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miércoles, mayo 31, 2017

LA DEPRESIÓN DE ADELA


Pintura al óleo de Antonio Quero Matas

Adela es una  mujer soñadora, no se amilana por la crisis. Las penurias que ahogan su vida tienen que cambiar, es imposible que puedan empeorar con las  largas jornadas de trabajo de puerta en puerta que dedica a su empleo de   vendedora de productos AVON.
Su marido está en paro, como casi todo el mundo, y sólo esporádicamente acude a reemplazar de noche  al vigilante de una gasolinera.
Un día se encontró con una amiga en el mercado y le dijo:
— Hija, que vida más dura, trabajar, trabajar y nada más que trabajar. Tengo ganas de divertirme, llevo demasiados meses sin salir a ningún sitio. Ni siquiera a comer un domingo en una venta. Creo que tengo depresión.

— La depresión te la quitas esta noche de encima si me acompañas a la despedida de soltera de mi sobrina. Te espero a las nueve en mi casa y nos vamos juntas.

— ¡Ay, que bien! Esta noche me iba a quedar sola, mi marido va a trabajar.

Y así fue.
Llegada la hora, se presentaron en el restaurante.
El local estaba lleno y la cena fue deliciosa. Al finalizar pasaron a una sala contigua reservada para ellos, donde había un estrado, y tomaron asiento en primera fila.
 Adela nunca había estado en una despedida de soltera, pero sabía de oídas lo que en ellas sucedía. Estaba muy nerviosa.
Al poco sonó la música y apareció en el escenario un hombre vestido de Batman, quien poco a poco, mientras se movía al ritmo de la música, fue despojándose de la ropa hasta quedarse con un minúsculo tanga y la máscara. Todas las mujeres tenían los ojos casi fuera de las órbitas, clavados en el bulto que  lucía orgulloso el Boy  en su entrepierna.
"A ese tío me lo tiro yo aunque me cueste el divorcio", pensaba Adela, con la boca seca por el ansia y los nervios.
De pronto el Boy bajó del estrado y comenzó a mover sensualmente su cuerpo a pocos centímetros de la boca de una de las asistentes. Ésta le besó el paquete e introdujo la mano para parparlo. Las demás, fuera de sí, como poseídas por el Diablo, pedían al Boy que fueran a ellas. Todas le metían mano.
 Adela, que estaba pasmada al principio, deseaba con todas sus fuerzas  acariciar los atributos del Boy, que ya estaba a medio metro de distancia.

Por fin le tocó el turno a ella y prácticamente  lanzó sus dos manos al ansiado regalo, "Dios mío que bombón", exclamó.
Sin pensárselo dos veces le bajó el tanga al Boy dispuesta a tomar un segundo postre, cuando de pronto se quedo pasmada con la boca abierta y sin decir palabra:
¡El Boy tenía un tatuaje a lo largo de la picha y un testículo más gordo que el otro!
 ¡No podía ser verdad!
Se puso en pié y le arrancó la máscara de Batman.
¡¡¡ ¿Túuuuuu?!!!
¡¿Pero tú no estaba trabajando en la gasolinera, so hijoputa?!



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martes, mayo 23, 2017

EL ENCUENTRO




El viento de Levante soplaba con fuerza azotando las palmeras, que movían sus ramas agitadas como brazos pidiendo auxilio. Los chopos y jacarandas de la plaza se doblaban ante el ímpetu del viento y  algunas de sus ramas caían sobre los coches aparcados junto a la acera.
No apetecía salir a la calle por nada del mundo.  Cuando saqué a Tomy a las once no podía avanzar, el viento me frenaba y el polvo se me introducía en los ojos a pesar de las gafas.
 Estaba comiendo cuando recibí un wassap de una amiga  de Málaga avisándome de que estaba en Chipiona. Había venido en excursión con una asociación de mayores de su barrio. Me dijo que luego vendrían a El Puerto para comer.
Era la oportunidad de conocernos en persona tras casi dos años de comunicarnos virtualmente por Facebok. La llamé por teléfono:
— ¿Y dónde vais a comer?
— En un sitio llamado Romerijo
—  Hay dos Romerijos, uno en el centro histórico y otro en la carretera. ¿En cual de los dos?
 Al cabo de un minuto de silencio:
— Dice el chófer que en la carretera, donde aparcan los autobuses.
 Y allá me fui con mi coche, esquivando plásticos y ramas  secas que se empeñaba en arrancar el viento de las  palmeras que jalonaban la autovía.

La cosa empezó mal: dando marcha atrás para aparcar sin tener que dar la vuelta a la manzana no advertí un mojón de esos de hierro que ponen ahora en las aceras para que no se suban los coches, y al besarlo me paró el coche en seco.
Me bajé: nada roto ni abollado, solo vi un rodal negro de unos cinco centímetros de diámetro, causado por la pintura que había saltado del parachoques. Pero maldije a todos los santos del calendario. Una vocecita encima de las cejas me decía: "Tranquilo Juan, no es nada, todo acabará bien".
Y entré en el restaurante guardándome mi odio a los mojones de todas clases.
 Di una vuelta para  ver si reconocía a mi amiga entre el numeroso grupo de comensales que ocupaba la terraza cubierta. No estaba.
 Me acomodé en la barra y pedí una caña de cerveza. Cuando me la sirve el camarero le  pregunto:
— Perdone, había quedado aquí con una persona que viene en una excursión de Málaga...
— Sí, todavía no han llegado. Tienen reservado el comedor de la derecha.
— Vale, muchas gracias.

Y me bebí tranquilamente la cerveza sin dejar de mirar a la puerta de entrada. De vez en cuando un ramalazo de viento levantaba arena y polvo del parking de los Cines Bahía Mar, situados justo al lado, y aparecía una densa niebla color tierra por donde comenzaron a aparecer siluetas amorfas  intentado atravesar la calle para refugiarse en el restaurante. Una tras otra, las fantasmagóricas figuras, tras sacudirse en el porche la arena del cabello, el rostro y los hombros, fueron atravesando la puerta de apertura automática. El comedor estaba ya casi lleno y mi amiga no aparecía.
Al cabo de cinco minutos, cuando yo  dudaba si quedarme un rato más o regresar a casa, creí ver algo en medio de  la nube de  polvo que pasaba en ese momento ante la puerta. Era una silueta alta y otra bajita. Me fijé bien achinando los ojos, que es como dicen que se ve mejor, y el camarero me miró raro. Intuyo que se preguntaba si yo estaba intentado retener gases o me dolía el estómago.

