no te quepa duda que apuntado está.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Vale, Vero, verás que no miento; te gustará leerlo. Un beso.
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