viernes, abril 23, 2021

EL DÍA DEL LIBRO

 


Es el Día de Libro y podemos elegir

Entre  comprar uno electrónico

o, como siempre, en papel

Dime, ¿cómo te gusta ti?

 

Para hacer un libro en papel

Hay que talar árboles,

 fabricar tinta negra y de colores

y llevárselos a usted

 

 Además, pesan un poco

 para llevárselos con usted

si quiere leer en el Metro

o a la playa, tal vez.

 

El otro, llamado ebok

(vaya con el nombrecito)

no usa tinta ni papel

y  pesa menos que un bistec.

 

Tampoco necesita transporte

y le llega en un santiamén

a su lector de libros.

 Puede agrandar las letras

y es más barato también

 

Mirando por la peseta.

O, si quieren, por el euro

Si, ya sé que en eso  estamos

La peseta era un decir,

Que el euro vuela de las manos.

¡Qué me vas a decir a mí!

 

Pero hay tantos libros…

Cada año, ¡más de diez mil!

Dios mío, es tan difícil elegir…

Yo solito he escrito seis,

 en ebok y en papel a elegir

Y digo yo:

¿Por qué no me  compras uno a mí?

 https://www.amazon.es/Libros-Juan-Pan-Garc%C3%ADa/s?rh=n%3A599364031%2Cp_27%3AJuan+Pan+Garc%C3%ADa&fbclid=IwAR3BornLdz3qIpNlFCKKHqFQhxLNGoSJV5ROzYJnv6bkmA5fHjMjKf5Cvfg

martes, abril 20, 2021

LA PANDEMIA Y LOS BARES

 


 Dice el refrán  «Cuando el río suena, agua  lleva»

Se quejan los hosteleros  de que, debido a las normas del Gobierno, la cosa no pinta bien para sus negocios.

Yo pienso que son ellos los que echan a la clientela para atrás.

Esta mañana he ido a ver un bar que recomendaba aquí  una amiga la semana pasada, anunciando  una degustación de caracoles para el pasado sábado, a la que no fui intuyendo que habría mucha gente y poco espacio.

Está ubicado  en el centro, detrás del castillo, y tiene una terraza  acristalada y con seis u siete mesas en la calle .

Caminando  por la acera delante de mí  iba un matrimonio que ha mirado la terraza y ha  seguido para adelante. Igual que yo. Dos mesas de la terraza  estaban  ocupadas por vasos y platos sucios de desayunos. Un metro más arriba, cuatro  ancianos  sin mascarillas  y en pie en medio de la terraza, discutían sobre pensiones y vacunas. En  la puerta de entrada al bar había una joven con  los brazos cruzados escuchando la conversación. Imagino que era la dueña o la  camarera.

Yo iba  tomar  café y preguntar sobre la carta del menú  por si algún día se nos apetecía a Carmen y a mí  comer allí. Pero ni me he detenido. Al salir de la plaza del castillo y continuar por la calle de enfrente he llegado al cruce con  la calle Luna, donde  el matrimonio que iba delante de mí  se ha sentado a una mesa del restaurante El Puerto.

 Así se pierden los clientes.

Por la misma razón  –gente charlando de pie  sin mascarillas dentro de la terraza, y otros fumando–, dejamos de entrar desde el pasado verano mi esposa yo al  bar de la barriada en el que solíamos cenar casi todos los sábados. Es verdad que el Gobierno les  va a ayudar a recuperar las pérdidas; pero el cliente que se va disgustado  de un sitio difícilmente  regresa.

 

jueves, abril 15, 2021

LA ABUELA DEL HOSPITAL


 Desde ayer, el señor del Tiempo en la tele, anunciaba agua para hoy en El Puerto, pero como no acierta nunca (las nubes pasan de largo y sueltan el agua en Jerez y Sanlúcar) y no le hago caso, me he levantado a las 7 y me he ido andando en ayunas al hospital para un análisis de sangre.


He recorrido los 3,100 metros en 40 minutos y he llegado 5 minutos antes de las 8, cuando aún no había nadie en la puerta ni en las oficinas.
“¡Qué bien ¡ – pensé–, así seré el primero”

Pero me equivocaba: sentada junto a la puerta de Extracciones encontré a una señora mayor hablando sola. Al verme continuó hablando para disimular, no fuera que yo pensara que estaba chocheando.
Para ella, tener con quien hablar fue un regalo de Dios, así que para aprovecharlo al máximo se giró hacia mí y me dijo:

—Es bueno madrugar un poco porque así llega una y entra la primera.
—Señora, cada persona tendrá un número de cita y la enfermera se regirá por él. De nada sirve venir a las 8 si está citada para las 9, porque ahora empezarán a llegar más usuarios.

Diciendo esto, tomó asiento al lado de la anciana una joven rubia, de ojos azules y largas pestañas. Iba ataviada con un pantalón vaquero y una camisa de color rosa. El resto no lo puedo describir porque llevaba la mascarilla y se sentó rápidamente.
La señora la miró y, tras escanearla de arriba abajo con sus ojos vidriosos, se olvidó de ella y continuó su charla conmigo:

–Yo no quisiera venir aquí , ¿sabe usted? Mi hija es enfermera y puede pincharme; pero claro, el análisis no me lo puede hacer en mi casa y por eso vengo. Ella no tiene plaza y solo atiende a los conocidos: pone inyecciones, quita puntos de las heridas y hace las curas. Así los pacientes se ahorran tener que pedir cita en el Ambulatorio y esperar dos semanas a que se las den.

