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lunes, abril 13, 2009

VA DE LIBROS.


Ha finalizado la Semana Santa y millones de personas regresan a sus hogares para reemprender la rutina hasta las vacaciones veraniegas. La mayoría llevará impresas en las tarjetas de sus cámaras las imágenes familiares, de las procesiones, las playas y paisajes que han visitado. El tiempo ha sido amable, al menos en el Sur; los hoteles se han llenado y todo el mundo parece satisfecho.
He aprovechado estos días leyendo dos libros: Los girasoles ciegos, y Novelas cortas...
Los girasoles ciegos es un libro que nos sitúa en los días inmediatos a la entrada y ocupación de Madrid por las tropas golpistas de Franco. Cuenta cuatro historias de otros tantos protagonistas; dos de ellas están entrelazadas porque son miembros de la misma familia; las otras dos son independientes y se podían haber evitado o publicado en libro aparte, pues da la sensación que se han añadido como relleno para que la obra alcanzara las ciento cincuenta páginas. Prueba de ello es que la película Los girasoles ciegos, según la sinopsis que publican en la cartelera de cine (yo no la he visto), está basada en uno solo de los relatos: el último, ése del clérigo que da clases en un colegio y se enamora de la madre de un alumno cuyo padre, huido, está en busca y captura y condenado a muerte.
El amor que siente el religioso por la mujer es tan fuerte que la acosa sin reparo hasta el punto de presentarse de improviso en su casa mientras el niño está en clase. Allí pierde toda compostura e Intenta abusar de ella . El marido, que lleva muchos meses oculto en un armario empotrado, sale a defenderla.
La hija mayor del matrimonio, una adolescente embarazada de seis meses, huyó a Francia con su novio antes de la toma de Madrid y son atrapados por el cruel invierno en los Pirineos.

Es una obra que narra fielmente una página real y vergonzosa de nuestra historia. Muchos lectores se sentirán protagonistas de la novela por haber tenido algún miembro de la familia o de sus amigos viviendo en las mismas condiciones. Impresionante novela histórica por su amena sencillez, el realismo de sus imágenes descriptivas y la inevitable transmisión de sentimientos en el lector.
Las otras dos historias son un intento literario de enlazar dos casos increíbles: Un capitán franquista que se rinde al ejército republicano el mismo día que gana Franco la guerra, y precisamente se rinde por eso, por haber ganado. Nadie le hace caso. El ejército rojo huye en desbandada y el capitán va de un lado a otro por las calles de Madrid hasta que es apresado. Tras largas sesiones de interrogatorios lo dejan en la galería abandonado, creyéndole loco. Él observa el camión que cada mañana, al alba, sale de la cárcel con destino desconocido. Hasta que decide pasar a la acción.
Por último, el autor narra el caso de un joven que tuvo la inoportuna idea de ir a Madrid a ver a su novia el mismo día que entraron las tropas franquista y es detenido y llevado a la misma prisión en que estaba el capitán. El relato ofrece una imagen muy cruel de las cárceles de exterminio del Régimen.


El otro libro, Novela Corta Española, Los Autores Realistas, es algo más de lo mismo pero en épocas diferentes. Cinco historias contadas por cinco autores famosos, dos de las cuales me han gustado y no las otras, que me han parecido inocentes, sosas y banales:
La de Pérez Galdós, Sor Simona, es una obra de teatro: Deja un regusto rancio, pusilánime y como desfasado. En mi modesta opinión, creo que si se publicase hoy no creo que vendieran muchos ejemplares, pues ha sido la fama que rodea al autor lo que me ha forzado a continuar hasta el fin.
Lo mismo digo de El cura de Vericueto, de Leopoldo Alas Clarín: un cura adicto al juego que guarda misteriosamente todo lo que gana sin gastarse un céntimo, dando lugar a las más variadas especulaciones.
También me ha dejado un sabor rancio, la obra Rodando, de Emilia Pardo Bazán. Un joven que regresa de Cuba porque ha recibido una carta de su antigua novia pidiéndole regrese para casarse y hacerse cargo del negocio familiar. Luego resultará que ella escribía por diversión, que está liada con un pícaro, un hombre mucho mayor que ella que planea heredar todos sus bienes.