Al fin apareció la pareja ante la puerta. Caminaban muy lentamente. Parecían dos sardinas harinadas prestas para freír.
No podía verles la cara. Me acordé de Lot convertida en estatua de sal. Pensé en darles un golpe con una escoba para quitarles la arena, pero me retuve:  Si se trataba de mi amiga,  no le iba causar muy  buena impresión que la recibiera a escobazos, así que me acerqué a ellas y las zarandeé, cayendo de golpe un montón de arena  en el suelo.
Era mi amiga.
La señora mayor venía aferrada a su brazo cual figura de porcelana de Lladó, motivo por el cual intuyo que habían llegado las últimas.
Mi amiga lloraba, yo me emocioné también.
— ¡Qué alegría verte, chiquilla!
— Tengo cuarto y mitad de arena en cada ojo— me dijo.

¡Qué chasco! Yo creí que lloraba  por la alegría de verme en persona tras largos y numerosos meses de estudiarme en fotos en mi muro de Facebok; pero no era por eso, ¡me caguentóloquesemenea!

 Nos saludamos e intercambiamos un par de besos. El viento se había llevado su perfume, si es que se lo había puesto. Olía a ella, a lo que huelen todas las mujeres bonitas sin perfume y sutilmente maquilladas con arena.

 Ella ocupó su sitio en el comedor, yo  le pedí permiso  al  maître y me senté a su lado para hablar un rato de todo: la familia, el tiempo, los amigos, la comida...
 Mientras ella comía yo pedí una cerveza fresquita.
Por cierto, había gente descontenta porque  el menú contratado incluía  una mariscada y lo que tenían delante no lo era: Un entrante de ensaladilla rusa, un plato de gambas frescas de Pontevedra, otro plato de pescado frito compuesto por  boquerones, merluza y calamares.
Al parecer, en Chipiona  la habían llevado a visitar la Virgen de Regla, la tumba de Rocío Jurado y poco más: el día no acompañaba.
Después de comer tenían prevista una visita guiada al Castillo de San Marcos. Yo me despedí de ella en la puerta y regresé a mi casa.
Fue un rato muy agradable, y sobre todo un enorme  placer el conocerla en persona, sentir su piel suave y natural, escuchar su voz, sus risas, y admirar sus ojos rebosantes de vida. Obviamente no  hice ninguna foto, no quiero perder su amistad.


SI NO LO DIGO, LO GRITARÍAN LAS PIEDRAS

El sangriento y abominable atentado de Manchester, con 19 muertos, la mayoría niños, y más de cincuenta heridos ha eclipsado la publicidad que buscaban internacionalmente el presidente de la Generalitat y sus adláteres en Madrid, de la que se hacen eco hoy los periódicos y las emisoras españolas.
Los atentados terroristas, por la imprevisible fecha y lugar en que se van a cometer, son lo mas temido y difícil de evitar para las fuerzas de seguridad de los estados libres. Provocan numerosas muertes y mucho sufrimiento y, seguramente muy pronto, una respuesta desproporcionada del país atacado en el país de origen de los terroristas.
La otra noticia es esta:
Los separatistas llegan a Madrid echando cojones. Piden diálogo, pero avisan de que el referéndum se celebrará sí o sí, y que si el Gobierno se lo impide, la cámara de la Generalitat declarará unilateralmente la independencia.

Dicen que el Hombre es el único ser que tropieza dos o más veces con la misma piedra, y esta gente no se ha leído la Historia del primer tercio del siglo pasado. Aquí, a apenas quinientos metros, se expone al público la celda en que estuvieron presos los cabecillas separatistas de los años treinta. Lo peor es la sangre inocente que se derrama en estos casos, pues ellos seguramente abandonarán a sus seguidores ante el Ejército, cogerán el dinero y cruzarán la frontera como hizo Tarradellas y compañía, que vivieron lujosamente en el exilio durante cuarenta años. Y después, al cabo de los años, regresarán triunfalmente diciendo "Ja estic aquí", y les darán una paga vitalicia a ellos y a sus esposas.
No me lo invento yo, es la puta Historia que queda escrita para prevenir a los incautos.
Por mí se pueden ir ya, hace años que no los quiero como españoles. Concretamente desde que Guardiola y Piqué comenzaron a dar sus conferencias de prensa en catalán, mostrando una total falta de respeto a los cientos de miles de seguidores de todos los pueblos de España.
Desde entonces celebro la Navidad con cava extremeño y valenciano.
Los embutidos de Casademón y Tarradellas han sido reemplazados por productos andaluces, extremeños y salmantinos. Hoy he comprado unos salchichones y fuets deliciosos, marca Rolongo, procedentes del matadero de la Estación de Cártama, Málaga. El coche que tengo ahora ya no es un SEAT como los dos anteriores, sino un FIAT. Ahora me cuido mucho de mirar el origen de los productos antes de comprarlo. ¡Que se vayan! Lo único que hacen es pedir. Pedir y pedir dinero e inversiones al Gobierno, e insultar al pueblo andaluz, que es el que los ha enriquecido, y donde ahora ha nacido otra organización separatista andaluza, ANA, mil quinientos gilipollas que dicen representar a los ocho millones de andaluces. A mí desde luego no. Yo soy español, andaluz, y algareño, por ese orden
La Asamblea Nacional Andaluza, la plataforma soberanista que defende la creación de una República Andaluza, anduvo de tour por Catalunya la semana pasada.Su presidente, Pedro Ignacio Altamirano...
LAVANGUARDIA.COM

domingo, mayo 21, 2017

ELEGIR ENTRE DOS IGUALES

"En el poder las puñaladas nunca

llegan de frente, siempre por la espalda y con un abrazo."
Carlos Ruiz Zafón

Se supone que cuando los ciudadanos elegimos a los políticos para que nos gobiernen esperamos que se dediquen a resolver nuestros problemas; para eso les pagamos.