La señorita de al lado, viendo mi cara de hastío, me miraba con sus ojazos y pestañeaba. Yo me preguntaba si se reía de mí por tener que aguantar el mitin de la anciana o me estaba seduciendo.
La señora continuó su discurso:

–Esta vida no es justa, Dios le da pañuelos a quien no tiene mocos, y los que sí tienen se deben limpiar con las mangas de la camisa –nueva mirada de la joven, cuyo pecho se agitó un poco, por la risa contenida, supongo–. Mi hija tiene un título y está parada; mi hijo, que es un manitas y está casado y con dos hijos , porque ellos buscaron la parejita y luego pusieron el estop, lleva cuatro años en el paro cobrando los 420 euros y con las chapucitas, que no le faltan, se mantiene. Si usted quiere le doy su número de teléfono, por si necesita algún arreglo en su casa.

–No, gracias. Yo también soy un manitas y desde que me casé lo he arreglado todo en casa: electricidad, fontanería, persianas… Lo que sí le pido es el número de teléfono de su hija, por si alguna vez necesito sus cuidados. Me haría un favor.

Ella sacó una tarjeta y me la entregó. En ese momento salió la enfermera y la invitó a entrar en la consulta. Yo estaba contento, ¡qué fácil me había resultado disponer del numero privado de una enfermera! Hace dos meses le quitaron dos puntos en la cabeza a mi vecina, y para ello hubo de coger cita y esperar 4 días. Si hubiera tenido el número de esta chica, se los habría quitado enseguida.
Al llegar a casa llamé al número de la enfermera para presentarme y pedir información de precios, disponibilidad, etc.
Al cuarto toque, escuché una música de rok, y una voz varonil respondió:

—¡Reformas Pepe! ¿En qué puedo servirle?
¡La madre que parió la tía esta!

viernes, abril 02, 2021

YO CONFIESO




He leído otro libro : “Yo confieso”. Nada que ver con la película y anterior novela publicada anteriormente para, según él, desacreditarle presentándolo como un disidente de ETA.

Es la confesión, en 345 páginas, de El Lobo, el espía infiltrado en ETA de cuyo trabajo se aprovecharon para ascender altos mando de las fuerzas de seguridad españolas, y de ministros del Gobierno, mientras que al verdadero héroe lo abandonaban a su suerte después de realizar cada misión.

Cuenta con detalle cómo se repartían el dinero requisado de los delincuentes que él señalaba, diciendo después que no habían encontrado nada en el registro de turno. Descubrió que muchos cargos importantes de las entidades e Instituciones españolas llevaban maletas llenas de billetes a Andorra y Suiza. A veces, sus mismos jefes o compañeros de la policía y del Servicio de Inteligencia temiendo que el espía revelara datos molestos para ellos, descubrían a la prensa ellos mismos las identidades y direcciones que utilizaba el agente para que la Eta, que había jurado matarle, se deshiciera de él. ¡Incluso le pusieron una bomba!

En fin, un libro interesante que muestra cómo el Gobierno y el Dinero manipulan a la Prensa y a los medios audiovisuales, incluido a policías y jueces, para obtener sus objetivos.

La pregunta que me hago como lector y como ciudadano español, desencantado, aún más si cabes, de esta pseudo democracia es: Si existía tanta corrupción entre sus mandos y los partidos políticos, si echaban a perder las misiones, dejando escapar a los etarras cuando convenía a alguien de los de arriba, ¿Por qué ha tardado tantos en denunciar estas cosas? ¿Se trata de una rabieta por que no le han pagado lo prometido o no le han dado algún premio?

Él era cómplice de todos ellos, pues cobraba su dinero por ello.


El libro está escrito de forma coloquial, tal como alguien enfadado con otra persona te cuenta su problema en un bar con prisas y sin orden cronológico y sin una sola raya de diálogo, su versión de los hechos. Además de ser el bueno de la película, todo le sale bien: si juega dos veces a la lotería, gana. Si le hablan de un personaje famoso, empresario o presidente de cualquier país él le conoce y es amigo suyo. En fin.

No me ha gustado, me deja un mal sabor de boca.


jueves, abril 01, 2021

YO TODAVÍA LIGO


Aprovechando que se ha calmado el viento y hace calor, he ido a dar un paseo por el centro. Al pasar frente a Mercadona ha salido una mujer que quitaba el sentío, ¡qué cuerpo por Dios!

Ella salía del super cargada con dos bolsas de alimentos. Al verme alelado mirándola, se ha bajado la mascarilla y me ha sonreído, ¡Dios mío que guapa era!
Se puso a caminar delante de mí y yo la seguí, admirando el balanceo de las curvas y redondeces de su pantalón ajustado, tipo leggings.

Diez metros tardó en dejar las bolsa en el suelo para descansar, ofreciéndome una visión celestial.
Me miró otra vez, dejando caer las pestañas de de una manera sensual, cerrando los ojos y dando un suspiro.

Yo pensé en ayudarla, llevando yo las bolsas, pero me dije.” Si lo hago ya no voy a contemplar más su hermoso trasero al inclinarse para soltar las bolsas, y para una vez que Dios me regala tal divina ofrenda no la voy a despreciar”.

Un minuto después, ella recogió las bolsas y continuó su camino; yo, como fiel guarda espaldas, seguí detrás de ella.
Los pensamientos que circulaban por mi mente no son aptos ni para ustedes, los adultos. Después de descansar cinco veces, dejando las bolsas en el Cielo (perdón, en el suelo. En el Cielo estaba yo), se detuvo en el portal de un edificio antiguo de tres plantas, me miró como por última vez y se dirigió a la escalera.
Eso yo no lo iba a consentir. Me acerqué y le dije:

– Por favor, señora, permítame que le suba yo las bolsas.
– Muy amable, gracias. Es a la tercera planta.

Como buen caballero, le cedí el paso, ¡no faltaba más! Y allá iba ella dos escalones delante de mí, alzando ora la pierna izquierda, ora la derecha, y otra vez ¡alsa, qué bonita!, y yo con la cara rozando sus leggings, hasta llegar a la puerta de su casa.

Yo, con la lengua afuera y respirando más fuerte que un perro después de una hora corriendo tras la pelota en la playa, ya no la veía apenas. Tal era mi agotamiento que mi corazón pedía por favor le dejara salir del pecho un rato para respirar.