En cambio, La princesa de Éboli, de José Ortega Munilla, sí me ha gustado mucho a pesar de tratar también un tema del medievo. Un descarnado y feroz retrato de la monarquía española encarnada en Felipe II. Podemos imaginar lo que puede hacer un rey obsesionado por el sexo y con poder absoluto. Sólo encuentro el final muy precipitado, como si el autor se hubiera visto obligado a poner punto y final en ese momento, pues se queda uno con las ganas de saber qué ocurrió finalmente.
Medicina Rústica es el relato de Silverio Lanza. Es la historia muy divertida de un hombre que sustituye a su amigo el médico rural, que se ha marchado a la capital para casarse, y sin tener idea de nada debe atender las urgencias de la comarca.

Decididamente, prefiero leer obras de autores actuales aunque éstos no sean tan prestigiosos ni aquéllas tan literarias, como Alternativa del Diablo, La sombra del Viento, El código Da Vinci, El Mal absoluto, Águilas negras, Chacal…

5 comentarios:

  1. Para gustos los colores, yo me apoyo mucho en los clásicos. Te recomiendo los episodios nacionales de Galdós. En cuanto a lo que se publica hoy, te lo dije en su día: El Mapa del Teimpo de Felix J. Palma. Impresionante. Vale más de lo que cuesta.
    Un saludo.

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  2. Manuel, gracias por tu visita. Esa novela del Mapa del tiempo, junto con la Clave Pinner, de Andrés Pérez, ya la tengo reservada en la biblioteca para esta semana.

    ¿Los episodios nacionales no son una colección de trece o catoce tomos? Recuerdo que en el Círculo de lectores me la recomendaron y no pude comprarla. Ya veré si uno a uno, pasito a pasito me la trago.
    Un abrazo. Saludos para tu esposa.

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  3. Juan, qué suerte tenéis en el sur, porque por aquí el tiempo no ha sido nada amable. Habrá que esperar unos días más. Todo llega.

    ¡Ah, qué casualidad! Hace como dos meses compre al Círculo de Lectores “Los girasoles ciegos” y justo hoy lo comenzaré a leer, así que tu entrada me sirvió de guía y aperitivo. La película no la he visto, me gusta más leer antes el libro, porque si no pierde interés. Bueno, el tema del libro es terrible, seguro que todos podemos sentirnos identificados de algún modo, los que tuvimos la suerte de no vivir la guerra ni la postguerra nos tocará porque todos tenemos referentes familiares y es un tema que siempre nos toca el corazón.

    El de la novela corta no me atrae tanto, ves. Y de los clásicos, pues me gustan, sobre todo Valle Inclán, Unamuno… Pero, aunque muchos tengan tan mal concepto de ella, una de las novelas que más me han llegado últimamente es La sombra del viento. Me encantó la historia y la forma de narrarla, y ese Fermín me robó el corazón, es un personaje simpático y enternecedor, con mucho carisma.

    Te mando un beso para ti y los tuyos, amigo,

    Margarita

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  4. Hola, Margarita:Aquí ha amanecido lloviendo, fíjate qué casualidad. Eso pasa por presumir del tiempo del Sur.Pero bueno, la fista acabó bien para todos.
    La sombra del viento la devoré en dos días, y me gustó tanto que leí tres obras más del mismo autor.Encontré mucha repetición en ellas, ya me saturé de Carlos Zafon. Ya puse mi opinión por aquí abajo.
    Espero te guste Los girasoles ciegos. A mí fue la última historia del libro la que me atrapó.La segunda, la de la pareja de jovenes que se pierden en el Pirineo, creo debería seguir a esa que te digo, pues son los hijos.Tal como está puesta en segundo lugar desconcierta un poco.Pero el libro de gustos está en blanco y tú puede que lo veas de diferente modo.
    Un beso.

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  5. Mi favorita fue la segunda, pero la cuarta también me encantó. Las dos creo que son las más destacables y las que más me llegaron, te estremecen...
    Sin duda todos los personajes sufren y te hacen llegar ese sentimiento, es un libro bastante recomendable.
    Leíste El mapa del tiempo? Yo lo tengo en casa todavía sin leer...
    Besos y feliz año!

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