Mi lista de blogs

miércoles, mayo 22, 2013

EL MEDIEVO EN EL PUERTO DE SANTA MARÍA


¡Hay que ver cómo está el patio de esta arrugada, descolorida y sufrida piel de toro que es España!
Hombre, yo ya había notado que algo fallaba: los seis millones de parados, el aumento de los precios y estancamiento de pensiones, las continuadas manifestaciones y huelgas en las calles, las personas rebuscando comida en los contenedores de basura...
Pero nunca imaginé que los artículos de segunda mano alcanzaran un precio tan alto. En esta época de crisis, la ropa y el calzado de temporada siguen siendo caros a pesar de las rebajas y la gente se inclina por los mercadillos y tiendas de usado, y es tal la demanda que los comerciantes del género se aprovechan y suben los precios de tal modo que algunas cosas antiguas y taradas cuestan más que los nuevos a estrenar.
Ayer me convencí de ello.


Estaba paseando por la calle más aburrido que una ostra en una catedral y veo un local abierto con el cartel "La pieza del mes. Entrada libre", y me cuelo con disimulo  y comienzo el recorrido por las salas para ver el contenido de las vitrinas y escaparates. ¡Pasmaíto me quedé! ¡¿Pero cómo tienen   valor de exponer tantos desechos?!

Yo, la verdad, había entrado con la intención de aprovecharme de la penuria que padecen la mayoría de comerciantes y comprarle por muy poquitos euros un regalito a mi Carmen del alma, una maceta o una jarra para poner flores. Y me dio vergüenza pedirla.


De un centenar de cántaros, jarras y vasos no había uno entero, y los que aparentemente lo estaban era porque estaban pegados con loctite.
Pero lo peor, el no va más, fue comprobar que el adeene de especulador está incrustado en la mente de todo el que comercia con algo en este lamentable y puto país de mierda.

Perdonen ustedes por mis exabruptos, pero es que a mí estas cosa me sacan de quicio.
¿Pues no va una señorita con una sonrisa de parte a parte de su cara bonita y me dice que el objeto que yo quiero para macetero  no tiene precio,y  que por nada del mundo me lo vende? Un jarro roto que han recuperado pegándole un trozo y que luego no han lucido ni disimulado y se le notan las fisuras.



 – ¡Pero mujer...! Si yo te hago un favor  llevándome todos estos escombros- le dije. Y ella que se quita las gafas y me lanza  una mirada HT345bis (cargada de mala leche) y me dice que ella no está para escuchar tonterías, y que haga el favor de largarme con viento fresco o llama a su primo de Zumosol.

¡Coño! Si por pedirle  una porcelana rota se pone así, ¿cómo se pondrá si le ofrezco veinte euros por este artilugio viejo y oxidado que dice que hace mil años servía para sacar agua y regar el jardín?

 O por esta especie de violín al que le faltan cuerdas.

Y lo que ya es  para pegarse contra la pared, colocar la picha sobre un yunque y darle martillazos o tirarse por la muralla de Santa Catalina es que me cuente las excelencias de este fragmento de flauta, lo que le ha costado conseguirla y su enorme valor. Vamos que es idiota si se cree que yo voy a darle algo por ella cuando yo si quiero voy al bazar de los chinos y me compro una flauta  mueva por dos o tres euros.

 Lo mismo me dijo de la pandereta: que si  ya la tocaban en el siglo X , que era en piel auténtica, que se la habían encontrado cavando en el castillo de Doña Blanca, que si...


¡Que no te enteras, chiquilla, que no te voy a pagar más de cinco euros!, y porque está bien conservada y dice la etiqueta que es genuine leahter, que si no, ni eso!
 El cañón del siglo XV no le pregunté cuánto valía porque de todas formas  pesaba mucho y no podía llevármelo para ponerlo en el césped del jardín, y tampoco era cuestión de alquilar una furgoneta para llevar ese trasto herrumbroso, pues creo que  me saldría más caro el transporte que el cañón.



















Y es que esta gente estudiosa y  bien maqueada piensa que nosotros, la gente de a pie, somos tontos.