Pero ella me invitó a entrar y dejar la compra sobre la mesa de la cocina. Cerró la puerta, se quito la mascarilla, y dirigiéndose al salón me dijo, con una voz que me hizo recordar la frescura y el sonido del agua bajando de la sierra:

–Ahora mismo vuelvo. Póngase usted cómodo.

¡¿Cómodo?! ¿Qué significa, Dios mío?
Y me desnudé. Me quedé de pié en pelotas.

Al ratito se abre la puerta del salón y aparece la diosa con un niño de no más de tres añitos, que se me queda mirando con los ojos como dos platos, y le dice:
—David, ¿tú ves cómo está ese señor de blanco, y escuchimizado, sus carnes flojas y esa cara de tonto tan triste? Pues eso le pasa porque no come y pasa las horas pensando en hacer maldades. Y así te vas a quedar tú si no comes. ¿Te has enterado, cariño?

Y el zagal, haciendo un pucherito, responde:
—Chíiiii, mami
— ¿Tú te vas a comer todo lo que te ponga mamá?
—Chiiii, yo pomé tó
—Ea, pues dile adiós a ese señor, que has sido tan amable me ha traído la compra.

Y el niño me dice adiós con la mano y sale de la mano de su madre de la cocina.

¡Dos minutos tardé yo en vestirme y salir corriendo escaleras abajo!



lunes, marzo 29, 2021

LA CIUDAD DE VAPOR,

 


He terminado de leer el libro “La ciudad de vapor”, de Carlos Ruiz  Zafont.

Desde que en 1994 descubrí  la “Trilogía de la niebla”,  he ido  leyendo  todas las obras que publicaba Ruiz  Zafont.  Todas menos “Marina”, que presté el libro y lo perdí.

La principal ,  que le llevó a la fama y al éxito: “La sombra del viento”, que presentó al premio Planeta y quedó entre los finalistas gracias a un  miembro del jurado que insistía en darle el premio, y que Planeta publicó más tarde  sin confiar mucho en ello,  llegó a ser el libro más vendido en castellano, con 15 millones de ejemplares, eclipsando la obra ganadora del Planeta.

Pues bien, para el que  haya  leído cualquiera de las obras anteriores, “La ciudad de vapor “  no le enganchará, se sentirá defraudado. Al menos yo me siento así.  Tengo la sensación de que  si no hubiera triunfado con  La sombra del Viento y la trilogía del “Cementerio de los olvidados”, este  libro no se hubiera publicado.

De los nueve relatos que contiene, los  tres primeros  son inéditos; pero los seis restantes  fueron publicados a cuenta gotas  en los primeros años del siglo XXI en periódicos y revistas a raíz del éxito alcanzado con  “La Sombra del viento. “

 

jueves, marzo 25, 2021

¿CUÁNTA TIERRA NECESITA UN HOMBRE?




Dice El País:
"Con ese título, León Tolstói escribió una parábola de absoluta vigencia aplicable, por supuesto, a la arquitectura. En un puñado de páginas, fue capaz de retratar la ambición ciega de un hombre: el campesino Pajom, perpetuamente insatisfecho. La editorial Nórdica recupera este breve pero incisivo relato ahora ilustrado por Elena Odriozola. Se lee en apenas una hora. Y da que pensar para todas las vacaciones. Quien las tenga."
Y es verdad, lo he leído en una hora, son 47 páginas, de las cuales la mitad son ilustraciones.
Aunque breve, enseña mucho. Trata sobre la avaricia de quienes dedican la vida a acumular riquezas, y la inteligencia de la gente humilde para defenderse de estos.

sábado, marzo 20, 2021

EL HEREDERO. RAFAEL TARRADAS BULTO

 


Acabo de leer esta apasionante novela de 576 páginas que me ha tenido enganchado toda la semana. Ambientada en la Guerra Civil española, con toda su crueldad por parte de los dos bandos, narra la historia de dos familias aristocráticas que deben de huir de España huyendo de las milicias que saquean sus palacios y los incendian. Los varones regresan a España para luchar. Son tres años de batallas, espionaje y cárceles. De gente sin escrúpulos que se enriquece con la guerra, y de gente con ideales capaces de sacrificarlo todo por su causa. Es así mismo la historia de dos parejas de enamorados separados por la guerra que viven con el temor a las balas o a las checas. Una novela llena de acción, de ternura y de hechos terribles que avergüenzan a la Humanidad.


Resumen de la contraportada del libro:

Dos familias unidas por un amor y un secreto.
Josefa y su madre recogían leña cuando vieron un reluciente landó avanzar en dirección a la finca de la familia Marqués. Desde entonces la niña de siete años no había vuelto a ver a su madre. Diez años después era una joven guapa y obediente encargada del cuarto de costura en la gran casa. Su vida
transcurría apacible hasta que en mayo de 1919 los Marqués anunciaron mediante telegrama su llegada para pasar la estación estival.

Veinte años más tarde la familia Marqués se ve abocada a abandonar su casa y su más que acomodada posición social. No serán los únicos, pues los Sagnier habrán de exiliarse, y otros, como Antonio, pobre pero idealista, intentará que sus convicciones morales no sean obstáculo para dar un giro a la sociedad.

Todos ellos, defendiendo sus ideales, son ajenos al caprichoso destino que los une mediante un poderoso lazo y un asombroso secreto.

.

domingo, marzo 07, 2021

UN OCÉANO PARA LLEGAR A TI

 



¡Hola, amig@s!

Acabo de terminar de leer esta novela, finalista del premio Planeta 2020.

La empecé hace tres semanas, y fui leyendo un capítulo de vez en cuando compaginándolo con la pintura de un bodegón.

La verdad es que me aburría tanta descripción, tanto rodeo para contar una historia. Estuve pensando en dejarla y empezar otra de la docena que tengo haciendo cola, y me dije: “Si no me atrapa, al llegar a la página 200 la dejo.”

