Hace años que no veo a mi hermano el mayor, el que vive en Perpiñan, y me dije:
«Voy a aprovechar el puente de la Constitución para ir a verle y pasar unos días como en los viejos tiempos, antes de que la Carmencita me echara el guante» Y sin más prolegómenos me fui al aeropuerto de Sevilla con mi billete, mi maleta y una mochila con los objetos de mano.
Me dirigí a la puerta de embarque y enseñé el billete, y los agentes de AENA me dijeron que pusiera la mochila en la cinta transportadora y sacara de los bolsillos todo lo que llevaba encima y lo pusiera en la bandeja. Saqué el móvil, el monedero, la cartera, el reloj, la correa y los anillos, y me quedé en calzoncillos porque se me había bajado el pantalón. Y entonces pasé por debajo de la puerta y sonó el timbre. Enseguida se abalanzaron sobre mí dos guardias civiles, el uno bajito, con la cara redonda y algo tripón ; el otro alto, delgado y con bigote. Parecían la pareja de cómicos Tip y Coll, quienes, mirándome con los ojos espantaos, exclamaron: «¡¿Qué lleva usté ahí escondío?!»
Y yo me asusté, la verdad, y para tranquilizarles me bajé también el slip y dejé caer sobre la bandeja mi parte más pudenda; pero la señorita encargada del escáner, una chica delgada, pelirroja y guapa, con los ojos enmarcados en grandes ojeras, exclamó, cubriéndose la cara con los dedos bien abiertos: «¡No hace falta que haga eso, caballero!»
—Pues miren ustedes, señores; yo creo que el pitido ese lo dio la máquina por la prótesis que llevo en la mano derecha: una pletina con doce clavos —le dije a los agentes, que me miraban con ojos de buitres acechando a una presa.
Ellos me miraron más relajados y suspiraron. Para mí que a uno de ellos, el bajito, le hacía ilusión palpar mis cositas, pues no apartaba los ojos de ellas. Luego me dejaron pasar a la sala de embarque y me fui a leer los paneles de Salidas. Fue en ese momento que dijeron por los altavoces que todos los vuelos estaban cancelados. Fue el caos.
foto de El Diario24.com
Miles de viajeros corrían a los mostradores de un lado a otro, protestando y maldiciendo a los culpables, y los empleados de las compañías respondían: «No es culpa nuestra, es de los controladores», pero al cabo de una hora de escuchar lamentaciones e insultos cambiaron la frase por esta: «Te jodes, te jodes, o te jodes»
Así pasaron las horas y llegó la madrugada. La gente, acostumbrada a esos contratiempos, se había apiñado con sus equipajes en los bancos y en el suelo; las tiendas del aeropuerto se estaban forrando de vender agua, dulces, papas fritas, aspirina, bocadillos, condones y otros alimentos. Entre ellos había un hombre adormilado contra la pared. Era gordo y medio calvo. Iba mal vestido y sucio, con luenga barba canosa, y apestaba a orines. Me entró la curiosidad, (no tenía nada que hacer) por averiguar cómo una persona así se podía permitir el lujo de volar en una aeronave, pues intuyo que con otros medios sí volaba, a juzgar por el olor a porros que había en aquel rincón. Y le pregunté:
— Perdone, amigo… ¿Va usted muy lejos?
—¿Yooooo? ¡Qué va, yo vivo aquí! En el verano duermo al aire libre, en el aparcamiento, pero con este tiempo…
Entonces los vi. ¡Qué fuerte tío! Una pareja copulando en un rincón sin importarle el público de la sala. ¡Ojú!, en mis tiempos eso era imposible, iban a la cárcel antes de comenzar. ¡Pero si hasta denunciaban a las turistas suecas por quitarse el sujetador en las playas!
Foto de Marta Colmenares.com
Ella parecía una de esas mulatas del Caribe. Estaba sentada tranquilamente encima del equipaje, con las largas y poderosas piernas levantadas; él era un hombre alto, rubio y delgado. Estaba de pie, con los pantalones bajados, luciendo sus peludas y canijas piernas, y sujetaba a su chica por las nalgas, fornicando en medio de cientos de personas que, o bien rellenaban hojas de reclamaciones, o iban de un lado a otro enfurecidos y preocupados, o se habían hecho a la idea de que ya habían perdido el vuelo y dormían tirados por el suelo y sobre los bancos del aeropuerto.