 Porque ustedes no se imaginan el valor que le da esta señorita a esta lámpara de cuatro brazos, aunque haya perdido dos de ellos

 

 Dado que la factura de la luz no para de subir, pensé en llevarme estas lámparas de aceite para cuando  ENDESA me la corte por falta de pago (la luz, ¿hein? no vayamos a pensar otra cosa). Pero no hay manera, la chica no se baja del burro: "¡Es que son muy antiguas, tienen mil años!, decía la listilla.

 
  A saber lo que me pedirán por un cuerno de rinoceronte prehistórico de tres metros de longitud que han encontrado en unas excavaciones. Ahora lo están limpiando para mostrarlo al público este verano.
Os prometo averiguarlo.
– ¿Y ése qué hace ahí acostado?
– Es el vigilante nocturno. Tiene contrato fijo, lleva así más de mil años.
 – Ah, vale.


domingo, mayo 19, 2013

BROTES VERDES DE PRIMAVERA





Después de un largo tiempo  de podredumbre
porque perdí la esencia que me daba vida
juré que jamás me abrasaría en la misma lumbre
y pasé años lamiendo mis propias heridas...

Hoy un nuevo aroma, dulce y embriagador,
 ha inundado mi alma triste y  deprimida
 y en la costra oscura que la recubría
le han salido unos brotes  de verdor.

Si la vida en soledad es triste,
¡qué bonita es la vida en el amor!
Safe Creative #1305195125200

jueves, mayo 16, 2013

COSAS DE NIÑOS

imagen de internet

Antoñito era un niño travieso y  según su padres y conocidos siempre tramaba algo; pero en realidad él sólo deseaba descubrir cosas, y jamás hacía daño a nadie.

Una noche se despertó de madrugada y como no podía volver a conciliar el sueño se levantó de la cama y se asomó a la ventana.
Frente a él, la Luna se había detenido sobre  el pino que había en el jardín, y le observaba; parecía que  se estaba  riendo. Antoñito saltó por la ventana y se dirigió al árbol. 

 La imagen de la Luna se colaba entre el follaje y pensó que él podía alcanzarla y conversar con ella. 
Antoñito no tenía muchos amiguitos en el cole: era de familia pobre y mientras sus compañeros disfrutaban de consolas, tablets, portátiles o carísimos teléfonos móviles, él se contentaba con admirarlos en los escaparates; mientras que sus compañeros vestían ropas de marca, él se vestía con ropa de segunda mano. ¡Pero qué feliz sería si él pudiera alcanzar la Luna!
Sonrió al pensar en la sorpresa que les  iba a dar al presentarles  la Luna como su amiga. ¡La cantidad de amigos que tendría de pronto!

Sin pensarlo más, comenzó a trepar por el tronco y llegó hasta  la copa del pino. La Luna parecía estar al alcance de la mano, a un metro hacia la derecha, y Antoñito quiso tocarla. Comenzó a caminar sobre una rama delgada, que se balanceaba peligrosamente a medida que él avanzaba.

De pronto escuchó un chasquido y se precipitó al suelo, tropezando en su caída con las ramas que encontraba a su paso.
El niño se quedó tumbado de espalda y como no podía moverse comenzó a llorar y a gritar. Unos perros comenzaron a ladrar y fue gracias a ellos que se despertaron los vecinos y pudieron llevar a Antoñito al hospital.

 Ahora Antoñito tiene las rodillas rotas y, aunque los médicos hagan todo lo posible por sanarlo, sus piernas no quedarán  bien.  Todos lo compañeros del colegio le llevan regalos y le demuestran su cariño; pero Antoñito permanece triste: sabe que su futuro y sus sueños se han destruido. 