Pero desde hace dos años asistimos a una lucha por el poder en el PSOE entre candidatos a la presidencia del Gobierno, un asunto particular y de partidos, que nosotros no deberíamos costear sino ellos.

Por otra parte, el Gobierno lleva muchos más años intentando anular la acción de la Justicia para limpiar su partido de la mierda que lo ahoga, utilizando como propias instituciones públicas y supuestamente independientes como son la Fiscalía del Estado y el Consejo del Poder Judicial, para conseguir sentencias escandalosas, y descalificar o trasladar a los jueces estrellas que llevan desde hace años las investigaciones.

Y eso ocurre en España porque los españoles somos todo lo contrario de lo que presumimos: mucho orgullo, mucha hombría, pero nos la meten doblada por el culo. Aquí cabe todo, incluso que sigamos votando a los más corruptos.
Mientras tanto la lucha sigue. Ayer, según dice la prensa, Susana Díaz y Pedro Sánchez cada uno en su mitin, y separados por una distancia de dos kilómetros, predicaban la unidad del partido. Siempre que el que pierda se someta al otro, por supuesto.
Ayer Susana afirmaba en Sevilla :"De Alfonso Guerra aprendí que primero está el país y después el partido", y frente al ex vicepresidente ha dicho que él ha sido quien creó el PSOE moderno.
Y es cierto: él consintió, desde la llegada del Partido Socialista al poder, que su hermano disfrutara de un despacho en la Junta de Andalucía para enriquecerse con el tráfico de influencias, inaugurando la era de la corrupción.

Y digo yo: ¿Qué diferencia de sabor existe entre un flan de vainilla de Mercadona y otro de Carrefour?

Ninguna. Solo difieren en la marca y quizá en el precio que nos cuesta.
¿Qué diferencia existe entre los yogures y los barones políticos?
En que los yogures caducan y los políticos esos siguen a la venta en el escaparate a pesar de que huelan a podrido.
Hace falta una limpieza y renovación a fondo

Los dos máximos aspirantes a liderar el PSOE miden sus fuerzas en sendos mítines casi a la misma hora y separados por apenas 2.000 metros a orillas del Guadalquivir
POLITICA.ELPAIS.COM

miércoles, mayo 17, 2017

¡AYNSSS, QUÉ DOLOR DE ESPAÑOLANDIA!


Es tal la presión de los medios ante la  ineficacia de la Justicia en los casos de corrupción que el ministro de Interior ha ordenado a sus agentes buscar exhaustivamente a los delincuentes y obligarles a pagar los daños causados y a devolver en su caso  hasta el último euro de sus actos delictivos.

 A la salida de Madrid para disfrutar del puente del 1º de Mayo, un motorista ebrio toma una curva a gran velocidad, choca contra las vallas de protección de la autopista y pasa por debajo de ella, dejando la cabeza en el asfalto.
La Guardia Civil redacta el siniestro:
" Joven varón, de unos treinta años,  entra a gran velocidad en la curva, a juzgar por las marcas de frenado en el asfalto, y se estrella contra la barrera de protección. Realizado  un análisis de sangre da positivo tanto en el test de alcohol como en el de  droga. El cadáver ha sido denunciado, detenido y trasladado bajo custodia al hospital más cercano  para  la oportuna atención médica".

Dos días después, el ministro reúne a la élite de consejeros que le señala cada día donde tiene  que  firmar como es debido los documentos que le presentan, y ante el atestado del susodicho accidente ordena:
— Este señor ha infringido las normas de circulación, y por tanto debe pagar todos los daños ocasionados en las vallas de protección y los costes de su traslado y servicios prestados por nuestros agentes.
— Señor ministro, parece ser que un muerto ya ha pagado todas sus deudas, pues los herederos no tienen porqué aceptar la herencia. Cosa distinta sería si no hubiera fallecido en el accidente.
—  ¿Y qué dice el forense? ¿ Está realmente muerto?
El más antiguo de los consejeros respondió:
— En el parte dice que hallaron la cabeza en el asfalto y el cuerpo en la cuneta. No sé, creo que murió.
— ¿Están ustedes todos de acuerdo en eso?
Los demás consejeros mueven la cabeza, dubitativos, y luego asienten uno detrás de otro. El ministro se enfada:
— Aquí no vale creer si está o no está. Presenten la denuncia en el Juzgado y que el juez tome declaración al forense y a quien sea. Estos gastos no lo vamos a pagar nosotros.
Semanas más tarde, el médico forense del hospital que recibió al accidentado es citado en los juzgados. El juez le pregunta:
— ¿Realizó usted la autopsia al sujeto que menciona el informe?
 — Sí señor.
— ¿Estaba muerto cuando la llevó a cabo?
— Sí señor.
— ¿Comprobó usted si respiraba?
— ¡Señoría, no era necesario, estaba muerto! 
— ¿Puede usted demostrarlo?
— Señoría, me trajeron la cabeza en una nevera portátil y el cuerpo en una camilla. Tenía un brazo aparte liado en una sábana...
— Responda solo a la pregunta.
— Sí señor. Podré demostrarlo si usted ordena la exhumación del cadáver.
— Sí, claro, jajajaja. Ahora, después de tres semanas enterrado seguro que está muerto, pero... ¿Lo estaba cuando usted le abrió el tórax para examinar y extraer sus vísceras? Piense detenidamente en su respuesta porque puede ser usted acusado de cohecho y denegación de auxilio.
— ¡ JOERRRR!

— Ni joerrrr ni nada. Aquí el que la hace la paga. Órdenes de Rajoy.

Y así están las cosas. Los delincuentes de cuello blanco se libran de la cárcel bajo fianzas mínimas comparadas con el dinero robado, y además no devuelven el dinero pudiendo disfrutarlo al cumplir la condena;  a los demás, nos aplican la Ley a rajatabla



sábado, mayo 13, 2017

REFLEXIÓN






Como la marea baja que descubre las inmundicias y el pestilente fango que oculta el orgulloso río en el estuario, así también ciertas amistades  que sonríen a nuestro paso.