De pronto me puse de los nervios ante tanta desvergüenza, "joer, adónde vamos a llegar con tantas libertades!", pensé tirando mano al paquete de tabaco. Coloqué un cigarrillo en mis labios, me toqué los bolsillos y me di cuenta de que no tenía cerillas. El indigente no tenía tampoco y me señaló al menda que se estaba tirando a la mujer, y dijo: «Pídele a ésos, que antes estaban fumando»
Y lo hice. Me fui hacia él, mirando sus peludas y canijas piernas, y le toqué en el hombro:
— Perdone, ¿tiene uste fuego?
—Pero hombre, ¿no ve usted que estoy ocupado?, me ha cortado el puntito, ¡hostia!
—Perdone, pero como le vi a usted tan encendido creí que no le importaría darme fuego…
— El mechero está en el bolsillo del pantalón, cójalo usted mismo, que si la dejo ahora se me apaga la llama
Y me agaché con cuidadito echando la cabeza hacia atrás para no rozarle el trasero, que por cierto no olía a rosas sino a Camembert President, metí la mano en el bolsillo y saqué el móvil, el mechero y un voluminoso llavero. Encendí el cigarrillo, puse los artículos en su lugar; saludé a la señora, que me miraba con ojos de hielo; le di las gracias al caballero y me alejé.
Mientras tanto el mendigo, que no había dejado de observar la escena, exclamó:"El pueblo unío jamá será vensío"
La señorita de la agencia de viajes, una morena muy mona de ojos celestes, me informó de que podía esperar a que se normalizase la situación o pedir la devolución del dinero del billete, pero que la empresa no pagaba los gastos de hotel. Rellené la correspondiente hoja de reclamaciones y cogí un taxi, que me llevó a la estación para coger el tren y regresar a El Puerto.
Y mi hermano, que espere a otra ocasión o que se venga a vivir al mejor lugar del mundo.
"Sin las ficciones, el hombre sería menos consciente de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible". Vargas Llosa
El viernes el país enloqueció.
ResponderEliminarQue horror.
Otra vez será.
Saludos.
Juas,juas....no sé por donde empezar, vuelvo dentro de un ratín y después de volverlo a leer te digo algo, porque algo te tengo que decir!
ResponderEliminarBesos amigo.
Un desastre todo, Juan :-(
ResponderEliminarBesos
Juer Juan. No se si es verídico al cien por cine, pero me he partido de la risa. Hasta mi mujer se ha ido de mi lado al ver como me retorcía de la risa. Y aunque no es tuvo que ser nada agradable todo ese en volado, lo cuentas con ese toque del sur que me encanta.
ResponderEliminarQuitando tu nota de humor, el ser humano demuestra una vez más lo egoísta e hijo put...........que es. Jodiendo le la vida a miles de personas sin ninguna contemplación.
Un abrazo
Muy bueno tu cuento Juan, reí mucho de como lo escribiste y describiste.
ResponderEliminarLo que no tiene ninguna gracia fue lo que paso.
Un beso
Flor
Toro Salvaje, el viernes enloqueció, y el sábado, y el domingo...
ResponderEliminarCreo que los únicos cuerdos están a salvo en los manicomios.
Saludos.
Hola, Conchi, entiendo que te hayas quedado sin palabras.
ResponderEliminarEl mundo está mal, perdemos a pasos agigantados nuestras libertades, y eso induce a narrar la realidad cotidiana de la sociedad libertina que hemos creado antes de que nos militaricen para escribir bien del Gobierno so pena de ser acusados de pederastía o violación.
Bueno, yo tampoco sé por qué te digo esto, no viene a cuento.¿Estaré loco? ¡Aynsss, qué pena de Democracia!
Besos
Hola, Anita,tienes razón: desastre desastroso para este desastrado país.
ResponderEliminarBesitos
Hola, David:Me alegro de haberte hecho reír, ja,ja.
ResponderEliminar"el ser humano demuestra una vez más lo egoísta e hijo put...........que es. Jodiendo le la vida a miles de personas sin ninguna contemplación".
Según los papeles del sueco que han encarcelado, la Universidad Española prepara una asignatura cyo título será:Licenciado en Joder al Prójimo (*)
Los licenciados tendrán derecho a una beca para realizar un Master en EE.UU.
