sábado, septiembre 10, 2005

EL ASFALTO





El sol se estrella contra el asfalto y deja marcadas las huellas de los neumáticos. Su cegadora luz produce aristas de fuego en las veloces máquinas que me rozan al pasar en busca de su destino.
Me he quedado solo, no sé cómo ha ocurrido.


Polvo, sed y fuego recorren todo mi cuerpo. Por una larga y serpenteante carretera española, donde la muerte acecha a cada instante, corro en busca de mis amigos.

Me he quedado solo y no sé cómo ha sucedido. Paramos un momento en la gasolinera y salí a hacer pis y estirar las piernas; cuando volví ya se habían ido. No se habrán dado cuenta, pienso mientras camino. ¿Y el niño que jugaba conmigo en el asiento trasero, también me ha olvidado? Siete años cuidándole, amando sus gritos y sus gestos, sufriendo sus bromas, defendiéndolo ante cualquier peligro… Minutos antes de parar me dio una chocolatina y yo le lamí su mano, agradecido.

El sol se estrella contra el asfalto, llagas de luz en mis ojos, ampollas en mis dedos. Polvo, sed y fuego recorren todo mi cuerpo… Y un terrible chirrido de frenos precipitados, de neumáticos arrastrados, de cristales rotos, de…

2 comentarios:

  1. Parece mentira que seamos capaces, de abandonarlos a su suerte, cuándo nos lo dan todo, cariño compañía y son más fieles que nosotros, me encanta como relatas, un abrazo

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  2. Anónimo2:50 p. m.

    ASI OCURRE,QUE POCA CONCIENCIA,CON LO QUE SE LLEGA A QUERER A UN ANIMAL,
    NO LO ENTIENDO.
    MUY BONITO JUAN
    LARISA

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