  Moraleja: no vayas más allá de tus posibilidades; lo que no puede ser  no puede ser. Y además, es imposible.

martes, mayo 14, 2013

CUANDO YO ME VAYA


Cuando yo me vaya lejos,
en busca del horizonte infinito,
dejando atrás heridas, alegrías,
amigos y enemigos,
sin otro bagaje que mi amor incomprendido.
Con el corazón abierto,
mostrando las múltiples heridas
que me hice a lo largo del camino.
Cuando llegue ante la fuente de energía
que a todos nos da vida
y me postre ante el Supremo Juez,
sin miedo a nada peor de lo que he sufrido
Y Él me pregunte qué deseo,
para que me sea concedido,
antes de arrojarme al eterno olvido.
Le diré que te ame como yo te amé,
que te cuide por muchos años
y te guarde un lugar preferente a su lado
Para que tu luz, ésa que tanto me deslumbró
y que hizo añicos mi corazón,
ilumine para siempre los espacios infinitos.

Juan Pan García
Registrado CA- 00286-2008


lunes, mayo 13, 2013

LA MUJER DEL TREN, escrito por mi amiga Genessis

Mi amiga Genessis es una argentina que vive en Italia. La conocí hace poco más de un año por azar, al pinchar en el enlace de un blog amigo. Desde entonces la sigo, atrapado por la belleza de sus textos. Es, además de excelente escritora, una bellísima persona: amable, simpática, cálida y respetuosa. Os invito a conocerla  visitando su blog: http://genessis-genesi.blogspot.com.es , del cual os dejo una muestra en el relato siguiente:

LA MUJER DEL TREN



(imagen tomada de la red)


Un puñado de caritativos vecinos va detrás del coche desvencijado que carga a la difunta. Don Simón, enjuto, calvo y tristón sabe que todos tuvieron compasión de ella, pero nadie movió un dedo para evitar tal desenlace, ni él se esforzó por impedirlo. Camina cabizbajo detrás del féretro con su sombrero de pana gris en mano. -“Esto tenía que terminar así”, retumba en su sien como un picoteo de pájaro carpintero mientras iba abstraído camino al cementerio. Desde lejos, al pie del barranco del arroyo Mburicaó, se avista la cruz mayor del camposanto. A medida que el minúsculo cortejo avanza esquivando malezas que se remolinan sobre los viejos rieles, jirones de escenas entrecortadas se suceden en su recuerdo.

Años atrás, una fría mañana de invierno, Abelardo, su compañero de trabajo en el ferrocarril, fue al templo La Piedad para estar en el bautismo de su primera hija. Llegó justo cuando el viejo abad benedictino decía: “Catalina, yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Abelardo, al escuchar esas palabras, se tomó la cabeza con sus esqueléticas manos y quedó exánime. Aturdido, no pudo dar un paso adelante porque sus ojos se perdieron en una tenue niebla oscura y creyó caer de bruces. Tragó una bocanada de aire y avanzó hasta el baptisterio para detener la ceremonia. Él había elegido para su hija el nombre de “María Esperanza”, pero llegó tarde. En ese momento divisó un pájaro negro estrellarse torpemente contra los descoloridos vitrales del viejo templo y le invadió un estupor. Un sudor frío le corrió por la sien y temió que el destino se ensañara con la vida de su hija.

La madre de la pequeña, con rasgos de gitana y apenas 26 años revela indicios de una demencia precoz. Desde el primer síntoma de su embarazo, intuyó que sería una niña y se obstinó en llamarla Catalina, como ella, su abuela y su bisabuela, quienes muy jóvenes, terminaron sus vidas en el hospital neuropsiquiátrico de Asunción, tras recorrer desquiciadas las calles de la ciudad y la ribera del río Paraguay.

La niña Catalina, endeble y mal nutrida, de ojos grandes pero de genio muy noble, quedó bajo el austero cuidado de la señorita Gertrudis, maestra jubilada y militante de la “Legión de María”, ya que la madre frecuentemente era hospitalizaba por sus disturbios mentales y Abelardo, maquinista de tren, sólo la visitaba cuando tenía día libre en el trabajo.