Vivimos en un mundo muy falso donde el lema es sumar, no restar. Y la gente busca la sombra de quien al menos es igual en títulos o bienes, pero mejor si tiene más que aportar. Nadie sienta a un pobre a su mesa. Todos buscan salir en la foto del triunfador agasajado, y, si es posible, cogido de su brazo. Tal vez esperan que  les contagie algún don, o beneficiarse de su prestigio y proximidad para otros fines.

 Lo cierto es que he caminado mucho por este mundo: comencé a dar mis primeros pasos con año y medio y tengo más de setenta: ya debo estar lejos. He visto mucho y variado paisaje: bosques, desiertos, tierra fértil y árida, ríos caudalosos y secos, ciudades y pueblos, urbes y aldeas. De todo he aprendido. Sobre todo de las personas. Algunas, apenas sin conocerme, lo dieron todo por ayudarme; otras, que me llamaban "Su mejor amigo", me utilizaron descaradamente para  sus fines y luego me abandonaron.

Lo que más apesta de los residuos que descubre la marea baja es la hipocresía generalizada y la falsa amistad de quien consideraba amig@, quien de frente te presenta una cara diferente a la que muestra cuando le das la espalda. O de quienes se aprovechan de tu amistad y admiración para usarte en el desarrollo de  sus proyectos,  cual peón de ajedrez en su tablero.


 Cada día que pasa me gusta menos el río. Lo contemplo apoyado en la barandilla mientras intento descubrir  peces nadando bajo la superficie. Ya no me enamoran sus verdosas aguas ni la estela de espuma con que acompaña al catamarán; ni la belleza del cielo, las casas, los barcos amarrados  y las palmeras que reflejan sus aguas... Son sólo eso: reflejos, apariencia; la realidad está en el fondo. 

martes, mayo 02, 2017

PIEL DE LOBO, DE MANUEL PÉREZ RECIO.



He leído la novela " Piel de lobo", de Manuel Pérez Recio.

Ha sido como el que va buscando setas y se encuentra un collar de perlas auténticas entre la hierba.

Comienza con la trillada escena del matrimonio separado que discute sobre el turno de visitas de la hijita, pero unas páginas más adelante recibe una carta que alborota cada célula de su cuerpo:

Se trata del testamento escrito de puño y letra unos días antes por su padre, dado por muerto en la posguerra, 40 años antes.

A partir de ahí, la historia mantiene en vilo al lector, de sorpresa en sorpresa, atrapado en la increíble proeza de un guerrillero de la República, que regresa a España desde su exilio para acabar una misión iniciada y fallida en 1942: asesinar al espía alemán Johannes Bernhard, responsable del bombardeo de Guernica y Valencia así como del abastecimiento de aviones y tanques alemanes al ejército de Franco durante la Guerra Civil.
Me ha gratamente sorprendido Manuel Pérez Recio, de quien leí anteriormente un libro de aventuras en la selva de un país sudamericano que alcanzaría ahora un aprobado justo si lo comparo con esta joya literaria.

Puedo afirmar que es uno de los mejores novelas que he leído en los últimos tres o cuatro años.
La he comprado en formato electrónico y a pesar de haberla ya leído se la compraría para mi biblioteca si la tuviese en papel.

NOTAS DEL AUTOR

Piel de Lobo es una novela de ficción histórica, dado que los actores principales son imaginados y su misión fruto de la inspiración del autor. Pero la mayoría de anécdotas y sucesos que se describen durante la trama están basados o inspirados en hechos reales, tan reales como el contexto histórico y las circunstancias y personajes que justifican el hilo conductor o promueven la acción.

Buena parte de la novela está ambientada en el Madrid de 1978 y una pequeña aldea de Pirineos que pertenece al municipio de Fiscal, en Huesca, a la que cambié el nombre, introduciendo también modificaciones sustanciales en la descripción del paisaje para evitar relaciones inconvenientes o asociaciones indebidas.

Con la esperanza de desentrañar la verdad, o al menos hallar una razón que dignifique los casi cuarenta años de ausencia premeditada de su padre, Daniel se embarcará, en compañía de su hija Ángela, Soledad —una joven maestra de provincias, idealista y soñadora— y Pablo —un viejo maqui, resentido y orgulloso— en un singular viaje en el tiempo que abrirá nuevos y extraños caminos ante ellos, caminos que nunca antes se hubieran atrevido a recorrer... Pero, tras el telón de fondo, se desarrolla una compleja trama de realidades que superan las expectativas de los personajes: relaciones personales, encuentros y desencuentros, amor, amistad, traición, sacrificio... Ingredientes que conforman una historia donde se cruzan los caminos, caminos que conducen hacia corazones muy distintos, pero a la vez muy cercanos entre sí.


sábado, abril 29, 2017

PRESENTACIÓN DE MI NOVELA EN ALGECIRAS


Dicen que a la vejez la persona regresa a la infancia: pierde el cabello, camina torpemente, balbucea en vez de hablar y... se hace sus necesidades encima.

Bueno, yo todavía no soy tan viejo: sé lo que hago, controlo mis esfínteres y, aunque escasea mi cabello, aún no estoy calvo.
Pero sí les puedo decir hoy que el próximo sábado, día 6 de mayo voy a regresar a una ciudad entrañable de la que guardo buenos recuerdos de mi adolescencia y de los últimos años de mi vida laboral: ALGECIRAS