* Se dejará a la libre interpretación del lector el siginificado de la palabra "Joder"
Un abrazo, amigo.
Hola, Flor, gracias por tu visita y feliz comentario. Me alegro de haber logrado sacarte una sonrisa.
ResponderEliminarNo sé si tenía gracia lo que pasó; pero algunos se lo pasaban muy bien. Un beso
Volviste a sacarme una risa hasta con la respuesta. Ja ja ja. Eres la hosti....
ResponderEliminarQue ocurrente que eres. Pero no andas desencaminado.
Buen fin de semana.
Un abrazo.
No se si esto es ficción o realidad, o será mitad y mitad, pero me has hecho sonreir y ahora surge la carcajada jajaja
ResponderEliminarQue desmadre bien aprovechado para la ficción.
Si es que a todo se le puede sacar punta.
Vivimos en un Mundo de locos!!
Sabes que el sentido del humor es un síntoma de inteligencia?
Así que a reír que es muy sano!!
Un abrazo Juan
Hola, David, gracias por tu vuelta, y me laegra hacerte reír de vez en cuando. Un abrazo y feliz finde.
ResponderEliminarHola, Marian, cuánto me alegro de hacerte sonreír. Qué otra cosa podemos hacer si no en este mundo tan difícil, sino tomárselo a broma. "La risa es un masaje para el corazón".
ResponderEliminarUn beso para ti, y abrígate en ese París helado de postal navideña.
ajajajajajajaja!!!!!!!!!!!!! mostrar tus partes pudendas delante de la gente es que eres muy engreído y crees que son las mejores ajajajaja!!! y muy mal eso de pedirle fuego a esa parejita que estaba dando rienda suelta a sus instintos más puros ajajajajajja Juan eres un sol.
ResponderEliminarAmigo te dejo un arbol de navidad para ti para que lo pongas en tu blog es mi regalo navideño! pasa por favor a retirarlo Gracias!
Lo leí una vez y marché, volví y solo pude reirme, te dejé un comentario y me fuí con idea de volver por sentir algo extraño con este post.
ResponderEliminarHoy me he dado cuenta, al fin, de lo que me ocurria en todas las ocasiones!
Leyendo no podía distinguir las caras de los personajes, todos tenían la misma, la del guaperas ese que habla tanto del control de los aeropuertos! era eso: el mendigo, la encargada del escaner, todos los que deambulaban, los que copulaban, viajeros, empleados, el taxista, menos tú y tu hermano todos rubios y con esa voz tan mona...¿?
Hola, Conchi, gracias por tu comentario, veo que has leído más de una vez el relato y es de agradecer que me concedas tanto de tu valioso tiempo.
ResponderEliminarNo entiendo lo que me quieres decir en la pregunta final. ¿Debería haber descrito las caras de los personajes? ¿Es eso?
Pues tienes toda la razón, acostumbro a hacerlo en los relatos y novelas, y si no lo hago en los relatos cortos es para no hacer muy extenso el texto, ya que se trata de visitas rápidas las que hacemos a los blogs para poder corresponder a todos los que nos honran con su visita.
Pero es la mejor crítica que he recibido y la voy a tener en cuenta.Ahora mismo edito el texto.
Muchas gracias. Un beso
¡Ja, ja, ja, qué surrealismo más cómico! Me hiciste reir cuando mencionas los condones, y me temo que durante un tiempo cada vez que pase por un detector de metales me agarraré el pantalón, je, je.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, compañero.
Un abrazo,
Jesús
Amigo Juan, veo que el tiempo que te dedico me lo devuelves, ¡que bueno!.
ResponderEliminarQuizás he estado algo torpe explicando también por ser breve, me ha gustado mucho tu descripción, era mi sensación, a lo mejor la que pudiste transmitirme, la de que todos los personajes tenían algo del rubio cansino con pinta de maniquí impoluto, buenín e inocente que nos intenta convencer esta temporada de las injusticias que sufre su colectivo.
Le he visto en todas sus facetas, disfrazado de todos los personajes que pueblan tu historia mostrando sus miserias.
Me ha gustado mucho porque has conseguido que viera algo más allá de tus letras. Aún con reedición sigue estando genial.
Un saco de besos.