Pero lo cierto es que sobrepasé esa página y a partir de ahí el nudo de la historia empezó a deshacerse y a interesarme más a cada página, de forma que entre ayer y hoy me he leído las 183 páginas que faltaban con un nudo en la garganta y la emoción a flor de piel. ¡Qué pena que la primera mitad fuese tan pesada! Si hubiese sido como las que acabo de leer me habría bebido la novela en cuatro días.

SINOPSIS publicada en la contraportada:

Una novela tierna y atrevida sobre los secretos familiares y las emociones silenciadas.

Tras la muerte de su madre, Gabriele vuelve al pueblo de los veranos de su infancia. Allí le espera su padre, con el que no habla desde hace años. Juntos se disponen a cumplir el último deseo de Greta: que las tres personas más importantes de su vida ―su marido, su única hija y su cuñada― esparzan sus cenizas en un lugar donde fueron felices. Los secretos que Greta desvela en las cartas que deja a su familia terminarán con el silencio entre padre e hija y, como en un dominó, alterarán la vida de todos y propiciarán un encuentro inesperado que hará que Gabriele descubra que en la vulnerabilidad se halla la magia de la vida.
¿Y si el destino de las personas tendiera un hilo invisible que las conecta con aquellos que deben encontrar? ¿Y si la vida solo fuera un viaje para encontrarlos?

domingo, febrero 21, 2021

LOS ROBOTS

 La Empresa había fabricado un robot capaz de cumplir las órdenes aun  en momentos de tensión y peligro. Puestos a prueba en un  lugar apartado, el robot arrancó señales de tráfico, desmontó vías ferroviarias, arrancó cables de alta tensión, y fue quemando contenedores. Y cuando llegó la policía se enfrentó sin temor a ellos, quemando el furgón policial y arrojando adoquines.

La prueba fue un éxito para sus constructores y la Empresa encargó la compra de varias docenas de ellos.

Desde entonces, estos artilugios aparecen en cualquier manifestación ciudadana, sea convocada por  la petición de un referéndum, contra los recortes sociales, contra el paro o contra el cambio climático. Los robots siempre están  allí obedeciendo las órdenes que lleva configuradas en el chip instalado en su interior.  No tienen  ideales ni protestan por nada, simplemente obedecen la orden de destruir, provocar el mayor daño posible para causar inestabilidad  y tumbar los gobiernos en diferentes países democráticos  de Europa, donde diferentes grupos políticos han promulgado leyes contra el encarcelamiento de  menores, la prohibición de usar  la fuerza pública de manera desmesurada y tolerancia ante insultos y ataques verbales hacia los gobernantes.

La población  asistía  impotente  al destrozo de escaparates, al robo de los objetos del interior, a la quema de coches y motos aparcados en las calles, y el destrozo del pavimento  y mobiliario público.

A todo el que protestaba de esas acciones le tildaban de fascista, dictador y    asesino y eran atacados o difamados por ello, por lo cual  la gente, presa del miedo, soportaba impotente toda esta barbarie. Poco a poco la ciudadanía  se fue desencantando de un sistema político que no actuaba en su defensa y emergió un grupo liderado por un señor que decía sin ambages en la lengua que él acabaría con  los robots y con sus amos.

La gente confió en él y le votó en las elecciones de 2023.  Sacó mayoría absoluta, y fiel a su promesa  convocó una manifestación por la Paz en el mundo. Y cuando aparecieron los robots de siempre, ordeno cercarlos y abatirlos y destruirlos luego en la misma calle con lanzallamas.

Y el aire se impregnó de humo y  un hedor insoportable a plásticos y gomas quemadas, solo quedaron  hierros retorcidos y cables desnudos y derretidos.

Y  la gente pudo manifestarse sin problemas, sin tener que blindar los escaparates de las tiendas y la entrada a bancos y bares, sin temor a recibir un porrazo en la cabeza o una bola de goma en los ojos, sin miedo a encontrarse su coche quemado al día siguiente… Había comprendido que no se puede confundir la Libertad con el libertinaje, que  todo ser humano tiene el  derecho a pensar lo que quiera,  a decir lo que quiera, a hacer lo que quiera; pero   siempre que se respete el derecho de los demás a hacer lo mismo.

En la historia de Francia reciente,  el general De Gaulle puso fin  en una sola noche con los desórdenes de Mayo 68, y durante varias décadas las manifestaciones y huelgas en París fueron  libres y  pacíficas.

domingo, febrero 14, 2021

DIA DE LOS ENAMORADOS

 

 

 ¡Buenos días, amig@s!

Hoy es para ustedes el Día de los Enamorados y probablemente reciban un regalo. Desde aquí os felicito y deseo pasen un día maravilloso a pesar de…

Hoy en realidad es el Día del Corte Inglés y tiendas  afines, beneficiarios de la expresión de  vuestros sentimientos amorosos.

En cualquier caso, mi día no es hoy; es todo el año, pues sigo enamorado de mi mujer y de mis amigas del alma desde el 1º de enero hasta el siguiente, contrato prorrogable indefinidamente, y esto es tan cierto como la soledad que siento al no poder salir a celebrarlo  con un viaje de los que tanto sueño, que incluya cariños, museos, naturaleza y buenos alimentos. Al Corte Inglés que le den; yo no necesito que me fije un día para regalarle algo a mi Carmen, pues el calendario tiene muchos días, unos más felices que otros, y es entonces, cuando me siento feliz y agradecido, que Carmen hace lo que quiere conmigo. Por ejemplo: ha comprado mi libro en papel para que se lo firme.

Mira por donde, puede ser una buena idea para que  tú también te lo regales.