Cuando cumplió 15 años, Abelardo quiso ser un padre como todos. Encargó una fiesta en el Club social del Sindicato con el esforzado ahorro de cuatro años. Deseó atraer la mirada de la vecindad y de modo especial la de algún joven pretendiente. Tenía la secreta ilusión de asegurarle un esposo, pero sobretodo, quería sacarse de encima el peso recriminatorio de no haber sido un buen padre. La joven, tímida y recatada, admirada por sus virtudes muy pronto encontró novio. Abelardo cree que Roberto no es el mejor postor, pero, por lo menos aspira a ocupar un puesto en la Empresa Ferroviaria. La sexagenaria Gertrudis se sintió henchida de orgullo al casar a su criada, porque su temor era verla embarazada sin que nadie se hiciera cargo de ella.

Cada mañana, Catalina va a la Estación a esperar el tren que trae a Roberto y a recoger el bolso gris con ropas a olor de aceite y cigarro. Lava y plancha con mucho esmero, como la única obligación de su vida. Nunca faltó un manojo de pacholí en su enjuague para darle un exquisito aroma a la ropa. A la mañana siguiente dejaba en el mismo lugar, colgando en una de las oscuras ventanillas del viejo andén, ritual que repitió fielmente, desde el otoño en que se casaron.

No pudo finalizar un embarazo; una y otra vez los abortos se sucedieron sin alcanzar siquiera los tres meses. Las secuelas hicieron mella y su forma de ser se alteró como un maizal azotado por un viento huracanado. Se volvió taciturna. Empezó a descuidar su casa, las plantas del jardín ya no florecen, el gato se volvió huraño, y Pegy, el guardián, se mudó al vecino. Vagaba desaliñada por las calles a cualquier hora del día y comía del plato misericordioso de los vecinos. La gente veía repetirse en ella la triste historia de su familia materna.

Roberto ante tal situación, se acobardó. Sólo él sabía lo que decidió después de aniquilar su conciencia de hombre enamorado. Una noche llegó con una caja de regalo; era una muñeca con ojitos azules y cabellos plateados. Catalina, con una amplia sonrisa la apretó con ternura contra su pecho y no se separó de ella nunca más. Roberto no pegó el ojo en toda la noche por que el desasosiego le alteró el corazón y sintió un peso que le apretaba como piedra. Al día siguiente, antes del amanecer, la despertó sigilosamente de su inocente sueño, la amó con pasión y la hizo feliz. Bebió un café amargo y con un beso en los labios se despidió de ella. Catalina quedó tiernamente extasiada y asida enfermizamente a su muñeca, creyendo que mientras dormía la comadrona del barrio le devolvió la hija que había perdido. Desde aquel día, Roberto nunca más recogió el bolso. Desahuciado se trasladó a la frontera intentando sepultar su vida pasada, y para no desmerecer su creencia cristiana evitó ponerse una soga al cuello.

Pasaron años y Catalina acudía puntualmente a la Estación para esperar el primer tren de la mañana. No la detenía la intermitente tos que la aquejaba, ni la lluvia, ni la tormenta, ni la escarcha del invierno. Los transeúntes de la estación conocen el contenido de aquel bolso gris y nunca nadie osó tocar porque era el lazo de amor y fidelidad que unía a aquel matrimonio que ya no existía. Lasmalas lenguas le dijeron que Roberto había muerto en un descarrilamiento de tren en uno de los viajes hacia el Brasil. Ella lloró, prendió unas velas frente a una destartalada repisa de Santa Catalina de Siena, recuerdo de su abuela, y se vistió de luto, pero la noticia no cambió su manera singular de pasar sus días, ni las ansias de esperar el tren de cada mañana. 

Ayer, Catalina no regresó a su casa. Nadie supo exactamente qué rumbo tomó. Algunos vecinos la vieron juntar ramas secas en el Parque Caballero, sin precisar a qué hora, otros recuerdan su andar cansino y desorientado cerca del río. Ya entrada la noche, bajo una fría tormenta encaminó sus pasos a la solitaria y lúgubre Estación. Como un ermitaño penitente, se acomodó apaciblemente en un viejo banco de madera frente al ventanal desde donde siempre veía llegar el tren de las cinco.