Cuando yo estudiaba en Málaga, al finalizar el curso pasábamos un mes en un campamento situado en la sierra de Cortes de la Frontera. Y una de las actividades del campamento era las "marchas volantes", lo que ahora se llama senderismo, que consistía en dirigirse en fila a algún lugar digno de ver caminando campo a través cargado de mochilas.
Desde el campamento veíamos el mar y el Estrecho.
Una de estas marchas fue a la playa de Algeciras llamada "El Rinconcillo", donde por cierto me picaron la medusas, llamadas aquí "Aguas vivas", y el médico del campamento hubo de pedir ayuda a la Cruz Roja.
Tardamos tres días en hacer los de 80 kilómetros que separaban el campamento de la playa siguiendo el río Guadiaro. El viaje de vuelta lo hicimos en tren.
También recuerdo que cerca de la Estación de Renfe, íbamos en grupo andando por la calle y alguna mujer se acercaba a nosotros, abría el escote y nos enseñaba un manojo de cadenas de oro alemán con medallas o crucifijos. Las vendía a 25 pesetas, el salario de un día de mi padre . Yo compré una y la tuve durante casi veinte años. 
Luego, a principios de los 80 he trabajado en Palmones en la construcción de la central térmica, y venía a veces con compañeros de trabajo a cenar a Algeciras.
Pero desde que construyeron la autovía de Jerez — Los Barrios, cada vez que he viajado a la Costa del Sol, Algeciras se quedaba a un lado y no he pasado por ella.
Los conocimientos geográficos adquiridos en esas largas caminatas por la sierra los usé al escribir mi relato Castillo Viejo y un par de capítulos de "La pista del lobo".
Y es por razones literarias que vuelvo a la capital del Campo de Gibraltar.
El sábado día 6, a las 19,30, Dios mediante, presentaré mi novela "El amargo sabor de la miel" en el Casino de Algeciras.

Estáis tod@s invitad@s.

lunes, abril 24, 2017

NO SE PUEDE TENER TODO


foto de google Images para descargar.

Tras el accidente, la operación fue un éxito, pese a la avanzada edad del paciente.
Dos años después, el órgano transplantado funcionaba normalmente. Al principio, Paco notaba  un hormigueo continuo, señal inequívoca de que  la sangre  circulaba por el órgano transplantado. Aunque parecía dormido, los médicos  aseguraban que,  si no había rechazo, podría hacer  vida normal.
Julia, su esposa, le animaba diciendo:

— Seremos muy felices, cariño, como  cuando éramos jóvenes.

Los últimas pruebas y análisis  fueron positivos y le dieron el alta médica. Ambos decidieron celebrarlo.

 Después de cenar y brindar con champán, hicieron el amor apasionadamente. Julia, entregada, disfrutó un orgasmo  como jamás lo había sentido. Repitieron una vez más. Pero al alcanzar el clímax Paco sufrió un infarto y falleció.  Julia, fuera de sí,  gritaba maldiciendo al médico que no consideró necesario trasplantarle a Paco el corazón del joven  donante cuando le trasplantaron su espectacular y vigoroso pene.


Total= 150 palabras
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viernes, abril 21, 2017

A UN PANAL DE RICA MIEL, DIEZ MIL MOSCAS ACUDIERON...



"A las dictaduras les pasa como a las bicicletas, si se paran, se caen". Maruja Torres.

Eso es lo que le ha debido pasar al Partido de la Corrupción Española, que durante muchos años se ha estado enriqueciendo a costa de esquilmar el erario público y cuando se han parado por la acción de la policía y de los jueces, se cae día a día.
Ya no vale decir que el vivir por encima de nuestras posibilidades ha originado la crisis que nos agobia, impidiendo que respiremos con normalidad al llegar a la última semana del mes.
No vale decir que ha sido nuestra culpa el que se haya recortado el poder adquisitivo de los salarios y pensiones, la calidad de la Sanidad, la de Educación y el gasto en obras públicas que dan empleo.
Lo que ha pasado es simplemente que un funcionario público se ha llevado el dinero de la caja con guante blanco pero a cara descubierta. Se ha llevado varios millones a paraísos fiscales, los ha lavado y los ha puesto a secar en sus cuentas particulares, logrando hacer llorar a la inocente dama que le dio el cargo. La pobre vivía " sin enterarse de nada", dedicada como estaba a hacer lo mejor para lo madrileños.
¡Pobre mujer, con lo buena persona que es! Una presidenta entregada a su Comunidad, capaz de chulear a la policía y mofarse de la Ley aparcando donde le daba la gana y desafiando a los guardias que le amonestaban segura de su impunidad. ¡Ella, que miraba para otro lado y ponía la mano en el fuego por su amigo!

En fin, qué les voy a contar que ustedes no sepan ya.
Como dice el proverbio: " Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo". Y cada día el españolito de a pie ve pasar un féretro al asomarse a su televisor.
Pero de nada valdrá el esfuerzo de los investigadores ni el trabajo de los jueces instructores si después alguien en las altas esferas ordena archivar las causas y permite que nadie devuelva un solo euro robado y pueda pasearse libremente por las calles.
¿Cuántos delitos criminales van a ser archivados por haber prescrito?
— Sancho, con la Iglesia hemos topado
— Y la Justicia nos ha follado.

viernes, abril 14, 2017

¿CONSTITUCIÓN O CUENTO DE HADAS?

Dónde vas, España nuestra
dónde vas triste de ti
la Democracias está muerta
y volverás a sufrir

Dos interpretaciones opuestas de la Constitución Española obligan a reflexionar sobre la autenticidad de nuestra Democracia.


Constitución Española, articulo 16.3:
"Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones".

Por un lado, y alegando un artículo de la Constitución, el Gobierno obliga a retirar la bandera republicana que el alcalde de Cádiz colocó en la Plaza de la Constitución de su ciudad en conmemoración de la instauración, el 14 de abril de 1931, de la Segunda República.
Para ello moviliza a los jueces y las fuerzas de seguridad del Estado.


Por otro lado, el Ministerio de Defensa ordena izar la bandera española a media asta en duelo por la muerte de Jesucristo, contraviniendo el artículo 16.3 de la citada Constitución, y sin tener en cuenta las creencias individuales de los miembros de las Fuerzas Armadas.


Personalmente me importa un bledo que la bandera ondee a media asta o entera. Incluso si no hay bandera.
Lo que si me preocupa es comprobar que la Constitución se interpreta según los intereses de los herederos del Régimen anterior, convirtiéndose en una prolongación de la Ley Orgánica del Estado.

lunes, abril 10, 2017

HA MUERTO CARMEN CHACÓN

foto del diario EL PAÍS

Había una mujer guapa en el Gobierno y era ministra.
Cuando visitaba las tropas, España  quedaba indefensa:
babeaban los generales, soñaban los soldados, bailaba la bandera...
Y es que aun con uniforme, ella  estaba buenísima.
Era además inteligente, culta, amable y madre...
Pero lo que más llamaba la atención en el Congreso
era su dignidad, su decisión, su credibilidad, a pesar de ser socialista.