¡Felicidades, parejas! Disfrutad del Amor, pero no me olvidéis del todo, sigo aquí.

https://www.amazon.es/dp/B08V1GZLCX/ref=mp_s_a_1_6?dchild=1&qid=1611673457&refinements=p_27%3AJuan%20Pan%20Garc%C3%ADa&s=books&sr=1-6-catcorr&fbclid=IwAR2yRSmnWSMvj1st7VvCYqwT2rK9-CVCXaGWDyNGwfqOM1rk9J9AMSjLbP8

viernes, febrero 12, 2021

NADIE ESTÁ A SALVO

 


Cuando Curro Hernández fue a misa el domingo y escuchó decir al cura que él se había vacunado por recomendación de Dios, que vela por sus representantes en la Tierra, lo aceptó en seguida.

Ya podían decir misa los políticos y tertulianos del mundo televisivo, que él solo confiaba en el padre don Julián, el mismo que le había bautizado, dado la primera comunión y lo había unido en matrimonio con la Juana dos años antes.

Dios solo velaba por sus fieles y él no lo era, de ahí que cuando el jueves dio positivo en un test, comprendió que ese era su castigo. Pero estaba equivocado, muy equivocado.
Los síntomas que apreciaba el día siguiente no eran los mismos del corona virus que anunciaban los médicos en la radio y en Televisión Española: dolor de garganta, fiebre, malestar general, dificultad para respirar… Los suyos eran unos granos en el labio, la lengua llena de llagas, su verga inflamada y dolor al orinar.
¡Joder! ¿De qué me han servido las mascarillas?— exclamó

La enfermera que le hizo el test le preguntó:
«¿Dónde ha estado?, ¿Con quién? ¿Ha llevado usted la mascarilla puesta? Tiene que quedarse confinado en su domicilio durante dos semanas. Un médico estará, en contacto con usted por teléfono y le irá dando instrucciones. Si empeora, tendremos que hospitalizarle.»
¡Y hospitalizado estaba!
«¡¿Pero qué he hecho yo para merecer tal castigo, Dios mío?! », pensaba mirando al techo blanco y   desinfectado esterilizado de la UCI, tendido en una cama con goteros pinchados en el brazo, un tubo grueso en la tráquea y una sonda en el pene, que manipulaba en ese instante una enfermera para extraer una muestra de los fluidos y analizarla.
Pensó en su mujer, encerrada en su casa sin poder salir ni a comprar. Ella no estaba tan grave como para hospitalizarla, fue él quien la contagió.
Fue la voz de una periodista dando las Noticias de la 3 en una radio, colocada piadosamente en la sala por una enfermera para que no se hicieran tan largas las jornadas, las que respondió a sus preguntas.
«Dos docenas de feligreses han sido víctimas del Covid 19 durante la celebración de la misa dominical. La Iglesia está precintada y los enfermos confinados en sus domicilios. Así mismo, el bar de alterne, "El Paraíso", ha sido cerrado por el mismo motivo, hallándose sus trabajadoras en la UCI del hospital de la ciudad ».
¡La Lola en la UCI! La misma que satisfacía periódicamente todos sus deseos por muy retorcidos que fueran. Recordó que, siguiendo la normativa, mientas se consumía en el bar no hacía falta llevar la mascarilla. Y él no la llevaba puesta, ni siquiera llevaba una en el bolsillo. Condones, tampoco.
Y una reflexión se fue abriendo camino en su mente:
«Tal vez Dios perdone los errores cometidos; pero el coronavirus y la sífilis, no. »
Juan Pan García. 12-2-2021

jueves, febrero 11, 2021

EL CASTILLO DE TAVIZNA

 












https://www.youtube.com/watch?v=S2MyPhShkeg&feature=emb_logo.

Hola, amig@s:

Me siento un poco defraudado porque no puedo recuperar fotos de una inolvidable excursión que organizó a finales de los 80

la Asociación de Vecinos de El Tejar, donde entonces yo estaba encargado de cobrar las cuotas, tarea tan enorme como infame.

La excursión fue al Castillo de Aznamara, cuya traducción significa “ Castillo de las doncellas”; pero es más conocido por los nombres “ Castillo de Benaocaz”, y por el de “Castillo de Tavira.”

El cliché de las fotos,  junto con las copias que hice yo para mí,  se lo presté al presidente de la AAA.VV para hacer copias en papel para todo el que lo quisiera. Jamás me las devolvió. Me quedé con las fotos en miniatura que daba el estudio fotográfico  de regalo, y de ellas esto es lo que he podido recuperar, pues cuanto más  aumente  el tamaño,  más  borrosas se ven.

Afortunadamente , el Ayuntamiento de  Benaocaz cuenta con un video del lugar donde fuimos a pasar el día. Caminamos dos horas desde el pueblo para llegar a la cima del castillo. Luego descendimos hasta un río donde  el que había llevado comida pudo saciar el hambre. Yo no, pues pensaba que nos íbamos a detener en algún  bar restaurante para ello; pero no fue así.

En aquella excursión aprendí que para ir por la sierra se debe llevar calzado apropiado. No cualquier clase de calzado,  sino el apropiado para la montaña. Yo llevaba unos tenis  sin relieves en la suela y resbalé en una cuesta, me caí de espaldas  y fui  deslizándome  en el suelo unos veinte metros. Me hice el  duro  y a todo el que me preguntaba le decía que estaba bien y tan  fuerte como unos toros que vimos en la dehesa; pero las lágrimas se me saltaron del dolor que tenía en todo el cuerpo. Por eso digo que la excursión fue inolvidable.