Hoy, el tren venía echando humo y su silbido rompía el frío amanecer de mayo. Llegó y partió como siempre, pero Catalina ni se inmutó. Siguió en su postura inmóvil. Don Simón, con su mate en mano y una pava sobre el brasero para mitigar el frío del crudo invierno, la miró de reojo, más bien atento a lo que decía la radio: “En nuestra ciudad capital la sensación térmica es de seis grados bajo cero…”. La dejó que siguiera durmiendo, “total nadie clama por ella en su casa”, pensó.


Antes de salir el sol, se escuchó el pitar del otro tren, el que va a Sapucai. El vaivén de los transeúntes que hace chirriar el antiguo piso de madera y las carcajadas de las chiperas no despertó a Catalina. Entonces don Simón se acercó para darle los “buenos días”, pero no hubo respuesta. Cuando levantaron la fina manta que la cubría, sus brazos estaban asidos fuertemente a María Esperanza, su muñeca, y el bolso gris cargado con viejas ropas de Roberto, bien zurcidas y perfumadas.

Su rostro sonreía exangüe y gélido.



miércoles, mayo 08, 2013

LA PRIMAVERA


 Ha llegado el buen tiempo y antes de que llegue la avalancha de turistas y se saturen las playas y uno  no encuentre sitio ni para sentarse, es bueno aprovechar estos días primaverales de perfecta temperatura, (28º a las once de la mañana) ni mucho calor ni frío, para pasear con mi mujer por la arena y recorrer a pie   la Playa de Poniente  en Valdelagrana.
Esta larga playa de arena fina y amarilla es una de las pocas playas vírgenes del litoral gaditano protegidas contra la voracidad de  las inmobiliarias, pues a pesar de la enorme y continuada presión ejercida para construir hoteles y edificios, no han podido doblegar a los responsables de Medio Ambiente de  la Junta de Andalucía.
La playa  limita al norte con la urbanización Valdelagrana, a poniente con el mar y a levante con el Parque Natural de Los Toruños,  espacio protegida de aves acuáticas, camaleones, cangrejos y otras especies. Al sur limita con el río San Pedro y el término de Puerto Real.
Hoy me he dado el primer baño. El agua estaba buenísima y después de haberme mojado los brazos y el cuello me he lanzado al agua y no he notado ninguna impresión desagradable, al contrario: apetecía permanecer en ella.





Mi esposa se ha dedicado a recoger conchas finas de diversos colores para adornar algún tiesto de casa, tal como hace cada año.
La verdad es que las conchas bien limpias  quedan muy bonitas en un vaso transparente, así como en una bandeja

                                   
Bien lavadas, las conchas  se secan y se colocan para adornar objetos







jueves, mayo 02, 2013

PLANTAS DE INTERIOR, de ANA MONTOJO



La sigo en su blog desde hace cuatro años y la conocí en persona en el Encuentro de Poetas en la Red organizado por ella en Sigüenza en octubre de 2011.
Leer sus entradas en el blog es una gozada, de cualquier tema hace una obra de arte.  http://elhumociegamisojos.blogspot.com.es/
Es una mujer inteligente, culta y bella. Trabaja  en la Administración y compagina su trabajo de funcionaria con la corrección profesional de textos.
Su poemario "La niebla del tiempo" ganó el premio Blas Otero en 2010, y anteriormente, en 1998, fue galardonada con el premio "Carmen Conde" a su poema "Cuando vuelvas", incluido en el libro que os presento ahora:  Plantas de interior.

Ana  Montojo presentó su nuevo poemario «Plantas de interior» el pasado 18 de abril, en Santiago. Un libro en el cual se desnuda sin pudor


y nos muestra  crudamente y sin máscaras su fragilidad, sus miedos, sus decepciones, sus debilidades.... Es una mujer bella, muy castigada por  la vida o por los dioses, y su libro es estremecedor, sangrante. 

Todo ello  te llega al corazón y te desarma al verte reflejado en sus poemas, pues lo que hace Ana con maestría es descubrir la parte más vulnerable del ser humano.