Siempre te admiré, Carmen Chacón. Qué pena que te vayas, y tan joven. Tenías tanto que decir y hacer todavía...
 Lo siento en el alma.
Descansa en paz

lunes, abril 03, 2017

AÑOS LENTOS, DE FERNANDO ARANBURU




Le estoy tomando gusto al estilo literario de Fernando Aramburu. 
El primer libro de él "Patria", que leí el mes pasado, me llamó poderosamente la atención su forma de narrar, diferente a cuanto yo había leído hasta entonces. 
Por eso he repetido con otro libro suyo. "Años Lentos", cuyo tema es el mismo: el gusano del independentismo inoculado por los curas en las almas inocentes de los jóvenes vascos.
Pero es que en este Aramburu usa una técnica desconcertante aunque resulta amena:
El narrador es el mismo protagonista que le va dictando al escritor Aramburu lo que debe escribir, algo así: " Esto te lo digo confidencialmente, pero no lo pongas, no sea que... Lo otro sí, pero sin tantas descripciones para no cansar al los lectores, se supone que son adultos". Y poco a poco va surgiendo la Historia.
Y así, en tres días, leyendo a ratos, me he leído esta interesantísima novela que nos acerca más al pueblo rural vasco cuando debía soportar la presión de la ETA, que a través de sus espías, los curas conocían al detalle la vida y pensamientos de cada paisano.

En este libro, que ganó el VII Premio Tusquet de Novela, el narrador, un niño que vive en casa de sus tíos, nos cuenta la atormentada vida de su primo, un joven reclutado por el cura del pueblo, quien le convence para cometer atentados. Perseguido por la policía, huye a Francia. Después de un tiempo de pasar calamidades y abusos por parte de la organización, le entra la nostalgia de lo que ha dejado en su pueblo y arrepentido, decide volver.
Su hermana es una chica obesa que pasa la vida con una pandilla de chicos, con los que fornica a diario. Se queda embarazada y no sabe quién es el padre. Como no desean escándalo, su familia la casa tres meses antes de parir con el tonto del pueblo como mal menor.
En fin , que me ha gustado mucho y pienso seguir leyendo a este reconocido autor, al que yo, como a tantos otros escritores famosos, desconocía

RESUMEN DE LA CONTRAPORTADA
A finales de la década de los sesenta, el protagonista, un niño de ocho años, se va a San Sebastián a vivir con sus tíos. Allí es testigo de cómo transcurren los días en la familia y el barrio: su tío Vicente, de carácter débil, reparte su vida entre la fábrica y la taberna, y es su tía Maripuy, mujer de fuerte personalidad pero sometida a las convenciones sociales y religiosas de la época, quien en realidad gobierna la familia; su prima Mari Nieves vive obsesionada por los chicos, y el hosco y taciturno primo Julen es adoctrinado por el cura de la parroquia para acabar enrolado en una incipiente ETA. El destino de todos ellos –que es el de tantos personajes secundarios de la Historia, arrinconados entre la necesidad y la ignorancia– sufrirá, años después, un quiebro. Alternando las memorias del protagonista con los apuntes del escritor, Años lentos ofrece además una brillante reflexión sobre cómo la vida se destila en una novela, cómo se trasvasa el recuerdo sentimental en memoria colectiva, mientras su escritura diáfana deja ver un fondo turbio de culpa en la historia reciente del País Vasco. VII Premio Tusquets Editores de Novela.

LA SEMANA SANTA


Óleo de Juan Pan García

Todos se habían marchado de vacaciones menos Pepe y yo, que vivíamos lejos de Málaga. Él era un superviviente del desastre de la presa de Ribadelago (Zamora), donde había perdido a toda su familia y el Gobierno le había concedido una beca en la misma escuela que estaba yo.

El internado nos abrumaba, se nos hacían largas las mañanas en un edificio tan grande. Las tardes no eran mejores, pues a las dos venía un celador por nosotros y nos llevaba a ver las procesiones en una tribuna del Sindicato Español Universitario, sita en mitad de la calle Larios. Allí nos daba un bocadillo de sardinas y un botellín de zumo de naranja y nos dejaba para irse con la novia no sin antes hacernos prometer que no nos moveríamos de nuestro asiento hasta que él regresara por nosotros.
O sea: llegábamos a las tres de la tarde y hasta las dos de la madrugada permanecíamos en la tribuna viendo pasar cristos y vírgenes, nazarenos y bandas de cornetas militares. Un día y otro día, desde el lunes hasta el sábado.

Un día, hartos de ver lo mismo, nos escapamos y nos fuimos a la playa. El agua estaba helada, pero nos bañamos. Como no teníamos toallas, nos secamos luego al sol.
Justamente aquel día el celador decidió ir a la tribuna con la novia a llevarnos un trozo de bizcocho que ella misma había hecho para merendar. Al no hallarnos se puso muy nervioso, y, pensando que nos habíamos cansado de las procesiones y habíamos regresado a la escuela, fue a buscarnos. Aún no habíamos llegado y al no encontrarnos tuvo mucho miedo a que nos hubiese pasado algo y él, como responsable nuestro, perdiese el empleo.
Desde la centralita de la escuela llamó por teléfono a la Guardia Civil para denunciar nuestra desaparición, pero al parecer le respondieron que debía esperar unos días antes de denunciar para ver si nosotros mismos regresábamos.
Cuando aparecimos en la escuela nos arreó tal bofetada que a mí se me hinchó la cara y a mi compañero le partió el labio y sangraba por la nariz y la boca.

A partir de ese día ya no se separaba de nosotros. La novia venía a buscarlo en un coche de caballos y todos juntos nos íbamos a pasar la tarde en la tribuna y, ya de madrugada, nos sentábamos en una terraza para tomar un refresco con chanquetes o chocolate con churros.
Así pasé la Semana santa durante los cuatros años que permanecí estudiando en Málaga.

