lunes, septiembre 19, 2005

CARTA DESESPERADA DE AMOR




Hoy he decidido escribirte, y tú pensarás que nunca debí de hacerlo, pues lo nuestro terminó
y de lo que hubo, que ahora se sepa, tienes miedo, pues sólo fue para ti un infantil juego,
y aquellas promesas jóvenes se las llevó el viento.
Mas hoy tengo el alma triste y en mi corazón amargos recuerdos, de cuando éramos niños
y jugábamos en el pueblo. Aquel bonito pueblo tendido a la vera del río, donde pasaban las horas muertas los pescadores empedernidos.
De todas aquellas niñas que estaban en el colegio, tú eras mi preferida, ¡la más bonita del pueblo!
Nos quisimos y con locura nos dábamos, temblorosos, los ansiados besos...Y nos prometimos tantas cosas, que guardábamos en secreto...Y quedaron en promesas... Sólo eso...
Promesas que un día se rompieron por la crueldad de la vida, que no entiende nada de amores y mucho de dinero...
Te buscaron un buen marido: elegante, educado; tenía una casa que parecía un palacio
y era tan rico como un banquero... Parecía ser tu padre, tal era de viejo. Pero eso, ¿qué importa? al fin y al cabo, todo era un arreglo.
A su lado, yo era joven y te quería... Sólo eso...
No dudaste ni un momento en elegir el camino, el mejor para tus sueños: Buena casa, bonito coche nuevo, y buenos dineros.
Hombre rico que no depara en gastos para tus caprichos. Del museo de su casa, eres el mejor y más caro objeto. No escatima en gastos: buena ropa, perfumes caros...Y todo lo que sea necesario para obtener tu amor y comprar el silencio de tus recuerdos.
El dinero, dicen, no da la felicidad; la compra. Y ese hombre educado, rico y con talento,
aunque para tu edad viejo, quizás haya conseguido realizar sus proyectos: Tiene su vida resuelta, y a la mujer de sus sueños... ¡La más bonita que había en pueblo!
Pero..., ¿y tú?, ¿qué piensas de todo esto?
¿Cuántas noches en la oscuridad de tu habitación, en tu lecho, pensabas que era otro el que te acariciaba, el que te amaba, llenando de besos tu cuerpo? ¿Es en él en quien piensas cuando te besa en tus senos...?
Es cierto que los años pasan, y que el amor es pasajero...Quizás pienses algún día que has sabido elegir bien, cuando pasen los años y lleguemos a viejos... Entonces se te habrá marchitado el esplendor de tu juventud, y sólo te quedará tu dinero...
¿Tendrás suficiente para comprar el tiempo perdido? ¿Llegarás a conocer lo que es el verdadero amor?
No creo que puedas.
Sin duda que no te faltarán los amigos, y que tendrás aventuras... Pero nunca tendrás un amor como el que conociste en tu juventud, y que rechazaste por dinero.
Yo tengo escrita nuestra historia en forma de poesía, que a veces leo en mi cama, aunque me amarga la vida. Espero saber expresarme de forma que tú me entiendas, pues en eso también difiero de tu marido: yo no tengo títulos, ni nobles ni académicos.
Sólo una cosa tengo: pena por ti, un dolor inmenso, y el amor...Ese amor que a pesar de todo, aunque me está matando, por ti siento.
Lee la poesía que te envío y haz después lo que quieras con ella. Sólo te pido que recuerdes por un momento qué día es hoy, si es que aún está en tus recuerdos.
La he titulado con tu nombre: " La Rosa".
LA ROSA
A orillas del Guadalete,
entre el astillero y el viejo puente,
hay una casa grande con un jardín
lleno de flores y plantas verdes.
Allí crecía un rosal
con una rosa roja,
de aquel jardín en flor,
de todas, la más hermosa.
Sobre sus verdes hojas
destacaba la rosa roja,
y sus tallos de terciopelo
atraían las mariposas.
Un día de primavera,
que lucía un bello sol,
una abeja exploradora
por casualidad la vio.
Se enamoró de la rosa
y al instante se acercó;
llegó a besar sus pétalos
y a tocar su corazón.
Se hicieron muchas promesas
y ... ¡ se entregaron los dos !
Pero un día, cuando se acercaba,
un golpe la derribó... ,
cortando sus ilusiones,
destrozándole el corazón.
A la rosa la cortaron
para alegrar otro hogar,
y el rosal quedó como vacío,
ya no tenía nada que mirar.
En un jarrón de oro
han puesto la bella flor,
para llenar la casa
de perfume y de color.
Muy dolorida, la abeja,
llena de pena y dolor,
arrastrándose por el suelo,
hizo un esfuerzo y..., ¡ voló !
Desde entonces , la abejita,
se conforma con mirarla
a través de la ventana,
y sin poder dejar de amarla.

Más hoy estoy especialmente triste, pues como cada año hoy, a solas con mis pensamientos, celebro el aniversario del día, marcado en mis recuerdos, en el que juramos para siempre amarnos, y nos dimos nuestro primer beso.
Aquel día todo me parecía hermoso, ¡yo alucinaba! Fuimos andando a la playa; pensábamos pasar allí el día, pero nos quedamos hasta el alba...
Todo lo que recuerdo de aquel día te lo cuento en esta carta, cada detalle, cada momento
pasado junto a ti, vida mía..., que fueron para mí los más felices de mi vida:
Las amapolas en el trigal,
los geranios en las ventanas;
tus labios rojos
en tu carita blanca.
Unas rocas,
allí en la playa,
rompían las olas
de espumas blancas.
El Sol en el horizonte,
el despertar del alba,
la belleza de tus senos,
la suavidad de tus nalgas...
Los pinos, que daban sombra,
el trajín de las gaviotas,
la expresión de tu cara
cuando te besaba en la boca.
Una vela allá a lo lejos,
por las azules aguas,
y en el cielo azul,
nubecillas blancas.
Tumbado al sol en Las Dunas,
al canto de las chicharras,
viendo cómo movías el culo
caminando hacia la playa.

FIN

2 comentarios:

  1. Dolorosa historia, que no por repetida se hace menos triste. Hubo unos años, que era muy importante el dinero y la posición social del novio. Todo se anteponía al amor. Daban por supuesto que a esa edad , nada se sabía del amor, o de lo que convenía.
    Qué pena, la cantidad de parejas bonitas que rompieron así.

    Me ha encantado leerlo , y como lo has descrito.

    Muchos besos amigo.

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  2. ¡Hola, Duna! Efectivamente, muchas parejas de enamorados y de amigos se rompieron, y aún se rompen, por las diferencias sociales y por el maldito dinero.
    Gracais por tu vista y tu interesante aportación. Un beso

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