Os muestro algunas páginas abiertas al azar. Pinchad sobre las imágenes para ampliarlas.





Me ha gustado mucho su libro y desde ahora estará entre los más selectos de mi biblioteca. Os lo recomiendo.



sábado, abril 13, 2013

RECITAL POÉTICO EN EL PUERTO

Como cada año en estas fechas, se celebra en El Puerto la Fiesta de los Patios. Ayer tarde,  un jurado visitó los patios que participan en el concurso para elegir a los merecedores del 1º,2º y 3º  premios, los cuales se entregarán en un acto oficial.
Entre las actividades de la Fiesta de patios  se hallaba la lectura de poemas y cuentos por el taller de lectura de la Academia de Bellas Artes, que tuvo lugar en el patio del Hospitalito.

Yo tuve el placer de escucharles y hoy  comparto con ustedes las fotos  que hice  del magnífico acontecimiento cultural.

 Mi amigo Martín  leyendo el discurso de presentación del acto.

  Curioso atril









jueves, abril 11, 2013

JOSÉ LUIS SAMPEDRO, COMPROMISO Y LUCIDEZ


Nos ha dejado José Luis Sampedro, y es una pena, una enorme pérdida para la humanidad.
El mundo necesita de personas como él. No hace mucho le entrevistaron en televisión y sus respuestas a los problemas actuales fueron una verdadera bofetada al Gobierno y las políticas ultraliberales que  está aplicando.
Continuamente, y por ley de vida,nos enteramos de la muerte de personajes famosos o de líderes encumbrados por el Sistema que me dejan indiferente; pero la muerte de José Luis Sampedro me ha afectado mucho.Siento que nos quedamos solos ante las fieras capitalistas y antisociales, al igual que la  abuela que abandonan en la gasolinera. Me caía bien este hombre, lo admiraba y lo admiraré siempre.



miércoles, abril 10, 2013

MONTE ORIOL



En esta ocasión me he decidido por un clásico. Monte Oriol  es  el segundo libro que leo de este genial autor francés. El primero era un libro de cuentos que incluía "Bola de sebo", la obra que le encumbró a la fama.
Guy de Maupassant era  alumno aventajado de Gustavo Flaubert, quien le animó a publicar y lo apadrinó introduciéndole en los círculos de la élite literaria de la época acompañando a Emile Zola, Goncourt, Turgueniev, etc.

Guy de Maupassant se convirtió en el novelista favorito de las mujeres, hechizadas por el romanticismo y realismo de sus obras. Afectado por graves problemas nerviosos intenta suicidarse en 1892 y acabó sus días en un manicomio después de 18 meses agónicos.
 La novela Monte de Oriol ha ido atrapándome poco a poco hasta llegar a las 50 últimas páginas, las cuales me atraparon por  la belleza del lenguaje usado al narrar el doloroso drama del desamor entre los dos principales personajes.
 Tiene momentos jocosos, pasionales, divertidos y tristes.

El final, sin embargo, no me ha gustado: ha sido brusco, inesperado en ese momento, dejando la puerta de la imaginación abierta para que cada lector haga su propias reflexiones.

Pero mejor será que  os muestre la crítica de Monte Oriol  que apareció en el diario «La Época» en 1888:

"Guy de Maupassant es, de igual manera que Paúl Bourget, uno de los novelistas favoritos de las lectoras parisienses. Sus obras aparecen rodeadas de ese prestigio que da el nombre del escritor de moda, y aunque su fama es de fecha reciente, sus libros son de los que se colocan en primera línea en los escaparates de las librerías, se leen con avidez y merecen la atención preferente de los críticos.
En su última novela, Las termas del monte Oriol, ha escogido un establecimiento balneario como escena en que se desarrolla una pasión amorosa, tan ardiente como pasajera, uno de esos amores que brotan y se extinguen como una llamarada fugaz. Allí ha pintado Guy de Maupassant con singular maestría las bellezas de una naturaleza selvática, el típico carácter de los médicos y de los bañistas de Enval y las dos figuras de Cristiana y de Bretigny, unidas un momento por el amor y separadas luego por el olvido, que comparten el interés principal de la novela.