En fin, dicen que el que da lo que puede no está obligado a más. Y yo comparto con ustedes lo que puedo de aquel viaje.

sábado, enero 30, 2021

AVISO PARA QUIENES COMPRARON MI NOVELA "CUANDO ESPAÑA DESPIERTE":

 


AVISO PARA QUIENES COMPRARON MI NOVELA "CUANDO ESPAÑA DESPIERTE":

¡Buenos días, amig@S!
Me complace avisaros de lo siguiente:
Acabo de publicar mi autobiografía :“Carretera y manta, memorias de un emigrante español”, en sustitución de mi novela “Cuando España Despierte”, la cual he cancelado y ya no está en la línea de ventas de Amazon.
El motivo es que mi primera idea en 2018 fue publicar mis memorias, pero una amiga mía, que revisó el manuscrito, me aconsejó que no lo hiciera con este argumento: "Dado que no eres una persona conocida y famosa, a nadie interesará tu vida."
Por eso escribí una historia novelada con un 30% de ficción, donde presento a un jubilado, cuya esposa fallece a causa de la violencia policial, que le impulsa a atentar contra el Parlamento y acaba en la cárcel.
Pero mi conciencia me decía que esa no era la historia que yo soñaba con publicar para que mi descendencia y mis amig@s supieran de mis andanzas y sacrificios como emigrante en España y el extranjero.
Por consiguiente, en esta nueva obra he eliminado toda referencia a la ficción anterior y he escrito mis vivencias reales, triunfos y fracasos, interese o no al público en general.
Es por eso que, sabiendo que vosotros me apoyasteis comprando “Cuando España despierte” (que contiene el 70% de mi nueva novela, ”Carretera y manta”), mereces que te advierta de que son dos historias iguales. Solo difieren en que la anterior contiene tres capítulos de ficción política, y "Carretera y manta" es la verdadera historia de un emigrante español retornado, que soy yo, el autor.
Agradecido por tu apoyo y atención a esta carta, te envío un fuerte abrazo. Juan Pan García

viernes, enero 15, 2021

EL HOMBRE DEL FRAC

 


Mi pensión no me llega a final de mes y me he visto en la obligación de buscar un trabajo extra. En todas partes me rechazan por la edad al no poder realizar los esfuerzos físicos que exigen ciertos trabajos; además está en contra de mí el el hecho de ser un jubilado. Es por eso que vi el cielo abierto cuando el día 5 de enero del presente año me llamaron desde Madrid para proponerme un empleo de cobrador de morosos.

No necesitaba ser fuerte ni mostrar un abdomen ondulado cual tableta de chocolate, ni tampoco presumir de juventud; solo necesitaba tener el valor, el duro corazón y la poca conciencia de presentarme en las viviendas a exigir a las personas señaladas en mi lista el pago de las deudas pendientes, siguiéndolas si fuere necesario por todas partes vestido con un frac, como si fuese al teatro de la Opera,

Cuando la semana pasada la empres me envió el dossier de mi amiga del alma, mi amor secreto a voces, aunque no pueda desvelar aquí su nombre por eso de la defensa de los datos privados, el corazón me dio un vuelco, un "sursaut", un brinco, ¡joder ya me entienden!

Mi amiga del alma, mi musa, inspiradora de mis poemas amorosos, la culpable de mis desvelos (ahora mismo son las cuatro de la mañana y mientras ella duerme apaciblemente y sin sospechar nada, cansada después de haber echado un polvo que ya quisiera echarle yo, me encuentro aquí pensando en ella, escribiendo sobre ella, sobre nosotros). ¡La niña de mis ojos está endeudada y me envían a mí a cobrar la deuda!

Me viene a la mente su belleza, su sonrisa eterna, su trasero divino... y su orgullo luciendo a su maridotreinta años más joven y más alto que yo, y mucho más atractivo (tiene el aspecto de un cónsul romano) presumiendo siempre de su nuevo y lujoso todo terreno Kia Sportage, mucho más caro y potente que mi Seat Ibiza del 99...

Ella sabe que la amo. Lo sabe por mi forma de mirar con la mirada extraviada, pensante, extraviada ( ¡Uy, esto ya lo he dicho!), por las palabras melosas que le he dedicado, por los poemas encendidos que me ha inspirado y he publicado sin poner nombres, pero que ella sabe que va dirigido a ella, ¡y porque se lo he dicho, joder, que todo hay que decirlo aquí para que entiendan ustedes!

Le dije:

―Te quiero, musa mía, te adoro y quiero hacerte mía.

¿Zí?, y tu muhé, ¿lo zabe ella? ¡Anda y largate lla! Má vale que la cuide y la quiera pue ella é la que te mantiene tan apuecto y tan zano. Y no me güelva a decíl ná de ezo, Juan, que no me quiero enfadá con uctede.

!Qué corte por Dios! No sabía adonde meterme. ¡Y yo que creía que ella me correspondía!

Y ahora tenía en mis manos el poder y la ocasión de bajarle los humos.

― Buenos días, morenita mía, vengo a cobrar una deuda de tres mil trescientos cuarenta y seis euros a una tienda de mueble. Me lo vas apagar o te amargo la vida.

― ¡¿Quéeeeeeeeeee?! ¿Que ezo hioputa te han disho que llo le debo dinero? ¡¿A tiiiiii?!

― Po zí, a mí. Y no me voy sin cobrar.

― Ay, Juan, no me haga ecto, por favó, que ezo de la deuda no lo zabe ni mi marío.

― Pues a ver qué hacemos, porque ese es tu problema, yo cumplo con mi trabajo...

― ¿Y no podemo arreglal-lo tú y yo, zin que ze entere naide?

¡Wauuu, por fin! Ya se le ha olvidado el orgullo, ya no me mira por encima del hombro. Ahora voy a tener la ocasión de obtener compensación por sus anteriores desprecios. ¡Voy a ir a por todas! Sí, ya sé que no es ético aprovecharse de una mujer débil que no razona impedida por el miedo a que la gente sepa que no es lo que aparenta.

― Tú ya sabes la única cosa que deseo en la vida, corazón. Si me la das, me olvido de cobrar; pero te advierto que vendrán otros, la compañía quiere cobrar...

― Oye,,, Juanito...tú no me ectará proponiendo acoctarte conmigo, ¿verdá?