El mejor día era el Jueves Santo: la Legión con el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Esperanza llegaban al mismo tiempo a la entrada de calle Larios y ambos se cedían el paso sin descansar, avanzando el uno y retrocediendo el otro. Así una y otra vez. El capataz de cada paso animaba a los costaleros gritando: "Una vez más, les vamos a ganar", y éstos, con los rostros cubiertos de sudor, obedecían acallando los lastimeros gritos de sus sangrantes hombros,

miércoles, marzo 29, 2017

EL BAR, LA PELÍCULA



Hacía casi un mes que no iba al cien porque las películas de la cartelera no me atraían: mucho dibujo animado, películas de terror y de ciencia ficción.

Hoy me levanté con ganas de ir al cine y como hago siempre compruebo el éxito que tienen las que llevan una o dos semana en las salas. Un compañero de colegio mencionó el lunes la de "El bar", y tomé nota. Pero luego mi mujer me dijo que una amiga de ella había visto "La Bella y la Bestia" y que estaba muy bien, además tenía un 8 en la valoración del público. Y nos decidimos por esa.

Después, a punto de irnos, me dijo que se trataba de un musical, y por ahí yo no paso aunque tenga 20 nominaciones al Oscar.

Elegimos pues "El Bar", una película española en la que trabajan algunos actores de los más apreciados del momento, y que además está subvencionada con nuestros impuestos.

Pues qué queréis que os diga, el libro de gustos están en blanco y puede que esta película coseche un gran éxito entre un público entregado. Pero yo soy muy exigente y no me trago cualquier sapo.

Esta película es la peor que he visto en los últimos tres años en una sala de cine.

Y no es porque no trabajen bien los actores, no; ellos se meten en cuerpo y alma en sus personajes.

Lo malo en sí es la historia, el guión, el argumento, llámenle como quieran. Una película que no sea de fantasía, además de tener buenos actores y buen argumento, debe ser creíble, y lo que se muestra en esta no lo es.

No es creíble que en la actualidad en la Gran Vía madrileña exista un bar tipo tasca, donde se mezclan ejecutivos con mendigos sucios y de aspecto repugnante, que se abrazan a una señorita bellísima que ha entrado por vez primera en el establecimiento sin conocerla, y que nadie se inmute. Al primero que osa protestar y apartar al mendigo de la joven la dueña, una mujer vieja con aspecto de bruja, a la que solo le faltan verrugas en la nariz, le insulta y amenaza, defendiendo al mendigo con groseras palabras y amenaza con echarlo a la calle. Al cliente que protestó, no al mendigo.

Luego entra otro tipo tosiendo mucho y escupiendo que se mete en el baño... Llegados a este punto yo barajaba la opción de abandonar la sala. Si hubiera ido solo lo hubiese hecho, pero me acompañaba mi esposa y ella no decía nada. "Tal vez le gusta", pensé yo.

No fue hasta llegar a la mitad de la película que comprendí de qué iba el rollo: nada original, una historia trillada en novelas y filmes americanos: de un laboratorio militar se escapa un virus, y un infectado, al que siguen los militares, entra en el bar: Es el que se va directo al baño.

A partir de ese momento la película cobra algo de interés: no dejan salir a nadie del bar y acordonan la zona. Crean incendios en las calles para hacer creer que los muertos que se encuentran son debidos al incendio. la televisión así lo transmite. Los cinco clientes que hay en el bar sabiendo que no saldrán vivos de allí, reaccionan de diferentes maneras, a cual más animal.

Se siguen escenas alternas en que los protagonistas conviven aterrados en el bar con un cadáver infectados y otras que actúan con naturalidad, ríen , incluso ligan como si no pasara nada. El final es previsible pero increíble.

Lo dicho: no me ha gustado nada. Es lógica pues la puntuación que le dan las páginas especializadas, un 5`6.

Le pregunté a mi mujer qué le había parecido mientras tomábamos un café y contestó:

— Si hubiese ido yo sola , me salgo del cine al cuarto de hora.

Y yo que creí que el Cine español había mejorado desde que vi "Ocho apellidos vascos" y "Es por tu bien"...

Vean otras opiniones en este enlace:

http://www.ecartelera.com/peliculas/el-bar-2016/criticas/

lunes, marzo 27, 2017

LA VIRGEN DE LA CABEZA




 Corría el año 1983. No lograba encontrar trabajo. Llevaba tiempo enviando currículos y  llamando por teléfono a empresas del Montaje, cuando una de ellas, MONCASA, con la que había trabajado en la Central Nuclear de Cofrentes antes de irme a Sudáfrica,  me llamó para realizar una reparación en la fabrica de cementos de Puente Nuevo, Córdoba: Cambiar los quemadores y reforzar las toberas  que conducían las llamas con planchas de acero con alto contenido de tungsteno.
Era un trabajo malísimo, a realizar dentro de unos silos que contenían  ceniza. Al caminar nos hundíamos en ella  hasta las rodillas y no podíamos respirar a pesar de las mascarillas, pues la ceniza flotaba en el ambiente.
 La empresa nos llevaba al lugar de trabajo en un autocar, que salía de enfrente de la estación de Renfe de Córdoba a las seis de la mañana y tardaba una hora en realizar el trayecto. Por la tarde nos traía de vuelta a Córdoba.
Al principio me hospedaba en el Hotel Alaquen II, muy cerca de la Estación. Ocupaba una habitación individual, sin baño. La ducha había que pagarla aparte. Permanecí tres o cuatro días allí, hasta que encontré una habitación en una casa particular, a media pensión.
 La casa tenía su misterio, por eso creo interesante contar esta experiencia:
Al entrar notaba un fuerte olor a velas e incienso, al igual que una iglesia. El olor salía de una habitación que casi siempre permanecía cerrada, y sólo cuando alguna persona acudía a visitar a "La Señora" se abría durante unos segundos para permitir la entrada, el tiempo justo para que yo vislumbrase el interior: una sala con docenas de velas encendidas ante  imágenes de santos, un incensario despidiendo humo colgado del muro y  muchos jarrones con flores.
Nunca pregunté nada, consciente de que si la dueña no me daba explicaciones era porque no me importaba.
Por las noches cenaba con ella y dos inquilinos más  en el comedor. Comida casera normal pero muy rica. Ella la hacía para su familia, simplemente añadía más cantidad para que hubiese para nosotros.
La dueña ganaba dinero y nosotros también, pues antes yo cenaba bocadillos o tapeaba cualquier cosa, lo cual resultaba más caro, menos nutritivo y peor comida.
Al cabo de dos meses, realizada la reparación, me despidieron. Esa noche, después de cenar, le dije al ama de casa:
—Señora, prepáreme la cuenta que mañana me voy. Me han despedido.
—¡Vaya, hombre, qué pena! ¿Y dónde va a trabajar a hora?
—De momento en ningún sitio, tendré que buscar trabajo donde sea. Ésa es mi vida: contrato aquí, contrato allá, siempre fuera de casa
—Espere un momento que voy a hablar con la Señora.
 Entró en la misteriosa habitación y cerró la puerta tras ella. Yo me quedé pensando qué podía decirle y para qué. Al cabo de unos minutos mi patrona abrió la puerta  y me dijo:
—Pase usted, la Señora le atenderá.
Entré un poco impresionado por lo que apareció ante mis ojos.
La habitación estaba como dije anteriormente atestada de floreros, imágenes y cuadros de santos, e iluminada por docenas de velas. Pero al fondo había una puerta que daba a otra habitación. La mujer llamó con los nudillos, abrió la puerta y me invitó a entrar.  Era una especie de capilla.
Una señora de unos setenta años, muy gruesa, con cabellos largos y blancos peinados hacia atrás, estaba sentada en un gran sillón con alto respaldo, una especie de trono de terciopelo rojo. Miraba fijamente a una  imagen  de piedra colocada en un altar cubierto de flores y un cirio encendido a cada lado.