Pero donde más resalta la poesía de este relato es en su última parte, que pinta como se va extinguiendo la pasión de Bretigny hacia Cristiana, para seguir en eso la suerte de casi todos los amores culpables. Hay ráfagas de intensa melancolía en la pintura de ese amor, que muere sin luchas y sin conflictos por la acción silenciosa y lenta del hastío. Guy de Maupassant ha sabido realzar con raro acierto la figura de Cristiana de Audermatt, presentándola altiva y digna cuando se ve olvidada. Y por esa íntima simpatía que provoca el dolor, la heroína de Las termas del monte Oriol resulta regenerada cuando va a consolarse junto a la cuna de su hijo de su amor perdido y de sus ilusiones muertas.
La traducción que ha hecho el Sr. Olavarría y Huarte de este libro es muy esmerada. La precede un estudio crítico sobre Guy de Maupassant, interesante en extremo." 

jueves, abril 04, 2013

AMNISTÍA FISCAL



foto de internet
Huyendo de la Justicia
un hombre llegó hasta el mar
Y exclamó, ante su estulticia,
¿Y ahora qué? ¡No sé nadar!

Me acosan los guardias
¡Sálvame, señor, te imploro!
ante mí tengo el barranco
y la cárcel a retaguardia

Iluminado se gira y dice a gritos:
¡Quiero negociar con Rajoy!
Si decreta mi amnistía hoy
le ofrezco este hermoso pito

Y se baja los pantalones
surgen cámaras y móviles
envían videos a Youtube
¡Olé, un tío con dos cojones!

Los ministros del Gobierno
Se reúnen con premura en Madrid
y clavando los ojos en Montoro
que les sonríe como un beodo
gritan: ¡¿Qué demonios pasa aquí?!

Tranquilos... No pasa nada,
nosotros no perdemos nada.
Si se mata, un parado menos,
y nos ahorramos su paga

¡Ah no, eso nunca!-exclama Rajoy-
soy el Presidente y no me permito
privarme de manjar tan rico
¡O se le cancela la deuda, o  me voy!


Safe Creative #1304044891419




martes, marzo 26, 2013

LAS TORRIJAS



                                           arriba, torrijas con miel; abajo, con azúcar y canela


Las torrijas son unos dulces que se comen tradicionalmente en Semana Santa.
Algunos programas gastronómicos televisivos enseñan recetas tan sofisticadas  que muchas mujeres prefieren comprar las torrijas, ahorrándose sorpresas y trabajo. Se encuentran en pastelerías y panaderías.
Pero  nada tan fácil y divertido  como hacerlas uno mismo.

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:

 16 rebanadas de pan de torrijas. (También se puede hacer con pan normal).
Aceite de oliva, tres huevos,  I/2 vaso de vino blanco, 1/2 litro de leche, miel, pan, azúcar y canela

Se eligen dos platos grandes y llanos y en uno se echan tres huevos batidos
En el otro, la leche mezclada con el vino.
Se pone aceite en  una sartén en el fuego.

Se cogen las rebanadas de pan y se bañan en el plato de leche, y luego se le da una vuelta en  el huevo. Después se fríe, procurando que no se pasen. Una vez frita se sacan y se colocan en un plato.
 Entonces se ofrecen varias opciones: Si le gusta con miel,  se le añade miel
Si prefiere azúcar con canela, se le añade azucar y se espolvorea con canela.
¡Et voilá!
                           ¡Ojo!, no confundir las torrijas con una torrija. 
Las torrijas son unos dulces que se comen en Semana Santa; torrija es la que te entra después de comerte un plato de ellas

miércoles, marzo 20, 2013

¡ESTAMOS EN PRIMAVERA!