― Pues... Si no quieres deshacer la cama, no hace falta que nos acostemos; aquí de pié te como a besos

― Bueno, zi é zolo comparí uno bezo, vale. Má no porque tengo la regla.


¡La madre que me parió, para una vez que... !


― ¡Un abrazo y unos besos, y acariciarte y comerte entera, chiquilla que me tienes loco! Venga ya que es tarde!

Y en el momento de abrazarla e ir a besarle los labios recibo un golpe en el ojo que veo las estrellas. ¡¿Coño, qué pasa, dónde estoy?!

Mi mujer me ha dado un codazo en el centro del ojo al girarse en la cama. Y encima me pregunta:

¿Qué ta pazao, cariño? Anda y duermete otra vé que é mu temprano

sábado, enero 09, 2021

LOS EFECTOS DE LA CRISIS

 


Me he enterado en la radio de que el aeropuerto de Barajas está a tope de viajeros esperando anuncien la salida de sus aviones.

Después de pasar la noche durmiendo en los bancos y sobre sus maletas, la compañía ADENA les ha ofrecido un café con magdalenas y donust. Había un señor que se bebía el café, se comía los donust y guardaba las magdalenas en la mochila: Luego se cambiaba de sitio para volver a desayunar. A la tercera vez la azafata lo ha descubierto:

—¿Usted no ha desayunado antes? Creo que lo he visto, yo misma le he servido.

—Sí, es que estoy recopilando vitaminas y energía para poder volver a mi casa

—Pero su vuelo saldrà dentro de unas horas, seguramente. Ya le darán su almuerzo en el avión. ¿A dónde se dirige usted? ¿Nueva York, París, Berlín...?

—No, no; a mí me dan miedo los aviones. Yo estoy esperando a que las máquinas quitanieves limpien la calle para dirigirme al cajero de Bankia del pueblo, que es donde vivo.


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jueves, diciembre 31, 2020

CONDENADO II

 


El clima no acompañaba, hacía mucho frío y soplaba un viento desagradable que se clavaba como garfios en las orejas y provocaba lagrimas en los ojos. El fugitivo se ajustó el abrigo y avanzó con las manos en los bolsillos y los brazos apretados a los costados. La Luna  le observaba desde lo alto, reinando en un cielo despejado. Una fina sábana de escarcha comenzaba a cubrir las calles y los tejados de pizarra.

El anciano enfiló la angosta calle, con la mirada clavada en la puerta posterior del palacio. Avanzaba lentamente, apoyándose con una mano en la pared, exhausto por la dura travesía que había soportado. Declarado en busca y captura, y perseguido con todos los medios a su alcance por una policía alentada por los medios informativos, que publicaban sus fechorías aumentándolas y distorsionándolas, como es costumbre en ellos, y sabiéndose odiado por la ciudadanía, que lo acusaba de todas sus desgracias, el fugitivo había decidido entregarse.

Una pareja de guardias le reconocieron y se abalanzaron sobre él y lo esposaron, reflejando en sus rostros el odio que los embargaba y que sólo la obediencia debida a las leyes les impedía manifestar salvajemente contra el anciano. Cuando llegaron a la puerta del palacio, los guardianes le aferraron por los brazos y le condujeron sin miramientos por un pasillo en dirección a una sala en cuya puerta, con letras doradas, un rótulo decía: Archivos Generales.

«Acomódate donde quieras y escribe todo lo que recuerdes para que lo tengan en cuenta los jueces que deben juzgarte. Los ánimos están exaltados, ya has sido condenado, y todos claman por una rápida ejecución», dijo el jefe del retén, empujándole adentro y cerrando la puerta.

No era el primero, ni seguramente sería el último, que acabaría en aquella sala: en una estantería, conservados en el interior de unos cofres rectangulares forrados en piel y cuidadosamente alineados, en cuyos lados y destacando sus nombres en letras doradas, se hallaban los restos de sus predecesores.

¡¿Y qué querían que hiciera?! Estaba todo tan mal cuando me encomendaron el trabajo… ―gritó el viejo.

Recordó que una semana antes, mientras cenaba en un hostal de carretera, a cien kilómetros de donde se hallaba, había visto en la televisión al Rey, pronunciando su discurso navideño con voz monótona, repitiendo la retahíla de palabras huecas y ambiguas que el Jefe del Estado había pronunciado en la misma fecha durante los últimos cincuenta y cuatro años, sugiriendo lo que deberían de hacer los trabajadores para que el sistema funcionase bien.

El detenido estaba agotado y sufría una gran depresión. Por lo que había oído y leído en su triste deambular ya lo habían sentenciado, nadie había respetado su derecho a la presunción de inocencia y no le extrañaría nada que acabasen con él al día siguiente. Y murmuró:  «Pensándolo bien, me harían un favor: ya no me quedan ganas de vivir.»

A lo largo de su vida sólo había conocido calamidades de todo tipo: ciudades y bosques devastados por inundaciones e incendios; numerosos atracos de maleantes a bancos y joyerías; decenas de mujeres muriendo a manos de sus parejas… Había sentido en su boca el amargo sabor de los prestamos usureros concedidos por insaciables banqueros; había visto a millones de desocupados suplicando comida en los centros sociales; había observado a miles de viejos rebuscando alimentos caducados en los contenedores de basura de las grandes superficies, y en los vertederos; había visto la desesperación en los rostros de cientos de miles de familias desahuciadas, que vivían con sus hijos bajo los portales, bajo los puentes, en las estaciones del Metro y de los trenes; había presenciado la huida al extranjero de miles de jóvenes estudiosos y titulados universitarios, y otros jóvenes enrolándose en el Ejército y en las compañías de Seguridad porque no encontraban un trabajo donde aplicar sus conocimientos; miles de ancianos muriendo por la pandemia solos en las residencias, o de frío en sus casas porque no podían pagar la calefacción; la impotencia y desesperación de cientos de miles de viajeros atrapados durante días en aeropuertos fuera de servicio por causas inconfesables; miles de camioneros atrapados durante días en las autopistas heladas porque se les negaba la entrada al reino Unido; la desfachatez de los políticos que viven como reyes en otra galaxia, lejos de sus representados, y asegurándose sus sueldos y pensiones mientras recortaban las de los ciudadanos…

De pronto sonó un repique de campana y la gente que había hecho caso omiso a la prohibición de la señora Ayuso de ocupar la Plaza Mayor, saltando las barreras y desbordando la fuerza pública, guardó silencio y permaneció quieta, expectante, con los ojos clavados en el reloj de la plaza, sujetando bolsitas de uvas en las manos y las copas de Cava preparadas para el brindis.