Que bueno Juan, si me gusta venir a tu espacio es por que casi siempre salgo de aqui con una sonrisa. Gracias por estos buenos momentos.
ResponderEliminarUn beso.
Pd: Cual será la nueva sorpresa que nos deparará España.
Ayss...
Juan te pasaron cosas de películas y para poner la guinda al pastel la huelga de controladores Juan yo creo la primera semana de este mes no fue muy buena pare ti.
ResponderEliminarGracias por su visita buen fin de semana
María Susana dijo...
ResponderEliminarajajajajajajaja!!!!!!!!!!!!! mostrar tus partes pudendas delante de la gente es que eres muy engreído y crees que son las mejores ajajajaja!!!
¿Engreído yo00o? No he dicho nada sobre mis cosillas, incluso no he precisado si la mujer las miraba asombrada por su nobleza o por lo esmirriada. Gracias, M.Susana,me alegro de que hayas disfrutado leyendo.
Un beso
¡Hombre, Jesús F, tú por aquí! Me alegro de leerte y saber que te ha gustado. Y no te preocupas por lo del detector; creo que hay miles de demandantes de empleo de ambos sexos para ese puesto,pues ahora ya nos van a ver completamente desnud@s por rayos X cuando pasemos el control y algun@s se pondrán a cien.
ResponderEliminarUn abrazo. Saludos a la mamá y besitos al bebé.
Conchi, ahora entiendo tu primer comentario. Bueno ya lo dejo corregido, pues en verdad los personajes no se distinguían.
ResponderEliminarNo te cortes en decirme lo que piensas y señalar fallos; aprecio mucho todas esas valiosas apreciaciones y consejos, pues me ayudan a mejorar mis escritos.
Gracias de nuevo, amiga. Te deseo un feliz fin de semana.
Un beso.
Oréadas, me alegro mucho de que te guste venir aquí, lo mismo me sucede a mí con tu hermoso blog.
ResponderEliminarHe leído tu relato en homenaje a tu abuelo y me ha emocionado. Ahora te conozco muchísimo más y mejor.Gracias.
Un beso
Hola, José Ramón, gracias por tu visita.
ResponderEliminarEs verdad, ni la última semana ni la primera fueron buenas, pues acabé el mes con albañiles en casa, imagínate...
Feliz fin de semana.
Saludos.
Por esas cosillas que cuentas tú y por lo una no sabe de qué humor se van a levantar esos señores millonarios, que controlan nuestro espacio aéreo, y el miedo que me da volar, que todo hay que contarlo, ¡caray! es por lo que jamás cojo un avión. ¡Y porque pesa mucho!, jaja. Bueno, no sé hasta que punto no podría ser cierto todo el relato, con lo que se ha vivido en los aeropuertos este puente, todo es posible. Muy divertido, amigo. Me hiciste reír, y eso se agradece corriendo los tiempos que corren.
ResponderEliminarUn beso,
Margarita
¡Hola, Margarita! Mi querida y leal amiga, cuánto me alegro de verte por aquí y comprobar que recobras la actividad bloguera con tus maravillosas fotos y relatos.
ResponderEliminarEs cierto cuanto dices,todo es posible y no invento nada nuevo: en las escaleras del metro, en las calles y en locales públicos la gente se desmadra y realiza actos que escandalizan a cualquiera, y más sabiendo que es pura exhibición, pues bien lo pueden hacer en la intimidad.
Lo que es inevitable es que examinen nuestros cuerpos desnudos en la entrada si queremos volar.Y no sé qué más querrán que hagamos. lo mismo nos piden un análisis de sangre y de orina para ver si somos portadores de genes terroristas.
Un beso, amiga, me alegro de que te hayas reído un poco
Al paso que van y el tiempo invernal que apenas inicia creo que se verán esas cosas y mas en los aeropuertos y demas medios de transporte.
ResponderEliminarLa historia es amena y tienes razón... que tu hermano espere a mejor tiempo.
hasta pronto mario
No te quepa duda, Mario: vamos a peor cada día, y dentro de poco veremos cosas peores si queremos subir en avión.
ResponderEliminarMi hermano tendrá que esperar, ja,ja. No sé quién acertó, si él quedándose a vivir en Francia o yo regresando a España, la cosa está mal entodos lados.
Un abrazo, amigo