Después del desapacible  y lluvioso día  de ayer, hoy nos ha llegado la primavera y nos ha traído una mañana cálida y un cielo completamente azul. 
 Nos han despertado  un par de gorrioncillos que  se han  instalado en una maceta de la ventana del dormitorio y, después de desayunar, mi esposa y yo hemos ido a dar una vuelta al centro urbano, donde hemos comprado algunas cosas para reemplazar las desgastadas por el uso. 
El aroma del azahar de los naranjos de la calle Larga impregnaba el aire, para gozo de nuestros sentidos, y hemos paseado durante  un par de horas por el parque y las calles, viendo diversos escaparates.

Hace unos días,  me deshice del viejo equipo de música, el cual necesitaba dos bafles nuevos y la reparación de la platina, cuya factura superaría sin lugar a dudas la que yo pagué por el conjunto hace 20 años, y  ayer, Día del Padre, me han regalado un tocadiscos, modelo retro,  que me permitirá seguir escuchando mi colección de discos de los años 60-70
Al llegar a mi casa, he abierto la  ventana de mi pequeña oficina, donde paso la mayor parte de día, y mientras escribía esta nota y   navegaba por Internet, disfrutaba de la música de unos discos de vinilo que compré hace 50 años. Y aún se escuchan bien, como pueden ustedes apreciar en este vídeo.

lunes, marzo 11, 2013

MIEDO A SER LIBRES





Ayer  abrí la puerta de la jaula  y me quedé un rato observando qué hacían  mis pájaros ninfas con su libertad.
Las pobres aves nacieron enjauladas en una tienda de mascotas, y así llevan el año largo que hace que están conmigo. Yo quería que ejercitasen  sus alas  revoloteando libremente por la casa. Cerré las ventanas del exterior y les abrí la puerta del jaulón.

Curiosamente ellas no aprovecharon la oportunidad que les brindaba de ser libres: la hembra se quedó dentro del nido y el macho salió a reconocer el exterior de la jaula. Gritaba mucho para llamar a la atención, pero no se decidía a volar.Acostumbrado a trepar por la reja sin poder usar sus alas, continuaba trepando y bajando por ella sin pensar en usarlas.
Sólo  cuando le acerqué las manos echó un corto vuelo, muy nervioso y asustado, sin atreverse a entrar y conocer las habitaciones de la casa. Al instante regresó a posarse en la jaula.

Preferían permanecer entre rejas,  alimentándose con lo que sus amos quisieran darle, a tener que enfrentarse a la vida en un mundo libre pero competitivo.

Esa actitud me llenó de tristeza al encontrar gran similitud con nuestra Historia.
Hace  35 años, a nuestra querida España  le abrieron las rejas de la dictadura y el oscurantismo  y le concedieron la oportunidad de volar en libertad  para desarrollarse y ampliar conocimientos, asociándose  con otros países libres en el proyecto del bienestar de la humanidad.
Pero es duro constatar que los españoles no hemos sabido aprovechar esa oportunidad. Hemos gritado mucho para llamar la atención sobre las injusticias y deficiencias, logrando mejoras sustanciales en nuestros derechos y deberes. Pero después de un corto vuelo hemos tenido miedo y hemos regresado a la jaula, a la seguridad de las rejas, prefiriendo vivir de la ración controlada de pienso que la Europa capitalista nos proporciona con altos intereses antes que lanzarnos a descubrir nuevas formas de  organizarnos y desarrollarnos, eliminando el sistema corrupto de las castas políticas que nos ha mantenido engañados  con falsas promesas y nos ha convertido en esclavos de la banca.

 Lo que está sucediendo hoy en España no tiene nombre, es vergonzoso, escandaloso: aquí los corruptos campan a sus anchas, son impunes ante la Ley,  nadie  los encarcela ni los echa de sus poltronas,  ni ellos dimiten. Todo vale para gobernar, si no se ganan las elecciones se busca el apoyo de otros para buscar mayorías y echar al ganador,  incluso gracias al voto de un acosador de mujeres. Seguimos manteniendo vicios del pasado, gobernando con chulería y despotismo,  amenazando con el empleo de la fuerza, machacando a los que usan su derecho a manifestarse en la calle, borrando de un plumazo los derechos adquiridos, eliminando a los jueces molestos y cerrando la boca de la prensa investigadora.