En ese momento, un guardia abrió la puerta de la sala y se echó a un lado para dejar paso a un desconocido, diciendo:

Este es tu sustituto. Ha querido conocerte antes de partir.

El visitante, un joven fuerte y alto, le miró despectivamente de arriba a bajo y le dijo:

¡Que te jodan, mal nacido!

Seguidamente, salió de la sala y desapareció por el pasillo.

Entonces entró en la habitación un sacerdote con una Biblia en la mano, seguido de cuatro guardias armados.

¿Ya, padre? —inquirió el hombre.

Sí, hijo; ya es la hora.

En el mismo instante en que el anciano era ejecutado en la sala desierta de los archivos, en la puerta del palacio apareció su sustituto alzando una mano para saludar a las cámaras de televisión y a la multitud reunida en la plaza. Luego comenzó a caminar entre ellos.

Y todos lo recibían alegremente alzando sus copas y gritando:

 ¡Bienvenido, 2021!

martes, diciembre 22, 2020

UNA NAVIDAD DIFERENTE


https://youtu.be/dtuov-9pY4I



Tod@s sabemos que este año todo  ha sido diferente y, obviamente, la Navidad tampoco va a ser lo que era.
Cada año por estas fechas nos reuníamos en el Bar Andalucía (Puerto de Santa María)  mis amigo Martín Delgado, profesor jubilado del Colegio de la Salle, Nono el marinero y servidor de ustedes ( yo solo grababa y subía a las redes sociales) para cantar unos villancicos escritos por el primero, quien, como buen investigador, acostumbra a rescatar textos, canciones y villancicos antiguos, para que no se pierdan.
Martín Delgado es autor de una obra de teatro: "El niño que no quería nacer", que cada año representa por estas fechas, con un nutrido grupo de actores portuenses, en diverso lugares de la ciudad y su entorno.
Este año, por seguridad y respeto a las normas, no podemos reunirnos en la Venta Andalucía, ni en ningún otro sitio, pero el espíritu navideño sigue intacto, y el amigo Martín Delgado ha grabado un villancico desde su casa, explicando lo que era una zambombá para todo ustedes. Les invito a escucharlo. ¡Gracias!


domingo, diciembre 20, 2020

¡ESTOS NIÑOS...!

 


—¡Papaaaaá, que ya ha salío el Sol hace una hora....!
—¡Cállate niño!, duerme un poco má que hoy é domingo!
—Pero yo quiero desayuná
—Échate pa llá, Manolo, que me voy a levantá
—¡Hioputaniño, lla ma cortao el puntito!
¡Buenos días, amig@s!

Juan Pan García 19/12/20

sábado, diciembre 19, 2020

COSAS DEL RÉGIMEN



¡Buenos días, amig@s!
Hoy os voy a contar una anécdota que las autoridades quisieron ocultar. Historia puta. ¡Uy, perdón!, quise decir historia pura.
Durante el año 1956 llegaron a España, procedentes de Rusia, los niños que fueron exiliados durante la Guerra Civil. Las autoridades del Régimen franquista movilizaron periodistas y cámaras del NODO para inmortalizar el momento y el estado supuestamente famélico de los recien llegados, de edades comprendidas entre los 26 y 32 años. El gobernador reunió a los profesionales de la prensa y les dijo:
⸺Es el momento de mostrar al mundo las atrocidades del comunismo. Estos hombres vendrán hambrientos y mal vestidos después de pasar veinte años en el régimen comunista. Enfocad las cámaras a sus rostros y entrevistad al más desarrapado. Mañana lo quiero ver en en la portada de todos los periódicos de España.
Y todos los periodistas y los reporteros del NODO se colocaron ante el buque que acababa de atracar en el puerto de Barcelona.
Diez minutos más tarde, los retornados españoles comenzaron a descender por la escalera de hierro y se dirigieron al autocar que habían fletado para conducirlos hasta la catedral, donde el obispo los honraría con una misa solemne. Venían ataviados con buenos trajes y abrigos. Todos afeitados y perfumados, todos usando camisa y corbata. Algunos llevaban un maletín en la mano, como los ejecutivos europeos. Los periodistas no sabían qué hacer y miraban desesperados al Ministro de Asuntos Exteriores.
De pronto descubrieron a uno que se apresuraba a alcanzar al primero de la fila. Parecía ser anoréxico, tal era su delgadez. Iba sin afeitar, desaliñado, con una cuerda sujetándole el pantalón, los codos de la chaqueta remendados con tela de otro color, zapatos rotos.
En tres minutos el español se vio rodeado de cámaras y flashes, los guardias despejaron un lado para que se instalase la cámara del NODO y, a la señal del director, comenzó la entrevista:
⸺Díganos, señor: ¿Ha pasado mucho frío?
⸺¡Muchísimo! Un frío insoportable.
⸺¿ Y hambre? ¿Tiene usted hambre?
⸺Me comería un caballo.
⸺Y dígame ¿ Como le han tratado en Rusia?
⸺¿En Rusia?
⸺Sí, hombre. ¿No viene usted de Rusia?
⸺¿De Rusia? ¡Qué vaaaa! Yo soy de aquí. Es que he venido a esperar a mi tío.