—Este es el señor del que le he hablado, madre... —dijo mi patrona.


Entonces la anciana se giró hacia mí y me dijo estas palabras:

—Vas a encontrar un trabajo para mucho tiempo al lado de tu casa, ya no tendrás que vivir solo y apartado de tu familia.
Yo me quedé pasmado, no me esperaba esto. No creía en esas cosas pero por respeto no lo confesé. Sólo se me ocurrió preguntar:
— Ojalá sea verdad. ¿Le debo algo, señor
— A mí, nada. Págaselo a la Señora.
— ¿Qué Señora? ¿No es usted?
—No; la Señora es la Virgen de la Cabeza. Si cree que debe estarle agradecido, vaya a verla al Santuario y ofrézcale un ramo de flores.
Dicho esto, volvió a quedarse mirando fija al a imagen. Su hija me tomó del brazo y me invitó a salir.

Al día siguiente, tras abonar mis gastos, me monté en mi SIMCA 1000 y regresé a El Puerto.
Apenas había  pasado una semana desde que llegué a mi casa cuando me llamaron por teléfono. Era una empresa de contenedores que hacía un año se había instalado en El Puerto, a la que yo había enviado una solicitud varios meses antes. Querían entrevistarme para ocupar, previo examen, un puesto de jefe de equipo y supervisor de seguridad en la cadena de montajes.
Me contrataron y permanecí en la empresa durante seis años. La empresa estaba a dos kilómetros de mi casa, podía venir a comer con mi familia todos los días.

Pensé muchas veces en aquella familia de Córdoba, y me preguntaba si había sido casualidad o en verdad la Virgen de la Cabeza tenía algo que ver. Pero me prometí ir a visitar el Santuario cuando tuviese ocasión y llevarle flores a la Virgen. Pero el tiempo fue pasando, yo trabajaba donde me salía trabajo, tal como hacía antes, y fui olvidando mi promesa.

Dieciocho años después, mi hijo me hizo abuelo y mi esposa y yo fuimos a Guadalajara a conocer a Iván, nuestro nieto. Al pasar por Andújar vi un cartel que señalaba la carretera del Santuario de la Virgen de la Cabeza. Impulsivamente salí de la autovía de Andalucía y me dirigí hacia él.
Sólo estaba a 40 kilómetros, pero la carretera era tan estrecha y con tanta pendiente, que se me hizo larga como si hubiese recorrido cien. Visitamos el histórico lugar, que sólo conocía por haber leído un libro sobre el famoso asedio del Santuario por el ejército republicano durante la Guerra Civil, y deposité a los pies de la imagen de la Virgen un ramo de flores. Promesa cumplida.

Volví al Santuario años después expresamente  para visitarlo todo bien. Pasamos un bonito día. Después de visitar el Santuario bajamos a Andújar y como estábamos ya cansados para viajar hasta El Puerto, nos quedamos en el hotel restaurante "El Botijo", una delicia de establecimiento.


domingo, marzo 26, 2017

EL CAMBIO DE HORA


El cambio de hora a las dos ha sido genial, la mejor idea del momento. Deberían repetirla todos los meses.

Estábamos mi Carmen y yo viendo la televisión, esperando la hora para cambiar de hora el reloj y como nos entraba sueño dije yo:


 Hoy es sábado sabadete. Vamos a acostarnos y echamos un casquete.

Y mi Carmen me mira con los ojos entornados y esa mirada escéptica que sólo entiendo yo, habida cuenta de que hace un año que no la hago sentir un temblor. Pero discreta como es no dijo nada, y en dos minutos nos desvestimos los dos. Pusimos el dial de la radio en Sol Fm Córdoba, 
 http://solfmcordoba.com/ para escuchar la música suave que suelen poner a esas horas, y nos entregamos a fondo perdido los dos.
Y la tensión fue subiendo, subiendo... Faltaban unos segundo para alcanzar el Cielo y de pronto perdimos la noción del tiempo. ¡Que gozada, qué cosa más rica, qué felicidad! Ese debe ser el Paraíso Terrenal que disfrutaron Eva y Adán.

Y fue entonces que Alvaro Caputo, el locutor dijo: "Son las tres de la madrugada".
Y  exclamé:
— ¡ COÑOOOOOOOOO, CARMENCITA, QUE EL ORGASMO NOS HA DURAO UNA HORA!